May 09, 2024 Last Updated 10:30 PM, May 8, 2024

Izquierda Socialista

A partir del 2015, con el movimiento del #NiUnaMenos, los gobiernos -producto de la presión de la ola feminista- se vieron obligados a intensificar la creación de espacios específicos para erradicar la violencia de género y sostenemos que esto es un gran triunfo de la lucha de las mujeres y disidencias. Sin embargo, las partidas presupuestarias son de miseria, por lo cual las condiciones de quienes trabajamos en estas áreas son de extrema precarización

Las mujeres somos explotadas y oprimidas, ocupamos los puestos de trabajo más precarizados, percibiendo salarios -en promedio- un 29% menor que los varones. Somos en su mayoría mujeres quienes ocupamos los puestos de trabajo de protección y cuidado, y dentro del personal doméstico; como así también en la atención de mujeres en situación de violencia, dentro de los ministerios, secretarías y áreas específicas, trabajando para los distintos gobiernos (nacional, provinciales y municipales) de manera precarizada y sin derechos laborales.

Así lo muestran las trabajadoras despedidas del Área de Fortalecimiento Familiar en Tigre y las despedidas del Programa “Córdoba con Ellas” del Ministerio de la Mujer de Córdoba, entre otras tantas. Despidos que se producen en medio de la pandemia, y de la mano de distintos gobiernos, en detrimento del decreto que los prohíbe. También se refleja en las trabajadoras precarizadas de la línea nacional 144, y en los diferentes espacios que atienden a las mujeres en situaciones de violencia, con diversas modalidades de contratación, sin percibir derechos básicos y con salarios de pobreza. Somos nosotras las que ponemos todos los días el cuerpo para frenar las violencias, presentándonos en los barrios para entrevistar a mujeres y agresores, poniendo muchas veces nuestra vida en riesgo.

El pasado 25 de mayo, el presidente Fernández tuiteó: “A los trabajadores y las trabajadoras esenciales, mi gratitud, mi respeto y mi admiración”. Denunciamos este doble discurso, porque la gratitud, respeto y admiración no se refleja ni en los sueldos, ni en las condiciones laborales, ni mucho menos en los despidos que sufrimos. Los mismos gobiernos que crean “Ministerios para las Mujeres”, violentan a sus trabajadoras, con amenazas, precarización y despidos. Se jactan de erradicar la violencia, reproduciendo la violencia laboral e institucional.

Las mujeres trabajadoras nos organizamos y luchamos

Las trabajadoras estamos hartas de las conducciones sindicales que siguen pactando con el gobierno a nuestras espaldas, que nos desconoce como trabajadoras del estado por no estar en planta permanente. La misma burocracia que se niega a parar en las jornadas del 8 de marzo. Las trabajadoras continuamos luchando, porque no estamos dispuestas a pagar la crisis. Las mujeres ya conocemos que la única forma de conquistar nuestros derechos es en las calles y luchando, y fue así como logramos la reincorporación de despedidas de diversos organismos dependientes del  estado. Es por eso que apostamos a un sindicalismo de base, antiburocrático, de lucha y combativo.

Por todo esto desde Isadora exigimos que los gobiernos de modo inmediato tomen medidas concretas: Que creen un fondo de emergencia nacional sobre la base de un impuesto a las grandes fortunas y el no pago de la deuda externa; y que ese dinero se destine a todas las necesidades urgentes. Exigimos la Emergencia en Violencia de Género y con presupuesto real para erradicar la violencia machista y para que las trabajadoras de esta área pasen a planta permanente, con salarios iguales a la canasta familiar. Te invitamos a que seas parte de nuestra agrupación, para que podamos seguir organizadas por todos nuestros derechos.

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Es parte de nuestro día a día  la lucha en las calles y la exigencia a la justicia para que se  condene a quienes violentan y arrebatan la vida de mujeres e identidades disidentes, mientras la justicia nuevamente demuestra su carácter machista, patriarcal, de menosprecio hacia las víctimas, y  que sólo actúa cuando existe la presión del movimiento feminista. Rechazamos  las libertades condicionales a violentos, femicidas, abusadores  y violadores.

Sobre finales de abril como respuesta a distintos reclamos en unidades penitenciarias en grave situación sanitaria y de superpoblación, el gobierno “sugirió” que se otorguen prisiones domiciliarias para descomprimir las cárceles. Denunciamos este doble discurso, ya que producto del desfinanciamiento de décadas por parte de distintos gobiernos hoy el 60% de la población carcelaria se encuentra sin sentencia firme, una población compuesta en el 90%  por detenidos por atentar contra la propiedad privada o narcomenudeo, donde  también se encuentran mujeres y disidencias de los sectores más empobrecidos de la sociedad, en algunos casos con sus hijes.

