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Miguel SoransEscribe:
Miguel Sorans
Dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI

Otra calumnia del Partido Obrero

Ahora para esconder sus capitulaciones durante la guerra de Malvinas

Es lamentable tener que responder a una nueva calumnia por parte de la máxima dirección del Partido Obrero sobre nuestra corriente histórica encabezada por Nahuel Moreno (fallecido en 1987). Porque no es la primera vez y porque sabemos que, al leer estas cosas, muchos honestos militantes y simpatizantes de la izquierda y del FIT, se sentirán asombrados y, a la vez, preocupados por el futuro del Frente de Izquierda. Los comprendemos, porque hasta a nosotros mismos nos cuesta creer que los dirigentes del PO escriban lo que vamos a denunciar. Pero no podemos callarnos ni dejar pasar el método de sustituir la discusión política por la mentira y la calumnia, apostando a que juntos logremos erradicar estos métodos entre quienes nos decimos de izquierda y revolucionarios.

Vamos a los hechos. En Prensa Obrera N° 1214 del 15/3/12, el dirigente de PO Rafael Santos hace una larga nota comentando un libro sobre la guerra de Malvinas del ex jefe de la SIDE, “Tata” Yofre. Insólitamente, la cierra señalando que Nahuel Moreno, durante la guerra de Malvinas “había intentado conversaciones con la jefatura del II Cuerpo de Ejército”, sin dar ningún dato demostrativo, salvo el supuesto político de que Moreno “había apoyado más que cualquier otro la ocupación de Malvinas”.

Primero es falso que Moreno y nuestro partido de entonces, el PST en la clandestinidad, hayan apoyado la “ocupación de Malvinas”. Moreno y el PST denunciaron que era una maniobra de la dictadura, y lo que sí se apoyó fue la causa nacional por derrotar militar y políticamente la agresión del imperialismo ingles.

Segundo y peor: es una tremenda difamación que Moreno haya “intentado conversaciones con la jefatura del II Cuerpo de Ejército” de Rosario. Basta un solo dato para demostrar la mentira de Santos: Nahuel Moreno, en la época de la guerra de Malvinas, vivía en la ciudad de Bogotá, Colombia, donde estuvo exiliado desde 1976. Recién volvió al país mucho después de terminada la guerra. Esto ya es suficiente para calificar la bajeza moral y la irresponsabilidad, por decir poco, de Rafael Santos y de la máxima dirección del PO.

La calumnia, una metodología para evitar las discusiones políticas y ensuciar a nuestra corriente

Rafael Santos no es un recién llegado a la política, es junto con Jorge Altamira, parte de la máxima dirección del PO y su artículo está en el órgano oficial del PO. Por eso esta mentira es de la dirección del PO, de Santos y su máximo dirigente, Jorge Altamira.

¿Qué se pretende con ella? Es claro que se busca desprestigiar y enlodar las posturas políticas de Moreno y nuestra corriente sobre la dictadura y la guerra de Malvinas. Porque, lógicamente, cualquier militante que lee un artículo donde se afirma que Moreno apoyaba la maniobra de Galtieri y hasta llegaba a intentar “conversaciones (no se explica ni siquiera para qué) con la jefatura del II Cuerpo”, seguramente no tendría intenciones de seguir leyendo o conociendo las posturas políticas de la corriente que encabezaba Moreno.

Es triste tener que decirlo, pero el método de la calumnia política, para descalificar los debates políticos, no es una creación de la dirección del PO sino de José Stalin, y se la llamó “la escuela estalinista de falsificaciones”. Trotsky y los trotskistas hemos sido víctimas de ese método del estalinismo y lo hemos repudiado. Lo que hace Rafael Santos y la dirección del PO es utilizar esa metodología delesnable. Y no es una exageración decirlo, ya que lo de Santos no es una excepción, sino una práctica que muchas veces ha realizado la dirección del PO, por lo menos contra Moreno y nuestra corriente histórica.

