May 07, 2024 Last Updated 5:26 PM, May 7, 2024

Por Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional

Basta de Genocidio en Palestina

21/12/2023. Después de casi 3 meses de bombardeos indiscriminados contra la población civil de Gaza; mortales redadas en Cisjordania ocupada, y más de 50 días del inicio de la invasión terrestre del ejército sionista a la Franja, lo que Israel está ejecutando contra el pueblo palestino es un verdadero genocidio, que busca completar la limpieza étnica iniciada hace ya 75 años.

Es una guerra contra las niñas y niños gazatíes

El ejército sionista se ha ensañado especialmente contra las niñas y niños. El saldo hasta hoy, aunque son cifras que se incrementan cada minuto, es de 8.000 niñas y niños asesinados, y más de 6000 mujeres, es decir, el 70% de los más de 20 mil palestinos asesinados en Gaza son mujeres y niños. Además ya hay más de 50 mil heridos; casi dos millones de desplazados, lo que equivale al 85% de la población de la franja; decenas de hospitales y escuelas destruidas. Mientras que 280 palestinos han sido asesinados en Cisjordania ocupada y Jerusalén, desde el pasado 7 de octubre.

Israel somete a la población gazatí a un brutal asedio, restringiendo el acceso de alimentos, agua, combustible e insumos médicos. En la práctica la sed y el hambre se han convertido en un arma de guerra del gobierno ultrareaccionario de Netanyahu contra el pueblo palestino en el pequeño territorio de la franja de Gaza.

Siguen las movilizaciones de solidaridad en todo el mundo

Mientras Israel intensifica su criminal agresión, apoyada por el imperialismo norteamericano y europeo, en todo el mundo se viene produciendo un gigantesco movimiento de solidaridad que se ha expresado en masivas movilizaciones que van desde Estados Unidos y Canadá, hasta las capitales y principales ciudades europeas, así como en la mayoría de los países árabes y del medio oriente, el los cuales las movilizaciones han sido multitudinarias. Incluso en Francia y Alemania, donde fueron prohibidas, las marchas y acciones de solidaridad con el pueblo palestino han sido masivas.

Tel Aviv ha sido escenario de continuas movilizaciones de los familiares de los rehenes en poder de Hamás, exigiéndole al gobierno que negocie para recuperarlos. Incluso se manifestaron miles frente a la casa de Netanyahu.

La indignación se ha incrementado al conocerse la noticia de que el ejército israelí asesinó a 3 rehenes “por error”, a pesar de que portaban una bandera blanca y hablaban en hebreo. Todo esto no hace más que poner en evidencia que los soldados sionistas no discriminan entre combatientes y civiles, tienen órdenes de disparar a discreción, y poco les importan los rehenes.

Israel se aísla cada vez más internacionalmente

El genocidio ya le está pasando factura al ultraderechista gobierno de Netanyahu. Las voces por un alto el fuego siguen creciendo en todo el mundo. Ya es imposible ocultar el genocidio en Gaza. El propio jefe del imperialismo, Joe Biden, le advirtió que Israel estaría perdiendo apoyo internacional “por los bombardeos indiscriminados que se producen”. Incluso le sugirióque cambiara su gobierno al que catalogó como el “más conservador de la historia de Israel». Mientras que de forma hipócrita exhortó al régimen sionista a “evitar que civiles palestinos inocentes sean heridos y asesinados”, después que gracias al envío de armas y su apoyo incondicional, 20 mil palestinas y palestinos han perdido la vida.

Biden se quejó que Israel «no quiere una solución de dos Estados». De hecho Netanyahu reconoció que “hay desacuerdos” con Estados Unidos sobre el futuro de la franja de Gaza. La fórmula de los dos Estados, orquestada en los acuerdos de Oslo de 1993, hace ya tiempo que fracasó. Israel no tiene ningún interés en ello. Su objetivo hoy es tomar el control total de Gaza y expulsar a los más de 2 millones de gazatíes a los países vecinos y continuar su política de establecimiento de asentamientos con colonos provenientes de Europa en la Cisjordania ocupada, avanzando de esta forma en la limpieza étnica contra el pueblo palestino, y ampliando el territorio del enclave sionista.

