Otra vez, como sistemáticamente viene sucediendo desde la constitución del FIT en 2011, el Nuevo Mas optó por quedarse afuera y dividir. En momentos en que se da un avance unitario entre el FIT y el MST, el Nuevo Mas se negó a sumarse y se autoproclama “unitario”. Encima dice que el FIT-Unidad habría dejado afuera a la única lista que lleva a una mujer de candidata, como Castañeira. Una ridiculez insostenible.
Desde hace años el eje de campaña del Nuevo Mas es denunciar el divisionismo del Frente de Izquierda, es decir, la única unidad de la izquierda que vino existiendo desde hace ocho años a esta parte. Maniobra que en todos los casos le salió mal, ya que nunca superaron el piso proscriptivo de las PASO.
En los últimos meses el Nuevo Mas exigió “reunirse” para debatir la unidad. A pesar de que desde diciembre pasado se les hizo un planteo para sumarse, pasaron los meses reclamando “que el FIT ponga día y hora de la reunión”. Sin embargo, cuando se los convocó, se negaron a asistir, cambiando su postura por “exigir que se los deje competir en las PASO”. Lamentable.
Escribe Daniel Báez
El 9 de junio fueron las elecciones provinciales. Con aulas llenas de boletas (por los acoples) y más de cincuenta fiscales por mesa, los tucumanos reeligieron masivamente a Manzur con el 50 % de los votos, seguido por la candidata de Macri, Silvia Elías, con 20,1 %. Bussi duplicó los votos de 2015, con 13,4% y Alfaro (candidato de Macri) retuvo la capital con 41,9%. Alperovich fue el gran perdedor, con 11,4%, sin embargo el 61,5 % de los votos fue al peronismo.
El clientelismo político de los partidos patronales, y mucho más de Manzur desde el aparato estatal (planes de 3.000 pesos por tres meses, colas para recibir bolsones, etcétera), fue el responsable de estos resultados. En medio de esta montaña de boletas el FIT sacó 1% a gobernador y 1,9 % en la intendencia de la capital, retrocediendo respecto de elecciones anteriores.
La campaña del FIT se centró en las necesidades de los trabajadores y los sectores populares proponiendo una salida obrera y popular a la crisis. Más allá de los resultados, con el triunfo de los candidatos del ajuste, desde Izquierda Socialista Tucumán nos seguimos preparando para enfrentarlos en la calle, junto a los trabajadores y al pueblo y para dar la pelea en las próximas elecciones nacionales contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores.
Escribe Fernanda Giribone Stanley
El domingo 9 de junio se realizaron los comicios en los que el radical macrista Gerardo Morales logró su reelección con 43,7% de los votos. Cambiemos perdió 10% desde las elecciones de 2015 a gobernador y 15% en diputados, producto de la bronca con el gobierno de Macri y también, aunque menos visiblemente, con el provincial.
La lista Frente Justicialista de Julio Ferreyra se alzó con el segundo lugar a gobernador, con 32,75%. No solo logró igualar la elección de Cambiemos a diputados (ganando ocho bancas), sino que recuperó algunas intendencias. Cabe mencionar que Ferreyra, un outsider de la política, abandonó su partido de origen (Confiar) para irse a un peronismo en crisis y dividido, capitalizando la bronca contra los otros candidatos del PJ. Tal el caso del senador Guillermo Snopek -Juntos Por Jujuy-, que quedó tercero con el 10% de los votos.
En este contexto de polarización, el Frente de Izquierda, a pesar de realizar una gran campaña basada en el esfuerzo militante, no pudo repetir sus buenas elecciones anteriores. Continuaremos dando la pelea y apoyando las luchas y nos preparamos para hacer una gran campaña en las elecciones nacionales contra Macri y su ajuste y contra todas las variantes del peronismo. ¡Vamos con el Frente de Izquierda en Jujuy!
Invitados por la Juventud de Izquierda Socialista para participar de las charlas de presentación de la revista Rabia, Daniela, Damián, Pepito y Javier, trabajadores de EPEC, tomaron su auto y viajaron para participar de distintas actividades donde también pudieron difundir el estado actual de su pelea contra la privatización de la empresa eléctrica y en defensa de su convenio de trabajo.
-¿En qué estado está la pelea de los trabajadores de Luz y Fuerza de Córdoba?
Damián.– El martes pasado se completó un capítulo más en la lucha de Luz y Fuerza por sostener los derechos de nuestro convenio colectivo de trabajo. Una asamblea de cerca de 500 compañeros ratificó la posición de no entregar ninguno de los puntos de convenio a cambio de salario, cosa que ya hicieron los otros gremios de Villa María, Río IV, y también el gremio del personal jerárquico.
