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Julio Poblesec 

El capitalismo es hambre y desocupación

A pocos días de que se realice la cumbre del G-20, la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, difundió cifras demostrando que la humanidad ha superado en el último año el record de personas hambrientas.

ARGENTINA • Niño Iván en su hogar en Resistencia, capital de Chaco. Su imagen sacudió a nuestro país. Padece distrofi a muscular congénita fruto de la desnutrición

ARGENTINA • Niño Iván en su hogar en Resistencia, capital de Chaco. Su imagen sacudió a nuestro país. Padece distrofia muscular congénita fruto de la desnutrición

Sheeran manifestó su intención de alertar a los mandatarios para que “atajen un problema que requiere algo más que soluciones a largo plazo”. Declaró que 3.000 millones de personas -cerca de la mitad de la población mundialestán desnutridas, y más de 1.000 millones padecen hambre (*). Problemas que se han exacerbado notablemente por las “dos tormentas que han coincidido y están golpeando: la crisis financiera internacional y el encarecimiento de los alimentos”, agregó (Clarín, 17/09).

Resaltó que la organización que dirige, el PMA, sólo recibió 2.600 millones de dólares, de un total de 6.700 que esperaba para dar de comer a 108 millones de personas en 74 países, quejándose que “con menos del 1% de las inyecciones económicas que han hecho los gobiernos para salvar al sistema fi nanciero global, se podría resolver la calamidad de millones de personas que son víctimas de hambrunas”.

Más desempleo

Igualmente vertiginoso ha sido el aumento del desempleo. Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), debido a la crisis económica mundial, el total de desocupados en las regiones más ricas del planeta aumentó a 57 millones (25 millones más que en 2007) y se espera que ese número se eleve hasta llegar al 10% de la población de dichos países en 2010. “Los más afectados -afirman- son los jóvenes, los inmigrantes, los trabajadores temporarios y las mujeres”. (La Nación, 17/09). En cuanto a los jóvenes, preocupa el crecimiento de la denominada “generación NEET” (“Not in Employment, Education or Training”, sin empleo, trabajo u oficio). En nuestro idioma, se traduce como “generación Ni-Ni” (jóvenes que ni estudian ni trabajan).

¿Es realmente la situación de hambre, desocupación y miseria de miles de millones de personas lo que les preocupa a los representantes de los organismos burgueses internacionales? No. Lo hacen para pedir algunas migajas a los gobiernos imperialistas que se reunirán en el G-20 en estos días. Como dijo Olivier de Schutter, un especialista de la ONU sobre Derecho a la Alimentación, en un foro realizado en México: este fl agelo “resulta crítico para la paz, seguridad y estabilidad del mundo”. Desde luego, se refi ere a la seguridad y estabilidad del sistema capitalista. Temen que, si los gobernantes no aplican algún tipo de medidas paliativas, la situación mundial se les desborde y la clase trabajadora y los oprimidos en todo el mundo se alcen contra este sistema que no les garantiza las condiciones mínimas para su subsistencia. Temores sobradamente fundados de que se repitan situaciones como las que ocurrieron recientemente en Francia, país en el cual se multiplicaron como reguero de pólvora las movilizaciones y tomas de fábricas con sus propietarios y gerentes como rehenes, en cuanto comenzaron los despidos y suspensiones. Igualmente en Alemania, España, otros países de Europa y Latinoamérica, donde se intensifi can las medidas de acción de los trabajadores por aumento de salarios y contra los despidos y suspensiones, oponiéndose a la intención de las patronales y el imperialismo de que sean la variable de ajuste del sistema y quienes paguen las consecuencias de su crisis.

Los socialistas seguiremos bregando por la extensión de estas luchas donde surge, cada vez con mayor claridad, que la causa fundamental de los males que sufre la humanidad radica en el sistema capitalista. Llamando a luchar por la única forma de resolverlos: terminar con él e iniciar el camino hacia un mundo socialista, donde no existan explotadores ni explotados, y gocemos de una economía planifi cada al servicio de todos y no de los privilegios de unos pocos.

 

(*) Desnutrición y hambre son conceptos diferentes. El primero se refiere a la carencia de determinados nutrientes indispensables provocada por una alimentación desequilibrada que no reúne todos los requerimientos para un crecimiento y desarrollo sanos. El segundo, es cuando la persona no accede a una alimentación básica que cumpla con los requerimientos mínimos de consumo que aseguren su subsistencia.


Algunas terribles cifras que denotan la situación a la que nos ha llevado el capitalismo en la actualidad

• 6.500 millones de personas constituyen actualmente la población mundial.

• 3.000 millones padecen desnutrición.

• Otros 1.000 millones sufren hambre.

• 53 millones de hambrientos hay en América Latina.

• En Argentina, cada día mueren 8 niños menores de 5 años por desnutrición.

• 45.000 personas mueren en Estados Unidos cada año por falta de acceso al sistema de salud.

• 57 millones de desocupados hay en los principales países. Dicha cifra se elevará al 10% de la población en 2010.


