El Socialista

El Socialista es una publicación de Izquierda Socialista

Compartir esta nota en

Escribe:

José Castillo

¿YPF Sociedad Anónima o 100% estatal?

Se habla de “modernización, competitividad y profesionalidad”. Pero YPF sigue siendo una sociedad anónima con el 49% en manos de pulpos saqueadores. La nueva gestión sale a la búsqueda de nuevas multinacionales que quieran sumarse al “negocio”

Por una YPF 100% estatal, al servicio de los trabajadores y el pueblo

Por una YPF 100% estatal, al servicio de los trabajadores y el pueblo

Cristina presenta a un joven “brillante” como el nuevo manager de YPF. Se habla de grandes planes de negocios. Se fantasea con que nos vamos a transformar en una potencia con la extracción del “shale oil” y el “shale gas” de Vaca Muerta. Pero lo cierto es que, hasta ahora, lo único que aparece son “nuevas oportunidades” para que las otras multinacionales del petróleo -por fuera de Repsol-, “entren” al negocio petrolero argentino o refuercen su presencia, si ya estaban.

Para resolver el descalabro energético argentino y recuperar un horizonte de reservas en gas y petróleo hacen falta inversiones por alrededor de 20.000 millones de dólares en los próximos cinco años. No hay debate sobre esto, lo dicen todos los expertos. ¿Con qué fondos lo va a hacer esta YPF? El primer paso es tomar el control del 100% del paquete accionario, expropiándolo sin pago. ¡Ni un peso de lo que se necesita para recapitalizar la empresa debe ir a manos de los pulpos saqueadores, se llamen Repsol o Eskenazi!

Pero el problema no se acaba allí. YPF tiene apenas el 30% del total de extracción de petróleo, gas y refinación sumados. Otras empresas como Panamerican, Exxon, Total, Tecpetrol, Exxon y Shell, también participan de tajadas importantes. Incluso están metidos los “amigos del gobierno” como Cristóbal López y Lázaro Báez. Se impone entonces también su estatización para ellos: necesitamos una gran empresa petrolífera-gasífera integrando exploración, extracción, refinamiento y comercialización. Las enormes ganancias de estas empresas, y las concesiones que se le regalaron escandalosamente, deben ser parte también de la capitalización necesaria para volver al autoabastecimiento.

Por supuesto, quién gestione la empresa no es un tema menor. Y la salida no pasa ni por la colonización de la empresa por La Cámpora -para que la transformen en una caja particular como ya están haciendo con Aerolíneas Argentinas- ni por traer a un “experto como Galuccio (ver recuadro). YPF debe -y puede- ser gestionada, administrada y controlada por sus propios trabajadores y técnicos, incluyendo a gran parte de la capacidad técnica echada con la privatización del 92 con los miles de trabajadores ypefianos despedidos.

No hay duda que se necesita explorar más y continuar extrayendo. Pero el peor camino es justamente el que comenzó a andar el gobierno, ofreciendo al mejor postor internacional los yacimientos que le sacó a Repsol. No se trata de terminar con el saqueo de los españoles para comenzar el de los yanquis, franceses o ingleses. Tenemos capacidad para explorar y extraer nosotros mismos, si somos capaces de aplicar todos los recursos humanos, técnicos y financieros que explicamos más arriba. Y para financiarlo, ahí están los miles de millones de dólares que el gobierno regala todos los años en concepto de pagos de deuda externa. Bastaría dejar de hacerlo para que nos sobre dinero que debería ser aplicado a estas nuevas inversiones.

Tanto la ley votada en el Congreso, como los pasos concretos que en estos días está dando el gobierno con la designación del nuevo presidente y el ofrecimiento de yacimientos a las transnacionales, es lo opuesto a lo que se necesita. No se trata, como dicen algunos, “de una medida parcial, pero positiva” -y que por lo tanto debería ser apoyada-, como sostiene Pino Solanas (ver recuadro).

La inmensa mayoría de los trabajadores está a favor de que YPF sea estatal. Compartimos ese sentimiento. Pero, lamentablemente, tenemos que insistir en que no es eso lo que está haciendo el gobierno. Acá “volvió el Estado” solo en parte de YPF y, mucho menos, se terminó con el saqueo, ya que el 80% de la extracción de petróleo está en manos de empresas privadas, la gran mayoría imperialistas.

Sólo una YPF 100% estatal, que incluya la expropiación sin pago de todo el complejo gasífero petrolero y que sea gestionada por sus trabajadores, podrá cumplir los objetivos de soberanía energética que necesita un modelo económico al servicio de los trabajadores y el pueblo. Así podremos fijar las verdaderas prioridades populares: volver al autoabastecimiento, garantizar gas a todos los sectores populares a los que hoy no les llega la red, y tener una matriz energética sustentable para el desarrollo armónico de nuestro país.


