Escribe Guillermo Sánchez Porta
El sábado 15 de agosto se realizó el Encuentro Nacional de Docentes en Marcha, ENDEM 2020, esta vez de manera virtual y fue un gran éxito. Por la cantidad de inscritos (730 docentes) y de compañeros que participaron efectivamente en las 3 partes (plenario de apertura, comisiones y plenario de cierre). En las 16 comisiones temáticas que funcionaron pudieron intervenir tranquilamente todos los que quisieron. Se inscribieron docentes de casi todas las provincias del Norte al Sur del país (faltaron de La Pampa, Tierra del Fuego, San Luis y Corrientes). Posiblemente seamos la única agrupación opositora y combativa que puede reunir tantas docentes luchadoras con esa extensión nacional. Entre ellas, dirigentes reconocidas en sus provincias, como los secretarios generales y directivos de Ademys CABA, de Adosac Pico Truncado, San Julián y Piedra Buena, de Suteba La Matanza, Tigre y Multicolores, de ATEN Neuquén, Amsafe Rosario, de UEPC Córdoba, dirigentes de La Rioja, Santiago del Estero, Chubut, Entre Ríos y delegados y luchadores de las otras provincias, además de importantes referentes y especialistas en temáticas de la educación.
El encuentro comenzó a las 9.30 con la presentación de las delegaciones, entre ellas algunas agrupaciones que no integran aún Docentes en Marcha y que distinguieron el Endem con su presencia. Propusimos como presidencias honorarias del encuentro a las víctimas del Covid en la Argentina y en el mundo; a todos los que luchan, en primer lugar a quienes exigen justicia por George Floyd en los Estados Unidos; al pueblo del Líbano que acaba de tirar al gobierno en una rebelión popular, y al pueblo palestino. A Sandra y Rubén al cumplirse dos años de su muerte.
Luego Graciela Calderón presentó el informe sobre política educativa que, junto con el de política gremial de Jorge Adaro y las propuestas de resoluciones para cada comisión temática, ya se habían distribuido a cada participante.
Graciela apuntó a definir cuáles son los principales desafíos que tenemos los que defendemos la escuela pública, ante la actual política del gobierno nacional y los gobernadores, que avanzan en su destrucción, aumentan la brecha socioeducativa, la privatización, la modificación de contenidos y el uso de la virtualidad al servicio de esa política, entre otras cuestiones.
Posteriormente, se pasó a funcionar en comisiones (cada una con su propio zoom), que desde las 10.30 hasta las 13 debatieron y tomaron resoluciones.
A las 14 nos volvimos a reunir todos en plenario y se presentaron las propuestas de las comisiones.
Luego, Jorge Adaro presentó el informe político gremial. Adriana Astolfo (Santa Cruz), Angélica Lagunas (Neuquén), Mariana Scayola (CABA), Olga Ortigoza (Buenos Aires), Daniela Vergara (Rosario) y Federico Wagner (Córdoba) dieron un informe sobre el proceso de luchas y organización gremial en sus provincias, enriqueciendo el análisis nacional.
Jorge Adaro resaltó que el gobierno nacional, más allá de su doble discurso, busca profundizar la misma política que implementan todos los gobiernos desde hace más de treinta años, de desfinanciar la educación pública y promover la privada, atacando los salarios y los derechos laborales docentes. Que las burocracias de CGT, CTA y de Ctera apoyan todas las medidas de ajuste y traicionan las luchas. Que es necesaria la más amplia unidad opositora para luchar, coordinar y apoyar las provincias que salen a pelear y para cambiar a estos burócratas, nacionalmente y en cada provincia. En ese sentido, reforzó la propuesta de retomar la coordinadora nacional de docentes opositores, de fortalecer los frentes Multicolores y de sumar más unidad con los luchadores de otros gremios en el Plenario del Sindicalismo Combativo.
