May 18, 2024 Last Updated 7:27 PM, May 17, 2024

Izquierda Socialista


Escribe Pili Barbas, dirigenta JIS (Juventud de Izquierda Socialista)

Las políticas de ajuste han hundido la educación y ahora Milei quiere avanzar con un salto en la privatización. Frente a eso, lanzamos una campaña desde la Juventud de Izquierda Socialista en defensa de la educación pública.

A comienzos de este cuatrimestre nos encontramos con las consecuencias del recorte educativo del 15% del presupuesto, votado por el Frente de Todos y Juntos por el Cambio para el 2023. Este vaciamiento a la educación pública se viene profundizando: las condiciones de cursada son deplorables, es muy difícil conseguir horarios para cursar, hay recorte de becas, en muchas universidades y terciarios no contamos con boleto educativo, y no hay comedores estudiantiles que garanticen precios accesibles y menús saludables.

Con una inflación que no para de crecer, estos son derechos básicos que necesitamos como estudiantes para poder mantener la cursada. El recorte presupuestario también lo sufren nuestres docentes, que actualmente siguen en plan de lucha por sus salarios en secundarios y universitarios en todo el país.

Este brutal ajuste es impulsado por Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, con el único objetivo de cumplir con los pagos al FMI. Esto ocurre en completa complicidad con Juntos por el Cambio, quienes también impulsan planes privatistas de ajuste a la educación pública como lo viene llevando adelante Horacio Rodríguez Larreta en CABA. Los modelos de pasantías truchas, donde por ejemplo en CABA estudiantes de quinto año perdieron materias para ir a trabajar gratis a un Carrefour; o las políticas generalizadas de firmas de convenios con empresas desde las universidades de todo el país, dan cuenta de políticas de mercantilización en las que no hay grieta entre peronistas, radicales y macristas.

Un salto brutal respecto de estas políticas representa la propuesta del liberfacho Milei, que propone directamente eliminar la obligatoriedad escolar y crear un sistema de vouchers que se otorgarían a las familias, en vez de financiar al presupuesto educativo. Con esto busca que la educación sea una mercancía y no un derecho, ampliando la brecha entre la educación a la que pueden acceder los ricos y les trabajadores, y construyendo un paso intermedio hacia la privatización total de la educación en todos los niveles.

Por su parte, Juan Grabois (Patria Grande/La Mella) anda por los medios diciendo que hay que financiar la educación con un “fondo soberano” en base a la destrucción de humedales para explotar litio. Para el amigo del Papa Francisco habría que elegir entre tener agua en el norte del país o tener escuelas.

Desde la JIS rechazamos todas estas salidas de ajuste, privatización y entrega, y proponemos una salida de fondo en defensa de la educación pública. Que se deje de pagar la fraudulenta deuda externa y esa plata vaya al presupuesto educativo.
Es necesario contar con esa plata para ponerla al servicio de infraestructura en nuestros lugares de estudio para poder cursar, becas integrales, boleto educativo nacional, comedores estudiantiles, jardines parentales y salarios para nuestres docentes.
Para dar esta pelea, es necesario impulsar de manera unitaria nuestras propuestas contra las políticas que llevan adelante los gobiernos junto a todos los partidos patronales. Por eso llamamos a una fórmula unitaria del Frente de Izquierda Unidad para que no vaya dividido en las PASO. Solo una alternativa de les trabajadores puede dar salida a la crisis.

 

 

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Escribe Huilen Retacchi, Artes UNC

Este 17 y 18 de mayo habrá elecciones estudiantiles en toda la UNC.

Se dan en un marco de mucha crisis y ajuste educativo. A pedido del FMI, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio votaron un recorte del 15% en educación. Esto lleva a que se profundicen situaciones ya conocidas: las becas son insuficientes, aumentó el precio y se recortaron las raciones del comedor, faltan horarios de cursado, precarizan y pagan salarios de hambre a nuestros docentes.

Las conducciones estudiantiles como Franja Morada (UCR), Sean Eternos (PJ/FdT), Sur (ligados al PJ de Schiaretti) y La Bisagra (FdT) apuestan a sostener la pasividad, gestionando servicios superficiales y alejando a les estudiantes del debate político.

