Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
Con la denominada ley de “ficha limpia”, el gobierno, el PRO, la Coalición Cívica, Margarita Stolbizer y otros bloques dicen que se terminará la corrupción en la política. Una mentira total. La ley propone que quien tenga una condena en segunda instancia por delitos que se asocian a actos corruptos no podrán ser candidatos, aunque la condena no esté firme. Es decir, una ley para manipular candidaturas y perseguir a las y los luchadores y opositores políticos ya que, por ejemplo, el artículo 2 de la ley dispone que quienes “defrauden al Estado” no podrán ser candidatos, casualmente la imputación que se les hace a las organizaciones piqueteras y a sus dirigentes por “el delito” de luchar por comida y trabajo genuino. Incluso hay proyectos que equiparan la protesta social con actos de “sedición, terrorismo, atentado contra los poderes públicos y el orden constitucional” por lo cual, de salir este engendro, una luchadora o luchador no se podrá presentar como candidato porque para este gobierno es un delincuente si participa de una protesta.
Hablan de ficha limpia para afuera para esconder la ficha sucia que tienen en sus filas. ¿Acaso no es este gobierno el que tiene diputadas y diputados que fueron a visitar a genocidas que asesinaron y desaparecieron a nuestros 30.000, imponiéndonos una deuda externa de saqueo y corrupción? Los ministros de este gobierno ¿no son corruptos? Luis Caputo ya debería estar preso por endeudarnos con 45.000 millones de dólares al FMI.
Milei dice “el que las hace las paga” y reivindica al gobierno más corrupto y entreguista como lo fue el peronismo menemista de los años 90, donde Carlos Menem terminó en la impunidad. Mauricio Macri y el PRO hablan de ficha limpia mientras el ex presidente le perdonó la deuda del Correo a su padre.
Cabe señalar también que el bloque de Unión por la Patria, si bien rechaza que se impida presentar como candidato a alguien que no tenga condena firme, se ha sumado a esta política de ficha limpia agregándole incluso delitos como “atentado al orden constitucional”. ¿No se enteró el peronismo que este gobierno tildó de terroristas y golpistas a quienes nos movilizamos contra la Ley Bases?
Rechazamos este proyecto demagógico y persecutorio. Estamos en contra de toda decisión política o judicial que se use con el fin de cercenar a alguien en sus derechos políticos o en una contienda electoral. Y lo decimos desde nuestra trayectoria de Izquierda Socialista y el FIT Unidad de venir enfrentando a todos los políticos, gobiernos y a este sistema capitalista de hambre y corrupción.
Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional Izquierda Socialista/FIT Unidad
El Partido Obrero lanzó una campaña con la consigna “Fuera Milei”. Hizo un acto en Parque Lezama y en algunas provincias. Llama a que la adopte el Frente de Izquierda, aunque nunca lo planteó en su mesa nacional. Con esta nota damos nuestra visión al respecto, tratando de seguir aportando al interrogante de millones de luchadoras y luchadores sobre cuál es el mejor camino para derrotar el plan motosierra y a este gobierno siniestro de Milei.
El Partido Obrero lanzó la consigna “Fuera Milei” como central. Dice que es necesaria porque el gobierno “es incompatible con las necesidades de la población trabajadora” (Editorial Prensa Obrera, 25/10). Lo repitieron sus oradores en el acto del Parque Lezama. Tomamos las palabras del PO. Es cierto que Milei es “incompatible” con el pueblo trabajador, pero ese solo elemento no basta para justificar el lanzamiento de una consigna que consideramos equivocada porque no ayuda a desarrollar la pelea que está llevando a cabo el movimiento obrero y estudiantil y fundamentalmente porque no están dadas las condiciones para echar al gobierno ahora.
Desde ya Izquierda Socialista/FIT Unidad está por derrotar el plan motosierra y echar a Milei. Esto está fuera de debate. Pero plantear “Fuera Milei” como tarea inmediata de las y los luchadores es contraproducente, cuando no están dadas las condiciones. Más aún cuando se lo hace con políticas autoproclamatorias y divisionistas.
