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Encuentro de Comunidades Costeras: pasado y presente de las luchas contra el extractivismo marítimo

Escribe: Nicolás Núñez de Ambiente en Lucha

A sala colmada, el segundo día del Encuentro de las Comunidades Costeras finalizó con una charla que unificó pasado y presente de las luchas bonaerenses contra el extractivismo a la vera del mar. Por un lado, Emilse Heredia Chaz -del departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur– desarrolló la historia de las últimas décadas de Bahía Blanca en torno a la instalación del Polo Petroquímico, y Víctor Quilaqueo -del Observatorio Petrolero Sur– brindó un pantallazo del estado actual de la pelea contra las petroleras en el Mar Argentino. Si resulta cierto aquello de que la historia se repite primero como tragedia y luego como farsa, los argumentos de la defensa del proyecto que encabezan Equinor-Shell-YPF se presentan como una de las farsas extractivistas más grandes de la historia de nuestro país. En el camino, sobre los hombros de las comunidades y la biodiversidad, queda por entero posado todo el drama.

La charla que protagonizaron Emilse y Victor, y fue conducida por Tata Gayone por parte de la CTA de Bahía Blanca y la Coordinadora Socioambiental local, fue el potente cierre para una jornada que había comenzado muchas horas antes. Por la mañana, ya la sede del SUTEBA local fue recibiendo a las delegaciones de las comunidades costeras para participar de una conferencia de prensa que dio continuidad en el cronograma de actividades a la presentación de la exposición de fotografía “Fracking en Vaca Muerta” de Pablo Piovano, que se había realizado el día anterior en la histórica Biblioteca Rivadavia.

Fernanda de la Asamblea por un Mar Libre de Petroleras de Mar del Plata, comenzó la conferencia afirmando que la preparación del encuentro costero fue gestándose a lo largo de meses entendiendo “la necesidad de juntarnos todos los territorios que vamos a estar involucrados en este proyecto, para poner en común tanto las cuestiones que se plantean desde el proyecto petrolero, como las necesidades y estrategias de lucha de las distintas comunidades”. Así como también, señaló el objetivo del intercambio que se puso en marcha: “esperamos de este encuentro que sea productivo y nos permita afianzar este proceso de lucha y resistencia que venimos llevando desde hace casi un año en Mar del Plata, y nos permita afianzar la unidad y el trabajo compartido entre las distintas comunidades que estamos siendo parte, e invitando a otras comunidades a que se sumen a estas acciones”.

Como parte de esta articulación entre el ayer y hoy que fue uno de los ejes de la jornada, en la conferencia de prensa también se hizo presente Lucas Beier, abogado local de la Asociación de Pescadores Artesanales. Consultado por AEL, nos comentó:

“Toda esta movida, todas estas acciones, que se están organizando en general en toda la provincia de Buenos Aires nos resultan muy importantes porque estamos viendo que a un corto o mediano plazo, toda la zona portuaria y petroquímica de Bahía Blanca va a sufrir un incremento muy importante, que obviamente va generar un mayor impacto ambiental. Lo cual es grave para esta zona porque partimos de una base en que el estuario ya está altamente contaminado, altamente alterado, no solamente por acumulación de metales pesados, sino también por la propia actividad portuaria, con los dragados y movimientos de barcos que generan un impacto negativo grande.”

Además, Beier, nos resumió un conflicto que resulta un antecedente clave a la hora de pensar los efectos que tiene una industria de las magnitudes de las petroleras que se planifican en el Mar Argentino sobre la fauna marítima y la actividad pesquera:

“En 2010 un grupo de pescadores, después de mantener un año de lucha activa, decidieron iniciar una causa por el daño ambiental ya provocado. Porque ellos manifestaban que tenían la certeza de que en Bahía Blanca había una gran concentración de metales pesados, una gran contaminación, y planteaban que eso afectaba el producto de la pesca. Luego de unos procesos judiciales largos, se logró hacer la pericia y así se comprobó que lo que decían era verdad. Se encontraron concentraciones hasta 40 veces más que el permitido en los músculos de los peces, lo cual obviamente hace que no se puedan consumir. Pero además de eso, les generan enfermedades a los peces, problemas de reproducción y crecimiento. Lo que los pescadores afirmaban empíricamente se pudo confirmar científicamente.

