Conmovidos por la inesperada noticia, las y los boleteros y ferroviarios del Sarmiento despedimos el lunes 21 a Javier Valdez (54 años) al grito unísono de: “¡Javier presente, ahora y siempre!”, junto a sus cuatro hijos, Paloma (su compañera de toda la vida), su madre, vecinos y amigos. Militante peronista y de la Bordó durante años, ingresó a Izquierda Socialista en 2014. Fue un destacado defensor del sector boletería de Moreno frente al intento de cierre, y estuvo siempre presente en cada lucha ferroviaria.
Te vamos a recordar con cariño y orgullo, compañero. ¡Hasta el socialismo, siempre!
Escribe Prensa UIT-CI
16/7/2025. El 19 de abril de 2025 se realizó en San Pablo (Brasil) un acto unitario de homenaje a la dirigente y fundadora de la corriente trotskista morenista internacional y en Brasil, Zezé Lourenco da Silva, recientemente fallecida. Entre los oradores, que gran parte de ellos reivindicaron a Nahuel Moreno, estuvo Mercedes Petit, dirigente de larga trayectoria en nuestras filas. Posteriormente la dirección de la CST de Brasil le realizó una entrevista. Reproducimos las dos preguntas y respuestas específicas sobre la vigencia actual del legado teórico y político de Moreno.
CST: En un mundo en desorden mundial con Trump, con un genocidio en Gaza y una resistencia todavía en pie, una dictadura capitalista liderada por un partido “comunista” en la China… ¿sigue vigente el legado teórico y político de Nahuel Moreno?
Mercedes Petit: Moreno falleció en enero de 1987.Han pasado casi 40 años. Es indudable que entre fines del siglo XX y comienzos de XXI, se han producidos nuevos fenómenos y hechos políticos inmensos que Moreno no vivió. Como, por ejemplo, la caída del Muro de Berlín, la disolución de la antigua URSS y la restauración capitalista en los países donde se había expropiado a la burguesía. También el crecimiento de la ultraderecha en el mundo o el avance de la destrucción ambiental capitalista. Pero, en lo grueso, el legado teórico y político de Nahuel Moreno sigue vigente. Sus elaboraciones políticas y teóricas, dentro del marxismo revolucionario, siguen teniendo gran actualidad para las nuevas generaciones de revolucionares.
En toda su obra escrita, por ejemplo, siempre combatió a los sectores de la izquierda y del trotskismo oportunista y revisionista, como Ernest Mandel, que pronosticaban que el capitalismo podía aún crecer y desarrollarse. Moreno insistía en lo opuesto, en que el sistema capitalista-imperialista seguía en plena época de la decadencia que ya habían analizado Lenin y Trotsky desde la primera guerra. Y que desde 1968, esa decadencia se había agravado, y se había instalado una crisis crónica de su economía. A décadas de su fallecimiento vemos que la humanidad sufre una hecatombe por la superexplotación, la miseria y hasta hubo una pandemia mundial. El capitalismo vive la peor crisis de su historia. La consecuencia la sufren las masas con miles de millones de personas en la pobreza absoluta. Moreno ratificó la vigencia de la ley de Carlos Marx de la tendencia a la miseria creciente. En el siglo XXI se suma el agravamiento del desastre ambiental capitalista. Por eso Moreno mantuvo y enfatizó la advertencia de Trotsky de ¡Socialismo o Barbarie/Catástrofe! Alternativa que sigue vigente.
Otro aspecto clave de su legado es que Moreno ratificó que los pilares de la fundación de la Cuarta Internacional (1938) seguían vigentes y que la gran tarea es superar la crisis de dirección revolucionaria construyendo partidos revolucionarios en todo el mundo, al calor e interviniendo en las luchas obreras y populares. (1)
CST: Hay sectores que provienen del morenismo y tienen otra visión sobre su legado y consideran que se debe reelaborar y repensar todo de nuevo, desde la Segunda guerra mundial. ¿Qué piensas tú?
