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Tras el cierre, el Bauen lucha para volver

Publicado en El Socialista N° 481
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Escribe Martín Fú

Luego de diecisiete años de autogestión y de ser un emblema de las empresas recuperadas por sus trabajadores, el Bauen cierra sus puertas. Luchando primero contra la patronal, luego con todos los gobiernos desde 2003 hasta la fecha, contra decenas de órdenes de desalojo y ahora, en plena pandemia, los trabajadores han decidido cerrar el reconocido hotel porteño de la avenida Callao 360.

En 2003, luego de que la empresa Mercotel quebró, los trabajadores se hicieron cargo del hotel conservando ciento treinta puestos de trabajo. Desde entonces se vino luchando por la expropiación y se presentó un proyecto de ley que, luego de doce años, se votó en la última sesión de 2015 y que luego Macri vetó. La  autogestión del Bauen nació al calor del Argentinazo y tuvo su reflejo en otras experiencias como la de la textil Brukman, cerámica Zanon o la metalúrgica IMPA, empresas que estaban siendo vaciadas o quebradas por las patronales y en donde los trabajadores organizados hacían su experiencia de autogestión. Los del Bauen supieron luchar contra el abandono de todos los gobiernos y los embates de las patronales a través de la Justicia, resistiendo y manteniendo las fuentes de trabajo por casi dos décadas En medio de la pandemia, tanto el hotel como su restaurante y el espacio dedicado a las producciones artísticas no pudieron funcionar, y la ayuda estatal fue miserable. Sus trabajadores denunciaron en un comunicado que “mientras el sector gastronómico recibía ATP por 34.000 pesos mensuales, un trabajador del Bauen apenas pudo recibir 6.500 pesos por dos meses”, una diferencia abismal entre lo que reciben las patronales y los trabajadores de las cooperativas. Federico Tonarelli, presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta) y trabajador del Bauen, reconoció en una entrevista la responsabilidad del peronismo kirchnerista de no haber resuelto en doce años de gobierno la expropiación definitiva del inmueble: “Nosotros hubiésemos querido que se votara la ley de expropiación antes de que Macri llegara al gobierno nacional. Eso no sucedió, la ley se votó en Diputados en 2015 (el kirchnerismo esperó hasta la última sesión para aprobarla) y en Senadores en 2016. Es decir, se la dejamos servida en bandeja a Macri para el veto” (Página/12, 8/10).

La cooperativa buscará otro edificio y cambiará su formato: “Queremos tomarnos el tiempo para conseguir un espacio que sea lo suficientemente amplio para que no se pierdan actividades. Es posible que podamos volver reconvertidos en algún tipo de centro cultural y, fundamentalmente, un espacio de lucha”. Será el próximo desafío a lograr por los compañeros del Bauen. Desde Izquierda Socialista seguiremos apoyando su lucha.