Sin embargo, la riqueza del encuentro costero dio lugar a que no solo en un plano diacrónico, a lo largo del tiempo, se tejan uniones desde el concepto y desde la lucha, sino también sincrónicamente, uniendo en el presente distintos territorios y realidades. Fabiana Vega, de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Viedma y Patagones, realizó una intervención ante los medios presentes que amplió el marco de las demandas desde dos aspectos. Por un lado, comentó:

“Nosotros nos sumamos a la lucha, primero porque obviamente queremos un mar libre de petroleras, pero también porque se nos suma otra lucha que es la defensa de la Ley 3308, que está amenazada de ser derogada desde el año pasado en Río Negro. Es una ley que impide que haya plataformas petroleras o cualquier forma de petróleo, de extracción, salida de gas. Es una ley muy sencilla, muy cortita que lograron en su momento ONGs ambientalistas, una de las cuales está en San Antonio Oeste, la Fundación Inalafquen, junto con el legislador Lasalle. Por eso se le llama “Ley Lasalle”. Nosotros además de manifestarnos con cartelería y actividades los cuatro de cada mes, empezamos a juntar firmas que ya han sido presentadas en cuatro momentos diferentes ante la Legislatura de Río Negro pidiendo la no derogación. ¿Por qué amenazan con la derogación? Además de las plataformas petroleras, para poder sacar el gas de Vaca Muerta. ¿Qué pasa si no pueden sacarlo por Río Negro? Lo van a querer sacar por Bahía, por eso es tan importante trabajar en conjunto, no trabajar en compartimentos estancos.”

Y, en segundo lugar, Fabiana nos corrió de los combustibles fósiles para plantear las contradicciones inherentes al proceso de “transición energética” digitado por los países imperialistas, que utilizan, para su corrimiento de la atadura al petróleo, nuestros territorios como escenarios de descarte:

“Tenemos la cuestión del hidrógeno verde, que no es tan verde como dicen, y que en Río Negro hace agua por muchos lados, que también van a querer sacar por aquí (Bahía Blanca). Si bien se vende como el combustible del futuro -o del presente para algunos, para nosotros acá todavía no-, allá significaría dejarnos sin agua. Porque por más que digan que van a desalinizarían agua de mar, bueno ¿dónde colocarían esa salmuera en las cantidades ingentes que piensan trabajar? Hablando directamente con la empresa, dicen directamente que no saben, porque saben que en el resto del mundo eso tiende a tirarse devuelta al mar. En un área que, para nosotros son todas, en realidad una seguidilla de áreas naturales protegidas, donde matarían toda vida que pudiera haber en las costas.

Por otro lado, la superficie que utilizarían de la meseta de Somuncura para instalar los aerogeneradores que ya están probando, aunque no tengan presentado el estudio de impacto ambiental, sería mayor que el parque eólico más grande del mundo en China. Todo en territorio de comunidades originarias, y tampoco tuvieron en cuenta que ese tipo de aerogeneradores mata aves, con lo que se ve afectado el Proyecto Cóndor Andino que llevó 30 años reinstalar el cóndor en la Costa Atlántica.”

Pasa el tiempo, pero no todo cambia

Cuando pensamos en una de las invariables a lo largo del tiempo en torno a los avances del extractivismo capitalista, dos cosas aparecen siempre: la corrupción gubernamental-empresarial y el mito de la “responsabilidad social empresaria”. El abogado Leandro Aparicio, quien llevó adelante casos como los de Facundo Castro y Daniel Solano, dio cuenta de esta realidad en el documental “El camino de Martín Negri”. Allí, graficó la historia de un ingeniero inspector del OPDS (Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable, hoy absorbido por el nuevo ministerio bonaerense de ambiente) quien, tras definirse a realizar la denuncia de una trama de negociados vinculados con la contaminación del Polo Petroquímico de Bahía Blanca, se suicida en el año 2012. Aparece devuelta la importancia de pensar pasado-presente: Negri dejó 500 horas de grabaciones dando cuenta de la desidia que imperaba en el OPDS bajo la gestión del ex gobernador Daniel Scioli, hoy flamante ministro de producción.