MP: Siempre hay que reelaborar y repensar, esto es lo nos enseñó Moreno. El insistía que el marxismo es abierto y que ante nuevas realidades no podemos actuar con esquemas. Pero siempre que esas nuevas elaboraciones tengan una base metodológica marxista correcta.
A la luz de los nuevos fenómenos que Moreno no vivió, por ejemplo, hubo hipótesis suyas que no se dieron. Moreno barajó la posibilidad que con la crisis y caída del estalinismo surgieran corrientes revolucionarias de masas y que eso pudiera contribuir al surgimiento de grandes partidos revolucionarios. Lamentablemente ese pronóstico, por ahora, no se cumplió.
Como este caso puede haber otros puntuales. Pero no modifica en nada la vigencia global de su legado teórico y político. Y esto lo asumimos con más fuerza aun al calor de la dispersión del morenismo desde los años noventa. Fueron los errores de todas y todos los que fuimos la dirección sin Moreno que llevaron a ese retroceso. Así lo asumimos nosotros, en nuestra corriente la UIT-CI, luego de bastante tiempo de discusión, cuando aprobamos un balance autocrítico sobre el período 87-92, en 1997, y que lo hicimos público hace años. Hasta donde conocemos fuimos las y los únicos de la dirección de aquellos años de crisis posteriores a la muerte de Moreno que hicimos una autocrítica respecto de nuestros errores, de nuestras políticas y métodos equivocados.
Por eso, por ejemplo, considero muy equivocados los cuestionamientos a gran parte de la elaboración de Moreno que está haciendo la corriente que se quedó con el nombre de la LIT-CI luego del estallido y división de inicio de los noventa y que aún se presenta como “morenista”.
La dirección de esta corriente publicó un largo texto en su página web titulado “Sobre las situaciones de la lucha de clases nacional y mundial”, en el cual pone en cuestión gran parte de la importante elaboración de Nahuel Moreno.
Desde ya que no tengo espacio aquí para responder a todo lo que, sorprendentemente, señalan en su texto. Solo voy a tomar dos puntos para mostrar las distorsiones y la falta de sustentación de sus críticas y revisiones. Luego de la segunda guerra mundial se fue dando el hecho nuevo de que direcciones no revolucionarias encabezaron revoluciones que avanzaron a la expropiación de la burguesía (Yugoeslavia, China, Cuba o Vietnam). También se avanzó en ese sentido por la ocupación del Ejército Rojo en Europa del Este (Polonia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Checoeslovaquia, Alemania Oriental). En ninguno de esos procesos el sujeto social fue la clase obrera ni tuvieron a un partido revolucionario marxista a la cabeza, tal cual como lo planteaba el marxismo revolucionario. Trotsky, en el Programa de Transición, había señalado que esa posibilidad “era la variante poco probable” o sea un caso excepcional. Pero ocurrió lo opuesto. Ante la confusión generalizada ante los nuevos hechos en el trotskismo de pos guerra, Moreno tuvo el acierto de reconocer esas realidades imprevistas y darle una interpretación correcta sin claudicar a las direcciones estalinistas contrarrevolucionarias o pequeño burguesas (Cuba). Moreno señaló que “la realidad fue más trotskista de lo que los trotskistas habíamos pensado”. Moreno destacó la fuerza de la movilización revolucionaria de las masas en ese período, que dio lugar a las nuevas situaciones, en las cuales se dio el hecho de que lo que Trotsky previa como “poco probable” fue la “norma” o “ley” de las nuevas expropiaciones en la inmediata posguerra. Sin caer ni en el sectarismo (negar los triunfos revolucionarios y las expropiaciones), o el oportunismo (embellecer a las direcciones contrarrevolucionarias), analizó esas realidades y las explicó por una combinación de causas. Ahora, los dirigentes de la LIT-CI, en su texto, distorsionan lo que dijo Moreno al hacer una interpretación falsa de que “fue ley” (citado en punto 14 del texto). Y antes dicen que Moreno criticó a Trotsky por ese pronóstico no cumplido. Esto es falso, nunca Moreno criticó por ese pronóstico a Trotsky, quien, además, había sido asesinado cinco años antes de los hechos. Solo señaló la contradicción y dio su interpretación marxista.
