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La fiesta de cumpleaños en Olivos

Publicado en El Socialista N° 512
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Escribe José Castillo, candidato a diputado nacional CABA, por Izquierda Socialista /FITU

La foto de Olivos, donde se lo ve a Alberto Fernández festejando el cumpleaños de su esposa Fabiola, junto con un número de personas mayor que el permitido, todos sin barbijo y en el momento de prohibición de reuniones por la pandemia, generó una enorme indignación popular. ¿Qué refleja este hecho?

Parecía una postal de los años macristas. Pero es mucho peor. Porque sucedió en medio del drama de la pandemia del Covid, con más de 100.000 muertos en el balance. Con miles de historias en juego. Las de los que no pudieron despedirse de sus familiares fallecidos. Las de los que perdieron sus trabajos o changas durante la cuarentena. Las del terror de los miles de trabajadores que tenían que salir igual y se amontonaban en los medios de transporte o se encontraban con patronales que no les proveían los más mínimos elementos de seguridad sanitarios con la vista gorda del gobierno. Las de los trabajadores de la salud, de la “primera línea”, agotados, siempre al borde del contagio, con pluriempleo y salarios de hambre. Las de los pibes que se quedaron fuera del sistema educativo porque nadie les proveyó la conectividad. Las de los docentes que fueron obligados a volver,  arriesgándose al contagio. Las de millones que esperaron por meses las vacunas y que terminaron llegando con una lentitud exasperante. Las de los pibes de los barrios populares, perseguidos y atacados por la policía, que se aprovechó de la cuarentena para aumentar la represión, con el asesinato de Facundo Astudillo como caso emblemático.

Frente a toda esta realidad, la foto de la fiesta en Olivos es una auténtica cachetada. En particular para todos aquellos que votaron al Frente de Todos para que se acabe el gobierno de los privilegiados, de los Ceos, como se denominaba al de Macri.

“No hay privilegios para nadie”, “todos tienen que cumplir la ley”, pero resultó que, como dice una vieja frase, había algunos “más iguales que otros”.
Ya habíamos tenido el vacunatorio Vip. Mientras todas y todos esperábamos nuestro turno para recibir las dosis, que se retrasaban por no querer incautar lo que se producía en Garín, vimos a funcionarios, periodistas amigos y hasta familiares recibir “primero que nadie” sus vacunas.

Hubo otras señales. Las entradas y salidas de Olivos de cientos de personas, el empresario chino que aparecía en decenas de fotos de diversas reuniones, las visitas repetidas del peluquero de Fabiola, del entrenador de Dylan… hasta que llegamos a esta foto. La más escandalosa de todas. La que levanta tanta indignación que no la defiende nadie. Hasta el propio presidente tuvo que reconocer que “estuvo mal”, claro que echándole la culpa a Fabiola Yáñez, aunque después tuvo que desdecirse.

La crisis generada fue tan grande, que hasta periodistas cercanos al gobierno, como Víctor Hugo Morales, salieron a criticar lo sucedido. Muchos dirigentes y funcionarios del Frente de Todos buscaron despegarse, haciendo silencio y no jugándose a defender al presidente.  

Por supuesto que no le damos un gramo de legitimidad a las críticas de la oposición patronal de Juntos por el Cambio. La lista de barbaridades, privilegios y anécdotas de la época de Macri podrían llenar un libro. Mucho menos a su “denuncia” porque se rompió la cuarentena, cuando muchos de sus principales dirigentes militaron contra ella hace meses en sus marchas al Obelisco.

Pero la realidad es que la indignación crece. Mucho más en aquellos que pensaron que todo iba a ser distinto votando al Frente de Todos. ¿Qué simboliza la foto de la fiesta de Olivos? Que nada cambió. Que el gobierno dice una cosa y hace otra. Es su típico doble discurso. Le echa la culpa de todos los males a Macri pero actúa igual. Del mismo modo que usa la pandemia para aplicar un brutal ajuste, mientras sigue pagando una deuda usurera y fraudulenta que viene del gobierno anterior.

Ahora buscan que todos “se olviden rápido” de la foto de Olivos. Que no tenga repercusión electoral. Pero la foto de Olivos es una afrenta frente al drama de la pobreza y el desempleo de los “no privilegiados”, causado por el pago de la deuda a los usureros internacionales cuando esa plata tendría que haber ido a combatir los males sociales.

Queremos reflexionar junto con tantas compañeras y compañeros que, confiando en el gobierno, hoy ven que no solo siguen el hambre, la pobreza y la desocupación. Sino que también siguen los privilegios y “la fiesta” de los poderosos. Esto, lamentablemente, es lo que hoy te ofrece el Frente de Todos.

Por supuesto, estamos de acuerdo que nunca más debemos darle un centavo de crédito al macrismo. Ni mucho menos a los derechistas de Milei y Espert.
Por eso te decimos que la salida es por izquierda. Votando a los únicos que, efectivamente, nunca gobernamos ni tenemos nada que ver con todo esto. Solo el Frente de Izquierda Unidad plantea que la plata debe ir a salario, trabajo, salud, educación y a un plan de viviendas populares, no para el Fondo Monetario. Que se terminen de una vez los privilegios, que la crisis la paguen los ricos, los grandes capitalistas, no el pueblo trabajador.