Pero el plan oficial dista mucho de llevar sabor dulce a las oficinas K. Para el próximo 31 de marzo está fijado un paro general del transporte que hasta ahora el gobierno no ha podido desactivar. Es que si se llegara a aprobar una ley que baje Ganancias, empezaría a regir para más adelante, mientras el robo sigue en pie. Por ejemplo, un gremio que en paritarias aspire a lograr un 29% de aumento, deberían firmar por un 38% por el robo de Ganancias. Esto ha llevado a que no sirva trabajar horas extras ni ningún otro sacrificio extra para ganar un poco más. Todo se lo lleva el estado con el fin de recaudar para hacer asistencialismo y pagar puntualmente la deuda externa. La prueba del robo es tal que en 2005 eran 200 mil los trabajadores que tributaban Ganancias, y ahora, 1,1 millón, llevándose en muchos casos hasta cuatro sueldos por año.
También es repudiable el intento de techo salarial del 30% que quiere imponer el gobierno de la mano de las patronales. Es algo parecido a lo que dio para docentes, una miseria del 27% rechazado masivamente, generando huelgas en varias provincias. El año pasado ante una inflación del 40% se firmaron paritarias por el treinta. Un saqueo que si no se recupera ahora ¿cuándo? A todo esto el gobierno miente. El Indec dice que los salarios de los trabajadores en negro han crecido un 41,1% en el último año. Todo para frenar los reclamos. Sin embargo, el mismo Indec ha tenido que reconocer que el trabajo en negro subió al 34,3%, siendo un 38% en el conurbano. Es decir, 4 millones doscientos mil personas (uno de cada tres empleados en relación de dependencia) no tiene derecho a jubilación ni a obra social o ART. Esto por supuesto no se soluciona con planes asistenciales como hace Cristina, con anuncios de “aumentos” en ayudas escolares u otras, cifras que un funcionario gubernamental se gasta en una cena en Puerto Madero.
En vez de apoyar a los que luchan, la burocracia sindical pone fichas en los candidatos patronales. Caló (UOM) y Pignanelli (Smata) se reunieron con Scioli y le brindaron su apoyo. Porque garantiza el “modelo industrial” y el “modelo sindical”, dijeron. Esto último, está claro, se refiere al pacto de burócratas que se van reacomodando de acuerdo a las encuestas a espaldas de los trabajadores. Moyano sigue dando guiños a Sergio Massa. Y dijo que no va a parar junto a la CGT el 31 de marzo en el paro del transporte.
Por su parte, apretados por sus bases a quienes el robo de Ganancias es tremendo, tanto la Fraternidad, UTA, Camioneros y Aeronavegantes siguen al día de hoy con la convocatoria del paro nacional de transporte para fin de mes. Dicen que a la medida se podrían sumar los bancarios.
Más allá de los convocantes, llamamos a los trabajadores de esos gremios a parar. Así lo han decidido los ferroviarios del Sarmiento y de la Bordó Nacional de la Unión Ferroviaria encabezados por el “Pollo” Sobrero. Pero además, ese día debería ser una medida de todo el movimiento obrero. Es una vergüenza que cuando hay luchas docentes, sigue la inflación, y la mayoría de los salarios y jubilaciones son de pobreza, Hugo Moyano siga con sus especulaciones electorales sin llamar al conjunto del movimiento obrero a parar contra el ajuste, por un inmediato aumento de salario y para frenar el robo vía Ganancias, haciéndole el juego al gobierno.
Llamamos a los trabajadores a hacer asambleas, junto a las comisiones internas y cuerpos de delegados, para exigir a sus dirigentes que el 31 se pare junto al transporte y a reclamar ese día un paro general como inicio de un plan de lucha de todo el movimiento obrero. Por aumento de salario, no al techo del 30% y para que ningún trabajador bajo convenio pague Ganancias, entre otros urgentes reclamos.