El PJ da para todo

Cuando se votó la privatización de YPF en 1992, en medio de escándalos y denuncias de coimas, el gobierno de Menem tuvo un miembro informante: Oscar Parrilli, hoy actual Secretario General de la Presidencia. La votación era muy ajustada, hubo que traer hasta al último diputado posible, incluso los enfermos. Para eso, la provincia de Santa Cruz, gobernada entonces por Néstor Kirchner, puso a disposición su avión oficial. Muchos funcionarios actuales formaban entonces parte de la bancada justicialista. Hicieron encendidos discursos a favor de la privatización. Se abrazaron, tiraron papelitos y cantaron cuando el tablero electrónico de la votación anunció que ganaban y se consumaba la entrega.

Ahora, algunos de ellos quieren borrar esa historia. Mienten diciendo que durante los 90 “resistieron en soledad la ola neoliberal”. Otros reconocen que votaron pero que no esperaban “el desastre que vino después, con Repsol”. Dicen que ahora votan la “reestatización” y que no hay contradicciones con el apoyo a la privatización de YPF en el pasado. En esto tienen razón: forman parte de la misma fuerza política que entonces, el PJ. El peronismo ya dejó muy atrás en el tiempo los roces (parciales, pero reales al fin) que tuvo con el imperialismo yanqui hace más de medio siglo. Que usa y abusa de las imágenes de Perón y Evita, pero está a kilómetros de garantizar siquiera una parte de las conquistas que la clase trabajadora obtuvo en aquella época. No es casual que hoy el “cerebro” de la “reestatización” sea Roberto Dromi, el mismo que comandaba ayer las privatizaciones. De Menem a los Kirchner hay un hilo de continuidad: garantizarle el negocio a las multinacionales y continuar con el saqueo.


Pino Solanas apoya al gobierno

“Un gran paso adelante”. “Estamos muy contentos”. Estas expresiones son algunas de las dichas por Pino Solanas mientras votaba positivamente el proyecto oficialista sobre YPF. Pino es un experto en el tema. Investigó, hizo denuncias, filmó documentales. No puede desconocer que la propuesta del gobierno no tiene nada que ver con la recuperación de la soberanía hidrocarburífera. Su política de las medias tintas, “apoyando lo bueno y criticando lo malo”, lo está llevando a un callejón sin salida. Un papel de “acompañante bobo” del gobierno, con discursos críticos para la tribuna y votos “responsables” al servicio de la contabilidad oficial.


Cristina contrata a la inglesa British Petroleum

El gobierno tuvo que salir de apuro a cubrir las nuevas importaciones de gas para este invierno. Más allá que esto es consecuencia del desmadre, la falta de planificación y el saqueo con que se vienen tratando nuestros recursos hidrocarburíferos, lo indignante es quién resultó uno de los “beneficiarios” de este negocio: nada menos que la British Petroleum, multinacional británica que está a la cabeza del robo de nuestros recursos en la plataforma continental de Malvinas. Una señal más que todo el ruido que se está haciendo detrás de la reivindicación de nuestra soberanía en las islas no es más que cháchara y doble discurso.


¿Quién es el nuevo gerente de YPF?

Miguel Galuccio. Cristina lo presentó como el nuevo líder de YPF (lo nombró gerente general a la espera que la asamblea de accionistas lo designe presidente). Le inventó la historia de un profesional comprometido con la “YPF estatal”. Nada más alejado de la realidad. Veamos su “currículum”.

Pertenece a una familia de grandes empresarios que se cansaron de hacer millones con la obra pública del gobierno de Entre Ríos. Fue el gobernador Urribarri quien se lo “presentó” a Cristina, aunque la presidenta dijo que la designación no tiene nada que ver con “la política”. Galuccio fue parte de la gerencia de YPF, sí, pero después de la privatización del 92, cuando se echaban a más de 20.000 empleados y transformaba en pueblos fantasmas a ciudades como Cutral-Có, Plaza Huincul, Tartagal o Mosconi. Luego se fue a trabajar para Schlumberger Production Manager, uno de los pulpos imperialistas británicos del sector. Ahora promete armar el staff gerencial de la “nueva YPF” con varios de sus colegas de esa empresa. Como dice el dicho popular: pusieron al lobo a cuidar a las ovejas.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

Izquierda Socialista en Internet:
www.izquierdasocialista.org.ar - www.nahuelmoreno.org - www.uit-ci.org
El Socialista Registro de propiedad intelectual: Nº 596282.
Director: Juan Carlos Giordano. Hipólito Yrigoyen 1115 Capital Federal

- Tel.:(+54) 11-4381-4240