Las razones equivocadas que esgrime el PO
El propio PO reconoce que recién comienza el repudio a Milei. “Esta comprensión comienza a abrirse paso entre los trabajadores, reflejándose en un creciente repudio popular contra el gobierno” (Idem). Es decir, “comienza a abrirse paso”, no es que está en su punto máximo, ni la gran mayoría trabajadora opina eso.
Si bien a once meses de gobierno crece la bronca contra Milei, esa ruptura y decepción está en sus primeros pasos y con muchas contradicciones. Una franja ya rompió con el gobierno; hay otra que no está de acuerdo con sus políticas pero mantiene la falsa ilusión de que habría que esperar un poco más. Entre los decepcionados con Milei, también pesa a la hora de salir a enfrentar más decididamente al gobierno el no ver una perspectiva frente al odio que aún sigue contra el desastroso gobierno peronista de Alberto y Cristina. Y entre quienes vienen repudiando a Milei juega negativamente el rol nefasto de las direcciones sindicales y políticas, la tregua de la CGT, el hecho de que aún no hay desbordes a la burocracia sindical y la siniestra política de “gobernabilidad” del peronismo, alimentando todo esto el interrogante de cómo hay que hacer para avanzar y sacarse de encima a Milei y a su plan motosierra.
Es decir, no hay una radicalización en la lucha de clases que esté poniendo en cuestión la continuidad de Milei como lo fueron los meses previos a que se diera la rebelión popular que terminó con el Argentinazo de 2001 echando al gobierno de De la Rúa. Seguramente irán madurando las condiciones para ello. Pero al no estar en ese momento es equivocado agitar “Fuera Milei” pensando en que pueda caer bien en una vanguardia radicalizada. Lo que hay que hacer es crear las condiciones para ello. Cosa que no hace el PO.
¿Unidad o divisionismo para derrotar a Milei?
El Partido Obrero dice que el “Fuera Milei” serviría para “crear las condiciones para que la clase trabajadora intervenga para poner fin a la guerra que Milei nos decretó”. Pero las consignas no son para “crear condiciones”, sino para movilizar a millones en el camino de derrotar al gobierno.
Si el PO dice que está por “crear las condiciones” para tirar a Milei, debería actuar en consecuencia.
Crear las condiciones sería, por ejemplo, llamar a actuar en común al sindicalismo combativo y a todas las organizaciones que venimos luchando y a la izquierda para apoyar las luchas y coordinar con todos los sectores combativos, cosa que el PO no contribuye por su política sectaria y autoproclamatoria.
El Partido Obrero, por ejemplo, tomó la decisión de disolver el Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC), organismo que junto a distintas organizaciones hizo la primera acción contra el gobierno el pasado 20 de diciembre logrando el acto en Plaza de Mayo en el aniversario del Argentinazo. Desde ahí el PO se negó a darle continuidad al PSC, por eso no hubo ninguna mención al mismo en el acto de Parque Lezama, reemplazándolo por convocatorias unilaterales del Sutna y el Polo Obrero.
El Plenario del Sindicalismo Combativo se creó en 2018 bajo el gobierno de Macri, transitó los cuatro años bajo el gobierno peronista y justo ahora cuando hacía falta fortalecerlo ante un gobierno ultraderechista, el Partido Obrero decidió liquidarlo. Un gravísimo error.
Recordemos que el PSC logró unificar a todo lo mejor que vino dando el sindicalismo combativo, la Unión Ferroviaria Oeste encabezada por el “Pollo” Sobrero, el Sutna con Alejandro Crespo, Ademys, ATEN Capital Neuquén junto a los ceramistas de esa provincia, AGD UBA y distintos cuerpos de delegados, comisiones internas y agrupaciones opositoras. De haberse mantenido el PSC ahora podría nutrir con nuevas conducciones ganadas a la burocracia, como la docencia de UEPC Capital de Córdoba o el triunfo de Adosac Santa Cruz que ganó el sindicato provincial, con el objetivo de fortalecer un polo alternativo a la burocracia sindical e ir plasmando una Coordinadora Nacional de los sectores en lucha, el movimiento estudiantil, las asambleas populares, para darle más fuerza a la pelea contra Milei.
