Dec 05, 2024 Last Updated 9:16 PM, Dec 4, 2024


Escribe Pili Barbas, dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista

Con otra histórica Marcha Federal Universitaria en todo el país demostramos que no vamos a permitir que avance el plan de Javier Milei contra la universidad pública. La movilización fue un golpe contra la política del gobierno y sus aliados en el Congreso, pero sobre todo un punto de apoyo para potenciar todas las luchas en curso.

Se calcula que más de un millón de personas se movilizaron en todo el país, superando en varias ciudades la convocatoria del 23 de abril. En el AMBA, desde cada facultad salieron masivas columnas de estudiantes, docentes y no docentes que junto a otros sectores colmamos la Plaza del Congreso y sus alrededores.

El Gobierno nacional lo veía venir y los días anteriores a la movilización se la pasó intentando desarticular la convocatoria. Primero, llamando a una mesa intergremial para ofrecer un mísero por 6,8% de aumento, mientras docentes y no docentes perdieron más del 55% de su poder adquisitivo de diciembre hasta hoy. Cuando los gremios universitarios rechazaron esa migaja, el gobierno convocó a la cúpula de la CGT a la Casa Rosada para debilitar la movilización. Y luego amenazó con mandar proyectos para dejar las universidades a cargo de las provincias o implementar aranceles. Todo sosteniendo ridiculeces como que se inventan estudiantes para pedir más presupuesto, cosas que contradicen las propias cifras oficiales.

Sin embargo, las noticias mentirosas de este gobierno ultraderechista para intentar desarticular otra masiva marcha no lograron su objetivo. Ahora, tenemos que abrir un nuevo momento en la defensa de la universidad pública y otra perspectiva en la lucha más general contra el plan del gobierno de Milei.

¿Cómo sigue la pelea?

Ante el veto de este gobierno a la Ley de Financiamiento, tenemos que seguir metiendo presión sobre el Congreso, sobre todo de los espacios “amigables” de la UCR y el peronismo para que cuando se trate el veto voten en contra, ratificando la Ley de Presupuesto Universitario.
Esta es la primera pulseada, para intentar recomponer el salario y los gastos básicos para funcionar. Pero con eso no alcanza. Las y los estudiantes estamos en una situación crítica para sostener las cursadas. Las becas Progresar están congeladas en 35.000 pesos y son insuficientes para la cantidad de estudiantes que necesitan una ayuda económica. En muchas universidades nacionales no contamos con boleto educativo, y donde existe, está desactualizado respecto a los tarifazos en el transporte. Mientras las últimas encuestas que se hicieron ratifican que la mitad de las y los estudiantes universitarios ganamos salarios por debajo de la línea de pobreza. ¿Cómo se puede garantizar el acceso a la educación de esta manera?

El gobierno dice que veta porque no hay plata y pregunta: ¿de dónde va a salir el dinero? Decimos que plata hay. Bastaría dejar de pagar la deuda externa y aplicar un fuerte impuesto a las grandes empresas y a los ricos. Por ejemplo, la baja de impuestos a los Bienes Personales que fue otorgada por el gobierno de Milei supera el costo fiscal que generaría la aprobación de la Ley de Presupuesto Universitario.

El presupuesto que presentó Milei en el Congreso para el 2025 sólo afirma más recortes en la educación pública. Destinando la mitad del presupuesto que sería necesario según el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que reúne a los rectores de todo el país.  Todo un plan de ajuste y ahogamiento presupuestario mientras se aumenta la plata que se destina a la SIDE, las mineras y petroleras, y para pagarle al FMI.

Por eso desde Izquierda Socialista/FIT Unidad pensamos que hay que profundizar el plan de lucha. Denunciando el rol de las autoridades y las burocracias estudiantiles que después de la marcha del 23 se borraron. Y exigiendo que después de esta movilización convoquen instancias asamblearias e interfacultades para planificar un plan de lucha nacional. En lo inmediato, para conseguir que el Congreso vote contra el veto, y luego para conseguir todo lo que falta. Exigimos al Frente Gremial de los gremios nacionales de las universidades, la continuidad del plan de lucha, preparando el paro y la movilización para el día que el Congreso discuta el veto.  

