Las mujeres venimos protagonizando grandísimas luchas en todo el mundo, en un contexto de ascenso del movimiento feminista. Claro ejemplo fue el 8M, día internacional de la mujer trabajadora, cuando millones de mujeres trabajadoras y de los sectores populares copamos las calles de más de cincuenta países y cuatrocientas ciudades. Desde la India hasta el Estado Español, desde Turquía hasta Argentina, demostramos ser vanguardia en la pelea contra los planes de ajuste de los gobiernos, levantando las históricas reivindicaciones por la igualdad salarial y contra la discriminación en los lugares de trabajo. Salimos a luchar por los derechos que nos falta conquistar y contra la violencia machista en todas sus formas.

En Argentina la violencia de género no da tregua. No solo las cifras de femicidio aumentan cada vez más, sino que miles de mujeres están desaparecidas en nuestro país y solo sus familiares las buscan. 3.231 es el número de casos de mujeres registradas de quienes se desconoce su paradero entre 1990 y 2013, según un informe presentado en 2016 por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas y la asociación civil Acciones Coordinadas Contra la Trata. Sin embargo, estos números son solo el piso, a juzgar por la cantidad de denuncias que salen a la luz a través de las redes sociales como el caso reciente de Araceli Fulles, quien desapareció en San Martín, Provincia de Buenos Aires. En muchos casos hay evidencia de la existencia de redes de trata o de femicidios, cuyos responsables permanecen impunes. En muchos otros la policía y la justicia se niegan a buscarlas, argumentando que se fueron por propia voluntad o que tenían un comportamiento irresponsable.

En este contexto ubicamos al femicidio de Micaela García, la joven entrerriana, militante popular y feminista que conmocionó al país entero. Repudiamos cómo intervino el juez Rossi, que liberó al violador Wagner sin tener las pericias suficientes y exigimos su destitución, al igual que la cárcel para el femicida. Pero responsabilizamos también a todo el sistema judicial y policial, instituciones fundamentales de la sociedad patriarcal en la que vivimos que, junto con otras instituciones como la Iglesia, legitiman y perpetúan la violencia machista, la culpabilización de las víctimas y la impunidad de los victimarios.

Denunciamos que el principal responsable es el gobierno que no declara la emergencia nacional en violencia de género y destina un escaso presupuesto para la ley 26.485 de erradicación de la violencia contra las mujeres. Macri gasta 2.000 millones de pesos para comprar armas y reprimir a quienes salimos a luchar, pero destina solamente $4.21 por mujer para las políticas y programas del Consejo Nacional de Mujeres. Por eso también decimos que, Fabiana Túñez, su presidenta, se tiene que ir.

Ante la profundización del ajuste, la represión y la escalada de violencia machista debemos seguir organizadas y en las calles, contra los planes de ajuste de los gobiernos capitalistas y contra los femicidios, las violaciones, las redes de trata y el aborto ilegal. Con el impulso que nos vienen dando las movilizaciones y el Paro Internacional de Mujeres del pasado 8 de marzo, tenemos que seguir luchando para terminar de una vez con la opresión y explotación que vivimos la mayoría de las mujeres, uniendo la lucha feminista a la de la clase trabajadora, especialmente con las docentes que están en lucha, y con los demás sectores oprimidos para conquistar una salida de fondo anticapitalista, antipatriarcal y socialista en todo el mundo.

Después de muchos años de pelea contra la discriminación laboral de las mujeres que logró el cupo femenino en todas las especialidades, las trabajadoras ferroviarias de la comisión Mujer Bonita es la que Lucha, perteneciente a la Seccional Gran Buenos Aires Oeste de la Unión Ferroviaria, inauguraron el primer centro de atención para las trabajadoras que atraviesan situaciones de violencia de género, organizado por un sindicato, y que se denomina “La Casa que Abraza”.

Al calor de las luchas por aumentos de salario, por mejores condiciones de trabajo y por exigir justicia por la masacre de los 51 muertos dela estación de once en 2013, las trabajadoras se fueron encontrando y organizándose para luchar contra los problemas que específicamente sufren las mujeres en el trabajo. Pero esa lucha fue más allá, y las trabajadoras unidas acompañaron a otras compañeras que sufrían violencias de género en el ámbito familiar. Las trabas judiciales y políticas junto con la falta de acceso a la atención de salud con las que se fueron encontrando, dieron pie al reclamo que hicieron para que el gobierno garantice el cumplimiento de la Ley 26.485 de erradicación de la violencia machista y abriera centros integrales de atención de las mujeres. Sin embargo, el Consejo Nacional de las Mujeres hizo oídos sordos a las propuestas de las trabajadoras. Por eso ellas siguieron insistiendo y, mientras siguen reclamando que el gobierno se haga cargo, abrieron este centro de atención que cuenta con asistencia psicológica gratuita, patrocinio legal gratuito y talleres de prevención de las violencias que se realizarán a lo largo de ferrocarril Sarmiento.