Unidad para luchar y postular nuestra salida de fondo junto al Frente de Izquierda Unidad
El tema es cómo llegamos al punto de que cuando estén dadas las condiciones para derrotar a Milei las y los luchadores y la izquierda estemos en mejores condiciones para oponer de manera más fuerte y organizada una salida favorable para el pueblo trabajador. Creemos que lo vamos a hacer partiendo de apoyar con la mayor unidad posible las luchas concretas contra el plan motosierra y represivo de Milei y los gobernadores. Siendo parte de las marchas estudiantiles por lograr una partida de emergencia para las universidades; las duras peleas por el salario como la que están protagonizando las y los trabajadores y profesionales del Garrahan; la pelea contra los despidos como llevan a cabo los petroquímicos de Río Tercero o la que dio ejemplarmente el personal del Hospital Bonaparte logrando un triunfo al evitar su cierre; la pelea por la defensa de Aerolíneas Argentinas y contra la privatización de los ferrocarriles, etcétera. Pelea que se vino dando desde que asumió este gobierno, arrancándole dos paros generales a la CGT y las convocatorias unitarias y masivas del 23 de Abril y el 2 de Octubre de la comunidad educativa y la juventud estudiantil. Pelea que quiere desmontar la CGT con la tregua que pactó con el gobierno. Por eso es tan importante denunciar la tregua de la CGT y exigir que convoque a un nuevo paro general y plan de lucha nacional, política que irá permitiendo sobrepasar a las direcciones traidoras en el camino de lograr una lucha nacional que ponga a la orden del día la derrota del gobierno.
A su vez, la política de la izquierda revolucionaria trotskista nucleada en el Frente de Izquierda Unidad tiene que marcar el camino alternativo, en combate contra el gobierno y diferenciándose de la oposición patronal, esencialmente del peronismo, que deja correr a Milei pensando en las elecciones de 2025. Postulando otro plan económico obrero y popular, como dice el programa del FIT Unidad, luchando por el no pago de la deuda y la ruptura con el FMI, entre otras medidas de fondo. En camino de conquistar un gobierno de la clase trabajadora y una Argentina socialista con plena democracia para el pueblo trabajador. Para esa pelea hay que fortalecer la única alternativa obrera y socialista de la unidad de la izquierda que es el Frente de Izquierda Unidad. Llamó la atención que en el acto de Lezama los distintos oradores del PO no mencionaron al Frente de Izquierda, haciendo referencia solo a su partido, diciendo “hicimos un acto más grande que el que hizo Milei en este mismo lugar”, una política autoproclamatoria y sectaria que debilita esta pelea. Llamamos a las y los compañeros de PO a reflexionar.
Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
Javier Milei logró imponer el veto con el apoyo servicial del peronismo. Votaron a favor tres tucumanos del gobernador Osvaldo Jaldo y se ausentaron el diputado misionero Alberto Arrúa (también secretario general del Partido Justicialista de Misiones y ex de La Cámpora) y su par catamarqueña Fernanda Ávila, quien responde al gobernador Raúl Jalil, dando la nota de color al quedarse en su despacho sin bajar al recinto. Recordemos que las ausencias y abstenciones beneficiaron a Milei para que llegue al tercio de los votos, ya que sólo se cuentan los positivos y negativos de las y los presentes.
Quien salió por las redes a manifestar su enojo fue Cristina Fernández de Kirchner. “Gobernadores peronistas de nuestro partido habrían influido sobre algunos legisladores de sus provincias para plegarse a la estrategia de apoyo al veto a Milei”. En otra parte de su mensaje señala “cinco votos peronistas que de haber cumplido con su mandato habrían dejado sin efecto el veto y hoy la universidad tendría financiamiento”.
¿Qué pasó? Se dieron vuelta. Así de sencillo. Sin sus votos ganaba el rechazo al veto. Pero esos gobernadores fueron en la boleta de Unión por la Patria bajo la fórmula Alberto presidente-Cristina vice. ¿Ella no lo sabía?
Lo que quiere hacer creer es que en el peronismo hay sólo algunas “manzanas podridas” (no el conjunto de la dirigencia peronista) y que lo que hay que hacer es “enderezar al peronismo porque se torció y ordenar lo desordenado” con el objetivo de “que nadie más en nombre del peronismo termine utilizando una banca en contra del pueblo y la nación”. ¡Lo dice la misma que designó a dedo a Alberto Fernández como candidato a presidente llevando al país a un verdadero desastre, gobierno que integró la ex vicepresidenta de principio a fin!