Los debates fueron muy ricos y tocaron tanto las cuestiones educativas como las políticas y gremiales. Debates que se plasmaron en propuestas de resoluciones que se pusieron a votación cada una, y fueron aprobadas en general por unanimidad y algunas por mayoría, mostrando nuestro método democrático de funcionamiento.
Se definió impulsar una campaña en contra del protocolo burbuja de Trotta y los gobernadores. Exigir plata para educación pública, no para la deuda externa ni para subsidios a las privadas. Y profundizar, también, la exigencia de aparición de Facundo Castro.
Al terminar, además, nos prometimos volver a juntarnos todos de manera presencial, cuando sea posible. Y muchos nos quedamos escuchando las canciones de compañeros de Córdoba y Santiago del Estero, satisfechos de haber realizado una excelente y productiva jornada y de que Docentes en Marcha sigue creciendo.
1.El 2020 será recordado, seguramente en nuestra historia, como el año del COVID-19. Y, en la escuela pública, tal vez como el año de la mal llamada “educación virtual”. Es indudable que, para cualquier trabajador del mundo, Coronavirus o pandemia son y serán sinónimos de enfermedad, cuarentena, muerte, sufrimiento. Porque a esta pandemia se le sumó la otra pandemia: la social, por lo que coronavirus se asocia a miseria, pobreza, aislamiento social, hambre. Las cifras internacionales dicen que 6 de cada 10 niños/niñas en argentina estarán en la indigencia hacia final de año. Es decir que mientras miles de millones pasan pobreza, hay algunos miles de multimillonarios y ricos, multinacionales, banqueros, que se siguen enriqueciendo.
2. Por lo tanto, el aislamiento social es diferente: un puñado lo hace en mansiones, piscinas y gimnasios privados, conectividad, micro cines, clínicas privadas y planes médicos. Mientras, miles de millones no tienen agua potable, ni cuidados sanitarios, viven hacinados, y vemos imágenes de personas que mueren en sus casas o en las puertas de hospitales que no dan abasto. Estas son las crudas y tremendas consecuencias que vemos de un sistema capitalista mundial en decadencia. Sistema responsable de la destrucción del planeta, de la generación de pandemias, de las desigualdades sociales y de la muerte y la miseria de miles de millones. Sistema contra el cual, desde nuestra Agrupación Docentes en Marcha, llamamos a todos los docentes y estudiantes a luchar, enfrentando las medidas de ajuste de los gobiernos en nuestro país y solidarizándonos con las luchas de los docentes, estudiantes y trabajadores del mundo.
3. Como siempre hemos dicho en educación, la escuela es la caja de resonancia de los problemas sociales. Y en estos momentos lo que está pasando es que el Covid, la cuarentena más todas sus consecuencias, cruzan la vida cotidiana de los docentes y nuestros alumnos. ¿Qué ha cambiado? Que a los graves y viejos problemas que teníamos en la escuela pública, se han sumado los graves y nuevos problemas del Covid. Esta definición es muy importante. Porque desde el gobierno y sectores mal llamados “expertos” en educación, hay quienes no tienen vergüenza en definir esta situación como una “oportunidad” y no como una verdadera y grave tragedia. ¿Cuál sería la “oportunidad”? ¡Aprovechar las enormes ventajas de la educación virtual! Dicen que a la virtualidad “obligada” debemos profundizarla, rearmar la educación cambiando criterios, metodologías, contenidos, bajo el eufemismo de “actualizar el sistema educativo”. Dicen que nuestra forma de enseñanza y contenidos “son de hace 100 años”, negando así todos los enormes estudios y avances pedagógicos que hemos logrado con el esfuerzo de docentes, pedagogos y científicos.