Pero más allá de la lucha universitaria, entendemos que al igual que el 23 de abril, y el paro general del 9 de mayo, este 2 de octubre demostró que cuando hay convocatorias claras, unitarias y con puntos claros de enfrentamiento al gobierno, la bronca con Milei y su motosierra hace que sean masivas. Es esto lo que vuelve tan grave que el lugar de la CGT sean los sillones de la Casa Rosada y no las calles. Con el impulso de la comunidad universitaria que volvió a hacer historia, rompamos la tregua de la burocracia para derrotar la Motosierra de Milei.


Escribe Pilar Barbas, dirigenta de la Juventud de Izquierda Socialista

La semana pasada se realizaron las elecciones en las trece facultades de la Universidad de Buenos Aires. Los resultados favorecieron al radicalismo de la Franja Morada y sus aliados, representantes del Rectorado, quedando con la conducción de ocho de los trece centros de estudiantes. El peronismo, por su parte, retuvo la conducción de Exactas y Filosofía y Letras, y canalizó el desgaste de la UES (PJ CABA) en Sociales y de la Franja en FADU (Arquitectura y Diseño). Por la izquierda, el Partido Obrero retuvo el centro de Veterinarias y perdió, después de quince años, Farmacia, ante una alianza de la JUP y la UCR.

Tras dos años sin que les estudiantes puedan votar –debido al cambio de estatuto que hizo Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR), con el aval de las conducciones peronistas–, se llevaron adelante las elecciones del cogobierno de la UBA y de centros de estudiantes en un contexto sumamente conflictivo: el gobierno de Javier Milei le declaró la guerra a las universidades públicas con un recorte sin precedentes al presupuesto universitario, con paros docentes y la discusión sobre el tratamiento de la Ley de Financiamiento Universitario.

La respuesta ante semejante ataque se hizo sentir el 23 de abril con la histórica Marcha Federal Educativa. Sin embargo, el radical Emiliano Yacobitti y su agrupación estudiantil Nuevo Espacio, junto a las autoridades y agrupaciones peronistas, decidieron levantar la “Emergencia Presupuestaria” luego del 23A, y dejaron de convocar asambleas e instancias de participación estudiantil antes de las elecciones. Esta jugada dio sus frutos, ya que la renovación del cogobierno y de la conducción de los centros de estudiantes se dio sin desborde alguno y sin costo político para quienes fueron los responsables de ser un dique de contención a las luchas, dejando a nuestros docentes y nodocentes con salarios de miseria mientras negociaban en el Congreso.

El conjunto de les estudiantes de la UBA no se percataron de que los responsables de no profundizar las luchas después del 23A fueron la Franja Morada y el peronismo. Pero es una foto del momento, no significa que el movimiento estudiantil entregue un cheque en blanco a las conducciones de la UCR y el peronismo. Porque es claro que no van a estar a la altura de las luchas que se requieren contra el ajuste en educación del gobierno de Milei.

El peronismo y la Franja ganan con una política de servicios

Lo que sí es claro es que dos años sin elecciones hicieron mella en la creciente despolitización del estudiantado. La Franja Morada y el peronismo se jugaron a unas elecciones sin ningún tipo de discusión nacional. De hecho, esa misma semana se estaba barajando el tratamiento de la Ley de Financiamiento Universitario (que obtuvo la aprobación en el Senado) y ese tema transversal a cualquier discusión de las elecciones no estuvo puesto sobre la mesa por ninguna agrupación, excepto por la izquierda. No es casual, la UCR pertenece al espacio político donde están los principales cómplices, la oposición “amigable” del gobierno, llegando al colmo, esta semana, de votar el veto al mísero aumento de los jubilados. Tienen que ocultar al conjunto de les estudiantes que, junto al peronismo, son quienes le están dando gobernabilidad a Milei, y que todos los servicios, cursos, cuadernos o lo que ofrecen en cada facultad son financiados por el Rectorado.

