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El diputado Giordano denunció a Pfizer

Escribe Adolfo Santos

En una reunión conjunta de las comisiones de Legislación General y Acción Social y Salud Pública y los presidentes de bloque fueron citados al Congreso algunos laboratorios para brindar detalles sobre los contratos de las vacunas. Anunciada como una “sesión histórica” para “generar transparencia”, el Frente de Todos simuló que iban a rendir cuentas. Incluso se promocionó que debían hacerlo “bajo apercibimiento de ley”. Una fantochada. AstraZeneca, por ejemplo, no concurrió y dicen que estaría citada para otra reunión informativa la semana próxima. Justo la responsable de no entregar 22 millones de dosis que prometió, a pesar de que el gobierno pagó el 60 por ciento. Y son las que se producen en Garín, una escandalosa impunidad.

El gobierno montó un pequeño show para intentar desmentir la denuncia de la oposición patronal de Juntos por el Cambio, de que el gobierno peronista no cerró contrato con Pfizer porque la farmacéutica no quiso recibir coimas. El representante de Pfizer, Nicolás Vaquer, terminó reconociendo que si no se cambia una ley ya votada “no es compatible con aspectos contractuales”. Quiere más garantías que lo eximan de cualquier responsabilidad.

El presidente de la Comisión de Salud, Pablo Yedlin, señaló: “Se está discutiendo si hace falta cambiar la ley”. Por su parte, Juntos por el Cambio presentó un proyecto para cambiar la ley, demostrando la completa sumisión a las farmacéuticas.

Lo que no hizo el CEO Vaquer, incluso por recomendación del propio presidente de la Cámara, Sergio Massa, fue responder a los interrogantes planteados por el diputado Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista. Nuestro diputado le preguntó por qué se niegan a liberar las patentes de las vacunas, lo que posibilitaría una producción mundial a la altura de las circunstancias. Cuestionó la vergonzosa inequidad en el reparto, el secretismo y la confidencialidad, entre otros temas, e hizo valer que la única salida viable para vacunar a todas y a todos pasa por incautar las vacunas que se producen en Garín. De eso no se habla.

El otro laboratorio que participó fue Richmond, del empresario Marcelo Figueiras, elogiado como “salvador” por los representantes del gobierno peronista por anunciar el envasado de la Sputnik V. Y ahora promocionan otra “vacuna argentina” cuando será para un laboratorio privado que recibió fondos del Estado para tal “inversión”, en acuerdo con Rusia. ¿Y si es una estafa como la del laboratorio mAbxience, de Hugo Sigman, que produce para AstraZeneca y no para el país?

El laboratorio Richmond envasará la vacuna rusa. ¿No era que no se podían envasar en el país? Y mAbxience produce la de AstraZeneca. O sea, la vacuna se podría elaborar y envasar poniendo a todos los laboratorios, públicos y privados, a trabajar en un plan de producción masiva que el gobierno del Frente de Todos rechaza para salvar las ganancias privadas de sus empresarios amigos.