Apr 24, 2024 Last Updated 7:37 PM, Apr 24, 2024


Escribe Mercedes de Mendieta, docente UBA y diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad

Nuestro país es reconocido en el mundo por su sistema universitario público, gratuito, de libre acceso y destacado por su calidad educativa. Científicos, médicos, profesores, ingenieros, artistas y tantas otras y otros profesionales se forman en las Universidades Nacionales de todo el país. Un sistema que es el resultado de luchas y resistencias de estudiantes y docentes que durante más de un siglo han peleado en defensa de la educación pública y contra los intentos privatistas de los gobiernos. Hoy estamos ante una parada histórica, que definirá el rumbo del derecho a la educación universitaria frente al gobierno de Milei.    

Si algo distingue a la Argentina es su sistema universitario público compuesto por 57 universidades nacionales gratuitas con más de 2 millones de estudiantes (81% de todo el estudiantado del nivel superior),150.000 docentes y miles de no-docentes. La educación pública es parte de la identidad y la cultura nacional y la producción científica. Algo distintivo, algo de lo que tener “orgullo”.
Las universidades nacionales no son “concesiones” de algún gobierno, sino resultado de un proceso histórico de luchas y resistencias. Hace más de un siglo, estudiantes y docentes defienden la educación pública y luchan por más inclusión. Desde la reforma universitaria de 1918 que permitió la autonomía universitaria, el cogobierno y la libertad de cátedra, el movimiento estudiantil ha conquistado la gratuidad y la democratización, recibiendo a la primera generación de profesionales de las familias trabajadoras. Además, las universidades han sido cuna del pensamiento crítico y de la lucha contra las dictaduras, como lo demuestran hechos como la Noche de los Bastones Largos (1966), el Cordobazo (1969) y la resistencia a la dictadura genocida de Videla.

Después de la caída de la dictadura genocida, estudiantes, docentes y no-docentes han peleado contra los ajustes presupuestarios y los intentos privatistas por parte de todos los gobiernos. Entre las luchas más destacadas encontramos las tomas de facultades y movilizaciones multitudinarias contra la Ley de Educación Superior (LES) menemista impulsada por el Banco Mundial en 1995. Si bien no se logró frenar su aprobación por culpa de la traición de la Franja Morada  (UCR) y del entonces Frepaso, gracias a la lucha a lo largo de los años se ha evitado que los aspectos aún más privatizadores de la ley en regla general no se apliquen, como la habilitación del cobro aranceles para cursar. Antes del estallido social del 2001, el movimiento estudiantil se hizo sentir ante el recorte presupuestario del 5% a las universidades que intentó López Murphy durante el gobierno radical de De La Rúa, que tuvo que renunciar a su cargo como ministro a los quince días.  

Durante los gobiernos peronista-kirchneristas, radicales y de PRO se han mantenido luchas contra el ahogo presupuestario, por condiciones edilicias y por el salario de las y los docentes. En la educación pública se aprende luchando. Resistiendo al ajuste de todos los gobiernos. Los avances privatizadores y la mercantilización, sin embargo, lograron, de a poco, abrirse camino a través de otras vías, como el arancelamiento de los posgrados y la firma de convenios con multinacionales a los que el movimiento estudiantil y docente se vienen oponiendo.

Por una educación gratuita, pública, autónoma, de libre ingreso, laica y de calidad

El sistema universitario se refleja en la producción de la filosofía, del arte, del pensamiento crítico y la pluralidad de voces. Una parte muy importante de la ciencia que se realiza en nuestro país depende de ellas. El importante desarrollo científico del país se refleja en el apoyo a través de más de 1.000 cartas de adhesiones de investigadores extranjeros en defensa a la ciencia, a la universidad argentina y al Conicet, que llegaron desde más de cincuenta naciones entre los que se encontraban las firmas de sesenta y ocho Premios Nobel. Las universidades han contribuido, por ejemplo, a la emergencia sanitaria del Dengue y la pandemia del Covid-19.

Su calidad educativa es indiscutible. De las Universidades Nacionales han salido cinco Premios Nobel. Mientras resistimos al ataque histórico de Milei, días atrás la UBA fue ubicada en el puesto 95 en el ranking QS de 1.500 universidades de todo el mundo. Entre las carreras de las universidades nacionales, se destacan Antropología e Historia de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la carrera de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Sur, las tres dentro del top 150 mundial.

Las Universidades Nacionales junto a la cultura y la ciencia fueron elegidas como algunos de los blancos centrales por el gobierno de Milei. Tenemos la tarea histórica de frenar este atropello y pelear por más presupuesto para que la clase trabajadora y la juventud pueda acceder a una educación pública, científica, laica y de calidad al servicio de las necesidades populares. Para eso hay que luchar y movilizarse.



