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¡Basta de “renegociación”! Hay que suspender inmediatamente los pagos de la deuda

Publicado en El Socialista N° 454
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El gobierno continúa adelante la renegociación de la deuda con los pulpos acreedores. Lo hace mientras el país y el mundo se derrumban en medio de la crisis del coronavirus. Entre los usureros privados y el FMI están en juego 150.000 millones de dólares que vencen entre este año y los dos siguientes. La alternativa es de hierro: la plata va a los usureros o a la emergencia sanitaria. 

Escribe José Castillo

El presidente Alberto Fernández ha dicho en estos días que “no pagaremos la deuda con el hambre del pueblo”. Sin embargo, casi al mismo tiempo, su ministro de Economía, Martín Guzmán, continúa adelante con el “cronograma” de renegociación con los acreedores extranjeros. 

Ahora se ha “reprogramado” hasta 2021 los vencimientos de bonos de deuda sometidos a legislación local. Pero el corazón de la deuda externa son los bonos en dólares con legislación extranjera. Y ahí se sigue en infinitas consultas con los propios pulpos privados internacionales que dejaron trascender que “no aceptan” los plazos que plantea el gobierno para correr los vencimientos (se habla de tres años) y exigen mayores pagos por intereses. Y, por supuesto, prosigue el tironeo por el monto de la quita. Digámoslo claramente, aunque se llegara a negociar una supuesta quita de 50%, igual los especuladores internacionales ganarían, ya que actualmente los bonos argentinos cotizan por debajo de 30%, con lo que se llevarían una ganancia sin mover un peso de 20%, hoy imposible de alcanzar en cualquier otra operación financiera del mundo.  

Como si todo esto fuera poco, desde el propio Ministerio de Economía se dejó saber que el gobierno de Fernández estaría dispuesto a “mejorar la oferta” por medio de los llamados “cupones PBI”. Algo que se inventó y está vigente para los bonos que se canjearon durante el kirchnerismo en 2005 y 2010. Se trata de un “extra” que se les ofrece a los acreedores, cada vez que el país crece 3% se genera automáticamente una deuda extra con los acreedores, de pago inmediato. Una auténtica estafa.  

Lo increíble es que estemos discutiendo todo esto en medio de la crisis del coronavirus.  

Los propios economistas del establishment reconocen que se están rompiendo todas las “cadenas de pago” del mundo. Esto quiere decir que los propios capitalistas están dejándose de pagar las deudas entre ellos. 

Todo es tan ridículo que cada vez surgen más voces de economistas y periodistas con simpatías con el propio gobierno que empiezan a hacer su oír su voz planteando que no hay que seguir negociando y suspender los pagos. Incluso economistas del establishment local y extranjero reconocen que, en estas condiciones, lo mejor que puede hacer la Argentina es dejarse caer en default, por lo menos hasta que pase lo peor de la crisis. 

Lo más grave de todo es que no se trata solamente de una “negociación” que se extiende en el tiempo en el que nuestro país lleva todas las de perder. Mientras tanto se siguen pagando religiosamente los vencimientos con los acreedores extranjeros. Apenas asumió, Alberto Fernández mandó apartar, de las escasísimas reservas internacionales disponibles, 4.500 millones de dólares para atender esos vencimientos, que se están utilizando desde entonces (de hecho, los montos son tan elevados que en mayo ese mismo pozo de dinero se terminará agotando). La semana pasada, ya en medio de la cuarentena, el gobierno pagó en efectivo 250 millones de dólares. Hay otro vencimiento dentro de diez días por 500 millones.  

Lo venimos repitiendo desde hace años. Lo volvimos a decir apenas asumió Alberto Fernández. Ahora el planteo ya adquiere una urgencia extrema, tenemos que dejar ya mismo de pagar la inmoral, ilegal y usuraria deuda externa y volcar todos esos recursos a un fondo de emergencia para financiar la crisis sanitaria, comprando respiradores, millones de barbijos, montando hospitales, contratando y pagándole salarios dignos a todo el personal de salud necesario, y también para resolver las consecuencias económicas de la crisis que hoy pegan sobre el pueblo trabajador con comida, trabajo y salario para todos.