La incorporación de feministas en las listas de los partidos patronales, como Dora Barrancos u Ofelia Fernández, incluso Silvia Lospennato, ha abierto expectativas en el movimiento de mujeres sobre las posibilidades de avanzar en la legalización del aborto con una nueva composición en el Congreso. Pero no se trata de un problema de posicionamientos individuales sino del programa político. Todas las alianzas electorales, menos el Frente de Izquierda-Unidad, mantienen la clandestinidad del aborto.

Escribe Mercedes de Mendieta, Candidata a legisladora por la Ciudad de Buenos Aires

Desde que se votó en el Senado contra el derecho al aborto el 8A del año pasado, quedó en evidencia que los partidos patronales mantienen su alianza con las iglesias. Las y los Senadores que votaron en contra fueron visibilizados como los “dinosaurios” y, debido a la #MareaVerde que inundó las calles por el derecho a decidir, el debate sobre el derecho al aborto se metió con fuerza en las elecciones.

Tanto Juntos por el Cambio de Macri-Picheto, como el Frente de Todos de Fernández-Fernández y demás listas patronales, buscaron incorporar en sus filas a sectores verdes y celestes con el objetivo de acaparar el voto de ambos electorados. El pedido de Cristina de “unir pañuelos verdes y celestes” y de “no enojarse con la iglesia” se expresó en los armados de todos los frente patronales.

No es cierto que incorporando de manera individual feministas en la listas la composición del Congreso será más favorable para la conquista del derecho al aborto. Los partidos patronales como el peronismo en todas sus variantes, la UCR, PRO, han otorgado “libertad de conciencia” a sus diputados y senadores en el debate sobre el aborto para negar el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.

Mención especial merece el armado del Frente de Todos. Entre los gobernadores que apoyan la candidatura de Fernández-Fernández se destaca el peronista Manzur, de Tucumán, un conocido militante celeste, ex ministro de Salud durante el kirchnerismo y que ha obstaculizado el derecho a la ILE (interrupción legal del embarazo), obligando a parir a una niña de 11 años violada. La lista sigue con Uñac, de San Juan, quien fue conocido por impulsar el voto antiderecho durante el debate de 2018 o incluso el próximo gobernador de Santa Fe Perotti quien se abstuvo en la votación del Senado. La candidata a vicegobernadora por la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario, que acompaña a Axel Kicillof, firmó junto a varios intendentes del conurbano en 2016 el Pacto de San Antonio de Padua junto al obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Maletti, en el que declara “proteger a la familia como célula básica de la sociedad y a la vida humana desde la concepción”, un mensaje clerical contra el derecho al aborto. Y como si esto fuera poco, este año mientras se presentaba por octava vez el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en el Congreso, la actual intendenta de La Matanza creaba la Subsecretaría de Culto en el distrito, institucionalizando aún más los vínculos entre las iglesias y el kirchnerismo.

El Frente Juntos por el Cambio destacó en los primeros lugares a la diputada Silvia Lospennato una de las impulsoras del debate por el aborto en el Congreso durante 2018. Y el Frente de Todos busca captar el voto verde incorporando en sus listas a Victoria Donda, Dora Barrancos u Ofelia Fernández. Pero ante las expectativas que pueda generar, decimos que de la mano de las iglesias, los gobernadores antiderechos y los “dinosaurios” que nos dieron la espalda al movimiento de mujeres, no vamos a legalizar el aborto.

Llamamos a todas las mujeres, lesbianas, trans travestis, a las jóvenes secundarias que han protagonizado la #MareaVerde a apoyar al único frente que está 100% a favor del aborto legal, seguro y gratuito y que incorpora en su programa el derecho a decidir de las mujeres, al Frente de Izquierda-Unidad.