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Editorial

Publicado en Rabia N° 2

La pandemia del coronavirus demostró de un golpazo toda la miseria del sistema capitalista. Expuso sin tapujos que el mundo, así como está hoy, no tiene nada para ofrecernos, y que lo que se viene será aún peor. Lxs jóvenes estamos entre quienes más sufrimos esta realidad de las dos pandemias, la sanitaria y la económica, pero también tenemos la posibilidad de dar todo para cambiarla. Está en nuestras manos organizarnos para frenar el rumbo de ajuste brutal que están aplicando todos los gobiernos utilizando de excusa la pandemia.

Definimos a pesar de la cuarentena y el aislamiento social, publicar a través de medios digitales este segundo número de nuestra revista RABIA, la publicación de la Juventud de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda UNIDAD. Lo hicimos porque consideramos urgente poder debatir, cuestionar y problematizar la realidad actual que vivimos y, en consecuencia, ofrecer una salida de fondo, socialista revolucionaria.

Sostenemos con firmeza que la única manera de poder cambiar las condiciones de vida paupérrimas que hoy atraviesa la gran mayoría de clase trabajadora en general, y la juventud en particular, es luchando en las calles. La organización de quienes luchamos es indispensable para enfrentar en mejores condiciones las políticas de hambre y pobreza que impulsan todos los gobiernos.

No confiamos en ninguna variante patronal, sea peronista, macrista o radical; esas fuerzas gobiernan el país hace más de un siglo, y las consecuencias están a la vista. Son las que nos han entregado a las políticas del FMI, al pago de una deuda externa ilegítima e impagable a costa de peores condiciones de vida. Más del 42% de lxs jóvenes que nacieron entre el 2000-2001 son pobres; un porcentaje que asciende al 52,6% entre menores de 15 años. Un número escalofriante que tenemos que revertir. Más que nunca es necesario dar esa pelea por una sociedad distinta, una sociedad socialista.

No desconocemos que pueda generar dudas afirmar que el peronismo no es una salida para la juventud, cuando son miles quienes siguen esas banderas, pero tampoco podemos callarnos. Creemos que el análisis concreto de la realidad va a llevar a la juventud a sacar las conclusiones necesarias, y a ese análisis queremos aportar desde esta revista. Pero aún más que el análisis, es importante luchar. Por eso le decimos a quienes depositaron sus expectativas en Fernández para sacarse de encima a Macri, que la tarea hoy es no bajar ninguna de las banderas que levantamos en las calles en los últimos años: enfrentar el ajuste, el sometimiento del país a los intereses del capital financiero, el recorte de las jubilaciones, el congelamiento del presupuesto educativo, el aborto legal seguro y gratuito, frenar la destrucción ambiental, etcétera. Nos ponemos a disposición de pelear unitariamente por cada una de estas reivindicaciones. En esas batallas nosotrxs intervenimos convencidos de que la única manera de lograr triunfos duraderos, y un futuro distinto es con la clase trabajadora en el poder, gobernando, dirigiendo las riendas del país que día a día movemos con nuestro esfuerzo. Por eso celebramos que la palabra “socialismo” vuelva estar en debate, y sea incluso cada vez más aceptada por amplios sectores de la juventud a nivel mundial.

En nuestro país, el movimiento estudiantil, secundario, terciario y universitario es un actor que tiene un rol muy importante para jugar en esta pelea, alentamos a poder hacerlo en unidad con la clase trabajadora siguiendo el mejor ejemplo del Cordobazo, que fue el eje de nuestra anterior revista. En este 2020 se cumplen 25 años de la sanción de la Ley de Educación Superior (LES) bajo el gobierno del peronista Menem, y a ese proceso de reformas estructurales le dedicamos el dossier de este segundo número. La LES fue la puerta que abrió la privatización en la educación en todos los niveles y aceleró la ya existente. Un quiebre histórico en el rol que cumple la educación, en sus contenidos y financiación. Vale agregar que la LES perduró con todos los gobiernos siguientes e inclusive se profundizó. Una tarea más de la juventud es tirar abajo esta ley privatizadora, en la perspectiva de una educación pública, gratuita, laica, científica y de calidad.

La juventud está a la cabeza de luchas que toman cada vez más visibilidad y cuerpo como la pelea por frenar la destrucción ambiental. Es que sin dudas seremos lxs más perjudicadxs por todo el desmadre y la destrucción ambiental que promueven las grandes multinacionales contaminantes con el aval de los gobiernos (práctica que se agudizó en la pandemia). El movimiento de mujeres en el marco de la cuarta ola es otro ejemplo de la potencia que tiene la juventud cuando toma las calles y eleva sus reclamos para cambiarlo todo.

En nuestros lugares de estudio, de trabajo y los barrios donde nos encontramos habitualmente buscamos crecer y llegar a más compañerxs. Con este nuevo número queremos consolidar la relación con nuestrxs lectorxs, e invitarlos a que den un paso más, que puedan conocer nuestros planteos de fondo en los distintos artículos que componen esta Rabia N°2, y que podamos golpear como un solo puño en las peleas venideras. Compartimos un camino y queremos hacerlo con la misma bandera.