Aniversario: A 20 años de su fallecimiento: Recordando a Elías Rodríguez

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Moreno y Elías se abrazan en el escenario durante el congreso nacional de 1985El 13 de julio de 1995 murió el “viejo” Elías. Durante medio siglo se dedicó a la organización y la lucha de los trabajadores y a la construcción del partido trotskista. Fue uno de los principales dirigentes obreros de nuestro partido y un compañero entrañable.

Escribe: Mercedes Petit

En la década del cuarenta llegaban a trabajar en las fábricas bonaerenses miles y miles de jóvenes provenientes del campo. Elías nació en La Pampa el 11 de noviembre de 1917, en una familia rural muy humilde, influida por el anarquismo. Con algo más de 20 años, llegó en 1943 a Villa Diamante, sobre el Riachuelo. Siempre recordaba que, ante el gobierno surgido ese año del golpe militar, decía “nunca me gustaron los milicos”. Entró a trabajar en Piccardo, y luego textiles, en el sector donde se fabricaban las bolsas de arpillera del gran pulpo patronal de la época, Bunge y Born.

Los primeros pasos del trotskismo obrero

Nuestra corriente “morenista” nació en 1943, cuando un puñado de jóvenes obreros, encabezados por Nahuel Moreno (1924-1987), que era estudiante y trabajaba en una oficina, fundaron el Grupo Obrero Marxista (GOM). Poco después, teniendo por entonces una caracterización un poco sectaria del peronismo, se fueron a insertar en las fábricas de Villa Pobladora, en Avellaneda. Y así se vincularon con los sindicatos “autónomos” que comenzaban a desarrollarse a medida que crecía la influencia del peronismo, desplazando a los estalinistas del partido comunista de los grandes gremios. El pequeño grupo tomó así contactos con dos grandes del movimiento obrero: el trotskista dirigente de la madera, Mateo Fossa (ver El Socialista No 34, 14/6/2006) y Lucas Domínguez, dirigente anarquista del gremio de la carne.

Rodríguez hablando en Galicia y Rivadavia, Avellaneda, en el acto realizado por el GOM el 22 de agosto de 1948, en homenaje a León Trotsky.Uno de los grandes constructores del GOM

El joven Rodríguez se hizo rápidamente organizador y dirigente de sus compañeros de trabajo. Primero organizó la rama bolsa, se convirtió en su delegado general y lograron la firma del primer convenio para la rama. Era la primera vez que se lograba en esa “empresa de negreros”, como diría Elías. Luego impulsó la fundación de la Asociación Obrera Textil y la federación.

Durante la huelga de la carne del 45 conoció al GOM, y poco después de la movilización del 17 de octubre a la Plaza de Mayo (ver recuadro), ingresó al grupo. Desde entonces a sus condiciones de gran sindicalista le sumó ser un propagandista obrero, que con toda naturalidad llevaba a sus compañeros no solo las cuestiones de la lucha antipatronal, sino también los temas de la política revolucionaria, de la situación internacional y de la necesidad del partido. Así lo relataba: “Yo entré al partido por las posiciones que me explicó Hugo [se refiere a Nahuel Moreno], que era un grupo de gente que quería formar un partido obrero, para que lo dirigieran los obreros, y que los obreros hicieran su política, entonces eso me gustó más, y me metí. No era militante del GOM. Leía los documentos que me traían, pero no tenía disciplina para eso. [...] Yo empecé a militar firme en el partido en el ́45, no se la fecha justa pero fue después del 17 de octubre que entré al partido.”*

Una inmensa trayectoria.

Rodríguez fue perseguido por las patronales, y donde trabajó organizó y encabezó a sus compañeros, siempre respetuoso de los métodos de la democracia obrera y buscando acercar nuevos compañeros al partido. Cuando lo echaron de Bunge y Born entró al frigorífico Wilson, donde peleó contra la patronal negrera y la burocracia peronista. En 1956 estalló una huelga metalúrgica que duró cerca de un mes. Elías junto a un grupo de compañeros del partido cayó preso en actividades de solidaridad. Fue despedido del frigorífico, y entró en otro gremio muy duro, la molienda de minerales. Allí contrajo un asma que le afectó desde entonces la salud. Antes de jubilarse trabajó en los corralones de Constitución de la municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Rápidamente, fue elegido delegado.

