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Total repudio a otro fallo que protege la pedofilia de la iglesia católica

Escribe Daniel Vera, Militante de Izquierda Socialista, Miembro de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina

La connivencia de la iglesia y el estado sigue dando muestras objetivas en las acciones para evitar que se haga justica en los casos de pedofilia por parte de miembros de la iglesia.

El cura Marcelino Moya había sido condenado en 2019 a 17 años de prisión. Uno de los dos denunciantes, Pablo Huck, en 2015, se presentó ante la Justicia de Paraná y denunció que entre 1993 y 1994, cuando tenía 14 años y era monaguillo de la Iglesia Santa Rosa de Lima, en Villaguay, fue abusado sexualmente en varias ocasiones por este sacerdote.

Y ahora, por mayoría, el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos consideró extinguida la acción penal.

El juez Carubia argumento este fallo de esta manera: “Los denunciantes han dejado transcurrir muchos años antes de brindar la notitia criminis a la justicia desde que habrían padecido los abusos que denuncian; hace, además, demasiado tiempo que dejaron de ser niños y no se tiene en cuenta que crecieron y pudieron recurrir en incontables oportunidades a efectivizar sus denuncias sin que ninguna traba se haya puesto desde el Estado para obstaculizar su acceso, por lo que su indecisión no puede ser premiada con la sobrevivencia de una acción penal que indefectiblemente se ha extinguido”.

¡Es una sentencia total y absolutamente repudiable e indignante!

Las abusivas, ofensivas y violentas frases que dicen:

  • que quienes son SOBREVIVIENTES “han dejado transcurrir años antes de brindar la noticia criminis a la justicia”,

  • que usan el potencial “habrían padecido” (negando en este caso el fallo que lo condena),

  • que hablan de “premiar su indecisión”,

pone de relieve la absoluta falta de humanidad y competencia, de los jueces Giorgio y Carubia.

Y no se trata de falta de capacidad sino de la mencionada CONNIVENCIA entre los poderes e intereses judiciales, políticos y eclesiásticos, que actúan de la misma manera con las MUJERES víctimas de violencia machista. La iglesia católica actúa siempre como el sostén “moral” de este poder patriarcal capitalista que hace de la justicia burguesa una mercancía más al servicio de los intereses de los ricos y poderosos.

Para quienes sufrimos abuso sexual eclesiástico, este fallo nos impulsa a luchar con más fuerzas por la separación de la iglesia del estado.

¡LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA Y ABUSO SEXUAL HABLAMOS CUANDO PODEMOS Y NO CUANDO QUEREMOS!