4. ¿Qué hay detrás de este nuevo discurso? El primer punto que debemos destacar es que los diferentes gobiernos y los sectores empresariales y del Banco Mundial (que son los que impulsan hace décadas las reformas en los sistemas de educación pública), tratan de responsabilizar a los docentes de la tremenda crisis del sistema educativo. ¿Esa es la realidad? No. La principal causa de la crisis de la educación pública, estatal, gratuita, que fue orgullo de la argentina y dio numerosos premios Nobel, por ejemplo, es la política de desfinanciar el sistema educativo para avanzar en su privatización, como veremos en los debates de las diferentes comisiones. La política impulsada por el imperialismo a nivel internacional fue liquidar el derecho social a la educación pública y gratuita, donde miles de millones de niños y jóvenes podían estudiar gratuitamente. En esta etapa de decadencia del capitalismo imperialista, donde todo es mayor explotación y robo de nuestros recursos, descubrieron que en vez de que los estados “gastaran” miles de millones de dólares para educación pública, había que ir privatizando la educación y que, para poder estudiar, haya que pagar. Así, no sólo se “ahorraban” lo millones de dólares en presupuestos educativos, sino que transformaron a la educación en una mercancía más. Millones de personas deben pagan a los nuevos empresarios educativos, para poder estudiar. De manera brutal en algunos países y más gradual en otros (según el grado de arraigo social del derecho a la educación gratuita, y a las luchas de docentes y estudiantes), hace décadas que avanzan en esa política de liquidación de la escuela pública y de fomento de la educación paga y privatización del sistema educativo. Aquí, en Argentina, desde la dictadura militar de los ´70, pasando por Alfonsín, Menem, De la Rúa, los Kirchner, Macri y ahora Fernández, todos, con diferentes discursos, medidas y leyes, fueron avanzando en la aplicación de este plan de destrucción de la escuela pública y su privatización. Salarios miserables, escuelas en pésimo estado de infraestructura, falta de escuelas, de aulas, de docentes y auxiliares, de insumos, de vacantes, mayor deserción escolar y todas las consecuencias de esa política que todos los gobiernos vienen implementando desde hace décadas por orientaciones del imperialismo, son la principal causa de la crisis y estancamiento de la escuela pública. Los docentes hacemos maravillas para seguir enseñando en estas condiciones. Somos los principales responsables de que la escuela pública argentina siga existiendo y educando a distintos sectores sociales de hijos de trabajadores y empobrecidos. Nos falta de todo, nos siguen quitando de todo y seguimos redoblando esfuerzos para sostener la escuela pública. Los gobiernos mienten en la causa principal de la crisis: en realidad, son el desfinanciamiento y abandono de la escuela pública. Y el impulso de la educación privada, a la que, además, mantiene y extiende los subsidios.
5.Otro punto es la mentira de la educación virtual. Hace años que los gobiernos quieren imponer la “virtualidad” educativa. Nosotros estamos a favor de utilizar la tecnología para una mejor educación pública. Pero los gobiernos y empresarios lo hacen para seguir profundizando el desfinanciamiento del estado, con menos docentes, menos infraestructura y mayor desigualdad social. Para imponer plataformas con contenidos estándar y terminar con la educación adaptada a las realidades sociales de nuestros alumnos. Y para avanzar en el negocio de los empresarios de plataformas educativas que generan miles de millones de dólares anuales. Ellos intentan avanzar en ese sentido, y la docencia y los estudiantes se lo vamos frenando. Pero ahora, con la cuarentena, aprovecharon para imponer este sistema virtual, ante la dificultad de llegar de otra forma a nuestros alumnos. E improvisaron todo. Dejando a millones de alumnos sin ningún tipo de educación ni seguimiento, ante la falta de insumos tecnológicos y conectividad. Súper explotando a docentes. Dejando a miles sin tomar cargos, sin ingresos, en la pobreza. Y ahora quieren que retomemos las clases presenciales, con un ridículo y absurdo protocolo “burbuja” del ministro Trotta, que llamamos a rechazar. Con el discurso de que tenemos que "aprender" a convivir con el coronavirus, nos quieren imponer la "bi modalidad", alternando los días de clases presenciales en las mismas deficiencias edilicias y de condiciones sanitarias que dejamos en marzo. Y el resto de los días manteniendo la mentirosa educación virtual, sin garantizar ni la conectividad ni los insumos tecnológicos para todos los docentes, estudiantes y familias. Es decir, a los viejos problemas del sistema educativo, se suman ahora los nuevos de la mal llamada “educación virtual”. El gobierno quiere “aprovechar” para meter esa virtualidad y seguir avanzando en la privatización de todo el sistema.