Escribe Mercedes de Mendieta, docente UBA y diputada nacional electa Izquierda Socialista/FIT Unidad

El jueves pasado miles de médicos y médicas, enfermeras, residentes, docentes, no-docentes, estudiantes junto a la comunidad educativa realizaron un abrazo simbólico, ante el peligro que hoy sufre esta institución emblemática del sistema de salud pública. El Hospital de clínicas es parte de la red de seis instituciones de la salud que dependen del presupuesto de la UBA y que se encuentran afectadas por el ataque histórico de Milei.

Este hospital público recibe la consulta de 365.000 personas y realiza 9.000 intervenciones quirúrgicas al año. Como consecuencia del congelamiento presupuestario, las autoridades decidieron bajar su funcionamiento al 40% de su capacidad y reducir las cirugías, afectando la atención de miles de personas. La realidad es crítica: con el presupuesto congelado y una inflación interanual del 276%, no hay plata para insumos, ni medicamentos, no hay para pagar la luz en un hospital vertical de dieciocho pisos, mientras se pagan salarios por debajo de la línea de pobreza.    

Con el presupuesto actual sólo podrá operar hasta finales de mayo, lo que podría dejar a miles de pacientes sin acceso al derecho a la salud, siendo que el 50% de sus pacientes son personas sin ninguna cobertura de salud y el 30% son jubiladas y jubilados con PAMI. Corren peligro cientos de puestos de trabajo y la formación de más de 1.500 estudiantes de la Facultad de Medicina que realizan prácticas y residencias para treinta y seis especialidades junto a la investigación médica y científica que allí se realiza.

Si hablamos de salud pública es imposible no referirnos al Hospital de Clínicas. Se trata del mejor hospital público nacional y uno de los más destacados de Latinoamérica, de acuerdo al ranking de Hospitank, gracias a su capacidad de diagnóstico e infraestructura quirúrgica. La historia del Hospital de Clínicas es, de algún modo, la de la medicina argentina. Se inauguró en 1.881 como hospital escuela de la Facultad de Medicina de la UBA. En él estudiaron tres premios Nobel (Bernardo Houssay, Luis Leloir y César Milstein), y pasaron los más destacados médicos, y se realizaron grandes aportes a la medicina como la primera aplicación de insulina en pacientes diabéticos, las primeras operaciones a corazón abierto, la instalación del primer aparato de rayos de la Argentina, entre otros.

La lucha por el presupuesto universitario es hoy también la defensa del funcionamiento del hospital de Clínicas, de cientos de puestos de trabajo, de la formación de nuestros futuros profesionales de la salud, es el mantenimiento de la investigación médica y  el derecho al acceso a la salud de miles de pacientes. La salud pública, no se vende, se defiende.
                                                                                      
 
 



Escribe Mechi de Mendieta, diputada nacional electa por Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
El pasado martes 27 de febrero el vocero presidencial, Manuel Adorni,  anunció en su habitual conferencia de prensa que: “se eliminaba el lenguaje inclusivo y todo lo que esté vinculado a la perspectiva de género en documentos que se emanen de la administración pública” y declaró que: “la perspectiva de género se ha usado como negocio de la política”. Lo hizo en vísperas del 8M, jornada Internacional por el Día de las Mujeres Trabajadoras y prácticamente en simultáneo al anuncio del cierre del Inadi. Una provocación que merece todo nuestro repudio.

Organizaciones feministas, personalidades académicas, periodistas y lingüistas rápidamente cuestionaron lo ridículo de la medida, pues no se puede prohibir algo que en principio, es una sugerencia. Pero, más allá de la formalidad, no debemos subestimar la medida. Es un mensaje de odio a las disidencias y a las mujeres pues busca invisibilizar la lucha que venimos dando por la igualdad de derechos.

El ultraderechista de Milei, al igual que Donald Trump o Jair Bolsonaro, representan la reacción patriarcal y tiene especial saña contra las conquistas feministas. Está en contra del derecho al aborto y la educación sexual (ESI) en las escuelas, niega la brecha salarial y ahora prohibe el uso de la “e”, la “x” y el “@”. Como solemos decir, lo que no se nombra no existe y este es un nuevo intento del presidente de hacer desaparecer y borrar de un plumazo, nuestras conquistas.

Desde Izquierda Socialista/FIT Unidad estamos comprometides en la lucha por defender cada uno de nuestros derechos, en unidad y en las calles. Por eso, este 8 de marzo nos movilizamos en todo el país junto a Isadora, Disidencias en Lucha y cientos de organizaciones contra todos los ataques del plan motosierra de Milei y el FMI. Te invitamos a sumarte a dar esta pelea juntes.  