Cristina llama a terminar con el “transfuguismo” del PJ con el objetivo de poner diputadas y diputados de su palo. Electoralismo al ciento por ciento. Pero si hace referencia a las bancas “que se venden”, recordemos que su hijo Máximo Kirchner y La Cámpora votaron para que se renegocie la deuda externa usurera del ministro Martín Guzmán. También votaron el cambio de la movilidad jubilatoria de Alberto que les robó a los jubilados. Y si no votaron el acuerdo con el FMI, es porque ya estaba sellado el acuerdo con el PRO.
Tenemos a su vez un hecho histórico, cuando en 1990 Néstor Kirchner siendo gobernador de Santa Cruz le puso un avión al entonces diputado Rafael Flores de esa provincia (que estaba enyesado) para que asistiera a votar la privatización de YPF bajo el gobierno peronista menemista de entonces.
Además, podríamos preguntarle a Cristina por qué no derogó las leyes de la dictadura o impuso el aborto legal cuando tenía mayorías en ambas cámaras en su último gobierno, por ejemplo.
Pero no se trata sólo de bancas, sino para quién gobierna el peronismo cuando está en el poder. No hay ningún peronismo “torcido ni desordenado”, es el mismo de siempre que viene gobernando durante veintiocho años de los últimos cuarenta para los grandes empresarios, la megaminería, los bancos y el FMI. Esto es lo que Cristina quiere encubrir.
El veto de Milei fue posibilitado por votos peronistas que fueron en las listas de Alberto y Cristina. Esa es la pura realidad. Esto debe llevar a la reflexión a las y los luchadores y jóvenes que vienen apoyando al peronismo creyendo que puede ser una salida favorable. A ellos les decimos que sólo el FIT Unidad muestra coherencia, tanto en el Congreso como en las calles, para enfrentar decididamente a la ultraderecha de Milei, mientras el peronismo lo deja correr y solo piensa en las elecciones de sus autoridades del próximo 17 de noviembre y las del año que viene, y la burocracia peronista de la CGT mantiene una tregua repudiable con el gobierno.
Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
Milei se valió de una Ley de Néstor Kirchner para imponer su veto, la 26.122. Es la que obliga a obtener una mayoría absoluta (dos tercios en ambas Cámaras) para voltearlo. Esta Ley le permitió a Milei ahora mantener el veto con solo 84 votos versus 159 que lo rechazaron, a pesar de ser minoría y contar con un amplio repudio popular. Será por eso que Máximo Kirchner dijo en un reciente acto que no estaba en contra del veto de Milei (“no nos tenemos que enojar”) porque es una facultad que tiene todo presidente.
Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
Cristina volvió a la escena. Hizo un acto en Merlo el pasado viernes 13 de septiembre, y una semana antes emitió un “cuadro de situación” titulado “es la economía bimonetaria, estúpido”. Cristina ve que crece la bronca contra Milei y se postula para rediseñar a un peronismo decadente en vistas a las elecciones.
Cristina tildó de lunático a Milei, dijo “con la casta pudo joder a los jubilados” y otras cuantas cosas más. Criticar a Milei es fácil. Hasta quienes lo votaron están recalculando. Pero vayamos a “la verdad de la milanesa”, como le gusta decir a la ex vicepresidenta. En sus clases magistrales, ¿dijo qué hay que hacer para derrotar la motosierra del ultraderechista Milei? No. ¿Habló de cómo terminar con el flagelo de la deuda externa? Tampoco. ¿Qué propone entonces?
La “economía bimonetaria” y la escasez de dólares
“Es necesario abordar el verdadero problema de la economía argentina. Hoy la Argentina no tiene los dólares para pagar la deuda”, dijo Cristina. Luego de dedicarle un elogio a Milei por lograr la salida del chileno Rodrigo Valdés de la negociación con el FMI (“Yo reconozco las cosas que se logran”), dijo que “aprovecharía ese ímpetu para lograr vencimientos compatibles con nuestra capacidad de pago. No estoy hablando de no pagar”, aclaró.