Leandro Aparicio participó también de toda la jornada del encuentro costero y desde la sede del gremio docente nos comentó:

“Desde de Bahía Blanca tenemos mucho para contar sobre lo que pasa en esta ciudad. Acá hay un avance de lo que Kofi Annan (ex secretario general de la ONU) definió en Davos (Foro Económico Mundial) como “responsabilidad social empresarial”. En momentos muy complejos del país, cuando desapareció el Estado, fin del milenio pasado, justo casualmente con el escape de cloro y amoniaco (que se dio en el Polo Petroquímico), las empresas que tuvieron la mayor confrontación con los vecinos, donde hubo asambleas, donde el lema era “las empresas o nosotros”, finalmente ganaron la pulseada, ocuparon roles estratégicos que antes tenía el Estado: solventar escuelas, copas de leches, maratones multitudinarias donde todos van corriendo con los logos de las empresas, las orquestas sinfónicas. Tenemos para mostrar lo que es el pacto de la “responsabilidad social empresaria”, es como una licencia para matar, se les cobra una tasa a las empresas para que se controlen ellas mismas. Esas cosas que hay que sacar a la luz y modificar legalmente en algún momento.”

Si no es repetición, cuando menos, la historia una y otra vez hace eco. Esa sensación que se genera cuando se ve que los argumentos empresariales y gubernamentalmente a lo sumo se reciclan, pero en esencia permanecen igual. Eso que hace que cuando las petroleras mar adentro prometen puestos de trabajo, se sienta ya haber sido escuchado eso mismo antes. No algo parecido, lo mismo. El déjà vu de que cuando el gobierno promete “controles ambientales”, las comunidades interpreten a paso seguido desidia y negociados. El disco rayado atascado en el mismo punto de las promesas extractivistas de “desarrollo” que jamás avanzaron más allá de esa enunciación hacia ninguna realidad concreta.

La contrapartida de ese proceso de reiteración y reiteración destructiva, claramente, está en la posibilidad de que rimen las luchas de las comunidades, de los territorios, de les trabajadores. De que se combinen de una forma creativa, sobre la base de las distintas realidades que cada conflicto presenta, pero unificades por el enemigo común que se enfrenta y el horizonte común que se persigue. Camila, de la Asamblea Mar Libre de Petroleras de Miramar nos decía hoy: “todo esto visibilizó un montón de problemáticas en montones de territorios que tienen un mismo principio y un mismo fin, y el punto clave está en unirnos y hacer algo grande en común para frenarlo”.

Salir de esa eterna repetición, necesariamente, también implica poder pensar en un futuro. Juliana Orihuela, de la Asamblea de Necochea cerró la conferencia de prensa de la mañana señalando:

“Nosotres tenemos que construir el futuro que queremos vivir, poniendo en común las soluciones que tenemos, entendiendo que esta es una problemática que no está siendo tenido en cuenta. Ninguna persona de ningún territorio quiere estar haciendo esto, querríamos estar disfrutando de la naturaleza, de la vida. Nuestras vidas son importantes, pero solo van a ser tenidas en cuenta cuando construyamos una masa crítica lo suficientemente fuerte para evitar que sigan avanzando sobre nosotres.”

Al servicio de la reflexión sobre cómo dar batalla por ese futuro, les representantes de las comunidades costeras dedicaron largas horas posteriores a la conferencia de prensa para discutir cómo seguir organizándose, antes de llegar a la charla que cerró la jornada. Lo siguiente será el sábado realizar el “Toxi-Tour” recorriendo el Polo Petroquímico, y luego colaborar con la restauración del mural que conmemora a los trabajadores que fueron víctimas fatales del desarrollo del extractivismo capitalista en Bahía Blanca.

El día de mañana seguiremos desde Ambiente en Lucha compartiendo más testimonios sobre este capítulo importantísimo de la organización de la pelea por un Mar Libre de Petroleras.