Para llegar a esa asamblea nuestro espacio de debate y acción política se dio una serie de tareas, tuvimos volanteadas, logramos articular con las otras dos agrupaciones opositoras dentro del gremio, sacar consignas en común firmadas por los tres espacios llamando a conservar el convenio íntegro y también, por ejemplo, en el complejo Villa Revol donde trabajamos con Pepito hicimos una asamblea para concientizar a todos los compañeros.
Javier.– Además, nosotros como trabajadores tenemos la concepción de la energía eléctrica como un bien social, como un derecho humano, es decir, no puede estar en manos de unos pocos, no puede ser un negocio. Tratamos de explicarle a la gente, e incluso a nuestros propios compañeros, por qué la defensa de una empresa estatal es importante. Se lo bajamos a tierra diciéndole que la EPEC tiene miles de tarifas sociales (iniciativa de los propios compañeros que iban a retirar las conexiones clandestinas), tiene el 100% de la tarifa gratis para electrodependientes y que le lleva el cable al último habitante, a la última escuelita del pueblito más lejano de la provincia, cosa que un privado no lo haría porque no le es rentable.
-¿Cómo surgió la idea de venir a Buenos Aires?
Pepito.– En esta oportunidad la experiencia fue un poco de devolución de todas las ayudas y aprendizajes que habíamos tenido, y veníamos a intentar promocionar de alguna manera la revista de la Juventud, que reflejaba en una entrevista la experiencia que habíamos tenido el año pasado durante el conflicto universitario, y con eje en los 50 años del Cordobazo. Fuimos a la Universidad de Buenos Aires y a la de General Sarmiento, y ahí tuvimos una devolución con gente de la juventud, del partido y de nuevas luchas, como los enfermeros de CABA. Eso fue muy fuerte, porque fue como encontrarnos con el reflejo de lo que nosotros estábamos siendo desde el año pasado, entonces fue muy bueno ver esa experiencia, de intercambio con el movimiento estudiantil y que el partido esté cerca de los trabajadores.
Tuvimos un par de “bonus”, el Pollo Sobrero nos invitó a un programa de televisión para difundir nuestro conflicto y también fuimos a apoyar una medida de los compañeros de prensa del Sipreba.
Daniela.– También fuimos a hacer un recorrido por la línea Sarmiento, conocimos a otros compañeros que están en la lucha como nosotros. Fuimos a los talleres en Haedo y nos contaron sus inconvenientes. Y, en particular, tuve la oportunidad de conocer a las compañeras ferroviarias que nos contaron la lucha que tienen y que han tenido como mujeres para empezar a trabajar en la parte operativa de los trenes. Lo bueno es que nos hemos traído muchas ideas para Córdoba de lo que es el feminismo para empezar a trabajar, con lo que para mí fue una experiencia muy enriquecedora.
Creo además que lo importante de venir a Buenos Aires, y de estar con los compañeros ferroviarios y del Sipreba, es nacionalizar los conflictos para conocer las problemáticas de los trabajadores de cada provincia y lograr la unidad de las luchas, que es la única forma en que salgamos de esto.
Javier.– Además, defendemos un modelo sindical totalmente distinto, donde el delegado deje de ser el representante del dirigente y sea la voz de los compañeros del sector de trabajo. Debemos terminar con los dirigentes atornillados a los sillones y que no conocen la realidad de los compañeros.
Escribe Guillermo Sánchez Porta
En vez de “aumentos acordes a la inflación trimestral”, los docentes cobramos con enormes descuentos. El “acta acuerdo” que firmaron los burócratas sindicales con Vidal decía que no se descontarían los paros. Además, miles siguen sin cobrar el sueldo desde marzo.
Esto muestra que teníamos razón cuando denunciamos el acuerdo entre Baradel, Petroccini y Díaz, del Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) y Vidal, y que nunca se debió levantar la lucha. Además, todos los puntos que Suteba y el FUDB firmaron tampoco se cumplen. Ni arreglos en infraestructura (esta semana se cayeron techos y explotaron garrafas), ni comedores, nada.
Baradel, del Suteba, denunció “descuentos injustificados” y llamó solo a una marcha de delegados. El Suteba y el FUDB deben llamar a retención de servicio activa y retomar el plan de lucha. ¡Basta que el gobierno provincial juegue con nuestros salarios e incumpla el acta acuerdo! ¡Basta de ajuste y abusos de Vidal, Macri y el FMI contra los docentes y la educación pública! ¡Plata para salarios y educación, no para el FMI!