Simultáneamente la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución pidiendo un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza, la cual fue aprobada por 153 estados miembros, con 10 votos en contra y 23 abstenciones. Dicha resolución fue vetada por Estados Unidos. Pero lo sintomático es que en esta ocasión el número de países a favor del alto el fuego fue mayor a un intento previo en octubre, cuando una «tregua humanitaria» fue aprobada por 121 votos a favor, 14 en contra y 44 abstenciones, evidenciándose que Israel comienza a estar cada vez más aislado internacionalmente, en la medida que sus crímenes quedan en evidencia.

El pueblo palestino continúa resistiendo

A pesar de los bombardeos inclementes en Gaza y las continuas redadas en Cisjordania, la resistencia del pueblo palestino contra la agresión sionista continúa. Es necesario seguir profundizando la movilización masiva de los pueblos del mundo, y rodear al heroico pueblo palestino de la más amplia solidaridad internacional. La Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) es parte de ese gran movimiento mundial de solidaridad, y seguiremos impulsando la unidad de acción y nuestro apoyo al pueblo palestino a través de todas nuestras secciones, en los distintos países donde tenemos presencia, hasta derrotar la agresión sionista.

La UIT-CI llama a que los pueblos exijan a sus gobiernos: ruptura de todos los acuerdos económicos, comerciales, culturales y militares con Israel. ¡No al envío de armas a Israel! ¡Basta de ayuda financiera y militar de Estados Unidos a la entidad sionista! Asimismo repudiamos la coalición naval establecida por Estados Unidos para enfrentar los ataques de los Hutíes de Yemen en el Mar Rojo, contra barcos israelíes o que lleven mercancías a la entidad sionista ¡Que se retire la flota estadounidense de las cercanías de Israel y Medio Oriente! Que los pueblos con su movilización, exijan a sus gobiernos, en particular a los gobiernos árabes, que rompan relaciones con Israel, y apoyen a la resistencia palestina con todo lo que necesite.

¡Alto ya a los bombardeos criminales a Gaza!

¡Fuera el ejército israelí de Gaza!

¡Basta de bloqueo genocida!

¡Ruptura de relaciones políticas, económicas, culturales y militares con Israel!

¡Liberación de las y los presos palestinos!

¡Todo el apoyo a la resistencia palestina!

Escribe José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista/UIT-CI, de Argentina

En Cuba se ha anunciado, para 2024, el ajuste más duro en décadas. Fue presentado por el primer ministro Manuel Marrero Cruz en un discurso ante la Asamblea del Poder Popular, en presencia del presidente Miguel Díaz Canel y del líder histórico Raúl Castro.

Sectores afines al gobierno ultraderechista de Milei, en Argentina, han salido a decir que “ajuste hay en todos lados, hasta en Cuba”, para justificar su propio ajustazo antiobrero y antipopular. Voceros de Milei argumentan que mientras aquí la “izquierda va contra el ajuste” frente al ajuste de Cuba guardan silencio” porque según Clarín, para “la izquierda (…) ese sí es un ajuste justo y bueno” (Clarín 22/12/2023).

No es nuestro caso. Desde Izquierda Socialista queremos ser absolutamente claros: efectivamente, se ha anunciado un brutal plan de ajuste en Cuba, y lo repudiamos, tal como el de nuestro país. No hay ajustes buenos y ajustes malos: todos van contra las condiciones de vida del pueblo trabajador y llamamos a enfrentarlos y derrotarlos.

En Cuba no hay socialismo

Javier Milei, repetidas veces, ha denunciado “al socialismo” como responsable de nuestra crisis. Y pone como ejemplo del socialismo y su fracaso a Cuba.

Pero la realidad es que en Cuba no hay socialismo, justamente por eso hay ajustes contra su pueblo. Es lo opuesto a lo que dice Milei y sus voceros. La revolución socialista de los años 60, con el Che como ministro de Industria, que dio grandes conquistas al pueblo cubano (en salud y educación, por poner los dos ejemplos más conocidos) y generó entusiasmo y solidaridad entre los pueblos explotados de todo el planeta, lamentablemente se ha perdido. Hace años que se restauró el capitalismo y ya no existen más, lamentablemente, todos aquellos logros de la revolución. Fueron los propios burócratas del PC cubano los que desde los años 90 llevaron adelante la restauración capitalista y son quienes aún hoy se benefician con ella, como socios de las multinacionales que operan en la isla.