Es de suma importancia haber conquistado la unidad de toda la izquierda. Desde JIS y el Frente Estudiantil de Izquierda vamos a plantear una salida independiente de los gobiernos y las autoridades, y la necesidad de recuperar nuestros espacios para el debate y la organización en camino a luchar por un aumento del presupuesto educativo.

 

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Escribe Federico Novo Foti
 
En 1933 el vicepresidente argentino Julio A. Roca (hijo) y el encargado de negocios británico Walter Runciman firmaron un acuerdo leonino contra nuestro país en favor de Gran Bretaña. La Argentina pasó a ser una semicolonia expoliada por el imperialismo británico. En la actualidad, la lucha contra los acuerdos de saqueo y ajuste imperialista sigue vigente.
 
En mayo de 1933 se firmó el pacto Roca-Runciman, un escandaloso “estatuto del coloniaje” de nuestro país. En la firma del acuerdo, Argentina estuvo representada por el entonces vicepresidente, Julio A. Roca (hijo), quien con orgullo sintetizó su gestión diciendo que “la Argentina es, por su interdependencia recíproca, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Reino Unido”.1 Por el lado británico, estuvo Sir Walter Runciman, presidente del British Board of Trade.

El acuerdo, auspiciado por el presidente conservador Agustín P. Justo y refrendado por el Congreso Nacional (Ley 11.693), implicó que, a cambio de que Argentina pudiera seguir vendiendo carnes a Gran Bretaña, ésta pasaría a controlar el producto de exportación más importante de nuestro país por medio de un trust ligado al mercado británico de Smithfield en Londres. Reservó para los frigoríficos extranjeros, en su mayoría británicos (Swift, Armour y Anglo-Ciabasa), el 85% de la cuota de exportación de carnes, relegando a las empresas argentinas. Además, se estableció que la totalidad de las divisas (libras esterlinas) generadas por las compras realizadas por los ingleses a la Argentina debía destinarse a la importación de productos británicos. El acuerdo definió a Gran Bretaña como “nación privilegiada”. Paralelamente se firmó un protocolo y una serie de pactos subsidiarios, algunos secretos, que establecieron que las mercaderías inglesas, como el carbón, quedarían “libres de derechos” (impuestos); la disposición a comprar los ferrocarriles y la compañía de gas en manos británicas, pero bajo las condiciones que ellos quisieran; y la creación de la Corporación de Transporte de Buenos Aires, para ampliar los beneficios del monopolio inglés en subtes y trenes, entre otros puntos.2

Argentina, semicolonia de Gran Bretaña

El 24 de octubre de 1929 quebró la Bolsa de Nueva York en Wall Street. Era el inicio de una crisis económica nunca vista hasta el momento, que sacudió a todo el mundo capitalista. Durante muchos años se sintieron los efectos devastadores de la crisis de la economía capitalista mundial. Todos los grandes países imperialistas buscaron protegerse y sortear la crisis replegándose en un proyecto de autoabastecimiento para incentivar la producción interna, reduciendo el comercio internacional un 60%.

Pero Gran Bretaña fue el primer país imperialista en recuperarse porque pudo usufructuar su posición mayoritaria en el comercio mundial y su vasto imperio colonial. Desde esa posición, redobló el saqueo de los países que dominaba y oprimía. Entre julio y agosto de 1932 en Ottawa (Canadá), Gran Bretaña reunió a sus colonias y excolonias en la “Conferencia Económica Imperial”. Para paliar su propia crisis, Inglaterra pactó con las grandes burguesías del “Commonwealth” (Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, India, entre otras) un régimen preferencial de comercio, férreo y cerrado, donde todos se comprometían a comprar y vender con la “privilegiada” metrópoli.

