Escribe Guido Poletti
Dentro de una semana, el domingo 7 de septiembre, se estará votando en la provincia de Buenos Aires. Oficiará como una “primera vuelta”, frente a las elecciones nacionales de fines de octubre. Sin duda, más allá de sus particularidades (se votan cargos provinciales por secciones electorales y concejos deliberantes por partido) la elección se ha nacionalizado y así será leído su resultado.
El gobierno de Milei llega en uno de sus peores momentos, en medio del escándalo de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Ya se ha hecho popular el gesto de señalar “3” con el dedo, por el 3% de coimas que cobra Karina Milei. Los dirigentes libertarios no pueden (ni quieren) salir a la calle por el repudio que reciben. Las anécdotas de las caravanas de Lomas de Zamora y Corrientes recorrieron los medios. Esta incertidumbre está pegando incluso en los sectores del establishment más de acuerdo con las políticas de ajuste y saqueo del presidente. El dinero (sus propietarios, mejor dicho) es cobarde,dice el refrán. Por eso “apoyan” al gobierno, pero fugan su plata. Ya se fue del país, desde que se abrió el cepo a las personas, un monto similar a todo lo que entró por el préstamo del FMI (12.000 millones de dólares). Los banqueros y el gobierno hace un par de semanas que están trenzados en una inédita pulseada, donde los primeros, a cambio de no irse al dólar y así hacer subir el tipo de cambio por las nubes, arrancan a cambio tasas de interés astronómicas, inigualables a las de ningún país del planeta.
Del otro lado, siguen las consecuencias de la motosierra para el pueblo trabajador: desocupación, salarios y jubilaciones de indigencia, a lo que se suma ahora el drama de los millones de endeudados que no pueden pagar sus créditos. Junto a los indignantes ataques que salieron a la luz en estos últimos meses, con las y los trabajadores del Garrahan y los discapacitados a la cabeza. Todo eso puede sintetizarse en una sola afirmación: la bronca popular crece, y esta misma bronca ha dado un salto en las últimas semanas. Tanto es así, que los encuestadores e incluso analistas cercanos al gobierno empiezan a abrir la posibilidad de que el gobierno pierda las elecciones de provincia de Buenos Aires.
La abstención
Este año, el fenómeno de la abstención se dio en todas las elecciones provinciales que ya se sucedieron. Sin duda va a volver a repetirse en esta. Pero hay un detalle a tener en cuenta: en los comicios anteriores los que no fueron a votar fueron mayormente sectores que se oponían a las políticas de Milei, desencantados por no encontrar opción. Ahora, a ellos pueden sumarse votantes que hasta hace poco seguían teniendo expectativas en el gobierno de La Libertad Avanza.
Por eso le decimos a todos los que quieren expresar su bronca contra el gobierno, que la abstención no sirve, no deja claro que se quiere expresar. Más aún, como los resultados se van a computar sobre los votos efectivamente realizados, puede terminar jugando a favor de Milei. En síntesis, hay que ir a votar, y votar claramente en contra del gobierno.
¿A quién votar?
Esta es la pregunta clave, despejado el interrogante de que la abstención no castiga. Y acá decimos claramente que el único voto que te garantiza que va a servir para fortalecer la pelea contra las políticas de este gobierno de ultraderecha, es al Frente de Izquierda Unidad.
Aparece la duda, entendible, ¿porqué no votar al peronismo, a Fuerza Patria, que es aparentemente la lista de oposición que sacará más votos? Tenemos varios motivos:
Primero, porque ya gobernaron. Ellos, con Alberto, Cristina y Massa, fueron los responsables de un gobierno desastroso, que hambrea al pueblo para cumplir con el FMI. Por eso fue, justamente, que un sector del pueblo trabajador, equivocadamente, usó como voto castigo al ultraderechista de Milei.