En Cuba hay un gobierno dictatorial, capitalista, que reprime las protestas, impide las huelgas, todo al servicio de los negocios que pacta con las multinacionales del turismo, de la especulación inmobiliaria, del tabaco, del ron o de la explotación del níquel. Transnacionales canadienses, españolas, de otros países de la Unión Europea, chinas, rusas, saquean las riquezas de la isla y superexplotan a sus trabajadoras y trabajadores con salarios de miseria, de apenas unas pocas decenas de dólares.

En Cuba hay un ajuste capitalista y lo denunciamos

El primer ministro cubano Marrero Cruz, por supuesto, arrancó culpando al bloqueo yanqui, que existe y siempre denunciamos. Pero no pudo esconder la responsabilidad principal, la del propio gobierno del PC cubano, admitiendo que “persisten insuficiencias propias y problemas subjetivos que afectan la capacidad de programas y proyecciones económicas”. A partir de esto Marrero Cuz pasó a anunciar lo que llamó “el plan de estabilización económica”, en línea con lo que previamente el presidente Miguel Díaz Canel denominara “economía de guerra”.

La argumentación parece calcada de lo que escuchamos en nuestro país en boca de Macri primero y de Milei después. Marrero dijo que el Estado no puede seguir con el derroche en subsidios al agua, la electricidad, el gas licuado, el transporte y los combustibles: “no es justo que reciban lo mismo los que mucho tienen que los que muy poco tienen. Hoy nosotros le subsidiamos lo mismo a un ancianito pensionado que al dueño de grandes negocios privados, que tienen mucho dinero” afirmó sin que se le cayera la cara de vergüenza (Perfil, La Nación, France 24 en español, 23/12/2023).

Lo concreto es que las medidas inmediatas incluyen un alza del 25% en la tarifa eléctrica residencial, la triplicación del costo de abastecimiento de agua y una suba del 25% del precio del cilindro de gas licuado que se usa en la isla. Se anunció también “nuevas tarifas” para el transporte público, el fin de los subsidios universales en los alimentos básicos que figuran en una cartilla de abastecimiento cada vez más vacía, incrementos para los precios de los medicamentos, cigarros y una devaluación del peso respecto del dólar (este actualmente tiene una tasa oficial al que acceden de las empresas de 24 cup por dólar, pero para los cubanos de a pie el cambio oficial es de 120 cup, aunque en el mercado negro se ofrece a 273). Por si esto fuera poco, se informó también que se congelará el ingreso de trabajadoras y trabajadores a la planta del estado. También un incremento en el impuesto a la compra-venta de bienes, una especie de IVA, que afecta a los que menos tienen pegando directamente en el precio de los productos de consumo popular.

Este ajuste no es el primero. Medidas anteriores ya habían generado fuertes protestas el 11 y 12 de julio de 2021, con miles de cubanos saliendo a la calle gritando “tenemos hambre”, lo que provocó una feroz represión con un saldo donde aún hoy permanecen más de 500 manifestantes encarcelados (algunos de ellos con condenas de hasta 25 años).

Hoy, este nuevo y brutal ajuste contra las condiciones de vida demuestra, una vez más, que en Cuba no hay socialismo ni nada parecido. El gobierno del Partido Comunista cubano sigue hablando de “socialismo” con el fin de justificarse, pero gobierna para los acuerdos con las multinacionales y los nuevos ricos cubanos. Es algo semejante a lo que pasa en China donde el gobernante Partido Comunista de ese país encabeza una de las grandes potencias capitalistas del mundo.

Hay una perversa coincidencia entre Díaz Canel, Raúl Castro, el resto de los burócratas del PC cubano y los libertarios de Milei: ambos dicen que lo que hay en la isla es socialismo. Lo refutamos una y otra vez, es una vulgar mentira. Es capitalismo, explotación del pueblo trabajador.

Desde Izquierda Socialista denunciamos todos los planes de ajuste y los gobiernos que lo llevan adelante, sean del signo político que sean. Así como enfrentamos y salimos a la calle contra el que lleva adelante el ultraderechista Milei en la Argentina, también decimos que hay que denunciar el actual ajuste que llevan adelante Díaz Canel y el actual gobierno capitalista cubano. En Argentina, en Cuba y en todo el mundo: ¡qué la crisis no la paguen las y los trabajadores, sino quiénes la provocaron y se benefician con ella, los capitalistas, los banqueros y las multinacionales! Nosotros luchamos por un verdadero socialismo, que es la democracia para el pueblo trabajador, donde en vez de negocios para las multinacionales, los banqueros y la deuda externa se pongan todos los recursos al servicio de una economía planificada que priorice resolver las más urgentes necesidades populares: salarios y jubilaciones dignas, educación, salud y vivienda para todas y todos.