El pacto Roca-Runciman fue el reflejo particular de los acuerdos de Ottawa en nuestro país. Cabe recordar que desde los inicios de la historia de nuestro país independiente existió una presencia de los intereses imperialistas ingleses. A partir de 1880 pegó un salto la dependencia de nuestro país con Gran Bretaña. Capitales ingleses dominaban el sistema ferroviario. Poco tiempo después, acapararon los grandes frigoríficos y el petróleo, además de tener intereses financieros y en otros rubros. Pero en la llamada “Década Infame” (1930-1943), especialmente bajo el gobierno de Agustín P. Justo y de la mano de la oligarquía terrateniente, con los acuerdos iniciados por el pacto Roca-Runciman, el país pasó a ser una “semicolonia” británica. Es decir, un país políticamente independiente, pero cuya economía comenzó a ser controlada y sometida por el imperialismo inglés.3

El pacto Roca-Runciman provocó cambios profundos en la estructura económica y social del país. Se profundizó el proceso de concentración de todas las ramas de la actividad económica. La oligarquía argentina, beneficiaria del sometimiento a los capitales británicos, tuvo como su mayor exponente al Grupo Bemberg, el trust de la cerveza “Quilmes”, que actuaba como intermediario de los préstamos entre la banca internacional, la nación y las provincias. También se beneficiaron Bunge y Born y Dreyfus, los monopolios de la venta de cereales. El tanino quedó esencialmente en manos inglesas, bajo la tristemente célebre La Forestal. En medio de esa situación también comenzó a darse un incipiente desarrollo de la industria, obligado por la falta de divisas y alentado por el control de cambios. Aumentó en la ciudad la mano de obra corrida del campo, producida por la crisis de la pequeña y mediana agricultura. De modo que, ligada a los terratenientes, comenzó a surgir a mediados de la década de 1930 una burguesía industrial, que iba ocupando los huecos que existían por el cerrado dominio imperialista.
 
Por la segunda y definitiva independencia

La decadencia de Gran Bretaña fue debilitando su dominio sobre nuestro país y el mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial emergió como nuevo imperialismo dominante Estados Unidos. En nuestro país, tras el “golpe gorila” de 1955, la Argentina volvería a ser una semicolonia, desde entonces sometida al nuevo amo norteamericano. El control de nuestra economía y la entrega de los recursos naturales en favor de multinacionales yanquis y de otros países imperialistas se profundizó. Nuevos pactos o acuerdos, establecidos por los sucesivos gobiernos patronales con organismos de crédito internacionales, como el FMI y el Banco Mundial, consolidaron el mecanismo de la deuda externa como un pilar fundamental del saqueo, el ajuste y la explotación capitalista en nuestro país.  La decadencia argentina va de la mano de la penetración y el sometimiento de nuestra economía al imperialismo. Por eso la lucha antiimperialista y la necesidad de lograr una segunda y definitiva independencia, la económica, sigue planteada como una de las grandes tareas en la pelea por lograr un gobierno de trabajadores y trabajadoras, que termine con el capitalismo y por el socialismo.
 
1. Ver Milcíades Peña. Masas, caudillos y elites. Ediciones Fichas, Buenos Aires, 1973.
2. Ver Nahuel Moreno. Método de interpretación de la historia Argentina. Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2012 o en nahuelmoreno.org
3.  Idem.

Escribe Federico Novo Foti

En 1935, surgida de las filas del partido radical, se fundó Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA). Estaba integrada por intelectuales opositores al gobierno de Agustín P. Justo que investigaron y denunciaron el dominio imperialista. Uno de sus más destacados miembros fue Raúl Scalabrini Ortiz. De los forjistas surgió la definición del pacto Roca-Runciman: el “estatuto legal del coloniaje”. Sus investigaciones expusieron los negociados con el imperialismo y a sus cómplices nacionales. En la década siguiente, desencantados con su proyecto de “recuperar al radicalismo”, la mayor parte de ellos se sumó al naciente peronismo.

El peronismo kirchnerista se reivindica heredero del forjismo y de sus principales figuras. Sin embargo, no cuestiona el “coloniaje” en el siglo XXI que significa el acuerdo del gobierno con el FMI. Cristina incluso reivindica como un acto de “soberanía” el pago de la deuda con el FMI en 2005, en tiempos de Néstor Kirchner. Ahora dice que fue “descabellado” el préstamo que recibió Macri en 2019. Pero avala su pago y el “recalibrado” impulsado por el gobierno para seguir pagando a costa del saqueo y el ajuste que sufre el pueblo trabajador. También, propone usar recursos de un eventual superávit comercial para seguir pagando. El kirchnerismo es doble discurso y más sometimiento al imperialismo.