Pero el peronismo no se quedó atrás: detrás de sus sellos de agrupaciones amplias, no se hicieron cargo de nada. Ni de que se callaron la boca ante el ajuste en las universidades durante el gobierno de Alberto Fernandez, ni de que en donde tienen decanos de su signo político (Exactas, Filo, Sociales) levantaron la emergencia presupuestaria como la UCR, ni de que sus espacios políticos y los gremios que conducen a nivel nacional están en tregua con el gobierno. Todo es esperar al 2027. Solo después de conocerse los resultados, La Cámpora sacó sus banderas de Néstor y Cristina. En cada facultad donde están se presentan bajo sellos sin filiación política (“El Módulo”, “La 15”, “Identidad”) y hacen campaña fundamentalmente en base al mismo gremialismo despolitizado de la Franja, pero con discurso progresista.

Por eso, tanto la Franja como el peronismo se dedicaron en las elecciones a hablar del café con leche más barato de CABA o del precio de las fotocopias. Se trata de una orientación que desarma al movimiento estudiantil para enfrentar a un gobierno de ultraderecha que ahora viene por el veto a la Ley de Financiamiento de la mano de sus aliados políticos y la represión.

Las agrupaciones de Milei no hacen pie

Otro dato importante para el análisis es que los “libertarios” no han podido avanzar en estas elecciones. Si bien se presentaron en algunas facultades, con su agrupación Somos Libres, que nuclea también militantes de PRO, hicieron elecciones bajas, de alrededor del 10 por ciento. En Ingeniería quedaron segundos, casi con el 18, ante el triunfo del Movimiento Linealmente Independiente (MLI). Es un aliciente que los espacios de ultraderecha no tengan peso significativo en las universidades.

El rol de los sectores independientes y la izquierda

Desde la Juventud de Izquierda Socialista desde el primer momento planteamos la necesidad de construir en las facultades listas unitarias de los sectores combativos, independientes y de izquierda, que puedan nuclear a todo el activismo que fue parte de las luchas contra el gobierno de Milei, que planteaba llevar un programa de fondo en las facultades para la defensa de la Universidad Pública y Gratuita. Lamentablemente, no lo vieron todos los espacios.

Por nuestra parte, fuimos consecuentes con nuestro planteo desde el principio: participamos de las listas unitarias en Sociales, Filosofía y Letras, Medicina y encabezamos la Lista 8 - La Izquierda en Exactas, la única lista que nucleó a tres partidos de izquierda (Izquierda Socialista, PO, MST) y que tiene una construcción histórica en la facultad. Con los resultados, somos parte de la vocalía conquistada por Lista 8 en Exactas, la cual ganamos con una política consecuente y programática para la facultad. En Filo, retuvimos nuestra secretaria en el CEFyL y seremos parte de las rotaciones de consejeres de Antropología y Artes.

En lo que resta del cuatrimestre, en cada lugar de estudio seguiremos luchando codo a codo junto a nuestres docentes y nodocentes en defensa de la educación pública y por salario digno, impulsando clases públicas, asambleas, ruidazos y todas las actividades necesarias para organizar una nueva marcha educativa que enfrente a la motosierra de Milei y ponga de pie al movimiento estudiantil.


Escribe Pilar Barbas, dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista y secretaria de la Federación Universitaria Argentina (FUA)

Del 2 al 6 de septiembre son las elecciones en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Trescientos mil estudiantes de las trece facultades podrán votar a Centros de Estudiantes, Consejos Directivos y Juntas de Carreras. Las últimas elecciones fueron en 2022 al retomar la presencialidad luego de la pandemia de Covid-19. Desde entonces, la mayoría de las facultades y sus Centros Estudiantiles están en manos de las agrupaciones ligadas al radicalismo (Franja Morada/Nuevo espacio) o al peronismo (UES/La Mella/La Cámpora). Eso explica que frente al ataque a la universidad pública que estamos recibiendo por parte del gobierno nacional, luego de la histórica marcha del 23A, no se haya convocado a más acciones para frenar la motosierra de Milei, por ejemplo, que tiene a nuestros docentes con salarios por debajo de la línea de pobreza.