6. Hoy tenemos el desafío de defender la escuela pública de los nuevos embates y los nuevos problemas que nos acarrea la política gubernamental. Y, a la vez, no hay perspectivas de soluciones a los viejos problemas. La falta de financiamiento, la privatización del sistema educativo. La infraestructura escolar. Salarios y jubilaciones miserables y nuevos ataques contra el régimen de licencias y el sistema previsional. La destrucción y el robo a nuestras Obras sociales, la desatención sanitaria frente a la pandemia. El desmantelamiento de las escuelas de adultos, especiales, técnicas, la falta de jardines maternales, la precarización laboral y destrucción del Estatuto con docentes contratados por fuera de convenios, la nueva inestabilidad laboral. El ataque y privatización de la formación docente, la reforma en los contenidos curriculares. La desatención a la problemática del movimiento de mujeres y a la Educación Sexual en las escuelas. Y a la cuestión ambiental, que también cada día toma fuerza social.
7. En este nuevo Encuentro Nacional de Docentes en Marcha queremos profundizar sobre estas temáticas, a través del trabajo en las respectivas comisiones y después en la Plenaria General. Queremos que cada uno de nosotros salga mejor armado para entender dónde estamos parados los que defendemos la educación pública, gratuita, estatal, con más y mejores argumentos para desnudar y denunciar esta política del gobierno y del imperialismo. Ubicarnos en qué desafíos y qué nuevos embates del gobierno debemos afrontar en los próximos meses. Y salir a seguir dando pelea, en unidad con todos los sectores que defienden la educación pública. Impulsando la pelea por la renacionalización del sistema educativo. Para volver a que sea el gobierno nacional el único responsable del sostenimiento financiero de los salarios e infraestructura escolar de todas las escuelas del país. Para recuperar la educación pública, estatal, gratuita, científica, laica, de calidad para todos los niños y jóvenes. Para que logremos que la plata necesaria para la escuela pública vaya al presupuesto educativo y no para subsidiar a la educación privada ni para pagar la deuda externa. Espero que este panorama general sirva como marco para los debates en las comisiones.
Para defender la escuela pública, los salarios y los derechos docentes, hay que luchar contra el ajuste de Fernández y los gobernadores. Llamamos a la unidad de los sectores combativos y anti burocráticos para enfrentar el pacto de la burocracia de CTERA con el gobierno, y avanzar en una nueva conducción democrática y de lucha.
La necesaria cuarentena producto de la pandemia del Covid 19, arrojó intempestivamente a la educación al uso de la virtualidad como forma de mantener de algún modo, la continuidad del vínculo educativo.
La circunstancia, sin embargo, empalmó con un propósito que viene siendo ambicionado por las empresas de servicios educativos (como la Global Educational Industry) para acelerar el negocio de la privatización de la educación, por un lado. Por otro, por el estado y los dueños de escuelas, para instalar modalidades de teletrabajo que reduzcan los costos laborales.
A su vez, dado que los gobiernos no proveyeron dispositivos ni conectividad gratuita a docentes y estudiantes, se ha incrementado la brecha social en el acceso al derecho a la educación que ha producido una alarmante pérdida de escolaridad, así como de nivel de rendimiento del ciclo lectivo en curso.