 

 

 

 

 

Escribe MST, sección de la UIT-CI de Chile

¡Y el fracaso de la convención constitucional pactada de espaldas al pueblo entre el gobierno de Boric y la derecha!

Los 6.810.716 (55.75%) votos a la opción “En Contra” de la nueva propuesta constitucional, sepultaron el proyecto redactado por la ultraderecha de Kast, que sólo obtuvo 5.405.055 (44.25%) de votos “A Favor”. Este resultado se dio en casi todas las regiones del país, y en los más importantes centros urbanos partiendo por la capital. En sólo 3 regiones gano por estrecho margen el “A Favor”. Estas son cifras categóricas que necesitamos entender para saber qué sucedió, y como impactaran estos resultados en el futuro de millones de familias trabajadoras.

Un proceso constituyente que buscaba cerrar el descontento social abierto con la rebelión popular de 2019

El día después de que triunfó el rechazo a la propuesta constitucional en el plebiscito de 2022, y en medio de los festejos de la derecha y los grandes empresarios, comenzaron frenéticas conversaciones entre el gobierno de Boric y la oposición de derecha. La preocupación de ambos sectores se publicaba en los principales medios de comunicación, en voces de políticos, empresarios y “especialistas”. El diagnóstico era común: sigue imperando un clima de descontento social, el odio a los partidos tradicionales y otras instituciones, por lo que es urgente convencer al país de que los reclamos de la rebelión popular fueron escuchados, y que los cambios pedidos se llevaron a cabo.

Desde el Partido Comunista hasta la UDI (derecha) compartían la preocupación de que continúan “elementos de inestabilidad política” que podrían derivar en nuevas rebeliones, y de que esto sólo podían cerrarse entregando alguna migaja al pueblo y la clase trabajadora. Esta unidad en el diagnostico los empujo a imponer el “Acuerdo por Chile”, que impulso un proceso constitucional absolutamente controlado por los partidos tradicionales, sin ninguna posibilidad de participación de listas independientes, y con un “borrador” hecho por estos mismos partidos como base de la discusión constitucional. “Una constitución que nos una a todos”, dijeron comunistas, socialistas, frenteamplistas, abrazados a los más rancio de la ultraderecha pinochetista del país.

El plan, sin embargo, comenzó a hacer aguas rápidamente. La votación de constituyentes le dio primera mayoría a la ultraderecha pinochetista que más se opuso al acuerdo, seguido por la derecha tradicional y una gran derrota de los partidos de Boric. La votación expresó el gran descontento popular contra el actual gobierno, sin que eso significara un apoyo político a las hordas de Kast, que utilizó su mayoría para desconocer el acuerdo e imponer ataques brutales contra las familias trabajadoras en el nuevo texto. Esto provoco que desde el día uno del proceso constituyente, las encuestas reflejaran siempre altas cifras de rechazo popular a la convención constitucional 2.0.

La derrota de Kast y el gran empresariado.

Terminada la propuesta constitucional, comenzaron los problemas de cara al plebiscito. Kast y su partido hicieron cambios a la “constitución que nos una a todos”, que la hicieron indefendible para los partidos del gobierno de Boric. A regañadientes, tuvieron que llamar a votar En Contra, dejando sólo a la derecha y la ultraderecha empujando su aprobación. En ese marco, sectores de ultra derecha se descolgaron llamando a votar En Contra, con una importante ruptura del Partido Republicano de Kast en medio de la campaña. El masivo rechazo popular a esta farsa dividió a los autores del acuerdo, obligando al gran empresariado a compensar esta crisis con declaraciones públicas de apoyo y un vendaval de financiamiento a la campaña A Favor.

La deriva de la maniobra se hacía más evidente a cada paso. Boric declaro en varias oportunidades que no se opondría a la aprobación del nuevo texto, complicando a sus propios partidos. La campaña por el En Contra del oficialismo fue, cuando menos, famélica. Las idas y venidas de todos los sectores fue un espectáculo surrealista de debilidad política, que se cerró ayer con la contundente derrota de Kast y la ultraderecha, el partido que más venía creciendo con la crisis de los partidos tradicionales. Por eso no sólo fracasó la maniobra del gobierno de Boric y la derecha para tratar de encauzar el descontento social, sino que además golpeó duramente al partido que venía canalizando por la derecha ese descontento.