Estas elecciones son muy importantes porque lo que está en juego es el futuro de la UBA, y con ella, el de la educación pública en general. Porque frente al actual recorte presupuestario lo que vemos es que quienes hoy dirigen los Centros de Estudiantes son agrupaciones que no se juegan a fondo, o directamente son cómplices del ajuste. Los radicales y los peronistas se acomodan en sus puestos de gestión y desde allí, administran la pobreza. El resultado está a la vista: condiciones de cursada cada vez peores. Pero este final no es obligatorio y podemos revertirlo. Con la movilización unitaria del 23A logramos el presupuesto para el funcionamiento administrativo básico. Ahora falta el aumento para los salarios de las y los trabajadores (docentes y no docentes) de las universidades. Para eso, debemos ser miles en las calles cuando se vote en el Senado la Ley de Aumento Presupuestario (que ya tiene media sanción) y que Milei amenaza con vetar como él se propone lograr con las jubilaciones y pensiones.
 
Votá por la unidad de la izquierda para fortalecer la lucha contra el ajuste de Milei

Desde la Juventud de Izquierda Socialista (JIS) participamos en estas elecciones impulsando listas unitarias de la izquierda para recuperar los Centros de Estudiantes. Los Centros son nuestras herramientas para luchar por una educación pública, gratuita y de calidad. Peleamos para que los Centros y Federaciones sean independientes de los gobiernos ajustadores y de las gestiones que administran la pobreza y para luchar contra las políticas de arancelamiento y privatización que promueve la ultraderecha en el poder.

Esta lucha para nosotres es fundamental y debemos darla ahora. Por eso el debate político en estas elecciones es central. No hay lugar para las medias tintas ni para el divisionismo estéril que favorece a los Centros afines a la gestión y deja pasar el ajuste.

Desde la JIS, orgullosamente integramos las listas unitarias de la izquierda en la UBA. Somos coherentes cuando decimos que lo que está en juego es nada más ni nada menos que la defensa de la educación pública, y eso es mucho más importante que la especulación de un cargo en el armado de una lista en determinada facultad. Lamentablemente, no todas las agrupaciones que se reivindican de izquierda están en la misma. El Ya Basta (NMAS) de Manuela Castaneira van solos dividiendo el voto de la izquierda, y En Clave Roja (PTS) de Myriam Bregman con quienes integramos el Frente de Izquierda a nivel nacional y nos presentamos juntos en Sociales y en Filo, dividieron en Exactas y en Medicina sin dar ninguna explicación coherente (ver nota aparte).

Para nosotres, estas no son unas elecciones más. Lo que está en juego es la defensa de la UBA, y aunque veas muchas listas en tu facultad, la única que va a ir a fondo contra el ajuste del gobierno nacional es la que plantea la unidad de la Izquierda para recuperar los Centros de Estudiantes, y desde allí, impulsar asambleas democráticas que organicen la movilización. Podemos frenar la motosierra de Milei y tu voto es muy importante para dar esa pelea ahora.

Escribe Pilar Barbas, dirigenta nacional de la Juventud de Izquierda Socialista y secretaria de la Federación Universitaria Argentina (FUA)

La mayoría de los trece Centros de Estudiantes de la UBA los conduce el radicalismo con su agrupación Franja Morada y aliadas como Nuevo Espacio (Medicina, Económicas, Derecho, Psicología, entre otras). Otros los dirige el peronismo con la UES en Sociales, El Colectivo en Filosofía e Identidad en Exactas. Que los Centros estén en manos de las agrupaciones que son cómplices del ajuste del gobierno es un problema grave y un freno para organizar la lucha contra la motosierra de Milei. Por eso estas elecciones son tan importantes. Tenemos la oportunidad de sacar a estas conducciones y recuperar los Centros de Estudiantes para la lucha.

