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El imperialismo yanqui controla al gobierno de Milei y quiere más saqueo

Escribe Guido Poletti, Izquierda Socialista/FIT Unidad

El gobierno de Milei le entregó el manejo de la política económica argentina al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Las decisiones económicas ya no dependen de leyes o decretos del presidente o de resoluciones del Ministerio de Economía o del Banco Central. Lo que define son los “tweets” (mensajes en la red X) de Scott Bessent. 

Lo vimos a Milei mendigar y arrastrarse rastreramente ante Trump. El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, pasaron la mayoría de los últimos quince días en los Estados Unidos dando “explicaciones” y prometiendo más y mayor sometimiento a los buitres financieros yanquis. En algunos casos directamente se los interroga mientras se transmite en directo por YouTube, como sucedió en la reunión organizada por el FMI para los “inversores” (léase especuladores de Wall Street y buitres de la deuda externa).

El casino de los ricos

Scott Bessent, dice un día que hay 20.000 millones de dólares en un swap. Al otro que el Tesoro yanqui interviene vendiendo dólares para que éste no se dispare. Luego Trump somete la ayuda a la condición de que Milei “gane las elecciones”. Al día siguiente Bessent sale a aclarar y avisa que el Tesoro volvió a vender dólares en la Argentina y agrega que habría un mayor apoyo, que llevaría la “ayuda” de 20.000 a 40.000 millones. Aparece después otro mensaje que habla de una nueva intervención yanqui en el mercado cambiario argentino. 

Por supuesto, todo esto es sin ninguna precisión mayor, sin que nadie sepa cómo sucede en concreto, ya que ni siquiera se informa oficialmente los montos de intervención yanqui en los dólares. Conclusión: la política económica del país está “intervenida” por Scott Bessent. Él es el verdadero ministro de Economía y presidente del Banco Central. La semi colonización y sometimiento de nuestro país toca límites nunca alcanzados. Supera obscenamente el ya clásico sometimiento a las exigencias del FMI. 

Todo esto, cabe aclararlo, tiene como resultado que cada una de estas supuestas “ayudas” no son tales, sino aumentos de la bola de nieve infernal de nuestra deuda externa. Mientras los especuladores y buitres locales y extranjeros que operan sobre el mercado financiero local viven en un casino. Son apuestas, unos se quejan porque otros logran “información privilegiada” de algún funcionario local o extranjero, ganando o perdiendo, pasan de manos en minutos miles de millones de dólares. 

El drama de los pobres

Mientras esto cubre los titulares de las noticias, el pueblo trabajador y sectores populares siguen viviendo en el infierno de salarios y jubilaciones pulverizadas, de una recesión creciente, del drama de la desocupación que aumenta. Son millones los que viven con la realidad cotidiana que la plata no alcanza, con el sobreendeudamiento para comprar comida o pagar servicios, con el miedo a perder el trabajo, o la desesperación por trabajar de lo que fuera más horas, para sacar de cualquier lado una moneda de más para poder vivir.

La exigencia yanqui

El gobierno ultraderechista de Milei es entreguista y se felicita de su entrega total y absoluta al imperialismo: “estamos incondicionalmente con los Estados Unidos y su gobierno”, afirmó el propio presidente. 

Ya conocemos las exigencias que siguen para después de las elecciones: más ajuste, reforma laboral, previsional y fiscal, prioridad para empresas yanquis en la entrega de nuestros recursos al saqueo imperialista y apertura a bases militares yanquis en nuestro territorio. Más lo que ya está sucediendo: que la decisión cotidiana de la política económica, hasta el extremo de cuál va a ser el valor de la tasa de interés de un préstamo, depende de un mensaje de Scott Bessent.

Pero Trump, Bessent y el FMI exigen más: que haya “gobernabilidad”. Esto se traduce en que el gobierno de Milei se abra a buscar aliados patronales, y no sólo entre el PRO, sino también en el mundo de los gobernadores e incluso sobre sectores del peronismo. 

Un asesor del gobierno yanqui, llamado Barry Bennet, estuvo en Buenos Aires, reunido con el miembro del triángulo de poder Santiago Caputo. Juntos fueron a ver a políticos patronales de todo el arco opositor. La demanda yanqui es clarísima: construir mayorías para que vuelvan a aprobarse herramientas para ajustar más como fue el año pasado con la Ley Base. 

Es muy importante entender lo que se está jugando. El gobierno de Milei está en medio de una crisis abierta, con una bronca popular creciente en su contra que ya se expresó electoralmente el 7 de septiembre y que seguramente se repetirá el 26 de octubre. El pueblo trabajador, con su voto y con las movilizaciones en la calle le propinó importantes derrotas al gobierno. 

El peronismo no es solución

Por supuesto, el peronismo busca canalizar electoralmente la bronca al gobierno. Se presenta como la alternativa para “frenar” a Milei. Pero la realidad es que ésto no es así. El peronismo, con sus distintos candidatos provinciales (pero principalmente a través de sus referentes nacionales: Cristina Fernández, Axel Kicillof y otros) viene sosteniendo que es “infantil” romper con el FMI, o suspender los pagos de deuda externa. Se presentan como los que son capaces de llevar adelante una relación “distinta”, “inteligente” con el gobierno de Trump. Están diciendo lo mismo que en su gobierno sostenían Alberto Fernández, Cristina y Sergio Massa: que es posible un acuerdo con el Fondo con un plan económico “progresista”, con distribución de la riqueza. 

En estos dos años de gobierno de Milei, la actuación de diferentes sectores del peronismo ha demostrado que no hay ninguna garantía de que no repitan lo que ya pasó: que en nombre de la “gobernabilidad” haya diputados y senadores que, con cualquier excusa, se den vuelta y voten para Milei en el Congreso, o se ausenten para garantizar los números que sostienen un veto o mil y una maniobras semejantes. O lo que se sigue dando en el terreno de las luchas, con una CGT que continúa mirando para otro lado y sosteniendo su pacto con el gobierno para dejar pasar el superajuste.  

Todo eso es exactamente lo que exige el imperialismo yanqui y el FMI. Que se vuelva a construir una “oposición amigable” que ayude al gobierno a seguir adelante con más ajuste. 

Votá al Frente de Izquierda

A los que buscan golpear y castigar al gobierno con la meta de derrotar el plan motosierra, a los millones que dicen que Milei no va más, les decimos que no es solución votar al peronismo. Fuerza Patria se viene postulando para gobernar con un programa no muy distinto al que fracasó en 2019-2023.

Por eso insistimos que la única opción para enfrentar la motosierra y la entrega es el Frente de Izquierda Unidad. Y llamamos a votarlo, para fortalecer a la única bancada que no se vende y que acompaña todas las luchas para que triunfen. Además, es la única fuerza que tiene un programa alternativo, obrero y popular, que plantea romper con el FMI y con todos los condicionamientos políticos y económicos que nos atan al imperialismo y dejar de pagar la deuda externa. De allí saldrá la plata para el Garrahan, para las y los jubilados, para las personas con discapacidad, para la universidad y, en suma, para resolver todas y cada una de las urgentes necesidades populares.