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Educación, salud, vivienda / Se profundiza el ajuste al servicio del FMI

Publicado en El Socialista N° 543
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Escribe José Castillo

El superministro de Economía Sergio Massa anunció un fortísimo recorte de partidas presupuestarias, con el objetivo de cumplir con la meta de ajuste pactada con el Fondo. Son 210.000 millones de pesos de recortes, que afectan centralmente al pueblo trabajador.

El entronizamiento de Massa tenía un objetivo bien concreto: demostrarle al FMI y al establishment financiero que “ahora sí” se iría a fondo con el ajuste. Que, recordemos, ya se viene llevando adelante desde la mismísima firma del acuerdo con el Fondo, vía licuación de salarios públicos y jubilaciones y sub-ejecución de partidas. Silvina Batakis, en sus escasas tres semanas en el ministerio de Economía, también hizo los deberes, congelando partidas e ingresos de personal al Estado.

El ministro Massa acaba de dar dos señales contundentes de alineamiento con el Fondo. Por un lado, finalmente nombró como secretario de Programación Económica (el puesto número dos de su ministerio) al economista liberal Gabriel Rubinstein, toda una garantía para los ajustadores. Pero lo más importante fue el anuncio de recortes muy fuertes en varias áreas, hasta sumar 210.000 millones de pesos.  

El foco está puesto en reducir el déficit fiscal al 2,5% del PBI, tal como lo establece el acuerdo firmado con el FMI en marzo pasado. Para llegar a esto se necesita un achique de al menos 500.000 millones de pesos. El recorte anunciado es, sin duda, el primer paso, aunque como vemos no será el último.

Un auténtico mazazo a la educación pública

Educación sufrió un recorte de 50.000 millones de pesos. Golpea especialmente al plan Conectar Igualdad, que pierde 30.000 millones de pesos, lo que equivale a decir que habrá 180.000 computadoras menos para repartir entre los estudiantes. Otros 15.000 millones dejarán de aplicarse al programa Fortalecimiento de los Jardines Infantiles y 5.000 millones en Infraestructura y Equipamiento.

En este marco resultó increíble que, ante semejante achicamiento presupuestario, el ministro de Educación lo minimice, sosteniendo que no afecta en nada. El insólito argumento de Jaime Perczyk fue que “igual las computadoras no se podían armar por la restricción en la importación de componentes”. Sostuvo que, de todas maneras, “pasan al año que viene”. Cosa que no sucederá porque el ajuste exigido por el Fondo para 2023 será aún mayor.

Las otras partidas ajustadas

Además sufrirán un ajuste violentísimo las partidas del ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, también por un monto de 50.000 millones de pesos, afectando en este caso al programa Procrear. Otro rubro de recortes es el de Obras Públicas, por un monto de 20.000 millones de pesos.

El ministerio de Desarrollo Productivo sufrirá un recorte de 70.000 millones de pesos. Se trata de partidas destinadas al Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep) y al Fondo de Garantías Argentino (Fogar), dos asignaciones de respaldo al crédito productivo principalmente orientado a la pequeña y mediana empresa.

También el ex ministerio de Transporte, que ahora fue absorbido por el Ministerio de Economía, verá afectadas sus partidas con un recorte de 10.000 millones de pesos, entre las que se destaca el programa Transferencias a Gobiernos Municipales, que tendrá un ajuste de 4.076 millones de pesos.

El ministerio de Salud, finalmente, tendrá un recorte de 10.000 millones de pesos, que afecta fundamentalmente a campañas de vacunación.

Y todavía falta más

La suma de los tarifazos con el ajuste que detallamos en esta nota probablemente no sea suficiente para alcanzar la meta exigida por el Fondo.  Tampoco alcanzará con el congelamiento de ingresos al Estado anunciados hace dos meses por Silvina Batakis, ni con la licuación de las jubilaciones y salarios del sector público. En las próximas semanas veremos nuevos anuncios de recortes.

Y, aún así, esto no es lo peor. Para el año próximo el FMI requiere un ajuste más duro aún, llegando ahora al 1,5% de déficit fiscal. En las próximas semanas esto se verá en el proyecto de presupuesto que tiene que presentar el gobierno ante el Congreso.

Como vemos, el único plan económico en curso es ajuste sobre ajuste. Un achicamiento que pega tremendamente sobre el pueblo trabajador. No hay salida por este camino. Hay que plantear una política totalmente distinta, un plan de emergencia que comience, justamente, por romper con el FMI y suspender todos los pagos de deuda externa. Para, con esos fondos, dedicarse a priorizar las más urgentes necesidades populares de salario y jubilaciones dignas, trabajo genuino, educación, salud y vivienda.