Pero también existen otros detenidos como violadores, femicidas, genocidas y poderosos corruptos de guantes blancos; estos últimos gozando de privilegios y aprovechando cuanta oportunidad tienen para ser beneficiados, con el aval y complicidad de jueces, como lo demuestra el reciente caso del partero de la ESMA, Carlos Capdevila o el represor Lucio Nast en la provincia de Santa Fe.

Rechazamos que intenten dar  marcha atrás con las conquistas de nuestras luchas utilizando la pandemia como excusa. 

Hay decenas de casos donde distintos Juzgados del país le otorgan el beneficio de la prisión domiciliaria a violentos, femicidas y violadores, y otra decena que “están estudiando”, como el Juzgado N°2 de Morón, desde donde se intenta liberar a Gabriel Ireneo Lopez Rodriguez condenado a 18 años por abuso de menores. Por eso decimos con claridad: ¡Ni estudio de los casos, ni prisión domiciliaria para estos sectores! Quienes en las calles conseguimos sus condenas repudiamos que reciban prisión domiciliaria.

Es responsabilidad de los gobiernos y la justicia proveer al sistema penitenciario de los insumos de higiene y bioseguridad necesarios,  la aplicación de los protocolos que rigen y dar una solución a esta problemática; pero en ningún caso los jueces deben permitir que los femicidas, violentos, abusadores y violadores gocen del beneficio de la prisión domiciliaria; con ésto sólo facilitan la reincidencia y ponen en peligro la vida de las mujeres e identidades disidentes.

Plata hay. Por eso exigimos al gobierno que se declare la Emergencia Nacional en Violencia de Género con presupuesto ya, en base a un impuesto a las grandes fortunas, multinacionales y empresarios, y el NO pago de la deuda externa. Para que la crisis que desató y agudizó la pandemia la paguen los capitalistas, y NO las mujeres e identidades disidentes.

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Campaña internacional: Justicia para George Floyd y cárcel a sus asesinos

Compartimos las imagenes de esta campaña que impulsamos desde la UIT-CI, en pedido de justicia para George Floyd, recientemente asesinado por la policia de Minnesota en Minneapolis, Estados Unidos. Suma tu adhesión!

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La cúpula de la CGT se reunió una vez más con el FMI, para ratificar ante los usureros internacionales su apoyo a la negociación y al plan de pago de la ilegitima deuda externa por parte del gobierno nacional con los bonistas privados y ese organismo internacional.
Mientras mantienen los sindicatos paralizados para los trabajadores tienen las puertas abiertas para reunirse con los usureros mundiales. El nivel de putrefacción de estas organizaciones los ha convertido en alcahuetes del lobby de los grandes empresarios y del gobierno contra los intereses de la clase obrera.
La sumisión de Héctor Daer, Carlos Acuña, Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez no fue criticada sin embargo por los Hugo Yasky, que acompañan toda la disposición del gobierno de Fernández de “honrar” la deuda a costa del empobrecimiento de los trabajadores.
La CGT fue muy lejos. Solicitó al FMI ayuda financiera (es decir, mayor endeudamiento, sometimiento y entrega) "para que el país pueda poner en marcha un plan de desarrollo económico, productivo, laboral y social”. Es decir, profundizar el anclaje colonial del país y la mayor explotación de los trabajadores que conlleva el plan económico que impone el propio FMI.
Cuando los sindicatos –en medio del crecimiento exponencial del covid-19 en los barrios populares y en las fábricas- más deberían defender que los recursos del país se coloquen al servicio de las necesidades populares, la CGT refuerza su acción de bloqueo a los reclamos y a las luchas de los trabajadores frente a los despidos, las suspensiones y la vergonzosa rebaja salarial que acordaron con la UIA, en medio del hambre que crece en las barriadas. Los trabajadores desde abajo tenemos que luchar y organizarnos para derrotar este pacto de ajuste y defender todas nuestras conquistas, los convenios, las paritarias, el salario, la estabilidad, la salud y la educación. La infinidad de ejemplos de luchas que se están dando por fuera de estas conducciones burocráticas muestran el camino.
Un día antes de esta infame reunión, el miércoles 27 de mayo, se reunió el Plenario Nacional del Sindicalismo Combativo junto a decenas de conflictos en curso y, acompañado por miles de trabajadores, ratificó el repudio del pago de la deuda externa, y reclamó un fondo de emergencia basado en fuertes impuestos a los ricos, para colocar todos los recursos al servicio de una salida obrera a esta crisis, y un plan de lucha.
Como parte de este plan de lucha, el martes 16 de junio llamamos a marchar a la Plaza de Mayo y a impulsar movilizaciones y acciones en todo el país.