¡Unidad de la izquierda consecuente, el pueblo y los sindicatos para seguir luchando y enfrentando al Gobierno de Boric y la derecha, la miseria, las alzas y a los patrones!

Esta derrota es primero de Kast y la ultraderecha, y por lo tanto un gran triunfo del pueblo y la clase trabajadora. Pero debemos estar atentos y no transformarla en un arma contra nosotros y nosotras mismas, fortaleciendo al mismo gobierno y sus partidos que pactaron este fraude con la derecha, y que vienen gobernando descaradamente para el gran empresariado. Contra los cantos de sirena de los operadores políticos que proponen la “unidad contra la derecha”, que busca evitar que se profundice la crisis política empujándonos a los brazos del gobierno capitalista de Boric.

Debemos ser claros y sin ambigüedades: estamos contra la derecha y la ultraderecha de Kast, contra Boric y su gobierno. Es decir, contra los empresarios y sus agentes que descargan la crisis económica y la represión contra el pueblo trabajador.

La tarea es denunciar la unidad con la que todos estos partidos gobiernan contra las familias trabajadoras, solidarizar e impulsar movilizaciones, abrir espacios de coordinación de les las y los que luchamos, unir demandas y discutir programas que reflejen las necesidades de las mayorías. Unidad desde abajo, para combatir a los dueños del país y sus políticos. Sin embargo, no basta con quedarnos en los límites de la lucha social y sindical.

Esta derrota coyuntural de la ultraderecha no debe confundirnos, se fortalecerán al calor de las traiciones de Boric y sus partidos contra millones de familias trabajadoras. Día tras día, mientras el Partido Comunista, socialista y el Frente Amplio gobiernan para el gran empresariado imponiendo sueldos de miseria, despidos, negando derechos y reprimiendo movilizaciones, los republicanos ganaran espacio por el sólo hecho de estar organizados como una alternativa política clara, que además cuenta con el apoyo del gran empresariado.

Esa alternativa política la construyen ellos o nosotros, como una opción a este gobierno capitalista y sus partidos traidores. La necesidad de unir a todes, todas y todos quienes nos consideramos parte de una izquierda consecuente y de lucha, debemos avanzar urgentemente en la creación de un referente clasista que surja de las luchas, y que proponga que seamos las y los trabajadores junto al pueblo quienes gobiernen el país.

 

Movimiento Socialista de las, los y les Trabajadores – UIT-CI

Escribe Prensa UIT-CI

El 13 de diciembre, fue puesto en libertad el politólogo y sociólogo opositor de izquierda al régimen ruso, Boris Kagarlitsky, luego de varios meses detenido por el delito de “apología la terrorismo”.

Como denunciábamos hace unos meses, el 25 de julio del 2023, el reconocido académico, socialista, editor de la revista digital Rabkor y director del Instituto de Globalización y Movimientos, Boris Kagarlitsky, era detenido ante la acusación de “apología al terrorismo”, tras manifestarse contra la invasión de Putin y Rusia en Ucrania. Al igual que cientos de opositores al gobierno ruso, Kagarlitsky fue detenido y a la espera de su juicio y sentencia. Esto desató una campaña internacional en solidaridad y exigiendo su liberación, de la cual la UIT-CI y sus secciones fueron parte.

Luego de conocerse su sentencia de una multa de alrededor de 6.600 dólares, Kagarlitsky fue liberado, a pesar de que la fiscalía había solicitado una pena de 5 años de prisión.

La persecución a la oposición rusa, y los sectores disidentes que se manifiestan contra la invasión, es moneda corriente en el gobierno de Putin. Repudiamos nuevamente esta persecución y exigimos la liberación de todas las personas presas por manifestarse contra el gobierno ruso.

Reproducimos una síntesis del informe sobre la situación mundial dado por Miguel Sorans, dirigente de Izquierda Socialista y miembro del Secretariado internacional de la UIT-CI.