Segundo, los actuales dirigentes de la LIT-CI, afirman que Moreno sacó la conclusión “equivocada” de que era una “ley” y que proponía “proyectar la continuidad necesaria de ese proceso hacia el futuro” (punto 15 texto mencionado). Esto es doblemente falso ya que nunca Moreno escribió en sus textos la palabra “ley”. Y tampoco que eso era lo que iba a predominar o “proyectar” en adelante. Solo lo dijo en una intervención oral (cuya desgrabación se publicó luego de su fallecimiento y sin que la hubiera revisado) como opuesto a “excepción”. Pero lo más importante es que es falso que Moreno hablara de una “ley” en el sentido que daría por descartada nuestra lucha por dirigir a la clase obrera hacia revoluciones socialistas y su triunfo y, menos aún, dejaríamos de construir partidos revolucionarios ya que según esa “ley” el poder obrero y la expropiación lo harían el estalinismo y direcciones reformistas. Es increíble que esta distorsión o falsificación del pensamiento y del programa impulsado por Nahuel Moreno la escriban quienes aún se digan que son morenistas. En los hechos le abren el camino a quienes como el PTS (FracciónTrotskista-FT) o PO, quienes falsifican a Moreno para acusarlo de que se hizo “etapista”, revisando la teoría de la revolución, permanente.
En otra parte de su texto, la dirección de la LIT-CI critica o “descubre”, luego de más de 40 años, como “objetivista” a Moreno y que esa habría sido la causa de “graves errores de análisis y caracterización (punto 91 del texto citado). Según los dirigentes de la LIT-CI el objetivismo “abrió espacio a la expectativa de una rápida superación de la crisis de dirección revolucionaria y masificación de los partidos revolucionarios” (…) “basta imaginar la cantidad de errores en las definiciones de nuestras tareas que debimos haber cometido”. Pero, llamativamente, casi no mencionan ninguno, de la etapa de Moreno vivo. Solo mencionan las Tesis del 90, pero cuando ya no vivía Moreno. Le están echando a Moreno la culpa por los errores posteriores a su fallecimiento. Como decimos en nuestro balance autocrítico, nuestro pecado fue ir contra las enseñanzas de Moreno. Y, además, sinceramente, el texto da toda la impresión de que la dirección de la LIT-CI, quiere atribuirle a Moreno, luego de casi 40 años de su desaparición, sus propias crisis, fracasos y retrocesos como corriente. Más de una vez hemos señalado sus errores sectarios y autoproclamatorios. No fue Moreno el que autoproclamó sectariamente a la LIT-CI desde los años noventa como la única corriente revolucionaria rechazando a otros sectores revolucionarios, incluso provenientes del morenismo. Moreno proponía la unidad de los revolucionarios, el frente único revolucionario, para intentar reconstruir o refundar la Cuarta Internacional. Moreno combatía el sectarismo y la autoproclamación tanto como al oportunismo.
CST: Dinos en pocas palabras ¿qué es ser trotskista hoy?
MP: Hoy en primer lugar es mantener con coherencia y claridad una continuidad con la larga lucha de la clase obrera y los sectores populares y de los socialistas revolucionarios contra el capitalismo imperialista y por el triunfo de los gobiernos de las y los trabajadores y los sectores oprimidos y del socialismo en cada país y en el mundo. Hay más de un siglo y medio de experiencias, algunas exitosas, otras fallidas, desde Marx y Engels y el Manifiesto Comunista hasta la dura realidad actual, cuando vivimos y sufrimos la crisis y derrumbe capitalista más grande de su historia. Ante esto, los trotskistas morenistas decimos que hay que impulsar y apoyar todas las luchas justas, democráticas y anticapitalistas, y pelear por construir nuevas alternativas de dirección, uniendo a los revolucionarios, en la perspectiva de reconstruir la Cuarta Internacional. No es nada fácil, porque la alternativa es socialismo o catástrofe, pero vale la pena dedicar los más grandes esfuerzos con esos objetivos, que para mí son la razón de ser del trotskismo.
