Hace 40 años fallecía un gran dirigente sindical: Recordando a Agustín Tosco
Fue el más importante referente del sindicalismo combativo de la provincia de Córdoba y de su gremio, Luz y Fuerza, cuya base lo idolatraba. Fue uno de los convocantes y dirigentes de las huelgas que dieron lugar al Cordobazo en mayo del 69 y luego el Viborazo. El Partido Socialista de los Trabajadores (PST) desde 1972 lo llamó a encabezar candidaturas obreras para pelear por la independencia política de los trabajadores y el socialismo.
Mercedes Petit • mercedespetit@izquierdasocialista.org.ar
Tosco murió el 4 de noviembre de 1975, perseguido y con su sindicato intervenido. Su velorio se realizó en el club Redes Cordobesas, donde una multitud -en su mayoría obreros y sus familias- desfiló ante su féretro durante 24 horas. El día del entierro pararon y concurrieron los trabajadores de Perkins, Fiat, General Motors y otras fábricas. La Empresa Provincial de Energía (EPEC) paraba desde el día anterior y cada sección envió una corona de flores. La lluvia achicó el acto de despedida, en el que hablaron dirigentes del Partido Comunista (del cual había sido “compañero de ruta”), el FAS*, el PST (Partido Socialista de los Trabajadores), el Partido Intransigente, entre otros, y numerosos sindicatos. La policía montó una provocación en el cementerio, y el homenaje terminó con balas, gases lacrimógenos y numerosos detenidos, mientras la gente se dispersaba entre las callecitas y los canteros llenos de barro.
Cuando se enfermó, estaba viviendo en la clandestinidad, porque era perseguido por la burocracia sindical, que le había intervenido el sindicato, y tenía pedido de captura del gobierno de Isabel Perón.
Una vida de lucha sindical
Hijo de sencillos inmigrantes italianos, el “Gringo” ingresó joven a EPEC y a comienzo de los cincuenta ya era delegado. Se fue transformando en un gran dirigente sindical, que luchó por su gremio y todo el proletariado cordobés, se jugó con sus compañeros en las huelgas, en las manifestaciones, y en la recuperación de los sindicatos intervenidos por las dictaduras de Aramburu y de Onganía.
Dentro del sindicato de Luz y Fuerza practicó la democracia sindical, ganando limpiamente elecciones y asambleas. Periódicamente retornaba a su puesto de trabajo. Y prácticamente no hubo conflicto obrero, huelga u ocupación en Córdoba que no contara con su presencia solidaria.
Así fue perseguido y encarcelado varias veces. En 1971 fue detenido y enviado preso a la cárcel de Trelew hasta septiembre de 1972. Cuando volvió, una multitud lo recibió en el club Redes Cordobesas. A fines del 74 el gobierno de Isabel Perón intervino su sindicato y ordenó su captura. Debió ocultarse. En la vida clandestina se le complicó la salud y se aceleró su fallecimiento con solo 45 años.
“¡Tosco debe ser candidato!”
Por su afinidad con el Partido Comunista -aunque se reivindicaba “independiente”-, desgraciadamente este gran luchador se inclinó siempre por la unidad con sectores patronales “democráticos” o “progresistas”. Cuando se comenzó a poner en marcha el “gran acuerdo nacional” entre Lanusse, Perón y Balbín, el PC lanzó el ENA (Encuentro Nacional de los Argentinos). Tosco hizo declaraciones públicas apoyando al ENA, y en 1973 apoyó la fórmula presidencial Alende-Sueldo.
Avanzada Socialista Nº 171 dedicó una página entera al fallecimiento de Tosco. En la nota de uno de sus directores, Aníbal Tesoro, decía: “[…] a Tosco hay que comprenderlo por los dos polos que influyeron en su línea política. El no fue un dirigente político, pero defendió la estrategia del PC y la ultraizquierda guerrillera, aparentemente contrapuestas, aunque sin embargo coincidentes en un punto: inconsecuencia clasista (oposición a las Coordinadoras) y frentepopulismo. Particularmente el PC ha tenido la responsabilidad de haberse opuesto al lanzamiento de la candidatura de Tosco, la que hubiera dado base para una unificación política de todas las fuerzas obreras y socialistas del país.”
