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Estado español: Masivas protestas y grandes huelgas

Publicado en EL SOCIALISTA N° 265
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Decenas de miles ocuparon las calles de MadridGrandes protestas se realizaron el 22 de marzo en el Estado español exigiendo trabajo, techo y otras reivindicaciones. Se habla de 2 millones de personas. También se multiplican las huelgas de los trabajadores. La indignación social va en aumento contra el gobierno derechista que solo promete ajuste tras ajuste contra el pueblo. Reproducimos a continuación la declaración de nuestra organización hermana Lucha Internacionalista ante la marcha del 22 de marzo.

Escribe: Miguel Lamas

¡Frente de izquierdas por la ruptura! ¡No al pago de la deuda! ¡Unir las luchas, huelga general! Los y las trabajadoras de Panrico de Santa Perpetua de Mogoda en Catalunya, han superado el quinto mes de huelga, los de Monroe en Asturias llevan 6 de ocupación de la fábrica, Coca-cola ya lleva más de un mes. Este curso había empezado con un mes de huelga del profesorado de las Islas Baleares, con la huelga de la limpieza de Madrid, que eran la continuidad de las que ya el año pasado recorrieron las ciudades andaluzas […] No queda otra que endurecer las luchas para mantener los puesto de trabajo y los salarios. Es imprescindible hacerlas nuestras y coordinarlas para tener más fuerza y doblegar a los gobiernos y la patronal. Cada lucha, si se gana, ganamos todos y todas.

Pero no es suficiente, siguen cayendo por millares los puestos de trabajo, el paro no se reduce y se están consagrando salarios de miseria, mientras los servicios públicos se deterioran y privatizan. Empresa a empresa no se puede: es imprescindible la huelga general, con un plan de lucha que enfrente al gobierno y a su Reforma Laboral.

Porque hay dinero […] el que se destina a pagar la deuda pública que ya llega al 100% del PIB. No existe una deuda “legítima” que se pueda diferenciar de la “ilegítima”, pues la deuda es el resultado de las continuas rebajas a los impuestos a la patronal, de los millonarios rescates a la banca o de la financiación de la burbuja inmobiliaria. Hay que decir que la deuda no se paga: antes que los bancos van los trabajadores, y hay que destinar los recursos a un plan de emergencia para cubrir las necesidades sociales.

Pero tomar ésta u otras decisiones que realmente pongan los cimientos de una política a favor de los trabajadores y el pueblo, es acompañar desde ya las luchas con una perspectiva política alternativa a las existentes. Una alternativa a la izquierda institucional, que no ofrece ninguna salida y aplica la misma receta de recortes y privatizaciones: como ocurre hoy con el gobierno del PSOE-IU en Andalucía.

Ya hemos vivido demasiados años de gestión y pactismo: esto es lo que nos ha llevado a la situación actual. Tampoco son solución las alternativas que se lanzan por arriba, a través de los medios de comunicación, basadas en personalismos y sin un programa claro, a la altura de la emergencia que vivimos. No nos valen ya los titubeos sobre la necesidad de “reformar” la Unión Europea o sobre la “auditoría” de la deuda para separar la supuesta deuda legítima. La Unión Europea es un club de estados al servicio de la burguesía, que ya ha demostrado a ojos de todos ser una gran maquinaria en manos de la banca y la patronal. No cabe reforma en la Europa del capital.

Lo mismo ocurre con la constitución monárquica, nacida para encorsetar a los pueblos y negarles la autodeterminación, surgida del pacto con el aparato de estado del franquismo para dejarlo todo “atado y bien atado”. Cualquier alternativa política que pretenda abrir una nueva perspectiva hoy, debe construirse no sobre la reforma de la reforma, sino sobre la ruptura. Y esto hoy tiene dos pilares: romper con la UE y con la monarquía para defender el derecho de los pueblos a decidir su futuro. No hay salida ni a la crisis ni a las reivindicaciones de los pueblos en el marco del capitalismo y de la monarquía. Y en base a esta respuesta hay que construir un frente de izquierdas lo más amplio posible: no queremos otra reforma para maquillar al régimen y al capitalismo, que está destruyendo las condiciones de vida de toda la clase trabajadora. Necesitamos medidas que rompan con la lógica del capital y los mercados.