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“Se aplica un ´protocolo de encubrimiento´ para justificar la desaparición forzada de personas"

Publicado en El Socialista N° 476
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El Socialista entrevistó* a Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia de Facundo Astudillo Castro. Aparicio, que ha participado de otras causas por desaparición forzada de personas, nos relata el siniestro laberinto que construyen sectores de las fuerzas de seguridad del Estado para ocultar sus crímenes.

E.S.– Tanto Cristina Castro, como ustedes, sus abogados, afirman que Facundo fue víctima de una desaparición forzada. ¿Cuáles son las pruebas para sostener esa tesis?

L.A.– Los motivos para tener certeza se basan en pruebas subjetivas y pruebas objetivas. Por ejemplo, los tres testimonios de personas que viajaban de Pedro Luro a Bahía Blanca y vieron que Facundo era subido a un vehículo policial a 10 kilómetros de Mayor Buratovich. Dos testigos, veinte minutos después, lo ven tirado en la ruta en Teniente Origoni. El souvenir, en forma de una pequeña sandía con las vaquitas de San Antonio, encontrado en el calabozo de Teniente Origoni. A todo eso, el 15 de agosto se le suma el esqueleto totalmente descarnado, con una zapatilla de Facundo intacta, impecable. Eso es lo que configura el delito de desaparición forzada. Además, la última fuerza de seguridad que lo vio fue la policía, que se ve obligada a dar explicaciones, que son totalmente inconsistentes.

E.S.– ¿Las contradicciones presentadas por la policía para justificar la hipótesis de “accidente” cómo se encadenan con los demás sectores involucrados en la investigación?

L.A.– La explicación de la policía es que dos agentes lo pararon y lo dejaron seguir. La hermanastra de una de esas policías, supuestamente, lo vio haciendo dedo y lo lleva hasta Teniente Origoni. Otro policía de Origoni dice que dio la orden que lo dejen seguir. De ser ciertas, son todas situaciones ilegales. Tendrían que haberlo imputado de algo, de violar la cuarentena por ejemplo, sin embargo la jueza lo único que hizo fue denunciar a mi amigo y colega de esta causa, Luciano Peretto. En este contexto podemos decir que se aplica un protocolo de encubrimiento. Yo lo he padecido en otras causas que defiendo.

E.S.– ¿Ese protocolo significa que existe un modus operandi de estos agentes que hacen parte de la represión institucionalizada?

L.A.– Claro, ese protocolo consiste en inducir falsas declaraciones, que las personas son suicidas, por ejemplo, como en el caso de Facundo o Iván Torres, o buscar declaraciones de “perejiles”, que son en este caso los hermanos de la ex novia de Facundo. Sembrar pistas falsas, como toda esa parodia que hicieron cuando Cristina y Luciano Peretto van a participar de un rastrillaje y aparece esta policial Xiomara Flores como venida de otro planeta y dice que llevó a Facundo hasta Teniente Origoni, y cuando la mamá la quiere interrogar agacha la cabeza.

E.S.– ¿Qué papel ha jugado el fiscal Santiago Ulpiano Martínez, con antecedentes de denuncias por casos de encubrimiento a la policía bonaerense?

L.A.– Este fiscal, a quien vamos a denunciar penalmente, es el mejor abogado de la policía. Él tiene denuncias desde su nominación de parte del CELS, Hijos y otros organismos de derechos humanos, acusado por desviar investigaciones. Lo que hace el fiscal es un Frankenstein jurídico, destroza las causas, las parte en mil pedazos para dificultar la investigación y encima estamos ahora con una jueza que no imputa absolutamente a nadie, salvo a mi colega Lucho Peretto.

E.S.– ¿Cómo ha actuado el poder político en estas circunstancias?

L.A.– Uno percibe el desfile de la hipocresía. Por ejemplo, el mensaje a Cristina Castro que le manda el secretario privado del ex presidente Macri, que volvió de vacaciones, se siente consternado y quiere hablar con la madre de Facundo. O Patricia Bullrich, que se ofreció a ayudar. Y, por supuesto, decir lo que está pasando en este gobierno “nac & pop” que tiene a este nuevo pequeño Bolsonaro, que fue carapintada, espía de los mineros de Río Turbio, jefe de “los caranchos” cuando en la Panamericana se le tiraban a los coches, fue el que hizo el desalojo “más pacífico de la historia” con tres muertos en el predio del Parque Indoamericano. Es una persona que es un “desaparecedor” más. Los policías le dejan hacer todo a este mamarracho, no es que él sepa, no sabe nada, pero asume una defensa cerrada de la policía y por tanto él, dentro de su función, convierte al Estado en un desaparecedor.

E.S.– Si estamos frente a una asociación ilícita para encubrir el accionar criminal de las fuerzas represivas, ¿quiénes la integran?

L.A.– Esta asociación la integran, obviamente, policías que son el primer núcleo de los que están en Mayor Buratovich, después hay otros agentes, como un comisario de Pedro Luro llamado Briyoni, otro policía de Bahía Blanca llamado Galarza, que es el primero que dice que Facundo ha estado en esa ciudad, con otros policías de la bonaerense que ayudan y acompañan estas tareas de encubrimiento y, por supuesto, el fiscal Ulpiano Martínez. También el periodista Germán Sasso, vinculado a un medio de Bahía Blanca que se llama La Brújula. Otro que es parte de esta organización es Carlos Bevilacqua, el intendente de Villarino. A través del secretario de Seguridad ciudadana han suministrado falsos informes de lectoras de patentes, donde en un día aparece el coche de los tres testigos, y al otro día, como no le gustó, ni siquiera aparece y aparece en el informe el testimonio de la “testigo H”.

E.S.– ¿Cómo continúa este proceso?

L.A.– A esta altura dudamos de todos los datos, lo que queremos es que la lectora de patentes sea auditada. En este contexto, el día lunes 7 va a declarar Cristina y va a hacer que su testimonio sea tomado como una denuncia y vamos a denunciar al señor fiscal y vamos a pedir la recusación de la jueza.

*Entrevistó Adolfo Santos