El PST, por su parte, tan pronto obtuvo la legalidad para poder participar en las elecciones, la puso a disposición de la independencia de clase. Así comenzó su campaña por la formación de un frente o polo obrero, convocando a los principales dirigentes sindicales luchadores y antiburocráticos a postularse como candidatos. En marzo de 1972, mientras estaba preso, propuso a Agustín Tosco como candidato a gobernador. En septiembre lo liberaron; tan pronto regresó a Córdoba, lo pudo entrevistar y reiterar su llamado. Luego de la caída de Cámpora, un plenario en Córdoba del Frente Obrero propuso la candidatura presidencial de Tosco, junto al sindicalista salteño del peronismo revolucionario Armando Jaime**. Ninguno de los dos dio el paso al frente hacia romper con la unidad política con sectores burgueses y fortalecer una alternativa obrera independiente. El Frente Obrero lanzó entonces finalmente las candidaturas de Juan Carlos Coral y José Páez para enfrentar a la fórmula Perón-Perón.
Con la influencia y el enorme respeto que despertaba entre los trabajadores, y más aun reivindicándose marxista y socialista, Tosco hubiera podido hacer un aporte inmenso a la formación de un polo político alternativo independiente de toda variante burguesa.
Recordamos a Tosco como aquel gran dirigente sindical, honesto y luchador, que encabezó numerosas luchas contra las patronales, sus gobiernos y los burócratas sindicales. Y seguimos en la pelea por la construcción de una alternativa de los trabajadores y el pueblo, un partido obrero revolucionario.
* Frente Antiimperialista y por el Socialismo, donde confluían dirigentes ligados al PC, a la guerrilla del PRT-ERP y al peronismo combativo.
** Avanzada Socialista Nº 72, 16/8/73
“Mis recuerdo de Agustín Tosco”
“[…] Yo lo conocí y traté casi toda mi vida. […] cuando […] encabezábamos el sindicato de la FIAT -el Sitrac-Sitram- y tratábamos de agruparnos nuevamente en el gremio madre, la UOM, de la cual la patronal lo había hecho salir, el Gringo fue nuestro consejero.
“Después vino el Cordobazo. Y después la represión. […] Tosco salió de noche a una reunión. Cayó en una redada. A la mañana cuando nos enteramos, ya lo habían trasladado en avión [a Trelew]. En 1975, el gobierno de Isabel lo persiguió hasta su muerte. […]
“El Gringo, como sindicalista, tuvo muchas virtudes. No robó ni lucró con sus cargos y periódicamente volvió a ponerse el mameluco. Hacía asambleas y consultaba a la base. En defensa de la democracia sindical luchó contra la burocracia peronista.
“Pero además apeló a la movilización. Apoyándose en el hecho de que su pequeño gremio mantenía una unidad casi total, porque hasta el personal jerárquico estaba afiliado, gracias a que el sindicato conseguía beneficios muy por encima del resto del movimiento obrero. Tosco acostumbraba a solidarizarse con las luchas. Se recuerdan las miles de veces que el Gringo sacaba los camiones de la empresa para apoyar una lucha.
“En el terreno político, en cambio, tuvimos diferencias grandes. Recuerdo que me criticó duro porque me definí por el Partido Socialista de los Trabajadores. Es que Tosco reconocía públicamente que era de izquierda y socialista. Pero miraba con malos ojos a quienes nos decidíamos a construir el partido revolucionario. Curiosamente, decía lo mismo que los dirigentes peronistas (como el Negro Atilio López) o radicales (como su amigo, el gráfico Malvar). Ni tampoco se oponía a participar en organismos políticos que el Partido Comunista u otros grupos creaban para establecer alianzas políticas con sectores de la burguesía. Pero en cambio siempre estuvo en contra de que el clasismo tuviera un partido independiente y revolucionario.
“Yo creo que el Gringo fue un sindicalista que quiso un movimiento obrero democrático, fuerte, luchador y que fuera imponiendo reformas sociales progresivas. Por eso luchó gremialmente y por eso apoyó las variantes políticas que dije antes. […]”
* Fragmentos del texto de Solidaridad Socialista Nº 49 (17/11/1983), cuando se cumplían ocho años del fallecimiento de Tosco. Véase completo en Después del Cordobazo; textos del PRT-La Verdad y el PST. Ediciones El Socialista, 2013. Páez fue dirigente del Sitrac-Sitram y del PST, e integró como candidato a vice la fórmula presidencial junto a Juan Carlos Coral que presentó el PST en setiembre de 1973, enfrentando a las candidaturas de Perón y su esposa Isabel.