En primer lugar, partimos de ratificar que estamos en la crisis más grave del capitalismo, superior a la del ´29 del siglo pasado. En primer lugar, porque es más extensa en el tiempo pues ya lleva quince años. Segundo, porque es global, no solo económica, sino también política y militar. Tercero porque desde el 2007-2008 se combina con nuevas crisis económicas coyunturales y con el agravamiento de la crisis ambiental, una pandemia mundial y las guerras de Ucrania y Palestina. Guerras que meten más leña al fuego de la crisis global del sistema capitalista-imperialista.

Se confirma que esta crisis es parte de la época de decadencia que vive el capitalismo desde la Primera Guerra Mundial (1914).  Como también la realidad del período 2022-2023 ha mostrado que existe un crecimiento de la lucha de las masas en respuesta a los planes de ajustes y recortes sociales del imperialismo, las multinacionales y sus gobiernos. Desde las rebeliones populares de Sri Lanka, Perú, Irán o las huelgas obreras de Francia, Reino Unido, Latinoamérica o Estados Unidos. El punto débil de este proceso de la situación mundial es la no superación de la crisis de la dirección revolucionaria. Como lo señaló nuestro maestro León Trotsky: “la crisis de la humanidad es la crisis de la dirección revolucionaria”.

Nuevas expresiones de la crisis económica aguda

En los últimos meses se han dado nuevas expresiones de la profundidad de  esta crisis mundial.  Según, por ejemplo, la Organización Mundial de Comercio (OMC), el comercio mundial caerá a la mitad de lo previsto para el 2023 y será la mitad de lo que fue en el 2002. La última información del FMI establece que hay un estancamiento económico. En el 2022 hubo un crecimiento del 3,5 por ciento y en 2023 va a ser menos del 3 por ciento. Se ha puesto en evidencia la crisis de las tecnológicas, que se supone que son las ramas de punta de las últimas décadas. La telefónica finlandesa Nokia ha declarado el 20% de pérdidas para el 2023 y tiene un plan de 14.000 despidos. La sueca Ericsson también ha anunciado pérdidas por 2.800 millones de dólares. Telefónica del Estado Español y British Telephone también anunciaron pérdidas. Todas las tecnológicas europeas preparan un plan de 100.000 despidos. China no remonta su estancamiento. Han quebrado sus dos gigantes inmobiliarias. Una de ellas, Evergrande ya ha declarado tener un rojo de 340 mil millones de dólares y la financiera Zhongzhi se ha declarado insolvente en estas últimas semanas, con una deuda de 33 mil millones de dólares.

Las perspectivas para el 2024 serán hacia nuevas expresiones de la crisis y al intento de aplicar nuevos y mayores ajustes sobre la clase trabajadora mundial y los sectores populares para tratar de aumentar sus cuotas de explotación. Lo que no hará más que meter más leña al fuego a la lucha de clases.

Predomina el crecimiento de las luchas obreras y populares

Nosotros definimos que este es el factor central que impide que el capitalismo imperialista logre superar su crisis global. Las masas obstaculizan con su lucha que puedan lograr las cuotas de explotación que necesitan para superar la crisis. Estamos hablando de una tendencia global, no de que en un país no puedan lograr una recuperación coyuntural ya que, indudablemente, los ajustes pasan. Las grandes multinacionales siguen ganando plata. Pero estamos hablando del proceso global de la crisis del capitalismo.

Esta tendencia al crecimiento de las luchas se ha confirmado con solo mencionar, por ejemplo, las huelgas en los Estados Unidos, como la de las y los trabajadores del sector automotor que se ganó. Por primera vez en ochenta y ocho años, se hizo una huelga larga de “las tres grandes”: Ford, General Motors y Chrysler. Fue tal el impacto que el presidente Biden fue a un piquete para apoyar la huelga, hecho insólito en los Estados Unidos. También se gana la de los guionistas y actores de Hollywood que tuvieron 118 días de huelga. En Bangladesh, que es el segundo exportador mundial de ropa, después de China, hubo una gran huelga en la industria textil. Panamá estuvo de hecho en huelga general por una cuestión de destrucción ambiental, contra una minera multinacional canadiense. Y se logró una primera victoria ya que la Corte Suprema panameña tuvo que sacar un fallo favorable contra la continuidad del plan de la multinacional acordado con el gobierno.
Y también hay que sumar la heroica resistencia palestina contra la invasión y el ataque genocida del estado sionista y racista de Israel que ha provocado una movilización mundial de millones en solidaridad con el pueblo palestino.