Además de preguntarnos cuál sería “el logro” de que ahora sea el adjunto del echado Valdés quien comande el brutal ajuste que está aplicando Milei para pagar la deuda, llamamos la atención sobre el juego discursivo de Cristina con esto de “es la economía bimonetaria, estúpido”, para terminar diciendo “no estoy hablando de no pagar”.
Propone ponerse de acuerdo entre “las fuerzas políticas y sociales que siguen creyendo en la Nación” para seguir pagando una deuda que viene de la dictadura, eso sí, “de acuerdo a la capacidad de pago” de Argentina. ¿Pero de qué capacidad de pago habla si no hay reservas en el Banco Central y hasta se mandó el oro afuera? ¿Qué país salió adelante con el FMI? Ninguno. Argentina sigue hundida con una deuda de 455.000 millones de dólares.
Cristina propone que Argentina siga pagando, por ejemplo, los 100.000 millones que nos dejaron Macri y Caputo, cifra que incluye los 45.000 millones de dólares pactados con el FMI los cuales fueron a la bicicleta financiera. El gobierno anterior de Alberto-Cristina y Massa reconocieron esa deuda, y ahora Cristina se sorprende de la escasez de dólares. Es delirante.
Además, si Cristina habla del dominio del dólar en la economía argentina es precisamente porque el sector financiero-especulativo viene creciendo por las leyes de la dictadura que su gobierno nunca retrotrajo. Por ejemplo, en 2011, en pleno gobierno de Cristina Kirchner, cinco de las diez empresas con mayor rentabilidad fueron bancos.
Se solucionaría fácil el problema de los dólares si se nacionalizaran la banca y el comercio exterior, y se evitara la fuga de capitales, algo que nunca hará el peronismo sino un gobierno de izquierda. Con la receta de Cristina, Argentina va a redoblar su condición de semicolonia del imperialismo yanqui. Por eso Cristina ya no habla de dependencia. Porque precisamente la Segunda Independencia del imperialismo con la ruptura con el FMI, solo lo planteamos desde el Frente de Izquierda.
No va más el peronismo. ¡Vamos con el Frente de Izquierda!
Cristina dijo en Merlo: “Hay que enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas que permitan organizar una fuerza política para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno”. Es decir, capitalizar el desgaste de Milei e ir preparando al PJ para las elecciones del año que viene y las presidenciales de 2027.
Quienes siguen a Cristina tienen que prestarle atención a su agenda, que no tiene nada de “progre”. Pichetto incluso la volvió a felicitar diciendo “son saludables sus aristas de autocrítica”.
Cristina habló de “los problemas” del peronismo, preguntándose “¿en casa cómo andamos?” Dice que el peronismo “se torció, se desordenó” y por eso hay que rediseñarlo. Trata de tapar el desastre del gobierno anterior, el que generó el caldo de cultivo para la asunción del ultraderechista Milei.
Cristina habló nuevamente de “modificar las relaciones laborales del viejo modelo del Estado omnipresente, que derivó en ineficiencia e ineficacia”. O sea, “modernizar” el trabajo, terminando con los privilegios de los convenios colectivos, como ya lo venía señalando tiempo atrás. A su vez, con lo de “estado omnipresente”, le abre el juego al capital privado en las empresas del Estado.
También hizo un llamado a la CGT, criticándola porque se preocupa por el trabajo formal pero no pide actualizar la Asignación por Hijo y no aborda la problemática del trabajo informal. ¡Pero la CGT no se preocupa por nada! Por eso está en una tregua con el gobierno.
Cristina llamó a una “reforma profunda de la educación pública”, recordando que cuando era presidenta culpaba a los paros docentes por la pérdida de los días de clases. Ahora dice lo mismo: “el trabajo es un derecho pero también un deber”.
Cristina quiere dar la idea de que hay dos modelos, el de Milei y el del peronismo. Pero hay otro, anticapitalista y socialista con el plan económico obrero y popular que proponemos desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad. Llamamos a superar al peronismo por izquierda, para derrotar a la motosierra de Milei y pelear por un gobierno de la clase trabajadora.