May 17, 2024 Last Updated 1:34 AM, May 17, 2024

Izquierda Socialista

El bloque del Frente de Izquierda-Unidad, Pablo Almeida (Izquierda Socialista) y Alejandrina Barri (PTS), presentó un proyecto en la legislatura porteña para poner la capacidad productiva de la Ciudad para el combate de la pandemia. 

"Proponemos  utilizar la capacidad productiva de la Ciudad junto con las millones de dosis de la vacuna Astra-Zeneca que se producen en Garín que deberían quedar en el país." Afirma el proyecto.

 

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Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop

En una reunión convocada por la Confederación Sindical Internacional, de la que participaron organizaciones sindicales de todo el mundo, incluyendo la CGT y las dos CTA argentinas, se pidió la “suspensión de las patentes sobre las vacunas contra Covid-19, a través de los mecanismos previstos en las legislaciones nacionales o dentro del ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”.

Por nuestro país firmaron la CTA y la CTA Autónoma, la Asociación de Empleados de Farmacia, la CGT de la República Argentina, la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales, más el Movimiento Centroamericano 2 de Marzo y distintas organizaciones de Alemania, Austria, Brasil, Colombia, Costa Rica, Croacia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Italia, Marruecos, Mauritania, Namibia, Nigeria, Panamá, Perú, República Dominicana, Senegal, Sudáfrica, Turquía y Venezuela.

Nos parece bien que se haya producido este pronunciamiento que va en el mismo sentido que los reclamos que se están haciendo sentir en todo el mundo. Pero el problema de las declaraciones es que son solo eso, declaraciones. Ningún gobierno, repleto de funcionarios obedientes a las multinacionales, va a enfrentarlas por más declaraciones que hagan los sindicatos y organizaciones por más justas que sean. Es necesario traducirlas en acciones que cambien la relación de fuerzas con estos gobiernos sumisos a los monopolios. En nuestro país la CGT y las dos CTA, además de denunciar la acción de las multinacionales, deben convocar a los trabajadores y a sectores populares a movilizarse para exigir al gobierno del Frente de Todos que suspenda las patentes y se ponga a fabricar vacunas para todas y todos.

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Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop

Es sabido que el reclamo de suspensión de las patentes presentado en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por Sudáfrica e India apoyado por 99 países no prospera porque los países imperialistas impiden el consenso. Sin embargo, es tal la indignación que despierta la conducta de las multinacionales farmacéuticas -y los gobiernos que las sirven-, que se ha gestado una fuerte corriente favorable a dicha suspensión, incluso en los países imperialistas. En estas semanas hubo treinta representantes del Congreso norteamericano y 115 del Parlamento Europeo que se pronunciaron a favor de la iniciativa de India y Sudáfrica.

La Iglesia Católica, a través de la Asociación de Académicos Católicos, también se ha pronunciado a favor de la “libertad de producción de vacunas” y la “suspensión transitoria de los derechos vinculados a las patentes” […] “la lógica del lucro debe subordinarse a la protección del bien público global”, concluye.

Por otra parte, son innumerables las campañas de firmas que recorren las redes en todo el mundo. Quizá la más importante sea La Vacuna de los Pueblos (The People’s Vaccine), encabezada por el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus y secundado por los actores George Clooney y Forest Whitaker, la actriz Sharon Stone, el músico Peter Gabriel, entre otros, y más de un millón quinientas mil personas en todo el mundo que han suscripto el documento hasta el momento y otras que mencionamos en la declaración de la UIT-CI (Ver nota en este número de el Socialista).

En los Estados Unidos, el cineasta Michael Moore -famoso por su implacable denuncia del sistema de salud yanqui- instó por Twitter a que el presidente Joe Biden expropie a Pfizer para que “produzca vacunas 24 horas por día, 7 días por semana”. La importante representante Jan Schakowsky, demócrata de Illinois, declaró que “Estados Unidos debe permitir que las naciones en desarrollo produzcan vacunas Covid-19 localmente para aumentar la producción lo más rápido posible…”

 El 26 de febrero un panel online reunió a parlamentarios con distintas organizaciones como el Sindicato de Azafatas, el Grupo Católico para la Justicia Social, Oxfam, Médicos sin Fronteras (MSF) y el prestigioso Observatorio de Recursos Humanos, entre otros. La presión ha logrado que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, diera luz verde a la posición de los treinta parlamentarios que reclaman al gobierno que dé consenso en la OMC a la suspensión de las patentes.