El desorden mundial se acrecienta

La combinación de la crisis del capitalismo y el ascenso de las luchas es lo que alimenta lo que llamamos el “desorden mundial”. Esta expresión también la utilizan hasta voceros del imperialismo. Expresa su brutal crisis política, económica y militar.  

En el 2001, George Bush hijo, luego de la caída de las Torres Gemelas, anunció, con bombos y platillos, un “nuevo orden mundial”. Y ese nuevo orden mundial empezó con la invasión en 2001 de Afganistán y años después a Irak. Más de veinte años después, es evidente que los Estados Unidos no es el mismo gendarme mundial de otras épocas. Y no solo existe un desorden mundial, sino que ya hay elementos de descontrol por parte del imperialismo. Por eso en el 2022 se dio la invasión rusa y la guerra de Ucrania, que no tenían ni idea ni previsión de que eso iba a ocurrir. Y ahora la nueva guerra en Palestina, que menos tenían previsto. Ni siquiera el Mossad, el supuesto aparato ultra “moderno y superior” de la inteligencia del estado racista de Israel, pudo prever la acción de Hamas y la resistencia palestina del 7 de octubre.

La crisis es tal que el propio Biden, en un discurso en la Casa Blanca ante la invasión de Israel a Gaza, llamó a “evitar que el caos se extienda” O sea, el jefe del imperialismo confirma que el caos político existe y llama a la burguesía mundial a “evitar” que se extienda, lo dicen ellos. Otra expresión de la crisis política mundial es el aumento del descreimiento en los viejos y nuevos partidos y dirigentes políticos burgueses, lo que deriva en un mayor desgaste de los gobiernos y de los regímenes, en especial la democracia burguesa. Surge un nuevo fenómeno mundial que es el crecimiento de la ultraderecha. Un ejemplo de ello lo tenemos en la Argentina, con la histórica derrota en las urnas del peronismo y el triunfo electoral del ultraderechista Javier Milei, que llega al gobierno.

Ya antes tuvimos a Trump o Bolsonaro en Brasil. Pero la llegada de estos fascistas a los gobiernos por el voto popular y en la democracia burguesa no es sinónimo, no significa un triunfo de un régimen fascista. Es muy importante distinguir el fascismo, que es un régimen, una dictadura contrarrevolucionaria, que liquida las libertades mínimas, democráticas, políticas y sindicales y aplasta al movimiento obrero y popular, de estos gobiernos que se produce todavía bajo la democracia burguesa.  Son gobiernos patronales reaccionarios, pero, aunque los fachos de Trump, Bolsonaro o Milei quisieran liquidar a la clase trabajadora y a las luchas de las mujeres o de los movimientos populares, no lo pueden imponer, por ahora, y se tienen que adecuar a una democracia burguesa. Y esto solo se explica con el peso de las luchas de las masas.

El apoyo a la resistencia palestina, las luchas del 2024 y la pelea por lograr una nueva dirección socialista revolucionaria

El conflicto político militar de Palestina es la expresión más clara de la crisis del imperialismo, pero también es el punto central de la lucha de clase en el mundo. Estamos en medio de la pelea, una pelea muy desigual. Israel está decidido a seguir con su genocidio y su limpieza étnica, pero la pelea no terminó. El pueblo palestino resiste y combate casa a casa. Se ha anunciado una huelga en Cisjordania, la otra parte de Palestina ocupada, lo que es muy importante. Junto al movimiento solidario mundial de millones en las calles. Por eso ratificamos, en este VIII Congreso de la UIT-CI, que sigue siendo nuestra campaña central de unidad de acción internacional. Somos parte del movimiento mundial de apoyo al pueblo palestino contra el estado de apartheid de Israel.

La perspectiva para el 2024 será de continuidad de las luchas obreras y populares en el mundo contra los planes de ajuste y represión del imperialismo y sus gobiernos. Las secciones de la UIT-CI se preparan para intervenir en ellas con todas sus fuerzas. En ese proceso seguiremos luchando por nuestros objetivos estratégicos. Uno es luchar por gobiernos de las y los trabajadores que abran un cambio de fondo ante la debacle social que nos lleva el capitalismo imperialista. Esa salida de fondo pasa por reemplazar este sistema de opresión por el socialismo mundial con democracia obrera y popular. El otro objetivo central es seguir la pelea por superar la crisis de dirección revolucionaria construyendo partidos revolucionarios en cada país.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

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