Mesa nacional del Plenario del Sindicalismo Combativo

Contactos:

Rubén Sobrero: 11-6422-6661
Jorge Adaro: 11-5809-1182
Prensa: 11-6054-0129

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Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional

El 25 de mayo, George Floyd, un trabajador afroestadounidense de 46 años, fue asfixiado por un policía racista en la vía pública de Minneapolis, mientras otros efectivos mantenían a raya a un grupo de personas que intentaban detener la agresión. Varios videos del arresto evidenciaron que no estaba armado ni opuso resistencia al arresto arbitrario y racista. Luego de ser esposado, los esbirros racistas lo lanzaron al suelo y el policía Derek Chauvin lo asfixió durante diez minutos, presionando el cuello de Floyd contra el asfalto con su rodilla, incluso después de que perdiera el conocimiento. El crimen fue filmado por los transeúntes y llenó de indignación a millones en todo el mundo. El grito de “no puedo respirar” fue retomado por los miles de manifestantes en los próximos días.

Grandes manifestaciones han estallado por todo el país con la consigna de “Si no hay justicia no habrá paz” (No justice, no peace), recordando los levantamientos antirracistas de Ferguson y Baltimore en 2014 y 2015. Desafiando a los represores y la pandemia, las multitudes han tomado las calles de Minneapolis primero y luego muchas de las principales ciudades del país. La casa del asesino Chauvin fue rodeada por manifestantes hasta que la Guardia Nacional arremetió contra ellos. El local policial al que se presume se encontraban asignados los asesinos de Floyd fue incendiado el jueves. También hubo grandes saqueos.

Más allá del posible rol de los provocadores policiales en algunas de las acciones, el ataque a los símbolos de la represión ha generado un gran impacto y la movilización se ha extendido al resto del país. En Louisville, donde la joven Breonna Taylor fue asesinada recientemente por policías racistas, ha habido grandes protestas y se reportan siete heridos de bala en la represión. Se ha evidenciado un patrón de ataques a la prensa por parte de la policía, con detenciones como el del periodista negro Omar Jiménez de CNN en Minneapolis, así como disparos contra camarógrafos y otras agresiones en varias ciudades.

El viernes 29 se concentraron centenares de manifestantes frente a la Casa Blanca, donde se encontraba Trump, desafiando el toque de queda. Pancartas con consignas como “Ojo por ojo” reflejan el espíritu radicalizado de la juventud luchadora en Nueva York, Los Angeles, Chicago, Phoenix, Oakland, Houston, Atlanta, Detroit, Las Vegas, San José y Memphis. En la pequeña ciudad de Petal, en Mississippi, el alcalde hizo apología del asesinato de Floyd y centenares de personas se movilizaron por su renuncia. Hay resistencia obrera a la represión: en Minneapolis choferes de autobuses empleados para transportar a los antimotines se negaron a hacerlo, lo mismo ocurrió en Brooklyn. Es importante exigir a los sindicatos tomar medidas a nivel nacional en solidaridad con la lucha antirracista. Si los burócratas se niegan hay que barrerlos.


thumbs b c 23c9cb2bf3adf25924cb63dc7abe6466El derechista Trump llama a tirotear a los manifestantes

La primera reacción de Trump fue cautelosa, solidarizándose con la familia de Floyd y asegurando que una investigación federal proporcionaría justicia. Pero ante el crecimiento de la lucha popular, sus convicciones fascistas salieron a relucir. La madrugada del 29 de mayo en la madrugada tuiteó calificando de “matones” (thugs) a quienes protestan, amenazó con la militarización para imponer el “orden” e incluso citó una frase del jefe policial racista Walter Headley de Miami, quien en 1967 dijo que “cuando se inician los saqueos, se inician los tiroteos”, una clara incitación a usar la violencia militar y paramilitar contra las protestas.

