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Sindicato Ceramista de Neuquén
¿Hay que entrar a la CTA?
Mientras transcurría el último tramo en la lucha por la expropiación de Zanón, los dirigentes del sindicato lanzaron la propuesta de abandonar el encuadramiento sindical dentro de la CGT para incorporarse a la CTA. Fundamentan la propuesta en que el sindicato tiene un límite, que se necesita un espacio más grande y una herramienta mayor, porque afecta mucho la crisis, y que se entraría a la CTA con autonomía y el programa ceramista a disputarle la base. Política que ha generado un importante debate.
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El tema ha generado dudas y opiniones muy distintas en las cuatro fábricas que integran el sindicato. Los obreros que adhieren a Izquierda Socialista son parte de las opiniones contrarias al ingreso a la CTA y las dieron a conocer con una declaración, de la que reproducimos algunos párrafos:
“Nuestro sindicato es clasista y antiburocrático y tenemos una estrategia opuesta a la de la CTA en todos los aspectos de la vida gremial. El Sindicato Ceramista es pequeño pero está consolidado por sus conquistas, por haber barrido a la burocracia, por el desplazamiento de la patronal de Zanón y porque es independiente de todas las burocracias. En la propuesta los dirigentes plantean como una solución el cambio de encuadramiento de CGT a CTA. Pero, en realidad, nuestra historia como sindicato no está marcada por tal o cual central sindica,l sino por doce años de lucha que empezó con la Comisión Interna, luego se conquistó el sindicato y luego vino la ocupación de la planta contra la patronal negrera. Lamentablemente, esta experiencia que tendríamos que haber impulsado pacientemente en el resto de las cerámicas del país para formar un agrupamiento antiburocrático nacional ceramista no lo hicimos. Es una falencia a superar desde ahora.”
La declaración precisa que sería conveniente pasar de la CGT a la CTA, sólo si ésta fuera una central combativa y antiburocrática o si una gran masa de trabajadores y sindicatos se fueran de la CGT a la CTA. Pero nada de esto ocurre, entre otras cosas porque la CTA es una central totalmente burocrática muy parecida a la CGT. No hay democracia interna ni existen congresos regionales o nacionales representativos. Políticamente, la conducción nacional de la CTA está dividida en varios proyectos, todos negativos para los trabajadores. En Neuquén, la conducción de la CTA está en el UNE, con cargos en la intendencia radical de Farizano y con Podestá, quien fue candidato kirchnerista en las recientes elecciones a diputados.
Cuando hay luchas, la dirigencia de la CTA se comporta igual que la de la CGT, totalmente a favor de la patronal y el gobierno. Así ocurrió en la huelga de los obreros de la fábrica Fate, del neumático, o ahora en Terrabusi, donde en dos meses de huelga y de lucha terrible la CTA no existió y, por lo tanto, merece el mismo repudio que la CGT. “En conclusión, para nada nos va a servir entrar a la CTA”, afirma la misma.
No a la CTA. Sí a la coordinación
Finalmente, los compañeros de Izquierda Socialista proponen un camino alternativo para que crezca el sindicato y el clasismo, “que no es entrar a la CTA, sino impulsar la Coordinación regional y nacional clasista y antiburocrática. Es decir, trabajar sobre la base de otros gremios, empresa por empresa, como lo son en la región las obras de la construcción, las fábricas papeleras donde ya se está haciendo, en la fruta, en petroleros, bancarios y también en los gremios de la CTA para ayudar a que surjan delegados y comisiones internas combativas y agrupaciones opositoras. Cuando lo hicimos dio resultados, por eso esta es una gran tarea que tenemos que encarar con fuerza”. Y señalan que esa tarea de coordinación sea nacional, recuperando parte de la trayectoria del sindicato casi abandonada por la dirigencia, con organismos obreros combativos, encuadrados la mayoría dentro de la CGT, y que no responden a la burocracia. Como ocurre con los cuerpos de delegados ferroviarios, en la Alimentación con la comisión interna de Terrabusi, cuerpos de delegados opositores de la UTA, Pilkington, CIVE, entre otros. Y coordinando con los dirigentes y delegados combativos de los SUTEBA, el subte, etcétera. Es decir, coordinar, sin exclusiones, con los que luchan y enfrentan desde distinto ángulo y postura política a la burocracia, al gobierno y a las patronales.
Por último, proponen “votar en un plebiscito, donde todos los obreros puedan poner su voto en una urna a favor o en contra (como lo hicieron los obreros del Subte en Buenos Aires cuando resolvieron impulsar su Sindicato)”, sobre si se va a entrar o no a la CTA.
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