1 – Ver tesis 1 de Actualización del Programa de Transición: “Las bases fundacionales de la Cuarta Internacional han sido confirmadas por la historia”-
14/7/2025
Desde Izquierda Socialista lanzamos una nueva campaña financiera para sostener a nuestra organización y a las luchas que venimos dando junto a la clase trabajadora y sectores populares. También, en el Congreso, nuestros diputados del Frente de Izquierda Unidad son una voz clara contra el ajuste de Javier Milei, los gobernadores y el FMI. Juan Carlos Giordano y Mercedes de Mendieta ganan como una maestra y no viven del privilegio. Presentan proyectos en defensa de la salud, la educación, las jubilaciones, vivienda y acompañan cada conflicto obrero y popular.
Cada aporte a la campaña financiera sirve para fortalecer las campañas políticas y electorales de nuestro partido y del Frente de Izquierda. Publicaciones, volantes, locales, y actos están sostenidos por el esfuerzo de quienes construimos una alternativa de fondo, obrera y socialista.
Con tu aporte, funciona un partido en contraposición a los partidos patronales que los bancan los ricos, los grandes empresarios y las multinacionales. Por lo señalado, te pedimos un aporte y que nos ayudes a conseguir otros para realizar una campaña exitosa.
El 11 de mayo de 1977 en plena dictadura militar secuestraron y desaparecieron en el barrio de las Mil Casas de Tolosa, en la ciudad de La Plata, a tres militantes del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), antecesor de Izquierda Socialista.
Escribe: José “Pepe” Rusconi*
Ellos eran:
- Julio Matamoros (El Bocha) que tenía 21 años y había sido primero estudiante de Derecho y luego trabajador bancario.
- Mónica de Olazo (Moniquita) de 18 años, estudiante.
- Alejandro Ford (El Negro) de 21 años, egresado de la Escuela de Bellas Artes de la UNLP, ex dirigente de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios – organización de la juventud peronista) y, en esa fecha, recientemente ingresado como trabajador a la destilería de YPF de La Plata.
Recuerdo que yo había ingresado en marzo de 1977 a Propulsora Siderúrgica (hoy Siderar - Techint), fábrica siderometalúrgica de la localidad de Ensenada. Un compañero, llamado Miguel, hacía poco que había ingresado a la fábrica Petroquímica Sudamericana - Hilandería Olmos (hoy Mafissa) de esa localidad. Ambos militábamos en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y habíamos alquilado un lugar ubicado en diagonal 73 entre 5 y 6 de La Plata.
El lugar se trataba de un pequeño local para usos comerciales adaptado como departamento. Lo alquilamos equipado como para habitarlo, pero eso era solo una fachada. En realidad cada uno de nosotros teníamos otro domicilio, que desconocíamos mutuamente, por las medidas de seguridad que usábamos durante la dictadura. Este domicilio común cumplía con el objetivo de que si nos detenían, lo dábamos como real y, en caso de allanarnos, parecía habitado con camas, enceres de cocina y alguna ropa nuestra. Pero lo importante era que estaba totalmente “limpio” de cualquier material político. Cuestión fundamental al momento de un allanamiento. Hacíamos pasadas frecuentes por ese lugar y nos dejábamos ver por los vecinos a fines de que, si alguien preguntaba por nosotros, no nos señalaran como desconocidos. Con Miguel a veces coincidíamos en estas “pasadas” temporarias y otras no. Esto se debía a que cada uno en su fábrica tenía sus propios turnos de trabajo o francos semanales.
Julio, Alejandro y Mónica, más Pelusa (otra militante del partido) y yo, conformábamos una “célula” (nombre dado a los equipos partidarios bajo la dictadura caracterizados por el alto grado de clandestinidad que manteníamos). Unos meses antes del hecho que motiva este relato, tanto Pelusa como yo fuimos reasignados, dejando de pertenecer a esa célula, ingresando Miguel, mi supuesto compañero de vivienda, a la misma.
