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A 46 años del secuestro de los compañeros del PST en Tolosa

Escribe José “Pepe” Rusconi

El 12 mayo de 1977, el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) tomó conocimiento de un terrible hecho sucedido la noche anterior. Un compañero del partido se dirigía al domicilio de otros tres militantes del PST y observó, cuando estaba llegando, movimientos extraños frente al domicilio.
Se trataba de personas que rápidamente el compañero pudo identificar como pertenecientes a los “grupos de tareas” del régimen militar que había dado el Golpe de Estado en 1976. Los reconoció debido a los clásicos automóviles Ford Falcon, que utilizaban para hacer sus operativos, y las escopetas conocidas como “Itakas”, que mostraban y usaban con total impunidad.

Los compañeros, que vivían en ese departamento “de las mil casas” en el barrio de Tolosa en La Plata, eran: Julio Matamoros (el “Bocha” de 21 años), estudiante de Derecho y luego empleado bancario; Mónica de Olazo (“Moniquita” de 18 años), estudiante; y su pareja, Alejandro Ford (el “Negro” de 20 años), egresado de la Escuela de Bellas Artes, ex dirigente de la Juventud Peronista (UES) y reciente trabajador de la destilería de YPF de La Plata.

Luego de esa fatídica noche del 11 de mayo de 1977 nunca se supo más nada de ellos hasta que, pasados 36 años del secuestro, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) los identificó en una fosa común del Cementerio de Ezpeleta, enterrados como NN. Se supo que estuvieron en varios Centros Clandestinos de Detención y, finalmente, fueron fusilados frente a la Comisaría de esa localidad, simulando un enfrentamiento.

Dieron su vida por la revolución socialista

Los compañeros, muy jóvenes y con pocos años de militancia, fueron parte de esa camada de luchadores desaparecidos tras el Golpe patronal – militar – clerical. La Dictadura intentó poner fin a las luchas comenzadas en la década de 1960, que ni el mismo General Juan Domingo Perón pudo frenar tras su regreso del exilio en 1973. La Dictadura se cobró 30.000 desaparecidos y desaparecidas, muchos presos y exiliados. Intentó aniquilar la importante vanguardia que lideraba las grandes luchas y, en definitiva, las luchas mismas que atentaban contra la rentabilidad de las patronales locales y multinacionales.

La militancia del PST cuestionaba al sistema capitalista, buscando un mundo más justo y por una sociedad socialista. Por eso fueron parte de la larga lista de detenidos desaparecidos, asesinados, presos y exiliados. Pero si bien la Dictadura pudo poner un freno por varios años a las luchas, lejos estuvo de hacerlas desaparecer. Tras la caída de la Dictadura por la enorme movilización del pueblo tras la Guerra de Malvinas, resurgieron las luchas.

Hoy surgen nuevas camadas de luchadores y luchadoras continuadores de Julio, Mónica, Alejandro, que siguen peleando por un mundo mejor, por terminar con el capitalismo y por un mundo socialista.

En Izquierda Socialista, partido continuador del glorioso PST, se ve con enorme alegría a esas nuevas generaciones de jóvenes que trabajan en la construcción de esa herramienta fundamental, el partido, y que intervienen en todas las luchas, como hicieron los compañeros de Tolosa y tantos otros por la revolución socialista. A los 46 años del secuestro de los compañeros de Tolosa, es el mejor homenaje que se les puede hacer. Seguimos exigiendo justicia por Mónica, Alejandro y Julio y gritamos muy fuerte, ¡hasta el socialismo siempre compañeros!