El presidente no solo da luz verde a los métodos brutales de los cuerpos represivos, también envía la señal a los grupos paramilitares neonazis y supremacistas blancos. Ya un atacante desconocido hirió de bala a un manifestante en Minnesota y se registró al menos un arrollamiento en Denver. Es notorio el contraste entre el trato brindado por los cuerpos represivos a las manifestaciones antirracistas, atacadas violentamente, y la protección brindada a las movilizaciones armadas de los grupos racistas de extrema derecha, que han tomado edificios gubernamentales protestando contra las medidas de distanciamiento social en el marco de la pandemia.

El mensaje de incitación a los tiroteos por parte de Trump ha sido criticado por algunos demócratas y la red social Twitter redujo parcialmente su visibilidad, una sanción que irritó al presidente racista, quien ya ha emprendido iniciativas legales para regular las redes. Pero un factor que impide que se profundice una crisis en la clase dominante es el rol de los demócratas al servicio de la represión y el orden.


Los demócratas, el componente liberal del partido del orden

El gobernador demócrata de Minnesota declaró emergencia para autorizar el despliegue de la Guardia Nacional y la noche del jueves ya se habían desplegado 500 militares. Trump arremetió contra los demócratas, a los que acusa de ser “radicales de izquierda” y amenazó con militarizar más extensamente el estado. El alcalde de Minneapolis, también demócrata, igualmente solicitó el despliegue de la Guardia Nacional. Sobrepasados por la movilización, han aplicado un toque de queda, con poca o ninguna efectividad.

El expresidente Obama se pronunció solicitando una investigación pero se negó a calificar como asesinato la muerte de Floyd. Concluyó su mensaje felicitando a “la mayoría de los hombres y mujeres” de los cuerpos policiales que “se enorgullecen de realizar su duro trabajo de manera correcta”. Se cuidó escrupulosamente de usar la palabra “racismo” y ensalzó a los represores. El ex precandidato socialdemócrata, Sanders, sí criticó el racismo sistemático y la violencia policial contra las personas negras y exigió el arresto de todos los policías involucrados en el asesinato. Exigió que en el futuro sean investigadas todas las muertes bajo custodia policial y criticó a Trump por incitar a la policía a realizar tiroteos. Pero no llamó a movilizar ni se solidarizó con las movilizaciones en curso.

El virtual candidato presidencial demócrata, Joe Biden, emitió un extenso comunicado criticando el racismo y llamando a la calma, sin emplear la palabra asesinato. Amy Klobuchar lucía como probable compañera de fórmula de Biden, pero ha sido desenmascarada por la crisis. Ya era repudiada por las comunidades afroestadounidenses por su complicidad con la policía racista en Minnesota durante los años en que se desempeñó como fiscal. Luego del asesinato de Floyd se ha difundido ampliamente su rol en el encubrimiento de la brutalidad policial en Minneapolis.

El gobernador de Nueva York, el demócrata Cuomo, quien viene antagonizando con Trump por la respuesta ante la pandemia, ha dicho que apoya a los manifestantes mientras condena “los incendios y robos”. Pura demagogia y doble discurso: la policía de su estado, que es tan racista como las demás, se ha encargado de reprimir las protestas con la misma violencia.

minneapolis-735x400EEUU: un Estado racista

Este atroz crimen vuelve a poner sobre el tapete el carácter racista del régimen de la mayor potencia capitalista e imperialista del mundo, así como su muy limitada democracia burguesa. EEUU se levantó como potencia sobre la base de cientos de años de esclavismo y mantuvo leyes de segregación racista parecidas a las del apartheid hasta la década de 1960. Varios estados aplican políticas diseñadas a negar el derecho al voto a la población negra. Hasta el año 2000 el matrimonio interracial fue ilegal en el estado de Alabama. Un tercio de los niños negros viven en la pobreza, el ingreso per cápita de los negros es diez veces menor que el de los blancos. El 27% de los negros viven por debajo de la línea de pobreza. El desempleo, de más del 10% en la población negra, es más del doble que entre los blancos. Un estudio de 2017 mostraba que un tercio de los más de dos millones de presos en EEUU son negros. Hay proporcionalmente seis veces más presos negros que blancos y el doble que los latinos. La probabilidad de que un hombre negro de bajos ingresos sea encarcelado en algún momento de su vida es mayor al 50%. Las condenas por consumo de drogas son 6 veces más frecuentes contra negros que contra blancos, aunque la tasa de consumo es igual en ambos grupos. En 2016 la tasa de asesinatos a manos de los cuerpos represivos fue de 10,13 por millón entre la población indígena, 6,6 por millón entre los negros, 3,23 entre los latinos, 2,9 entre los blancos.

