Print this page

"Statu quo, Arca de Noé o fin del mundo" / Milei acelera, la bronca popular también


Escribe José Castillo, dirigente Izquierda Socialista / FIT Unidad

El presidente ultraderechista Javier Milei dio uno de sus habituales discursos ante un público exclusivo del establishment. Lo hizo en la Cicyp (Consejo Interamericano de Comercio y Producción), ante 395 empresarios, todos ellos de las más importantes patronales nacionales y extranjeras que operan en el país.

Fue tras dos semanas de las peores de este gobierno, con una crisis política en aumento. Crisis del fentanilo primero, audios sobre corrupción en Andis después y varias derrotas en el Congreso armaron el combo. Al mismo tiempo, la economía, daba muestras que la estrategia de “durar” hasta las elecciones en base a mantener lo más quieto posible el dólar (gastando para eso el préstamo del FMI) para así sostener la ficción de que “no hay inflación”, se iba agotando. Hasta los banqueros y sus propios amigos especuladores empezaban a presionar para hacer del dinero cash e irse.

La contracara real de todos estos movimientos visibles “por arriba” es la creciente bronca popular ante el ajuste. Que sigue creciendo, y ya se empieza a ver hasta en dos terrenos donde hasta ahora el gobierno se sentía cómodo: las menciones y las guerras de trolls en las redes sociales, y las encuestas de opinión.

Esta semana se encadenaron tres hechos: la continuidad del escándalo de los audios de la agencia Andis, nuevas medidas a favor de los especuladores con más subas de tasas de interés y el estallido visible de la bronca en repudios al gobierno ante sus intentos de “caravanas electorales” en Lomas de Zamora primero y Corrientes después.

En la reunión del Cicyp, el presidente Milei respondió a las tres cosas, y la conclusión es una sola: en crisis absoluta, “acelera”. Del escándalo Andis, que hizo enmudecer al gobierno durante días, volvió a repetir que se trata de una “operación política”. Nada más. Ni una palabra del 3% de coimas a su hermana, del brutal crecimiento de la facturación de la droguería Suizo Argentina, ni del escándalo que se está jugando con las pensiones y los remedios de las personas con discapacidad. Trató de anecdótico y buscó darles una metáfora futbolística a los hechos que están mostrando el repudio, ya físico, a su gobierno y su persona en la campaña electoral. Y defendió el carry trade, el negocio de la suba de tasas de interés, que mientras hunde y funde al pueblo trabajador (que a salarios y jubilaciones pulverizadas ahora le suma cuotas de préstamos y tarjetas impagables), es un excelente negocio para los buitres especuladores, que aumentan sus ganancias con un Banco Central que les paga tasas de interés por un monto mensual que ya cuadriplica lo que se abona en un mes por jubilaciones. La síntesis es simple: hay plata para los especuladores, o para las coimas, pero, según la política de Milei, no para las y los jubilados, ni para los discapacitados, ni para las universidades.

Milei le echa la culpa de todo y echa leña al fuego sobre un supuesto miedo a que sucedería si le va mal en las elecciones (“es el fin del mundo”). Prometió seguir vetando, o judicializando cualquier cosa que apruebe el Congreso y beneficie al pueblo trabajador. E insistió “si me votan algo que suba el gasto un 2%, recorto un 2,1% por otro lado”. Le faltó agregar que nunca ese recorte será por el lado de las patronales, a las que le viene regalando la baja de retenciones, el negocio del carry trade con tasas por las nubes, y, por supuesto, los puntuales y millonarios pagos de vencimientos de deuda externa.

En síntesis, todo el desastre actual, para Milei, no es producto de su política de motosierra y ajuste bestial, sino de que no lo dejarían actuar más rápido (a eso lo llama el statu quo). Si pierde las elecciones se vendría “el fin del mundo”. Y si gana, la supuesta felicidad del “Arca de Noé”. Claro que en esta supuesta Arca de Noé, los lugares reservados son para los privilegiados, como por ejemplo los casi 400 empresarios que escuchaban a Milei en la Cicyp, mientras que el pueblo trabajador entra en la categoría de los “ahogados” por el diluvio, siguiendo la metáfora bíblica que usó el presidente.

La bronca creciente demuestra que ya nos estamos “ahogando” con el ajuste salvaje y la motosierra en curso. Milei dice, que si se fortalece electoralmente, va por más. Es explícito. Por eso hay que pararlo. Por eso resuena cada día más fuerte el ¡Basta de Milei! El gran interrogante de estos días es cuál es la mejor herramienta para hacerlo. Nosotros insistimos: porque está en la calle apoyando todas las luchas, porque es la única bancada que siempre se opone y vota sin fisuras contra las políticas del gobierno y porque tiene realmente un programa alternativo, obrero y popular, contra el ajuste, planteando no pagar la deuda y romper con el FMI para priorizar las más urgentes necesidades populares, esa alternativa es el Frente de Izquierda Unidad.