 



Escribe Pablo Almeida, legislador porteño electo por Izquierda Socialista/FIT Unidad

El pasado 28 de abril tuvimos la oportunidad de realizar una audiencia pública en la legislatura de CABA junto a Mónica Baltodano, una de las referentes nicaragüenses más importantes en el enfrentamiento al régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo, como parte de su gira por nuestro país.

La audiencia pública fue convocada a través de nuestra legisladora Mercedes De Mendieta (Izquierda Socialista) y Alejandrina Barry del PTS, ambas bancas del Frente de Izquierda Unidad, en el marco de la gira que Mónica realizó entre abril y mayo por varios países de Sudamérica como Brasil y Uruguay.

Mónica Baltodano es una referencia internacional. Participó de la Revolución Sandinista de 1979 que terminó con la dictadura de Somoza en Nicaragua. Pese a su corta edad fue comandante guerrillera y luego diputada nacional. Su enfrentamiento al gobierno represor de Daniel Ortega y Rosario Murillo le ha valido la persecución, el exilio en Costa Rica desde 2021 y, más recientemente, que se le quiten su nacionalidad nicaragüense y sus derechos civiles junto a un centenar de los más destacados opositores. Baltodano expuso con claridad como Daniel Ortega junto a un pequeño séquito y aliado a sectores de lo más rancio de la burguesía de Nicaragua, en su vuelta al poder en 2007, fue construyendo un régimen dictatorial que ha arrasado con cualquier posibilidad de expresión opositora, llegando al extremo de la represión, la persecución y supresión de las más básicas libertades democráticas.

La actual gira de Baltodano fue muy importante para seguir visibilizando frente al mundo las atrocidades y atropellos que el régimen dictatorial viene cometiendo en Nicaragua, sobre todo en los últimos cinco años, con más de 450 asesinados, centenares encarcelados y millares de exiliados y exiliadas. Y también para desenmascarar que el gobierno de Daniel Ortega no tiene ni un gramo de antiimperialista, ni de izquierda y mucho menos de socialista. Las luchas masivas que se desencadenaron en 2018, y que fueron enfrentadas con una feroz represión de fuerzas policiales y parapoliciales, iban contra un plan de ajuste del más puro corte capitalista dictado por el Fondo Monetario Internacional.

El testimonio de Mónica dio cuenta también de que existe una enorme resistencia a la dictadura, pese a la represión y las persecuciones. Tanto dentro de Nicaragua como en el exilio, fundamentalmente en los países vecinos, continúa la pelea por derribar a la dictadura. Con esta actividad volvimos a ratificar nuestro apoyo a esa resistencia, como lo hiciéramos en julio de 2022 cuando fuimos parte de la Comisión Internacional que pidió por la libertad y la vida de las personas detenidas en Nicaragua, junto a compañeros de distintas organizaciones y, fundamentalmente, junto a la delegación de la Unidad Internacional de Trabajadores y Trabajadoras - Cuarta Internacional.

Hoy, diez meses después de esa comisión, podemos decir que la lucha y la visibilidad lograda con la solidaridad internacional dieron sus frutos, aunque sean parciales. Los 222 compañeros y compañeras liberados de las cárceles de Managua; entre los cuales se encuentra la ex comandante Dora María Telles, el líder estudiantil Lesther Alemán, y el luchador de los derechos humanos y miembro de la Asociación Madres de Abril (AMA) Yader Parajón; han sido expatriados por el régimen dictatorial y hoy se encuentran como refugiados en los Estados Unidos. La contracara de esta solidaridad internacional ha sido el silencio o la abierta complicidad con la dictadura orteguista de aquellos gobiernos y corrientes políticas que se dicen progresistas como el de Lula en Brasil, el Frente Amplio en Uruguay o el peronismo kirchnerista en Argentina.

La visita de Mónica ratifica que la lucha del pueblo nicaragüense por su libertad sigue firme y que cualquier esfuerzo que hagamos es poco, por eso nos comprometemos a seguir apoyando firmemente desde la Unidad Internacional de los Trabajadores, desde Izquierda y Socialista/FIT Unidad, la lucha tenaz que vienen llevando adelante.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

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