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¿Las propuestas de la izquierda son utópicas?

Publicado en El Socialista N° 510
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Escribe Adolfo Santos

Esta semana, en una sección de Clarín identificada con tres semáforos, el diario de los Noble encendió una luz amarilla para el FIT Unidad. Con el título “Propuesta utópica”, dice que la izquierda sigue con sus planteos irrealizables al proponer jornadas laborales de seis horas, pero con el mismo sueldo. No nos sorprende la crítica. Como buen representante de las patronales, Clarín desearía una jornada mayor y por menor salario.

La propuesta del FIT Unidad no tiene nada de utópica, responde a un problema concreto, los altos índices de desempleo. Reduciendo la jornada dos horas, cada tres trabajadores, se crea un nuevo puesto de trabajo. Correctamente, el salario debería mantenerse ya que, salvo rarísimas excepciones, no cubre ni siquiera el costo de la canasta familiar para una familia tipo.

Por eso decimos que nuestro proyecto, además de correcto, es perfectamente realizable. Utópico es pensar que el capitalismo puede seguir aplicando planes de hambre y miseria sin que haya protestas e insurrecciones que empiecen a exigir la aplicación de medidas como las que levanta la izquierda. Utópico es pensar que el país puede salir de la crisis pagando la fraudulenta deuda externa. Decían que era una utopía conquistar el derecho al aborto legal, seguro y gratuito hasta que la movilización de las mujeres lo hizo realidad. Tampoco fue una utopía la heroica lucha por las ocho horas de trabajo y por tantos derechos laborales que en cada momento los diarios de la época calificaron como irrealizables.

Al contrario de lo que dice Clarín, las propuestas de la izquierda no solo son realizables, sino que son la única salida para resolver la brutal crisis que vivimos. No hay salida sin crear trabajo digno para todos, idea a la que apunta el reparto de las horas de trabajo entre todas y todos los trabajadores. No hay salida sin darle a cada uno un salario que cubra al menos la canasta familiar. No hay salida sin romper con el FMI, dejar de pagar la deuda externa y destinar esos recursos para resolver los acuciantes problemas de los trabajadores y los sectores populares. No son utopías, son las propuestas del único programa realista para poner en marcha un plan alternativo, obrero y popular que comience a resolver las más urgentes necesidades populares.