Escribe Mercedes de Mendieta, diputada nacional electa Izquierda Socialista FITU

Distintos organismos de derechos humanos y organizaciones sindicales y políticas presentaron denuncias contra el protocolo antipiquetes y la brutal represión del gobierno y la Ministra Bullrich, con operativos repletos de violencia y abusos en Congreso ante la fallida votación de la reaccionaria Ley Ómnibus.

Desde que asumió el gobierno ultraderechista de Milei venimos advirtiendo que el plan de guerra contra las y los trabajadores, las mujeres y los sectores populares solo puede pasar con una brutal represión. Por eso, la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció el protocolo antipiquetes con el objetivo de atacar el derecho a la protesta y generar miedo a quienes salgan a las calles a enfrentar sus políticas de hambre y saqueo. Pero desde el 20 de diciembre la izquierda, el sindicalismo combativo, organismos de derechos humanos, asambleas barriales y sectores de la cultura, entre otros, nos encontramos en las calles enfrentando operativos represivos donde se violan los derechos humanos, como se demostró los días dónde se discutió la Ley Ómnibus.

Tan escandalosa fue la represión, que el juez Casanello tuvo que citar a la Ministra para que dé explicaciones ante el pedido de inconstitucionalidad del protocolo, pidió poner “límites al accionar policial” y que el protocolo se “adecue a derecho y a los pactos internacionales que adhiere Argentina”. Por supuesto, la Ministra defendió la represión amparada en el resultado electoral.

La Comisión Provincial por la Memoria junto al Comité Nacional de Prevención de la Tortura realizó un informe dónde se denuncian más de 285 lesionados y heridos por balas de goma y gases tóxicos, entre ellos 35 periodistas y defensores de derechos humanos. El CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) denunció que el operativo a cargo de cuatro fuerzas (gendarmería, prefectura, policía federal y de la ciudad) terminó con 23 detenciones, la mayoría de ellas realizadas en forma de casería a personas que desconcentraban o se encontraban en las zonas aledañas a Congreso. También que las fuerzas represivas disparaban balas de goma intencionalmente de la cintura para arriba, incluso a la cara de los manifestantes. Entre los heridos por esta metodología propia de los carabineros de Chile, se encuentra Matías Aufieri de CEPROH, quien podría perder la visión a causa de estas lesiones en uno de sus ojos.

La Red Federal por la Defensa de los Derechos Humanos y la Democracia denunció “métodos novedosos” en la represión, dónde se rociaba a los manifestantes a mansalva con un gas amarillo que tiene un químico que produce ceguera temporal, broncoespasmos y problemas respiratorios sobre sus víctimas y quemaduras y picazón en el cuerpo por horas. Este gas fue denunciado por ATE e H.I.J.O.S como OC MK-9, que según expertos es mucho más severo y potencialmente letal que el gas lacrimógeno.

Todas estas denuncias fueron parte de la audiencia pública realizada el jueves pasado por las bancas del Frente de Izquierda Unidad en el Congreso Nacional, de la cual participamos como Izquierda Socialista, donde estuvieron personalidades como Norita Cortiñas de Madres Línea Fundadora y organismos de derechos humanos que presentaron sus informes junto a heridos y víctimas de la represión.
Como demostró el triunfo popular contra la Ley Ómnibus, la movilización y las acciones masivas en la más amplia unidad son el camino para derrotar el protocolo antipiquetes y defender el derecho a la protesta, el DNU y el plan motosierra de Milei. Este 8M y 24M tenemos la tarea de llenar las calles por nuestros derechos.

Mercedes de Mendieta, diputada nacional electa de Izquierda Socialista/FIT Unidad y dirigenta nacional de la agrupación feminista socialista "Isadora, Mujeres en Lucha", se refirió sobre el proyecto de ley de los diputados de la Libertad Avanza que buscan derogar la "ley de interrupción voluntaria del embarazo"

Dijo Mercedes de Mendieta: “El proyecto de LLA no sólo busca atacar el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, sino que busca retroceder más de 100 años, planteando la derogación de la despenalización del aborto no punible que existe desde 1921. Este proyecto muestra que con la ultraderecha en el gobierno la libertad no avanza, sino que retrocede.”

De Mendieta finalizó: “Desde el 2015 con el #NiUnaMenos el movimiento feminista mostró su fuerza en las calles independiente de todos los gobiernos, conquistando en 2020 el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Este #8M el movimiento feminista vamos a salir a las calles de manera masiva en todo el país, para decir Ni un paso atrás en nuestros derechos conquistados. Si soplan fuerte, levantarán olas. Ni un paso atrás, #EsLey. Ya derrotamos la ley ómnibus, ahora vamos a derrotar este nuevo intento anti-mujeres”.

 

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