El año pasado fue Marcelo Ramal quien, en una nota en Prensa Obrera y otra vez al pasar, acusó a nuestra corriente de que bajo la dictadura solicitaba una amnistía para “los militares genocidas” (ver El Socialista N° 201). Años atrás fue Altamira el que acusó a nuestra corriente y a la Brigada Simón Bolívar de ser expulsada por el gobierno sandinista de Nicaragua, no por razones políticas (como realmente ocurrió en 1979), sino porque “se negó a rendir cuentas del beneficio financiero que hizo en nombre del FSLN” (Prensa Obrera del 16/10/86). O sea por robar. En todos estos casos se le reclamó una retractación pública, y por lo de la Brigada, que se constituyera un Tribunal Moral internacional*, pero siempre la respuesta fue el silencio.

La dirección del PO quiere esconder sus capitulaciones durante la guerra de Malvinas

En realidad, como este año se cumplen 30 años de la guerra y el tema Malvinas es parte de un importante debate, Rafael Santos y la dirección del PO lanzan esta calumnia para intentar desviar discusiones y evitar reconocer sus capitulaciones de entonces, ante la actuación principista y revolucionaria de Moreno y el PST ante la guerra.

Como señalábamos más arriba, ni Moreno ni el PST apoyaron la maniobra de la dictadura de invadir Malvinas. Moreno la definió como “Una maniobra (...) Su objetivo más importante fue tratar de desviar hacia los ingleses el odio popular contra la dictadura, cuya más reciente expresión había sido la manifestación del 30 de marzo de la CGT” (De su libro 1982, empieza la Revolución**, citado en Malvinas, Prueba de fuego, Ediciones El Socialista, página 93***). Pero ante la agresión militar imperialista fuimos claros: “Los trabajadores socialistas queremos sentar nuestra posición de principios frente a este choque armado (...) estamos contra Inglaterra -pese a que tiene un régimen democrático burgués- y del lado de Argentina pese a la nefasta dictadura que la gobierna. (Palabra Socialista -órgano del PST en la clandestinidad- Nota de tapa al cierre, 2 de abril 1982). Moreno y el PST apoyaron la justa causa de derrotar militarmente al imperialismo inglés con una política independiente frente a la dictadura. El 10 de abril alrededor de 150 mil personas se movilizaron a Plaza de Mayo, a favor de la causa antiimperialista y se abucheó a Galtieri. El PST concurrió con un volante. Su primera consigna era: “¡Abajo la agresión del imperialismo inglés!”. Luego se exigía la expropiación de las empresas inglesas y terminaba con este llamado: “¡Luchemos unidos contra el imperialismo sin dar ninguna confianza ni apoyo al actual gobierno militar!”.

El artículo de Santos dice que “se montó el viaje del Papa a Londres y Buenos Aires, en una clara maniobra para que fuera aceptada la rendición inminente de la dictadura”. Esto es correcto. Pero lo que no dice Santos es que Política Obrera, el antecesor del Partido Obrero, hizo de idiota útil convocando a concurrir a los actos del Papa (junio de 1982), para supuestamente cambiarle el “contenido”: “Los obreros concientes deben esforzarse ante esta situación, por integrar gruesas columnas que concurran a las movilizaciones que promueve el Papa, con carteles que planteen la salida incondicional de la flota británica y que repudien todo planteo de paz con el agresor imperialista. No hay que olvidar que el sentimiento de paz tiene en los trabajadores un contenido diferente al de la capitulación que proponen la iglesia y la burguesía. Hay que luchar para que ese contenido tenga una expresión política acertada, correcta y que permita destruir o limitar el intento de producir una desmovilización de los trabajadores” (Política Obrera, N° 330, 12/6/1982). La dirección de PO, encabezada por Jorge Altamira, llamó a concurrir, como lo hizo la Iglesia, la UCR, el PJ, todos los partidos burgueses, el PC y la burocracia de la CGT. Solo el PST se opuso a esos actos en pos de la rendición frente al imperialismo, sacando un volante llamando a no concurrir y denunciando que el Papa venía a imponer la rendición.

Sumarse a esos actos desde la “izquierda”, unidos a la burguesía derrotista, alentando que llevando carteles se podía cambiar el “contenido”, fue lisa y llanamente una grotesca capitulación de PO a la Iglesia y al imperialismo.

Para PO la caída de la dictadura fue una iniciativa del imperialismo. Para Moreno y el PST un triunfo de la movilización de los trabajadores y el pueblo argentino.

