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Quieren renegociar la deuda y no romper con el FMI: ¿Cristina, Lavagna y Massa tienen un plan para salir de la crisis?

Publicado en El Socialista N° 422
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Se han lanzado las candidaturas presidenciales de varios políticos kirchneristas y del denominado peronismo federal, mientras Cristina deshoja la margarita sobre si se presenta o no. Todos están de campaña diciendo que tienen un “plan” para sacarnos del desastre provocado por Macri. ¿Lo tienen?

Escribe Juan Carlos Giordano

Por el lado del kirchnerismo se han lanzado el ex menemista, duhaldista y massista Felipe Solá, Agustín Rossi, -jefe de la bancada de Diputados- y Daniel Scioli, quien salió a desafiar a Cristina. Por el lado del peronismo anti K, están Massa, Urtubey y Pichetto, a los que hay que agregar a Roberto Lavagna, ex ministro de Duhalde y de Néstor Kirchner. Por si fuera poco también se postula Alberto Rodríguez Saá. Todos hablan de “unidad”, pero no hacen más que mostrar a un peronismo dividido y en crisis. Una verdadera bolsa de gatos que, precisamente no “se están reproduciendo”, como saben decir desde el PJ cuando se pelean públicamente.
Todos aseguran que tienen un “plan” para sacarnos de la crisis. Hablan de reactivar la economía, favorecer el consumo interno y beneficiar a las pymes y a la industria. No es un plan para los trabajadores, sino para las patronales. Pero el detalle está en que ninguno quiere dejar de estar sometido a las órdenes del FMI, a la estafa de la deuda externa y al dominio de los banqueros y las multinacionales sobre la economía y nuestras riquezas naturales como el petróleo, el gas y la minería. ¿De qué plan salvador hablan?
Axel Kicillof, quien se reunió con el FMI, ha dicho que un futuro gobierno peronista kirchnerista “no rompería con el FMI” y buscaría “renegociar la deuda desde una posición de fuerza”. La misma Cristina dijo en el Congreso el año pasado: “¿No les parece que es hora de sentarse con las 92 empresas productoras, transportadoras y distribuidoras de luz, energía, gas, agua y también las productoras de petróleo y ponerse a discutir realmente tarifas que sean accesibles?. ¿No les parece que es hora de sentarse con los industriales para ver cómo deciden una política de protección y de fomento a la industria, que se está cayendo a pedazos?” (La Política Online, 16/11/2018)
Lavagna, por su parte (con el apoyo de los burócratas de la CGT Daer y Acuña, Luis Barrionuevo, el actual gobernador santafecino Miguel Lifschitz y Margarita Stolbizer), dice lo mismo que el kirchnerismo en este punto que hay que renegociar con el FMI, y agrega que hace falta un gobierno de “unidad nacional”, basado en un pacto de “pacificación” con la Iglesia Católica, los empresarios, la burocracia sindical y los movimientos sociales. ¿Para qué? Para ejecutar “una reforma previsional, laboral, tributaria y fiscal”, es decir, lo mismo que dice Macri.
Ya los propios funcionarios del FMI adelantaron que están dispuestos a renegociar los vencimientos de la deuda con el próximo gobierno que surja de las elecciones, a cambio de “reformas estructurales”. Estas reformas consistirían, precisamente, en lo que propone Lavagna: avanzar con la privatización de las jubilaciones, la flexibilidad laboral y reducir impuestos a las empresas para aumentar las ganancias patronales.
Si gana cualquiera de los candidatos peronistas el país va a seguir sometido a los dictados del imperialismo a través del FMI y el poder económico seguirá en manos de las mismas empresas que nos dominan hoy. En esas condiciones es imposible “negociar desde una posición de fuerza”. Con el poder en sus manos, el FMI y las grandes empresas nos seguirán imponiendo el saqueo, la explotación, los tarifazos y el ajuste que hoy sufrimos.
El “plan” que proponen tanto el kirchnerismo como el resto de los candidatos del PJ, no es salida para el pueblo trabajador. Es cierto que Macri está imponiendo un brutal ajuste y un plan de saqueo, pero no es cierto, como dicen los distintos referentes peronistas, que ellos encarnan un plan económico alternativo en beneficio de las amplias mayorías, sino otro que, con distintos matices, terminarán beneficiando a los usureros internacionales, las privatizadas, los bancos y las multinacionales.
La salida que propone el FIT, en cambio, pasa por impulsar la movilización de los trabajadores, y desde esa posición de fuerza romper con el FMI y dejar de pagar la deuda externa, reestatizar las privatizadas y nacionalizar la banca y el comercio exterior, para que con esos enormes recursos se implemente un plan de obras públicas que garantice trabajo para todos, salarios y jubilaciones dignos.