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Crecen las protestas ante una nueva visita del FMI

Desde hace días, una misión del FMI está recorriendo las oficinas del Ministerio de Hacienda y del Banco Central. El Fondo Monetario está inspeccionando si efectivamente se empezó a cumplir con el mayor ajuste pactado con Macri por 500.000 millones de pesos. Es el ajuste que el gobierno nacional está acordando con los gobernadores y quiere plasmar en el presupuesto 2019. Esta “inspección” del FMI es la más clara demostración de lo que venimos diciendo desde nuestro partido y el Frente de Izquierda: los trabajadores son los señalados para que paguen la crisis capitalista, mientras la plata se sigue yendo para salvar a los especuladores y a los usureros de la deuda. La Argentina, con el pacto con el FMI, sigue dando pasos en una de las mayores entregas y saqueo del país, avanzando en la dependencia y semicolonización a manos de banqueros y multinacionales.

Lo que le “preocupa” al FMI no es la suba del dólar o que la inflación supere el 32% pulverizando salarios, jubilaciones y planes sociales, sino si se avanza en los despidos, los ataques a las jubilaciones, la paralización de la obra pública, la quita de los convenios colectivos y que se siga achicando el gasto social para destinar esos recursos a garantizar los pagos de la deuda. Las consecuencias son claras. “El ajuste mata”, dicen miles de docentes después de las muertes evitables de dos trabajadores de la educación en Moreno culpa de que las escuelas se caen a pedazos, mientras siguen las declaraciones de empresarios mafiosos corruptos que traficaron con la obra pública.

La otra cara de todo esto es el crecimiento de la protesta obrera y popular mientras se desarrollaba la misión del FMI. La represión contra los trabajadores del Astillero Río Santiago de este martes, a quienes les quitaron conquistas de años plasmadas en su convenio colectivo, ha generado una marcha de repudio masiva el día posterior en La Plata. Vidal y Macri usaron el aparato represivo no “para combatir el narcotráfico”, como dicen, sino para tirar gases y balas de goma contra trabajadores que defienden su salario. También la Prefectura reprimió a los trabajadores despedidos de Tandanor. Los docentes bonaerenses están en medio de una auténtica rebelión junto a estudiantes y padres reclamando que se hagan las obras en las escuelas. También luchan los profesores universitarios, que ya van por su tercera semana de paro, apoyados por los estudiantes. Se está peleando contra los despidos en Fabricaciones Militares. En Córdoba se dio la multitudinaria movilización de los trabajadores de Luz y Fuerza contra el cambio del convenio colectivo y el intento de privatización de la empresa de energía EPEC, ataques ordenados por el gobierno peronista de Schiaretti, lo que lleva a ratificar, como lo venimos denunciando desde la izquierda, que la oposición patronal donde gobierna aplica el mismo ajuste nacional.

A todo esto, lo repudiable y vergonzoso, mientras los trabajadores luchan a brazo partido contra el ajuste, es el rol traidor de la cúpula de la CGT que se reunió con el gobierno prometiéndole no solo que ni siquiera iba a haber una marchita ante la nueva visita del FMI sino que se entrevistarían con esos chupasangres. Lo graficó el diario La Nación en una crónica: “Cara a cara, en una charla guiada por la cordialidad y en la que no hubo contrapuntos ni momentos de tensión, el triunvirato de la CGT se reunió durante 90 minutos con el jefe de la misión del FMI Roberto Cardarelli”. Recordemos que cuando vino Lagarde, la CGT le envió una carta para pedirle una reunión.

Por otro lado, hubo un acto del sector sindical que responde a Hugo Moyano denominado “Multisectorial del 21F”, fecha que ya nadie recuerda porque fue puesta en virtud de la marcha que se hizo en febrero y después no le dieron ningún tipo de continuidad. En ese acto habló Moyano pero no se refirió a ninguna lucha en curso ni mencionó la palabra paro general. Moyano viene de sacarse una foto con Cristina Kirchner, más preocupado por zafar ambos de sus causas judiciales que de apoyar a los trabajadores.

En contraste con esto, la mesa nacional del sindicalismo combativo surgida del plenario nacional de Lanús de junio pasado, se reunió y emitió una nueva declaración dándole el apoyo a todas las luchas y denunciando la actitud de la burocracia sindical, exigiendo una vez más que la CGT rompa la tregua con el gobierno y llame a un paro de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo junto a las CTA, como primer paso de un plan de lucha nacional para derrotar al ajuste de Macri y el FMI. Por su parte, el Pollo Sobrero viajó a Córdoba para dar el apoyo a los trabajadores de Luz y Fuerza, entre tantas actividades y plenarios que se harán en las próximas semanas. Y el Frente de Izquierda hizo un acto en repudio a la visita del FMI frente al Banco Central el pasado viernes 17. Las consignas para luchar son claras: abajo el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores, paro de 36 horas y no pago de la deuda externa.