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EditorialCristina va a pagar más deuda externaEl terrible aumento de los precios, en especial de los alimentos, está haciendo estragos en el pueblo trabajador. La carne aumentó el 75% en un año y en otros grandes porcentajes los lácteos, el pan y demás artículos de primerísima necesidad. Esto hace que, pese al crecimiento económico, los índices sociales siguen para abajo. “Mientras la presidente sigue hablando de Papel Prensa, contra la Corte y cuantas cosas se le ocurren, los precios aumentan y la plata no alcanza para nada”, se escucha decir en los barrios y lugares de trabajo. Cristina anda por el mundo mostrando las bondades de su modelo de “distribución de la riqueza”, pero los jubilados, por ejemplo, según el Presupuesto 2011, van a seguir cobrando un 33% menos que el sueldo promedio de un trabajador. Ni qué hablar del 82% móvil. Y para el seguro de desempleo se va a destinar la miserable suma de $463. La inflación ha hecho que la mayoría de los sueldos y jubilaciones sean de pobreza. De un total de 15 millones de personas ocupadas, el ingreso promedio está en 2.171 pesos, mientras el 60% gana mucho menos que eso y el 30% sólo $1.200. Recordemos que la medición para saber si una familia tipo (matrimonio con dos hijos) puede acceder a una vida digna, está dada por el valor de la canasta familiar, que ronda los 5.000 pesos. Quien gane menos que eso no llega a fin de mes. A esto hay que sumarle que los 4 millones de trabajadores en negro, además de no tener cobertura social ni aportes jubilatorios, ganan 2,5 veces menos que los registrados. La pobreza se encuentra entre el 26 y el 33%, y la desigualdad social es igual a la de quince años atrás. Por su parte, a los montos de la Asignación Universal por Hijo y los aumentos salariales logrados en las paritarias, rápidamente se los termina comiendo ese tremendo impuesto popular llamado inflación. ¿Por qué Cristina no la combate? Muy sencillo. Porque le permite más recaudación, esencialmente por el IVA, el impuesto que paga el pueblo, para seguir destinando ese dinero a pagar deuda externa y subsidiar a grandes patronales.
Precisamente, para pagar más deuda externa (la del Club de París, contraída entre 1976, en plena dictadura, y 1983) es que Cristina ha viajado a Alemania. De los 6.700 millones de dólares que se deberían a los países que lo conforman, Alemania es acreedora del 30%. Dicen que el tema no está en la agenda del encuentro que tiene previsto la presidente con Angela Merkel. Pero lo que se desmiente, siempre termina siendo verdad. Cristina ha rechazado recientemente tomar nuevos préstamos al 9%, diciendo que prefiere seguir pagando deuda externa con las reservas. Pero como el Banco Central debe salir a reponer esos pagos, lo hace emitiendo bonos, pagando un 11,9%, mucho más que aquel porcentaje. Y lo más aberrante, que no dice Cristina, es que la plata de las reservas para pagar esa deuda fraudulenta sale directamente del bolsillo de los jubilados y del esfuerzo de millones de trabajadores. Hoy, el 55% de la deuda externa está “estatizada”. ¿Qué quiere decir? Que el gobierno vino metiendo mano en el ANSeS, Banco Central y Banco Nación para pagar a los bancos usureros privados y al FMI, Banco Mundial y el BID, otorgando a cambio bonos que estarán sujetos a los vaivenes del mercado capitalista, cuando esa plata debería ir a los jubilados y a satisfacer los graves problemas sociales. Una política proimperialista y antipopular pocas vecesvista. Por eso, una vez más decimos que no hay que pagar ni un peso más por la deuda externa, ni al Club de París, ni a los organismos usureros de crédito ni a ningún banquero chupasangre. Esa deuda ya la pagamos varias veces y cada vez debemos más. Hay que suspender en forma inmediata todo pago para combatir lo que encubre todos los días el INDEK: los bajos salarios y jubilaciones, la pobreza y la indigencia, invirtiendo en trabajo, salud, educación y vivienda. |
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