Con Macri-Bullrich-Zinny, la intervención de las empresas de servicios educativos para usufructuar del presupuesto educativo, fue abierto y desembozado. Con Fernández-Trotta, la política educativa emplea el doble discurso y se viste de celeste y blanco. Desaparece el direccionamiento explícito a plataformas digitales privadas de las páginas de los ministerios, pero no significa la ruptura con esta política ni con la implementación de los planes del Banco Mundial. Ya que hay en curso acuerdos para la realización de proyectos educativos con la fundación de George Soros, por ejemplo.
Además, si bien la Ley del Teletrabajo, recientemente aprobada, no incluye a educación, la modificación del artículo 109 de la Ley de Educación Nacional señala la perspectiva de que el gobierno prepare la instalación de la virtualidad más allá de la pandemia en todos los niveles educativos. No es sólo por el negocio de las plataformas, sino que apunta a convertir la educación en un servicio esencial (como decretó Larreta en CABA) y atacar el derecho de huelga, utilizando la virtualidad para reemplazar a los docentes en lucha, por ejemplo. No es casual que la gobernadora y el CPE de Santa Cruz retome el uso de la plataforma “con voz, para vos”, creada luego del largo conflicto docente 2017.
El borrador de Documento “Base de Política Educativa: hacia una reconfiguración del sistema educativo”, del ministerio de Educación nacional, luego de una descripción de la realidad de la educación en cuarentena, haciendo empatía con el esfuerzo realizado por la docencia, indica propuestas de transición para el regreso a clases. Estas propuestas fueron base para el Protocolo “burbuja” de Trotta. Pero, a su vez, anuncia la necesidad de redimensionar el sistema educativo a largo plazo. Plantea que hay que repensar los niveles de enseñanza, preparar el trabajo por áreas, armar grupos por ciclos y no por grados, rediseñar los contenidos curriculares y las relaciones laborales y que, la virtualidad, estará integrada a ese nuevo diseño. Se plantea, de este modo que la virtualidad signifique menos docentes, flexibilización laboral y ajuste.
Cabe recordar que, con un discurso más explícito, estas propuestas están contenidas en el diseño de Secundaria del Futuro, la UNICABA del PRO en CABA y el caso del plan Sigo de la Reforma de adultos con el kirchnerismo en Santa Cruz. Así mismo, la reciente constitución de la Comisión Nacional de Evaluación de la Calidad educativa, según la Ley 26206, integrada entre otros por los grandes empresarios nucleados en la UIA, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa y la CGT, son un avance de la evaluación externa funcional al mundo empresarial, que impusieron los organismos internacionales durante el kichnerismo.
Tenemos entonces, estas problemáticas a debatir y posicionarnos: la virtualidad, el teletrabajo y los protocolos de la vuelta a clases.
En este marco decimos que: reivindicamos el hecho de que la docencia, en general, durante la cuarentena no apeló a las plataformas oficiales para su trabajo, ni al uso de programas prediseñados por empresas. Con gran esfuerzo y creatividad, armó sus propias propuestas pedagógicas virtuales, lo que ha impedido la generalización del comercio de las empresas privadas en sus clases y, en general, el “espionaje” de los ministerios de su tarea. Aunque el CIDI (Ciudadano Digital) de Córdoba es un antecedente peligroso del control estatal sobre nuestra vida laboral.
Por otro lado, a pesar del gran esfuerzo realizado por la docencia, se han profundizado las desigualdades y se agravó la brecha social: muchos alumnos de amplios sectores populares quedaron afuera, excluidos, sin conectividad ni tecnología para las clases virtuales. Para los docentes, significó una sobre carga laboral, la extensión de los horarios de trabajo, exigencias en la presentación de informes diseñados sin tener en cuenta la realidad de los y las estudiantes, la persecución y el hostigamiento en una pretendida exigencia de no “perder el vínculo pedagógico”, la falta de cobertura de cargos, los gastos económicos para acceder a la conectividad y mejorar los soportes tecnológicos, con bajos salarios, entre otras penurias laborales.
