Schiaretti busca garantizar las ganancias de sus socios: los empresarios del campo y los especuladores inmobiliarios, saqueando nuestros recursos y destruyendo el ambiente. Así lo hacen en todo el país. El ejemplo más claro es el de Chevron que aplica el fracking, no paga impuestos y puede contratar trabajadores ultra flexibilizados fuera de convenio. Cuando se acabe el petróleo nos dejarán el agua de nuestras napas freáticas (aguas subterráneas) envenenadas, como también se evidenció en Jáchal y los cinco ríos contaminados por la Barrick Gold que escondió escandalosamente los derrames de cianuro.
El Frente de Izquierda exige el archivo del Proyecto de la Ley de Bosques
La gran marcha que protagonizamos fue fruto de la más amplia unidad. Decenas de asambleas de toda la provincia llevaron adelante diferentes actividades. Se realizaron volanteos en todo el interior, festivales, cortes de ruta y una gran manifestación en la que con bronca se volvió a decir: ¡No al desmonte! Somos parte de esta coordinadora e impulsamos las iniciativas para seguir avanzando en nuclear todas las peleas en defensa del ambiente.
A pesar de estos avances, el gobierno provincial se sigue jugando a encontrar el “consenso” con Cambiemos, a través del Ministerio de Ambiente de la Nación. Están negociando para aprobar la ley como hicieron en la Provincia de Buenos Aires, donde nunca convocaron a un proceso participativo y entregaron el territorio a los desarrollistas inmobiliarios.
Todavía no triunfamos. Es muy importante para terminar de derrotar al plan de saqueo que se archive el proyecto del gobierno. Sin este triunfo corremos el riego de permitir que el PJ tome aire, acuerde con Cambiemos y sigan llevando adelante sus políticas saqueadoras de los últimos años.
Llamamos a quienes defienden el ambiente a no confiar en los gobiernos. Ni en Macri ni Schiaretti. Confiemos en nuestras fuerzas, en nuestra movilización y en la unidad. Por el mismo camino por el que echamos a Monsanto de Malvinas Argentinas, lograremos derrotar el saqueo ambiental e imponer la emergencia ambiental, destinando el presupuesto necesario para remediar el desastre que significa el avance empresarial sobre nuestro ambiente.