Las mujeres venimos dando grandes peleas por nuestros derechos y el terreno sindical no es la excepción. En los sindicatos generalmente tenemos algunas representatividades en la base, pero no siempre se traslada eso en la conducción.

Por ejemplo, en el gremio docente, donde más del 80% somos mujeres, vemos cómo muchos de los dirigentes de la burocracia son varones como Baradel, Yasky, López, Miguel Díaz y otros. Y esto no es porque no haya mujeres luchadoras, ya que somos miles las que organizamos las escuelas, nos movilizamos, realizamos huelgas, etc. Sino porque la burocracia sindical, al buscar el control para conservar sus privilegios, no refleja los intereses de la base.

Por el contrario, en los lugares en los que se escucha a la base, más representación de mujeres hay. Es el caso de las listas combativas y antiburocráticas, donde hay muchas más dirigentes en las directivas, como en los SUTEBA Multicolores, ATEN Capital, Ademys, ADOSAC Pico Truncado y en las listas opositoras, donde somos muchas las mujeres que las integramos y en varias también, las encabezamos.

Las mujeres también ganamos lugares en otros gremios a los que el sindicalismo combativo recuperó, como el ferrocarril Sarmiento. Desde allí logramos con nuestra lucha la igualdad laboral, pero aún seguimos dando la pelea para que las mujeres accedamos a todos los puestos de trabajo, como por ejemplo ser maquinistas. Una pelea inmensa que las ferroviarias de la agrupación “Mujer Bonita es la que Lucha” vienen llevando adelante contra la discriminación de la burocracia de la fraternidad y la gerencia macrista.

Pero nuestra lucha es por todas las reivindicaciones laborales. Por eso desde Isadora consideramos una tarea fundamental impulsar la formación de comisiones de mujeres en sindicatos y comisiones internas para luchar por igual salario por igual trabajo, igualdad en los puestos laborales y especialidades, jardines materno-parentales en los lugares de trabajo y estudio, ampliación de licencias por maternidad y paternidad, lactancia materna y demás reivindicaciones de género.

Para eso, invitamos a todas las trabajadoras a participar y organizarse junto con nosotras, en donde tienen un lugar preferencial para la lucha ¡Las invitamos a ser parte de Isadora para seguir dando estas peleas!

#NiUnaMenos. Contra todo tipo de violencia machista

En nuestro país 270 fueron asesinadas durante el 2016 por su condición de mujeres. En lo que va de 2017 se produjo un asesinato cada 18 horas. El caso de Micaela y la desaparición de Araceli, muestran lo más brutal de la violencia machista. Gritamos basta de femicidios, que los gobiernos pongan plata para la Ley de Erradicación de la Violencia hacia las mujeres. Luchamos contra la violencia machista en todas sus formas (física, verbal, sexual, simbólica, patrimonial), por la plena libertad sexual y decisión sobre nuestros cuerpos.

Todos los derechos para las mujeres trabajadoras

En el mundo, las mujeres recibimos menor salario por la misma tarea que los hombres, y se nos imponen los trabajos peor pagos. Luchamos por la igualdad de oportunidades en todos los empleos, con igual salario por igual trabajo. Luchamos por terminar con el acoso laboral y por nuestra plena participación en los sindicatos.

Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito

En nuestro país, anualmente mueren cientos de mujeres por abortos clandestinos, principalmente jóvenes y pobres. Por eso luchamos por la aprobación del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo presentado por la Campaña Nacional por el derecho al Aborto. Exigimos educación sexual con perspectiva de género en todos los niveles educativos, para decidir. Reclamamos la entrega de anticonceptivos gratuito, para no abortar. Para avanzar en el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, luchamos por la separación del Estado y la Iglesia.