Desde la Juventud de Izquierda Socialista (JIS) impulsamos listas unitarias de la izquierda junto a estudiantes independientes con quienes marchamos el 23A y con quienes peleamos en nuestras facultades por asambleas democráticas para organizar la lucha contra el brutal ajuste. Necesitamos listas unitarias si queremos fortalecer la pelea electoral; recuperar los Centros de Estudiantes para que dejen de estar en manos de las agrupaciones cómplices del gobierno y de los aparatos de la gestión.

Lamentablemente la agrupación estudiantil de Manuela Castañeira, el Ya Basta (Nuevo MAS), le dio la espalda al reclamo de la unidad y al igual que la agrupación de Jorge Altamira, Política Obrera, dividieron a la izquierda en la UBA. Una política equivocada, en este marco de agudización de la emergencia universitaria. Pero este divisionismo también lo llevó adelante la agrupación estudiantil de Myriam Bregman, En Clave Roja (PTS) con quienes integramos el Frente de Izquierda a nivel nacional. Lo llamativo es que en algunas facultades, como en Filosofía y Sociales, vamos juntos, pero en Medicina y Exactas, no. El PTS decidió ir en soledad sin dar ningún argumento político más que una mera especulación de lugares en las listas. Sí, aunque no lo creas, por eso dividieron en Exactas, por ejemplo, cuando venimos dando una pelea contra Identidad (La Cámpora), que de la mano del decano frenan el desarrollo de la lucha en defensa de la Ciencia.

Pero ¿Cómo explica En Clave Roja que en el Pabellón 3 (FADU) de Ciudad Universitaria va en unidad pero en el del Pabellón 1 y 2 (Exactas) no? No lo explican, solo fingen demencia sin dar una respuesta política. Elles se encapricharon en querer hegemonizar las listas, y si no es como elles quieren, dividen. Una actitud muy irresponsable, sobre todo en el marco del avance de la ultraderecha y frente a la oportunidad política que tenemos desde la izquierda de construir un polo de referencia y derrotar la política cómplice de las conducciones peronistas.

Desde la JIS, sostenemos que la unidad de la izquierda no es un eslogan de campaña sino una política concreta necesaria para construir una alternativa junto a quienes salimos a luchar. Este debate es muy importante, porque para recuperar los Centros para la lucha es mucho más potente una lista unitaria de la izquierda que cuatro que van separadas. Y no es matemático el problema sino político; dividir el voto de les estudiantes que sí quieren defender su cursada y a sus docentes es muy equivocado. Por eso desde la JIS apostamos a la unidad de la izquierda, y aunque resignemos lugares en las listas, creemos que lo más importante es recuperar los Centros para organizar la lucha y frenar ahora el plan motosierra de Milei.

Me llena de orgullo este lanzamiento de A Luchar, de cara a la necesaria unidad obrero-estudiantil para enfrentar lo que viene. No es casual charlar esto en un año en el que el gobierno ultraderechista de Milei viene por todas las conquistas laborales y por la educación pública y gratuita, que es un derecho que alcanzó la clase trabajadora tras años y años de lucha. En 2024 hemos sido parte de una pelea histórica en defensa de la universidad pública y gratuita, y contra un modelo que busca privatizarla.

Tenemos que reivindicar el histórico 23 de abril cuando salimos con la más amplia unidad en las calles para derrotar al plan del gobierno. Fue por la movilización que se consiguió que reconozcan la existencia de un problema y que el presupuesto no alcanzaba. Debemos seguir impulsando la máxima unidad con nuestros docentes y no docentes, porque sabemos que gobierno tras gobierno han atacado la educación pública y que este directamente no esconde que quiere un modelo a favor del mercado.



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