El movimiento por la suspensión de las patentes crece en el mundo, así como el clamor de vacunas para todos y todas, porque la salud es un derecho humano, no una mercancía.

El 14 de abril la Organización Mundial del Comercio (OMC) se reunirá en Ginebra para debatir el tema de la eliminación o suspensión de las patentes, las cuales hoy son controladas por las grandes transnacionales farmacéuticas, lo que viene restringiendo el acceso a miles de millones de personas a las vacunas contra el Covid-19, especialmente en los países más pobres.

La cumbre de la OMC es producto de la gran presión internacional que se viene desarrollando en todo el mundo por la liberación de las patentes. Un vasto movimiento mundial que involucra a gobiernos, organizaciones no gubernamentales y diversas personalidades se ha venido gestando desde hace por lo menos seis meses.

Desde la Unidad Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores Cuarta Internacional (UIT-CI) no tenemos ninguna expectativa en lo que pueda resolver la OMC. Se trata de un organismo representante del sistema capitalista imperialista que es el responsable de la debacle social y de salud que estamos viviendo. La OMC lleva tiempo avalando a las patentes y a las multinacionales farmacéuticas.

Por todo eso estamos convocando para el próximo 14 de abril a una jornada internacional de denuncia y exigencia, por las redes sociales y donde se pueda de manera presencial, exigiendo vacunas para todas y todos y por la eliminación o suspensión de las patentes. Solo con una gran protesta y una movilización mundial de las y los trabajadores, en especial de la salud, y de los sectores populares se podrá cambiar este rumbo.

Mientras en el mundo se sigue agravando la pandemia con nuevas cepas y más contagios, hay escasez de vacunas y una desigualdad en su distribución. Hasta marzo se habían aplicado en todo el mundo 489 millones de dosis en una proporción de 6,27 cada cien habitantes.

Se está produciendo lo que algunos han llamado un apartheid de vacunas, evidenciado en la desigual distribución de las vacunas entre países ricos e imperialistas y los más pobres, donde vive la mayoría de la población del planeta.

Para romper esta camisa de fuerza, impuesta por las normas que rigen en el capitalismo mundial, es menester liberar las patentes que hoy controlan las grandes farmacéuticas, poniendo a disposición de todos los científicos y laboratorios existentes en el mundo el conocimiento y las técnicas que hoy están en manos de las grandes transnacionales, lo cual permitiría la producción masiva de las vacunas, terminando así con el apartheid que hoy restringe el acceso de los países más pobres.

India y Sudáfrica, con el apoyo de 99 países, presentaron una propuesta de emergencia ante la Organización Mundial del Comercio para suspender temporalmente las patentes de las vacunas y tratamientos relacionados con el Covid-19 mientras persista la pandemia. Sin embargo, los gobiernos de esos países se limitan a solicitudes formales ante los organismos internacionales pero no llaman a movilizar. Parte del reclamo es exigir a esos gobiernos que se pronuncien abiertamente y que llamen a movilizar.

Existen otras importantes iniciativas por la liberación de las patentes impulsadas por Médicos sin Fronteras, Oxfam y, más recientemente, el llamamiento por una Vacuna de los Pueblos (The Peoples Vaccine) encabezado por el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, secundado por los actores George Clooney y Forest Whitaker, la actriz Sharon Stone y el músico Peter Gabriel, entre otros, y más de un millón quinientas mil personas en todo el mundo que han suscrito el documento hasta el momento.

La UIT-CI es parte de este movimiento internacional y en ese marco convocamos a realizar una jornada internacional el próximo 14 de abril.

Por tal razón, llamamos a todas organizaciones populares, sindicales, juveniles y políticas que coincidan con este reclamo a coordinar acciones unitarias este 14 de abril en cada uno de nuestros países exigiendo que las patentes de las vacunas del Covid-19 sean eliminadas para poner a producir, en forma urgente, a máxima capacidad a todos los laboratorios y centros científicos del mundo. Para que exista una distribución de vacunas libre y gratuita para todos los pueblos del mundo.

