El 4 de septiembre, la lista de unidad provincial Pluricolor demostró en las urnas que la unidad es el camino para voltear a la conducción Celeste de UEPC. Sólo el fraude, el aparato volcado a jubilados y a docentes en comisiones administrativas, y la criminal división de la oposición que hicieron Tribuna Docente-PO y Docentes D-Base (PTS), permitieron que la burocracia Celeste no fuera totalmente derrotada.
Escribe Patricia Parola
2015 comenzó con conflicto por recomposición salarial. Grandes movilizaciones sacudieron el verano cordobés, no sólo en la ciudad capital sino también en algunas localidades del interior. Este reclamo generalizado se expresó en los mandatos de varios departamentos rechazando el aumento que quería la conducción Celeste. Sólo se impuso esa pauta salarial gracias a la traición de Monserrat, llamando a desconocer los mandatos a su tropa de departamentales en una escandalosa asamblea que terminó con represión a los docentes y cuatro de ellos detenidos.
Escribe: Guillermo Sánchez Porta
Pasado el receso invernal se retomaron con fuerza las luchas de los docentes defendiendo la escuela pública. En Misiones, luego de paros, cortes de ruta y movilizaciones, han logrado defender los derechos laborales que les quieren sacar y un aumento salarial, lo que llevó a levantar el plan de lucha con un triunfo. En Chubut, las regionales de ATECH Sur y Noroeste Lago Puelo llamaron a dos días de paro. Lo mismo hicieron los docentes de Chaco.
A principios de junio nos enteramos que Agustín, un nene de 5 años que concurría al jardín 2 de Flores, moría por los golpes de su padrastro. De manera repugnante, el gobierno de Macri con su ministro Bullrich decidió separar del cargo a la maestra y a la directora del Jardín, acusándolas de ser co responsables de la muerte, “por no haber cumplido el protocolo”. El repudio a esta decisión se hizo sentir.
Escribe Jorge Adaro - Secretario General Ademys
Escribe: Laura Marrone Legisladora electa CABA y candidata a Diputada Nacional Izquierda Socialista/FIT
La toma de catorce escuelas medias durante más de un mes, las marchas, los acampes y festivales realizados por estudiantes secundarios en la Ciudad de Buenos Aires deberían haber sido motivo para el debate en los medios de prensa, especialmente durante la campaña electoral. No lo fueron. Que algunos miles de adolescentes perdieran un mes de clase y pasaran frío, en un intento desesperado por ser escuchados, no pareció inmutar a gobiernos y candidatos. Después de algunos intentos de sembrar miedo con visitas de policías, amenazas de desalojo o de prolongar las clases en vacaciones de invierno, la política ha sido la del desgaste.