No nos oponemos al uso de la tecnología, no somos ludistas del siglo XXI, y no descalificamos el uso de la virtualidad en una nueva combinación de la tarea educativa reinventando, seguramente, cuestiones pedagógicas, siempre entendida como soporte, complemento de un proceso de enseñanza aprendizaje que se da en presencia, no como reemplazo y menos como precarización de nuestras condiciones laborales, y ajuste.
Nos oponemos a la flexibilización laboral en el teletrabajo, al reemplazo de docentes por “coordinadores” virtuales. Defendemos las conquistas de nuestro Estatuto Docente, el régimen de concursos públicos, la estabilidad laboral, salario por jornada laboral, entre otros. Defendemos la relación docente-estudiante centrada en la presencialidad que favorece la interacción entre pares. Rechazamos el home-schooling permanente, como violatorio de los derechos de la niñez y adolescencia a la subjetivación-socialización secundaria, fuera del ámbito familiar, primario.
Pero sabemos que en pandemia no podemos volver a clases, porque no están dadas las condiciones sanitarias en medio de los picos más altos de contagio, con edificios escolares que mantienen todos los problemas de infraestructura anteriores a la pandemia.
El “protocolo burbuja” de Trotta es inadmisible. Resulta ridículo pensar en la posibilidad de aulas burbujas, bimodalidad, sala de aislamiento, etc., cuando hay cursos de 50 alumnos, y escuelas sin gas ni agua. Sin embargo, el ministro y los gobernadores empujan para que se comiencen las clases presenciales. En San Juan, esta semana se inicia la vuelta a clases en algunas escuelas del interior de la provincia, donde no hay registrados casos de coronavirus (lo que no quiere decir que no haya). Será, una vez más, responsabilidad del gobierno nacional, provincial y de la burocracia sindical, las consecuencias sanitarias que esta medida absurda pueda ocasionar. En San Juan el gobierno pretendía, incluso, que los docentes compartieran el uso de máscaras.
En otras provincias los gobiernos también quieren regresar a cualquier costo, en plena pandemia, como en Santa Cruz. Nosotros llamamos a la docencia a exigir a los dirigentes sindicales que rechacen cualquier retorno presencial mientras estemos en pandemia. No se puede jugar con la salud de docentes, estudiantes y las familias. Hay que garantizar la tecnología y conectividad necesarias para mantener las clases virtuales y llegar a todos los estudiantes, mientras dure la pandemia.
Ante esta realidad proponemos:
-Rechazar el protocolo de Trotta y cualquier otro protocolo para volver a clases. No se vuelve a clases presenciales en medio de la pandemia y sin presupuesto.
-Denunciar mediante campañas la falta de condiciones edilicias, sanitarias y laborales para la vuelta a la presencialidad y de solidaridad con las provincias donde se inicien procesos de exigencia y lucha por el uso de protocolos.
-Impulsar la unidad con la comunidad para llevar adelante los reclamos.
En lo inmediato y de modo urgente, para dar continuidad a la virtualidad en mejores condiciones y pensar en la posibilidad de la terminalidad en los distintos niveles, exigimos al gobierno nacional y a los gobiernos provinciales: - Garantizar el acceso gratuito a la conectividad, sin límites de datos y con la velocidad adecuada. - Otorgar todos los insumos tecnológicos para docentes y estudiantes - Cubrir todos los cargos y horas cátedras mediante ofrecimientos virtuales. - Participación docente en la elaboración de las adecuaciones curriculares y cuestiones vinculadas a la terminalidad y debatir en cada escuela qué hacer con la acreditación. -Derecho a la desconexión. Rechazar toda sobre carga laboral y persecución producto del teletrabajo. Que se respete la carga horaria asignada según cargos y/ u horas cátedra. Rechazar la bimodalidad. -Rechazamos la modificación del artículo 109 de la LEN y denunciar su utilización para instalar el negocio de las plataformas y el avance de la reforma educativa en el camino de la privatización de la educación. -Rechazamos esta falsa virtualidad que, con la excusa de la pandemia, profundiza la intervención del sector privado en el diseño e implementación de la política educativa, dando lugar en forma directa a la precarización laboral. -Rechazamos que se declare a la educación “servicio esencial” con el objetivo de cercenar derechos docentes, como el derecho a huelga. Sí que se declare la emergencia educativa para garantizar partidas inmediatas de presupuesto para cubrir las necesidades de la virtualidad (conectividad y tecnologías gratuitas para docentes t estudiantes), para salarios, infraestructura escolar y nombramientos de cargos faltantes. Rechazar el acuerdo del gobierno, la UIA y la burocracia sindical para que el ajuste y la crisis la paguemos los trabajadores. Inmediata convocatoria a un plan de lucha nacional. Reapertura de paritarias por aumento salarial ya.