Hacía poco tiempo que habíamos alquilado ese lugar y nos sobresaltó el comentario que le hizo una vecina a Miguel. Le dijo que alguien desconocido le había preguntado sobre si conocía a quienes habitaban ese domicilio. Fue una preocupación que rápidamente quedó superada a causa de lo que paso a relatar.
El 12 de mayo de 1977, por la mañana, coincidimos con Miguel en nuestra rutina de hacer una “pasadita” por la supuesta vivienda común. Es ahí donde Miguel me cuenta que la noche anterior, cuando se dirigía hacia el departamento donde residían los tres compañeros militantes de Tolosa en la calle 3 entre 521 y 522 de Tolosa (lugar donde funcionaba la célula), estando próximo al lugar observó movimientos de personas que le parecieron sospechosos. Desconfiado de lo que sucedía, siguió caminando hasta la esquina y, posteriormente, regresó confirmando que esas personas eran de un grupo represivo, habida cuenta que entraban y salían portando armas de grueso calibre.
Como yo conocía los teléfonos del trabajo de Julio y el del domicilio de sus padres, me fui hasta un teléfono público y llamé a ambos. En la oficina, donde trabajaba Julio en el banco, me informaron que no se había presentado esa mañana y, posteriormente, cuando llamo al domicilio familiar, contesta su hermano menor con voz alterada diciéndome que Julio no se encontraba. Así quedó muy claro que la preocupación y sospecha de Miguel no eran infundadas. Dimos la alarma al partido para que se supiera sobre este hecho y se tomaran todas las medidas de seguridad necesarias.
Analizando hoy lo sucedido, considero la posibilidad que el comentario de la vecina a Miguel y este hecho estuvieran relacionados. Podría ser que nos estaban haciendo un seguimiento y dieron con el domicilio de Tolosa pensando en seguir con el nuestro. Obviamente, son solo conjeturas que, según me parece, nunca podremos aclarar.
En mi caso tuve que renunciar a Propulsora, cuestión que lamenté mucho porque me había estructurado en una fábrica metalúrgica con mucha tradición de lucha en la región con la ilusión de militar en ella, pero tuve que dejarla. Como la situación ya era insostenible para Pelusa y para mí, aún residiendo en La Plata, comenzamos a prepararnos para irnos a la ciudad de Buenos Aires (nosotros éramos y somos pareja). Pocos días después y ya con trabajo en Buenos Aires el partido nos propone ir a Mendoza para reorganizar esa regional.
Hacia allí partimos a mediados de 1977, Pelusa primero y luego cuando ella se organizó con vivienda y trabajo partí yo, que estaba trabajando en la ciudad de Buenos Aires y me hospedaba en una pensión. Pero, ya instalados en Mendoza, en febrero de 1978 fuimos secuestrados y desaparecidos por una semana, para ser luego derivados a la penitenciaría de la capital mendocina, donde estuvimos encarcelados por seis meses y, finalizado este tiempo, liberados bajo fianza para ser condenados posteriormente a dos años de prisión con libertad condicional.
Parece mentira pero, como la vida a veces da revanchas, ya de regreso a La Plata, al poco tiempo, pude reingresar a Propulsora en marzo de 1979 (evidentemente la descoordinación de los servicios de inteligencia y el poco desarrollo de la tecnología estuvo de mi lado). Pero la revancha no fue solo el reingreso porque, llegada la democracia, fui elegido como delegado de sección, miembro de la comisión interna de reclamos y, posteriormente, candidato de la lista naranja de oposición a la burocracia de la seccional de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica). Pero esa es otra historia que ya contaré en su momento.
En esta nueva etapa que retomamos en el regreso a La Plata, quedamos con el recuerdo de estos compañeros pero llenos de interrogantes. Nunca supimos más sobre lo que les había sucedido hasta treinta seis años después del secuestro.