En noviembre de 1972, Elías integró la presidencia de la reunión plenaria impulsada por el PST y que constituyó el Frente Obrero para impulsar candidaturas obreras. Lo acompañaban Ernesto Guerrero de El Chocón, Mateo Fosa (Mesa Nacional de Jubilados), Jorge Mera (comisión interna Banco Nación), Juan Rodríguez (AOMA- Mineros Mar del Plata). Al Frente Obrero se sumarian luego, entre otros, José Páez (Sitrac-Sitram) y Leandro Fote ( FOTIA).

Su vida familiar no fue fácil. Enviudó joven, y su hijo mayor murió también joven. Años después se casó nuevamente y tuvo otros dos hijos varones que lo acompañaron en su vejez.

“Una vida al servicio de la clase obrera”

Elías integró durante muchos años el comité central partidario. Cuando se dio la crisis en los sesenta por la desviación guerrillerista encabezada por Robi Santucho y la mayoría mandelista de la Cuarta Internacional, batalló sin descanso para fortalecer a los jóvenes compañeros en las posiciones del trotskismo, explicando sin cansancio que no servían los atajos de los que abandonaban la confianza en la clase obrera.

Cuando dejó el comité central estuvo algunos años en la comisión de control. Siguió militando en la clandestinidad cuando el PST era perseguido por la dictadura. En febrero de 1980 viajó a Bogotá para participar en el congreso nacional que realizó el PST en Colombia. Tuvo la desgracia de doblarse un tobillo y tuvo que enyesarse. Como solo podía caminar un poco y con una muleta, en el “camping” alquilado para el congreso la puerta de su habitación se transformó en el centro de las mateadas de todas las delegaciones, escuchando las infinitas anécdotas del “viejo”.

En 1985 Moreno publicó un libro con entrevistas: Conversaciones.... Se lo dedicó a su amigo Elías, con pocas palabras: “un ejemplo de vida al servicio de la clase obrera”.

Recordarlo hoy, a 20 años de su fallecimiento, nos permite reafirmar la tradición y trayectoria de la corriente morenista, y seguir construyendo el partido obrero e internacionalista al que Elías dedicó su vida.

 

*Véase Ernesto González (coordinador): El trotskismo obrero e internacionalista en la Argentina. Tomo 1, Antídoto, 1995.


“Hacemos una reunión y votamos”

El relato de Elías, en una entrevista en 1986, sobre cómo vivió la movilización del 17 de octubre de 1945, poco antes de empezar a militar en el GOM, expresa bien sus características de dirigente y la importancia que le daba a las asambleas, la discusión y consulta a los compañeros, es decir, a los métodos de la democracia obrera.

Se dice en El trotskismo obrero e internacionalista..., ya citado:

«“Hago la reunión en la vereda. ‘Miren’, dije, ‘vamos a hacer una cosa. Entremos ahora y cuando vengan a buscarnos (los piquetes), salimos, ¿eh? Hacemos una reunión al mediodía y votamos si seguimos trabajando o nos vamos a la calle con la demás gente’. Cuando estábamos trabajando llegaron los tipos (del piquete) que venían con garrotes. Entonces subí a la bancada y pegué un grito: ‘¡Todo el mundo afuera!, vamos a discutir’. Pero el piquete no me dio pelota. ‘¡Hay que salir!’ y nada más... ‘¡Viva Perón! ¡Viva Perón!’. Entonces yo digo: ‘Así yo no voy a la manifestación... ¡Qué Perón ni que ocho enanos!’ Yo le tenía bronca a los milicos y pensaba: éste es un milico que te va a reventar cuando tengas que hacer una huelga. Yo ya estaba en contacto con el GOM pero no estaba militando, participaba en charlas pero nada más. Entonces, Guillermo [que era mecánico en Bunge y Born], el que me había presentado a los compañeros del GOM, me dice: ‘Elías, la gente te reclama a vos, tenés que estar ahí adelante’. Fui a la puerta de la fábrica y ahí estaban todos los compañeros parados, esperando que yo fuera.”

«Entonces Elías se puso al frente y se fue a Plaza de Mayo, pasando por otras fábricas e invitando a los demás trabajadores, con el resto de sus compañeros, a incorporarse a la marea obrera.»