Contra la trata de mujeres. Vivas se las llevaron, #VivasLasQueremos

La trata de personas, principalmente de niñas y mujeres para la explotación sexual, es el tercer negocio ilegal a nivel mundial. No podría existir sin la complicidad de proxenetas, funcionarios, policías y jueces. Por eso, luchamos por el desmantelamiento de todas las redes de trata y la aparición con vida de todas las víctimas de este brutal negocio.
Somos claras: los gobiernos son responsables

Las mujeres sufrimos las diversas formas de violencia patriarcal, que nos someten en nuestra vida cotidiana. Desde el acoso callejero o los estereotipos de género, hasta la ilegalidad del aborto y los femicidios, nos encontramos con un amplio abanico de problemas. Pero nosotras no creemos que se trate de problemas culturales que solo se cambiarán con el tiempo, aunque tengan siglos de existencia. Por el contrario, en todo el mundo hoy las mujeres salimos a pelear porque creemos que podemos cambiar las cosas. Y nos enfrentamos con los gobiernos de turno, que son los responsables de la situación de las mujeres. Por eso les exigimos que cumplan con las políticas públicas y con presupuesto, y los denunciamos por su complicidad con la impunidad de las políticas machistas que nos matan y nos violentan día a día

Apoyamos a las luchas de las mujeres en todo el mundo

El 8M mostró que nuestra lucha no tiene fronteras. Apoyamos la lucha de las mujeres en todo el mundo contra la sociedad capitalista y patriarcal, que utiliza la desigualdad para superexplotarnos, matarnos y someternos a todo tipo de violencia. Nuestra lucha es por una salida de fondo anticapitalista, antipatriarcal y socialista en todo el mundo.

Nuevamente nos juntamos en el Encuentro Nacional de Mujeres (ENM), y como cada año, somos decenas de miles quienes, desde distintos puntos del país, venimos a dar una pelea política muy importante. Venimos a denunciar al gobierno como responsable de la situación que sufrimos las mujeres y también, venimos a organizarnos de manera independiente de los partidos patronales y de la iglesia, que nos quieren sumisas y en nuestras casas. Tenemos que aprovechar el 32° ENM para coordinar acciones que nos permitan unificar nuestros reclamos en un plan de lucha nacional para conquistar nuestros derechos.

Las mujeres tenemos una fuerza imparable y venimos protagonizando enormes movilizaciones: el primer paro internacional de mujeres del 8 de marzo, el 3 de junio por #NiUnaMenos y más recientemente, la marcha federal hacia el Congreso #UnGritoGlobal exigiendo el aborto legal. Es decir, estamos movilizadas y el ENM es parte de ese contexto y por eso somos decenas de miles en Chaco.

Sin embargo, en el ENM no solamente estamos las que luchamos para transformar esta situación, sino que, al ser un evento masivo, también participan las mujeres de Cambiemos (PRO y UCR) por ejemplo que vienen a defender al gobierno, y demás partidos patronales (kirchnerismo y massismo) que, aunque se digan opositores porque están en campaña electoral, votaron en el Congreso todas las leyes del gobierno contra las mujeres. Por ejemplo, le votaron el presupuesto miserable que hoy tiene la ley 26.485 de erradicación de violencia de género. Y son los responsables del aborto clandestino porque cajonean desde hace diez años el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que presentó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Solamente el Frente de Izquierda, se posicionó de manera unitaria por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito y sus diputadas/os no solo que firman el proyecto, sino que fueron las únicas diputadas/os que estuvieron presentes en la marcha federal exigiendo el aborto legal.

Por su parte, están quienes hegemonizan la dirección del ENM como el PCR/CCC/PTP que utilizan el falso consenso como método para acallar a las mayorías en los talleres. Y, por ejemplo, en el acto de cierre del año pasado, con métodos patoteriles y ayudados por Patria Grande y el kirchnerismo, impidieron que se cumpliera la voluntad mayoritaria de que el próximo encuentro se hiciera en CABA. También, son quienes le garantizan la participación a la reaccionaria Iglesia Católica en el ENM que viene a imponer su doctrina contra los derechos de las mujeres y el mandato del Vaticano que defiende a los curas abusadores.

Por eso, la pelea política que venimos a dar las mujeres que estamos en las calles es muy importante y la voz de las que reclamamos que aparezcan las pibas secuestradas por las redes de trata, se tiene que escuchar. Lo mismo con las que exigimos #NiUNaMenos, las que gritamos por el derecho al aborto legal seguro y gratuito. Invitamos a las trabajadoras, estudiantes y luchadoras a dar también esta pelea en cada uno de los talleres para que se respete la voz de la mayoría, de las que estamos hartas de esta situación. Y también para que el próximo ENM se haga en CABA (desde 1996, que no se hace allí) para que la enorme fuerza que tenemos las mujeres se sienta en el centro político del país.

¡Vamos por un movimiento de mujeres independiente del gobierno de Macri, de los partidos patronales y de la Iglesia! ¡Vamos por un plan de lucha nacional para conquistar nuestros derechos!