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Mercedes Petit

Recordando la ocupación de Palestina por el sionismo

La masacre de Deir Yassin

El 9 de abril de 1948 tropas del Irgun y Stern, grupos terroristas armados por el sionismo, masacraron a los pobladores de esta aldea cercana a Jerusalén. Su nombre se convirtió en símbolo del exterminio y expulsión de la numerosa y pacífica población árabe que habitaba mayoritariamente aquel territorio.

Los muertos, el día después. Abajo: Facsimil de la noticia en el New York Times, del 10 de abril de 1948

Los muertos, el día después. Abajo: Facsimil de la noticia en el New York Times, del 10 de abril de 1948

La proclamación del Estado de Israel, 45 días después de la masacre de Deir Yassin en 1948, fue el resultado de la limpieza étnica contra la población palestina local. La invasión sionista se instaló con la complicidad de EE.UU., el dictador soviético Stalin e Inglaterra (cuyo papel fue hacerse la “víctima” y retirarse del lugar). El proyecto imperialista- sionista de instalar un “estado judío” en Palestina se desarrollaba desde décadas atrás. Y encontró su momento más propicio al finalizar la Segunda Guerra Mundial. El mundo estaba sensibilizado por los horrores del nazismo y el conocimiento del Holocausto, es decir, el exterminio de los judíos por parte de Hitler.

La “tierra sin pueblo” estaba habitada

La colonización sionista venía aumentado con cuentagotas la minoritaria población judía, que había convivido durante siglos pacíficamente con los árabes y otra minoría, cristiana. El imperialismo inglés, responsable del “mandato” en la región, permitió la formación de un ejército sionista, la Haganá, que tenía por entonces casi 50.000 efectivos, y grupos paramilitares semiclandestinos, como el Irgún y el Stern, con 3.000 efectivos. Los palestinos no tenían fuerzas armadas o policiales y los países árabes vecinos contaban con ejércitos débiles.

En 1947-48 se lanzó una ofensiva militar con el objetivo de forzar el éxodo palestino, que eran casi un millón. Para eso, era imprescindible matar a muchos de ellos, para aterrorizar a los demás. El mito fundacional israelí instaló la colosal mentira de que había una “tierra sin pueblo”, esperando a un “pueblo sin tierra”. Hubo un operativo militar sistemático de masacre y expulsión de los árabes de sus barrios de las ciudades y de los campesinos de cientos de aldeas. Lo encabezaba David Ben Gurion, primer presidente del estado invasor*.

La matanza

El 9 de abril de 1948, unidades especiales de la Haganá, tomaron la aldea de Deir Yassin, luego de una débil resistencia árabe. Pero la carnicería quedaría en manos de los fascistas del Stern y el Irgún (dirigido por Menahem Beguin). Fueron casa por casa, asesinando a sus pobladores civiles, la mayoría de los cuales eran mujeres, ancianos y niños, ya que la mayor parte de los hombres se hallaban fuera de la aldea en esos momentos. Arrojando granadas de mano en las viviendas y luego ametrallando o degollando a los sobrevivientes, los exterminaron. El matutino The New York Times del 10 de abril de 1948 informaba de 200 víctimas. Entre los muertos hubo 30 bebés.

Muchas aldeas fueron arrasadas y quedaron en el anonimato. La de Deir Yassin tuvo más difusión, porque intervino la Cruz Roja Internacional, y también porque los invasores la utilizaron para sembrar el pánico y forzar el desalojo de los árabes. El destacado físico y militante pacifista Albert Einstein y otros veintisiete judíos prominentes de Nueva York la denunciaron y dijeron: “los terroristas, lejos de sentirse avergonzados de sus acciones, se enorgullecieron de esta masacre, le dieron mucha publicidad e invitaron a todos los corresponsales presentes en el país a contemplar la pila de cadáveres y los estragos que habían causado en Deir Yassin”. (TNYT, 4/12/1948).

Desde entonces, acompañaron los avances militares con amenazas trasmitidas por altavoces para obligar a los pobladores a abandonar sus casas y tierras. El grito “Deir Yassin” se transformó en la evocación del espanto para provocar la huída “voluntaria”. En su historia del Irgún, su dirigente, el fascista Beguin, escribió en 1951 que los campesinos árabes “eran presa de un pánico infinito y empezaban a huir para salvar sus vidas. Esta huida en masa pronto se convirtió en una estampida enloquecida y sin control. De los casi ochocientos mil palestinos que vivían en el actual territorio del Estado de Israel sólo unos ciento sesenta y cinco mil permanecen allí”.

Israel sigue siendo “Deir Yassin”

Los titulares de los diarios muestran una vez más las movilizaciones de los palestinos contra los ocupantes. El gobierno israelí sigue plantando colonias en tierras supuestamente devueltas a los palestinos y en Jerusalén oriental, sin respetar los lugares sagrados de los musulmanes.

Con el apoyo del imperialismo, los distintos gobiernos israelíes y las conducciones traidoras y oportunistas del pueblo árabe instalaron la falsa salida hacia “el regreso a las fronteras de 1967” (cuando el ejército sionista terminó la ocupación de toda la Palestina histórica, además de tierras de Egipto que luego tuvo que devolver y de Siria) y la formación de “dos estados”. El recuerdo de la masacre de Deir Yassin, en abril de 1948, sirve para mostar una vez más que Israel es un “estado” ilegítimo, racista e invasor. El pueblo palestino resiste y reclama la devolución de sus tierras y el regreso de sus expulsados. Su lucha sigue ganando creciente solidaridad en todo el mundo.

 

*Véase un análisis más amplio de la ocupación sionista en Palestina: historia de una colonización, Ediciones El Socialista, 2008.


Un niño que estuvo allí

Fahim tenía doce años y fue uno de los escasos sobrevivientes. El historiador israelí Ilan Pappé reproduce este testimonio*.

“Nos llevaron uno detrás de otro; dispararon a un anciano y cuando una de sus hijas gritó, le dispararon a ella también. Luego llamaron a mi hermano Muhammad, y le dispararon en frente de nosotros, y cuando mi madre, que llevaba a mi hermana Hudra en sus brazos, pues todavía estaba amamantando, se arrojó sobre él llorando, también le dispararon”. Aunque se salvó, Fahim cuenta que los soldados le dispararon a él y otros niños “para divertirse”.

 

* La limpieza étnica de Palestina. Crítica, Barcelona, 2008. Pappé era de la Universidad de Haifa, y fue obligado a emigrar. Actualmente enseña en Exeter, Gran Bretaña.


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