Segundo, porque en este largo año y medio, el peronismo incumplió con lo básico: ser oposición consecuente al súper ajuste del gobierno. Los bloques de diputados y senadores peronistas, mayoritarios en ambas Cámaras, mientras hacían encendidos discursos contra Milei, fueron incapaces de derogar los DNU más básicos (como el de las facultades especiales), o de tirar abajo vetos presidenciales, como el de las jubilaciones o el aumento de presupuesto universitario. Siempre había un grupo de peronistas que votaba con La Libertad Avanza a sugerencias de su gobernador, o se abstenía, o convenientemente faltaba a la sesión clave, o daba vuelta su voto a último momento. Esto debe reflexionar profundamente a la hora de votar. El único bloque que siempre, sin dudas, unánimemente, votó en contra de todas y cada una de las políticas de Milei fue el del Frente de Izquierda Unidad. Solo ahí tenés garantías de qué van a hacer los que votaste en el Congreso.
Pero el peronismo también defecciona en las calles y en el apoyo a las luchas. De nuevo, quienes estuvieron siempre, apoyando todas y cada una de las peleas este año y medio, fueron los partidos del Frente de Izquierda Unidad.
Hablemos ahora de la responsabilidad más grande del peronismo: dirige la CGT y las CTA. Especialmente la primera, con los gremios industriales y de servicios más importantes. Los burócratas de la CGT cumplieron un virtual pacto con el gobierno, le dieron tregua cuando sacaba sus leyes más antipopulares. Hace meses que venimos reclamando la imperiosa necesidad de que la CGT convoque a un nuevo paro general, pero siguen mirando para otro lado.
Por último, y fundamental porque estas elecciones son en la provincia de Buenos Aires, es mentira lo que dice el gobernador Kicillof de que ellos tienen “alambrada” a la provincia contra la motosierra de Milei. El gobierno provincial lleva adelante su propio ajuste: los principales testigos son los propios trabajadoras y trabajadores docentes, sometidos a salarios de hambre.
¡Hay un programa alternativo!
Además de todo lo anterior, sólo el Frente de Izquierda Unidad es capaz de responder con claridad a la pregunta: ¿ustedes qué proponen frente a la motosierra? Porque sabemos que una de las fortalezas de Milei es que muchos se interrogan si es esto o volver a lo mismo que hizo el gobierno peronista de Alberto Fernández.
Desde el Frente de Izquierda Unidad, decimos tajantemente que no. Que hay que plantear un programa diferente, alternativo, obrero y popular. Que garantice ya mismo las más urgentes necesidades populares: aumento salarial de emergencia para que nadie gane menos que el valor de la canasta familiar, jubilaciones dignas, que cubran la canasta y ajusten por el 82% móvil. Un plan de obras públicas, de construcción de viviendas populares, para crear trabajo genuino. Plata para salud, educación, ciencia y técnica, los discapacitados.
Eso hay que priorizar y no, como hace Milei, a los monopolios agroindustriales, a los que les baja las retenciones, a los banqueros, a los que le regala tasas astronómicas, o a los buitres de la deuda externa, a los que se les paga religiosamente. O, más escandaloso aún, a los beneficiarios, como la droguería Suizo Argentina, o receptores de las coimas, como la propia hermana del presidente.
Por eso, eliminando todos estos curros y privilegios a los ricos y grandes patronales, decimos que ¡plata hay! Para que aparezca hay que dejar de pagar la deuda externa y romper con el FMI. Esa es la medida número uno, que se complementa con otras como nacionalizar la banca y el comercio exterior, ponerles grandes impuestos a los ricos y las súper ganancias o reestatizar las privatizadas. Solo el FIT Unidad ofrece un programa de estas características.
Por eso hay que votarlo el próximo domingo 7. En los días que quedan, ayudanos a difundir nuestra propuesta, en tus lugares de trabajo, estudio, con vecinos y familiares. Anotate para ayudarnos a fiscalizar. Vení y sumate a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda Unidad.