Cambia el signo político de los gobiernos patronales, pero todos privilegian el pago de la deuda externa por sobre la inversión en salud y educación. Ahora, con el gobierno de Alberto Fernández, la historia vuelve a repetirse. En el marco de una crisis sin precedentes, se destinaron 5.000 millones de dólares a cumplir con vencimientos a los acreedores y se terminó firmando un acuerdo con los bonistas en el que se pagarán 15.500 millones de dólares más de lo que se ofreció inicialmente. Fernández había anunciado que iba a empezar a pagar esta parte de la deuda recién dentro de tres años, pero finalmente comenzará a hacerlo el año próximo, con la brutal crisis económico social aun a cuestas. En los próximos meses, iremos a un nuevo acuerdo con el FMI, a cambio del cual se pedirán ajustes estructurales, profundizando también los que se refieren a la educación pública. La deuda externa es un mecanismo de sujeción política que usa el imperialismo para intentar digitar el destino del país. En materia educativa el imperialismo busca seguir avanzando en desligar a los estados de países semi coloniales como el nuestro, de la tarea de financiar y garantizar el sistema educativo.
Es por eso que año tras año se destinan cifras siderales para el pago de la deuda externa, mientras que el presupuesto educativo se desfinancia cada vez más. La Ley de Educación Nacional votada en 2006, establece que la inversión mínima en educación debe ser equivalente al 6% del PBI. Pero nunca se llegó a esa cifra, ni en la gestión de Cristina Kirchner, pese a que decía que lo estaba cumpliendo. Ese 6% sería hoy, si se cumpliera, aún insuficiente para las necesidades mínimas de funcionamiento del sistema educativo y de los salarios docentes e infraestructura escolar.
Pero hace años que el presupuesto educativo viene disminuyendo en términos reales. Entre 2016 y 2020 hubo una caída del 34%. El presupuesto educativo 2020 corresponde tan solo al 5,1% del total del presupuesto del país. Del magro presupuesto existente para educación, el 76% corresponde al sistema universitario. Según la ley de educación técnica sancionada durante el kirchnerismo, el presupuesto para esa rama debería llegar al 0,20% del total, pero en 2020 es solo del 0,10%.
Las reformas educativas de los 90, mantenidas por los gobiernos subsiguientes, transfirieron la mayor parte del financiamiento del estado nacional hacia las provincias, lo que genera, a su vez, desigualdades en el financiamiento por provincia. Esto se puede medir teniendo en cuenta el gasto presupuestario por alumno. Por cada peso que se invierte por alumno en CABA, se invierten 0,25 en Formosa, por la diferencia de recursos entre una y otra provincia.
Además del desfinanciamiento, los gobiernos, orientados por el FMI, usan otra herramienta para deslindar al estado de la responsabilidad de garantizar el funcionamiento del sistema educativo: la privatización. Esta política implica distintos ataques a la educación pública, estatal y gratuita: avanza en privatizar todos los sectores posibles del sistema educativo, limpieza, seguridad, mantenimiento, cursos, formación, programas educativos no conveniados, etc. Se profundiza la instalación de servicios educativos privados en todos los niveles (antes de la ley menemista no eran aceptados), mientras se recorta el presupuesto para la educación pública con graves falencias de infraestructura y falta de personal. En el año 2018 la matricula privada representaba el 32,9% de la matricula nacional en nivel inicial, y en CABA, por primera vez la matricula privada superó a la estatal.
