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El acuerdo salarial del gobierno y la conducción de UEPC fracasó/ Aumento salarial de emergencia ya

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Transcurridos los primeros meses del año, la bronca crece en las escuelas. El aprovechamiento que los gobiernos hicieron de la pandemia para atacar nuestro salario y condiciones de trabajo no terminó con la pandemia. De la mano del acuerdo con el FMI y la necesidad de achicar el gasto
público, vendrán nuevos embates. El 2022 empezó con nuevos ataques que han ido generando respuestas por parte de la docencia pero que no se han desarrollado más, dada la complicidad de la conducción celeste de Monserrat. Gobierno y burocracia son la cara y contracara de una misma
moneda El gobierno ataca y la burocracia garantiza. A pesar de una inflación que va camino al descontrol, terminaron arreglando un falso 30% a cobrar con el sueldo de agosto. Lo hicieron a través de la antidemocrática asamblea departamental y a espaldas del rechazo de las escuelas.
La propuesta militada por la conducción de UEPC fue destruida al segundo mes. La inflación acumulada del 2022 ya alcanzó las primeras dos cuotas del “aumento” por lo que mayo, junio y julio son meses en los que vamos a pérdida. Así se licúa, aún más, un salario que se encuentra, en promedio, por debajo de la línea de pobreza

La precarización se cuela en el sistema educativo

El avance sobre las condiciones de trabajo también es preocupante. La reforma del estatuto en 2020 que imposibilita titularizar a miles de docentes es un nuevo avance precarizador que se suma a los ya existentes para las y los docentes de programas como el PIT, Egresar, jornada extendida, etc. Pero hacen lo contrario: y lo vemos reflejado en ejemplos como la hora de planificación que les han robado a las compañeras de inicial o los cierres de cursos con menos de 25 estudiantes en los CENMA. O la quinta hora en Primaria con docentes precarizados. A esto se suman muchísimos otros conflictos en todos los niveles de sistema. Con su falso discurso de profesionalización, Scharetti-Grahovac con la complicidad de Monserrat, nuevamente quitan un derecho. Si realmente quisieran profesionalizar incrementarían la oferta de trayectos, profesorados, cursos gratuitos; aumentarían presupuesto para infraestructura, recursos, salario, etc.

Ante esto, ¿Por qué no sale la docencia?

Esta es una de las preguntas que más surgen. Esto se da no porque no haya voluntad de pelear sino porque no se cuenta con una herramienta para hacerlo. Porque cuando salen las maestras de inicial, la burocracia traiciona y acuerda con el gobierno. Porque los comunicadores, los abrazos a los Cenma, o los zipollianos organizan y la burocracia se ausenta. Y cuando logran salir e imponerle algún paro de la burocracia, el gobierno descuenta. Es un combo que viene haciendo que la docencia no vea que con esta conducción se le pueda arrancar algo al gobierno. Pero al ajuste no hay forma de frenarlo si no es con la lucha. Por eso a la par de exigirle a la conducción su ruptura con el gobierno, somos las y los docentes desde abajo y con la unidad de la oposición, quienes tenemos que avanzar en unificar los distintos reclamos para ir construyendo un proceso de movilización que le imponga a la conducción salir a defender la escuela pública.