En 2013, el Equipo Argentino de Antropología Forense los identificó en una fosa común del cementerio de Ezpeleta (Quilmes), enterrados como NN. Habían pasado por varios Centros Clandestinos de Detención y Tortura y habían sido fusilados frente a la Comisaría de esa localidad, simulando un enfrentamiento. También me enteré que “Moniquita” estaba embarazada.
Esta tragedia marcó fuertemente mi vida aunque ya habíamos pasado por la Masacre de La Plata del 4 y 5 de septiembre de 1975, donde en menos de 48 horas fueron secuestrados, salvajemente torturados y asesinados ocho militantes del PST (cuatro compañeras y cuatro compañeros) hecho del que este año se cumple su 50° aniversario. También habíamos sufrido en la región la muerte de Carlos Scafide, el 13 de enero de 1976, obrero de Propulsora Siderúrgica secuestrado, fusilado y dinamitado en Ensenada.
Pero el caso de los tres compañeros de Tolosa tenía una particularidad para Pelusa y para mí, los cinco compartíamos mucho tiempo juntos, porque la situación de clandestinidad nos llevaba, no solo a interactuar políticamente, sino como amigos. Desarrollamos una amistad con una relación muy particular, porque no podíamos compartir mucha información debido a que cuidábamos las medidas de seguridad, pero estas limitaciones no fueron un impedimento para que generáramos fuertes lazos amistosos.
Ellos, con su corta edad, dieron la vida por la revolución socialista. Fueron parte de esa camada de luchadores y luchadoras desaparecidos por los responsables del golpe cívico-militar-clerical que quería poner fin a las luchas que amenazaban al sistema capitalista desde la década del ‘60, que había llegado a su punto máximo con el “Cordobazo” y que ni el mismo General Perón había podido frenar. Pero a pesar de estos duros golpes, la dictadura sangrienta no pudo poner fin a las luchas por un mundo más justo y así fue que siguieron surgiendo nuevas camadas de luchadores y luchadoras continuadores de Julio, Mónica, Alejandro y tantos otros que pelearon por un mundo mejor. Ellos son más necesarios que nunca en este momento donde el gobierno liberfacho de Javier Milei, apoyado por los gobernadores y la oposición patronal, votan leyes regresivas y aplican la represión para imponer los planes económicos del FMI y las multinacionales, tal como lo hizo la dictadura militar.
Hoy con el orgullo de seguir en la ruta que me mostró el glorioso PST y como miembro de Izquierda Socialista (FIT-U), saludo a todos aquellos que siguen trabajando en la construcción de esa herramienta fundamental para la revolución que es el partido revolucionario y es ese el mejor homenaje para todas y todos aquellos compañeros caídos en la lucha.
Por todo eso, a 48 años del secuestro de los compañeros de Tolosa, sigamos exigiendo justicia por Mónica, Alejandro y Julio y todos los detenidos, torturados, desaparecidos y asesinados del PST antes y durante la dictadura militar y gritamos bien fuerte:
Mónica, Alejandro y Julio, ¡Hasta el socialismo, siempre!
* El texto pertenece a una serie de artículos donde el autor recopila sus propias memorias de militancia. Disponible en www.peperusconi.blogspot.com
El 24 de abril, ante un auditorio colmado, se presentó la reedición del libro Mujeres trabajadoras y marxismo, escrito por Mercedes Petit en 1979. La autora compartió el panel con la legisladora porteña Mercedes Trimarchi, en una actividad que convocó a docentes, trabajadoras estatales, ferroviarias y estudiantes.
Entre las presentes estuvieron las diputadas nacionales Mónica Schlotthauer (mandato cumplido) y Mercedes de Mendieta (electa), quienes colaboraron en esta nueva edición. También participaron Pilar Barbas, dirigenta de la Juventud de Izquierda Socialista y candidata a legisladora porteña, y Paola Mariani, referenta de la agrupación feminista Isadora, quienes sumaron aportes en los anexos del libro. Además de Eduardo Brüner y Martín Mangiantini.