En el marco de la profunda crisis educativa que atraviesa el país, rechazamos rotundamente la política de subsidios estatales a la educación privada. En el caso de las escuelas confesionales, que representan la mayoría dentro del ámbito privado, el subsidio llega al 50% de la matrícula. A las privadas no confesionales, de forma solapada también se las subsidia. Frente a la posibilidad del cierre de estas escuelas ante la crisis económica, reclamamos que el estado las estatice de forma inmediata, garantizando la continuidad laboral de los docentes y la continuidad pedagógica de los estudiantes.
En este marco de una gran avanzada de la privatización, dos de los niveles más afectados han sido el nivel terciario y el inicial, dos puntas fundamentales del sistema educativo.
La fragmentación y la desigualdad son muy profundas. Existen escuelas públicas pobres y escuelas privadas con recursos. En el nivel inicial los gobiernos no invierten y permiten que la falta de jardines maternales para niños desde los 45 días, sean cubiertos por jardines privados, que cumplen esa función social que debería garantizar el estado. Jardines emparentados, además, con la necesidad de igualdad para las mujeres para ir trabajar. Y, a partir de los 4 y 5 años, por ley los niños deben asistir de manera obligatoria a la educación. Desde Docentes en Marcha impulsamos una única educación estatal, pública, gratuita, científica, con perspectiva de género y no dogmática, sin darle cabida al negocio de la educación privada, que atenta contra el derecho social a la educación estatal y gratuita.
En este marco de crisis del nivel inicial, miles de maestras jardineras están desempleadas o casi desempleadas y precarizadas salarialmente. Además, nosotros proponemos que los jardines privados, con dueños o “cooperativas”, dentro de empleados de comercio o entidades religiosas, se estaticen y sean parte del sistema educativo estatal público y gratuito. Y que se garanticen, al pasar al estado, los derechos laborales de sus docentes.
RESOLUCIONES COMISION 2: Financiamiento, privatización, nivel inicial
No al pago de la deuda externa. Plata para educación y salud pública, salario, jubilación y vivienda.
- Aumento presupuestario equivalente al 10%del PBI o al 25% del presupuesto nacional en base al no pago de la deuda externa y un fuerte impuesto a las grandes empresas.
Basta de desigualdad educativas y presupuestaria entre las provincias. Renacionalización del sistema educativo y del financiamiento del mismo.
- Basta de subsidios a la educación privada. Separación de la iglesia y el estado.
-Estatización de toda escuela privada que cierre o despida, garantizando la continuidad laboral de los docentes y pedagógica de los estudiantes. Ningún docente despedido. Respeto de los derechos laborales adquiridos.
-Universalización del nivel inicial público estatal. Creación de todos los cargos necesarios. Construcción de las aulas y edificios propios
Presupuesto para acondicionar todos los edificios escolares en el marco de la pandemia.
Defensa de los derechos laborales de todos/as trabajadores docentes que trabajan en educación privada. No a la discriminación por raza, religión o género.
- libertad de organización sindical para las, les y los trabajadores docentes. No a la persecución patronal por luchar.
- no a la política de SADOP que acuerda con los gobiernos y las patronales avalando los ajuste sobre los derechos laborales.
Que se garantice la obligatoriedad de 3, 4 y 5 años. Creación de todos los cargos necesarios. Construcción de las aulas y edificios propios. Provisión de los recursos lúdicos necesarios.
Creación de jardines maternos-parentales en todos los turnos, incluyendo vespertino de 45 días a 2 años para el acceso laboral de las mujeres y de las/les y los estudiantes.