Rafael Santos, describe una serie de maniobras en las alturas, algunas basadas en citas del libro de Yofre, que llevaron a la destitución de Galtieri y al inicio del fin del régimen dictatorial. De esa forma busca demostrar que el fin de la dictadura fue el fruto “de un pacto” entre los militares, el imperialismo yanqui y los partidos tradicionales. Santos llega al colmo de afirmar que “La iniciativa de volver a la democracia fue tomada por el imperialismo norteamericano” y “lo hizo con el consentimiento de la Junta Militar”, que en ese momento encabezaba Galtieri. Son caracterizaciones totalmente equivocadas. Lo insólito es que Santos dice que Nahuel Moreno calificó a esto de “inicio de la revolución democrática”. O sea, según Santos, Moreno habría apoyado o reivindicado ese “pacto”.

Nada más falso. Lo que ocurre es que para la dirección de PO, encabezada por Altamira-Santos, la caída de la dictadura y las conquistas democráticas logradas fueron fruto de una “iniciativa” del imperialismo yanqui y de un pacto entre la Junta y los partidos burgueses. Y para Moreno y nuestra corriente, fueron fruto de la lucha de los trabajadores y de los sectores populares que enfrentaron a la dictadura desde antes de Malvinas y durante Malvinas. La causa de Malvinas provocó una movilización de masas antiimperialista que desbordó a la dictadura, que nunca quiso ir hasta el final contra los ingleses. Cuando capitularon, el 15 de junio, miles llegaron a Plaza de Mayo a expresar su repudio a la dictadura y a sus cómplices civiles en la traición. Todas estas acciones terminaron derribando a Galtieri y a la dictadura. A eso Moreno llamó el “inicio de una revolución democrática”. Porque no fue algo organizado por “los de arriba” sino impuesto por “los de abajo”. Galtieri tuvo que renunciar por el repudio popular y durante cinco días no hubo gobierno. Recién después, con el aval del PJ, la UCR y los partidos burgueses unidos en la Multipartidaria, decidieron que asuma Bignone y tratar de desviar esa revolución hacia el terreno de las elecciones y de esa forma sostener el sistema capitalista. A nadie se le puede ocurrir que la Junta Militar “pactó” con el imperialismo que se juzgara y encarcelara a sus jefes genocidas. Esto sólo se puede explicar como producto de la movilización popular y de esa revolución que, 36 años despues del golpe, aun moviliza a miles y miles exigiendo castigo a todos los genocidas.

La ausencia de una dirección revolucionaria de peso, impidió que esas inmensas luchas derivaran en un gobierno de los trabajadores y el triunfo de una revolución socialista. Eso es lo que siempre dijo Moreno y nuestra corriente.

La dirección de PO ha minimizado lo que fue la lucha de los trabajadores y el pueblo argentino contra el genocidio y la dictadura, y el papel que jugó la conciencia antiimperialista en la guerra de Malvinas. Por eso le capitularon al Papa y a los derrotistas y es al día de hoy que repiten la versión imperialista y burguesa de que se terminó la dictadura gracias a la “iniciativa” del imperialismo norteamericano y a un pacto entre los militares y los partidos tradicionales.

La dirección del PO lanzó esta nueva calumnia a pocos días de un nuevo 24 de Marzo, cuando miles y miles de personas nos volveremos a movilizar en repudio al genocidio perpetrado en nuestro país, y cuando hemos acordado organizar una columna común del Frente de Izquierda y los Trabajadores, para darle continuidad en las calles a la alternativa unitaria que presentamos en las ultimas elecciones. Y lo que es peor y más irresponsable todavía, es que lo hacen cuando nos están proponiendo, tanto a Izquierda Socialista como al PTS, dar los primeros pasos para construir un “partido revolucionario unificado”. Los llamamos a rectificarse o a presentar alguna prueba sobre tamaña acusación. Y llamamos a defender al Frente de Izquierda, manteniéndolo como un frente político-electoral con relaciones políticas fraternales, leales y honestas entre los tres partidos que lo integramos. Vamos a trabajar para que los miles de simpatizantes que apoyan al FIT se pronuncien en este sentido.

 

* Véase La Brigada Simón Bolívar, Ed. El Socialista, pág. 162 y sig.
** Texto completo de 1982, Empieza la revolución, en
www.nahuelmoreno.org
*** Malvinas, Prueba de Fuego. Ediciones El Socialista


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