Grupos racistas como el KKK realizaron miles de linchamientos contra personas negras entre fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. En el período de posguerra se aplicaron políticas de terrorismo de Estado con criterios racistas. El programa del FBI llamado Cointelpro tuvo como su prioridad la destrucción de las organizaciones del movimiento indígena y de las comunidades negras, mediante la infiltración, la criminalización y la eliminación física. El luchador antirracista Malcom X fue asesinado por traidores del movimiento al servicio del FBI. El preso político más antiguo del país es el dirigente indígena sioux Leonard Peltier, preso desde hace 44 años. Uno de los despliegues más impresionantes de violencia racista fue el bombardeo el 13 de mayo de 1985, por parte de la policía de Filadelfia, de un barrio negro. Sesenta viviendas fueron destruidas y once personas murieron. El ataque, con características bélicas, estaba dirigido contra la organización negra MOVE.

La violencia racista policial al amparo de la impunidad. Los paramilitares racistas que recientemente asesinaron a Amaud Arbery en Georgia solo fueron acusados porque filmaron el asesinato y la denuncia se generalizó. Ningún policía fue acusado por el asesinato reciente de Breonna Taylor en Kentucky. Cuando Eric Garner fue estrangulado en 2014 por policías racistas en Nueva York, ningún agente fue enjuiciado, tampoco por el asesinato de Michael Brown en Ferguson el mismo año.

El policía racista Chauvin, asesino de Floyd, fue detenido luego de tres días de intensas protestas a nivel nacional. Fue algo tan excepcional, arrancado por la movilización popular, que los fiscales afirmaron que era la acusación más rápida que se ha realizado contra un policía. Pero es una excepción que confirma la regla: apenas se le acusa de homicidio en tercer grado, es decir “no intencional”. Mientras tanto, los medios burgueses se abstienen de usar la palabra “asesinato”.


¡Solidaridad internacional antirracista!

El racismo es una lacra inherente al capitalismo, desde su nacimiento. El tráfico de esclavos fue uno de los mecanismos de la acumulación originaria. La ideología de la diferenciación pseudobiológica racial surge en ese proceso de genocidio y explotación esclavista. En el marco de las relaciones de explotación capitalista el odio racista es propugnado por las burguesías para dividir a la clase trabajadora y perpetuar la superexplotación de los sectores más marginados y oprimidos, los negros, indígenas e inmigrantes.

La pandemia del Covid19 ha demostrado que los efectos destructivos del capitalismo tienen una dimensión mundial y de ahí la necesidad de una respuesta de lucha global por parte de la clase trabajadora. El levantamiento antirracista en EEUU merece la solidaridad de los revolucionarios del mundo. Junto a las protestas en Chile, El Líbano e Irak, es parte del reavivamiento de la lucha de clases luego del impacto de la pandemia. En EEUU el racismo estructural también se ha reflejado en el hecho de que la población negra y latina ha sido castigada mucho más duramente en términos proporcionales. Ello ha abonado a la situación generalizada de descontento que se ha desbordado por el vil asesinato racista de George Floyd.

Llamemos a los dirigentes de los sindicatos de EEUU a romper su complicidad con el gobierno represor de Trump y convocar huelgas para doblarle el brazo a los racistas. Que los sindicatos de empleados públicos se nieguen a defender a policías que repriman a trabajadores, ataquen a las comunidades populares o cometan crímenes racistas. Emplacemos a los miembros de la Guardia Nacional a que rompan la disciplina y no repriman. Exijamos justicia para George Floyd, que se realice una investigación independiente y se imponga una pena ejemplarizante para los policías asesinos. Al calor de la lucha es necesario construir también las organizaciones sociales y políticas de izquierda independiente que den continuidad a la lucha hasta derrotar al gobierno de Trump y su política reaccionaria y racista al servicio de las multinacionales y del sistema capitalista-imperialista.

Llamamos a hacer actos unitarios de protesta frente a las embajadas y consulados de EEUU para expresar nuestro apoyo a la juventud aguerrida negra y latina que desde las entrañas de la mayor potencia imperialista resisten contra la opresión racista y cada vez más cuestionan la desigualdad y la explotación capitalista. Tomemos el impulso que la lucha en EEUU da a la causa antirracista para denunciar y combatir las expresiones de violencia y opresión racista en nuestros propios países.

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)

30 de mayo de 2020

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