Llamamos a desarrollar una jornada con acciones presenciales donde sea posible, y por las redes sociales con videos cortos, fotos con carteles que digan #No a las patentes, Vacunas para Todas y Todos, tuitazos y otras iniciativas.

Unidad Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)

11 de abril de 2021

 

Escribe Adolfo Santos

En medio de una escalada de contagios y muertes por el coronavirus producida por una segunda ola especialmente agresiva, la mesa nacional de Juntos por el Cambio emitió un bochornoso comunicado. Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y Miguel Ángel Pichetto, entre otros dirigentes, salieron a cruzar las nuevas medidas decretadas por el gobierno. “Estamos convencidos de que debemos defender la mayor normalidad posible, que implica garantizar el derecho a la educación, el trabajo y el ejercicio de las libertades fundamentales”, dicen en el comunicado.

Hablar de normalidad cuando la situación se ha vuelto crítica es propio de dirigentes políticos patronales alejados del sufrimiento que esta tragedia está causando. Es claro que las políticas del gobierno de Alberto Fernández no han ayudado a resolver la crisis epidemiológica, por un lado por la falta de vacunas, pero también porque ha seguido con la apertura de la economía sin que se respeten las medidas de protección que ahora estamos lamentando con la segunda ola. Por eso las propuestas de Cambiemos no son una solución, ni tampoco tienen autoridad para proponerse como alternativa. Ellos son parte del problema. Son los que durante el gobierno de Macri profundizaron la crisis en la salud pública dejando de invertir en infraestructura, en salarios y en contratación de personal y beneficiaron a los mercaderes de la salud privada y de las prepagas. No tienen ninguna autoridad para hablar.

Los dirigentes de Juntos por el Cambio rechazan las medidas del gobierno, aunque en el fondo tienen un objetivo común, que esta crisis la pague el pueblo pobre y trabajador. “Nos parece particularmente preocupante que frente al fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno nacional la respuesta repetida sea insistir con restricciones excesivas y mal calibradas”, agrega el comunicado de esta oposición patronal. ¿Qué nos proponen? En nombre de las “libertades fundamentales” que ellos tantas veces han violado, quieren que se abra todo, las escuelas, las fábricas, el comercio, el transporte, con “la mayor normalidad posible” sin que se respeten los protocolos. Una irresponsabilidad.

Abrir todo es activar una bomba de tiempo. Es generar nuevos focos de contagio. Es lo contrario de lo que recomiendan los epidemiólogos. Las medidas de Cambiemos nos llevarían rápidamente a la situación de Brasil, donde la “apertura de la economía”, para satisfacer las demandas de los grandes empresarios, ha modificado los grupos de riesgo. Según el Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE), actualmente, la mayor letalidad y contagio no es de los adultos mayores, sino de los sectores negros, menores de 60 años y concentrados en la limpieza urbana y en el transporte de pasajeros. Son los trabajadores más humildes que están en contacto con las aglomeraciones. A eso nos llevarían las propuestas del macrismo.

A diferencia de Juntos por el Cambio, desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad nos oponemos a la apertura indiscriminada de la economía. Exigimos mayores medidas de seguridad para proteger a la población trabajadora y los sectores populares y la vacunación urgente de todas y todos. Demandamos que se vuelva a implementar un IFE acorde al costo de la canasta familiar y que se distribuyan alimentos suficientes para los comedores populares y para las familias que lo demanden para evitar el sufrimiento de los sectores más vulnerables. Denunciamos las concesiones hechas a los grandes empresarios que, en complicidad con la burocracia sindical, se aprovecharon de la pandemia para retirar derechos, suspender y despedir trabajadores y no implementar las condiciones para evitar los contagios. Uno de los casos más emblemáticos es el del transporte público. Mientras el gobierno prohíbe las reuniones familiares, los trabajadores viajan hacinados para no perder el empleo o para buscar una changa que les permita subsistir. Como graficó la dirigente ferroviaria del Sarmiento y diputada nacional Mónica Schlotthauer: “Cada vagón del tren es comparable a una fiesta clandestina”.

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