La salida es el socialismo

Ante la continuidad de las crisis mundiales, producto de la voracidad, explotación e irracionalidad del sistema económico capitalista, nosotros proponemos el socialismo como única salida.

El sistema capitalista es el responsable de que una ínfima minoría controle todos los medios de producción (fábricas, tierras y bancos) y los ponga a producir para su propio benefi cio, sin importarles si, a causa de ello, la humanidad muere de hambre, vive en la pobreza o el planeta se destruye entre guerras y desastres ecológicos.

¿Cómo es posible que exista hambre en el planeta cuando la producción mundial de alimentos sobra para dar de comer a toda la humanidad? ¿De qué sirven los avances tecnológicos cuando se destruye el medio ambiente en forma irreversible? ¿Por qué el gasto mundial en armas y guerras sobrepasa a los destinados a salud y educación?

Sólo el socialismo es la solución para los grandes problemas que estamos padeciendo hoy. Peleando por gobiernos de los trabajadores y el pueblo, para poner las fuerzas productivas al servicio de la inmensa mayoría de la población mundial, expropiando las multinacionales y grandes fábricas, nacionalizando la banca y el comercio exterior, implementando la reforma agraria, dejando de pagar la deuda externa y rompiendo los lazos políticos y militares con el imperialismo. Donde los trabajadores decidan qué, cuánto y cómo se produce, donde el sistema educativo y tecnológico esté dirigido al dominio de la ciencia y a favor del desarrollo humano en su conjunto, no del lucro y la acumulación de riquezas. Es decir, donde haya una planifi cación de los resortes fundamentales de la vida económica, contra la anarquía dominante del sistema capitalistaimperialista.

Un gran paso en este sentido fue la Revolución Rusa de 1917, donde un gobierno de los trabajadores instauró por primera vez en la humanidad el socialismo, la ruptura con el imperialismo y la expropiación de la burguesía. Así se concretaron grandes logros sociales. Lo mismo ocurrió en los primeros años con las revoluciones china y cubana donde, con la expropiación, pudieron lograr un plato de arroz para todos sus habitantes y terminar con el prostíbulo yanqui, respectivamente.

La salida a esta crisis crónica que vive la economía capitalista mundial no vendrá de la mano del “socialismo del siglo XXI” que propone Chávez -con economía “mixta” en convivencia con las multinacionales y sin expropiación-. Ni tampoco se logrará con un gobierno burocrático y parasitario, como lo fue la dictadura stalinista en la ex URSS luego de la muerte de Lenín, donde una casta burocrática decidía por sobre el conjunto de los trabajadores y el campesinado, lo que llevó a la restauración del capitalismo en ese país, al igual que en China hoy.

El primer paso en pos de un sistema socialista pasa por la expropiación total del conglomerado económico-productivo, sin indemnización, para ponerlo a producir al servicio de los trabajadores y el pueblo. Donde en las fábricas sean sus trabajadores, con control obrero, los responsables de manejar la producción y el ritmo de trabajo, para acabar con la desocupación. Y dónde la ciencia y la técnica eleven el nivel de vida de la humanidad, acabando con el hambre, las enfermedades, la destrucción de la naturaleza y las guerras. Como lo expresó hace 60 años el gran científico Albert Einstein: “Una economía planifi cada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño” (“¿Por qué socialismo?”, 1949).

León Trotsky: “Si Norteamérica se hiciera comunista”

En agosto de 1934, tras la crisis del 30, León Trotsky escribió un artículo dirigido a los trabajadores norteamericanos, del cual extractamos esta cita.

“Si Norteamérica se hiciera comunista … descubriría que el comunismo, lejos de ser una intolerable tiranía burocrática y regimentación de la vida individual, es el modo de alcanzar la mayor libertad personal y la abundancia compartida.

El gobierno soviético norteamericano tomará fi rme posesión de los comandos superiores de vuestro sistema empresario: los bancos, las industrias clave y los sistemas de transporte y comunicación (...)

Es en este terreno donde los soviets norteamericanos podrán producir verdaderos milagros (...) sacará de encima de vuestro sistema industrial las manos muertas de los derechos de la propiedad privada y las ganancias individuales. (...)

La industria nacional se organizará siguiendo el modelo de vuestras modernas fábricas de automotores de producción continua. La planifi cación científi ca se elevará del nivel de la fábrica individual al del conjunto del sistema económico. Los resultados serán estupendos.

Entre nosotros (se refi ere a la revolución rusa) la falta de lo más elemental produjo una intensa lucha por conseguir un pedazo extra de pan, un poco más de tela. En esta lucha la burocracia se impone como (...) árbitro todopoderoso. Pero vosotros sois mucho más ricos y tendréis muy pocas difi cultades para satisfacer las necesidades de todo el pueblo. Más aún; vuestras necesidades, gustos y hábitos nunca permitirían que sea la burocracia la que reparta la riqueza nacional.”

Trotsky fue asesinado en 1940 por un agente de Stalin. Como lo prueba en esta carta, nunca abandonó su optimismo por la revolución socialista. La misma que heredamos, mantenemos y por la cual luchamos desde Izquierda Socialista y la Unidad Internacional de los Trabajadores, junto a otros revolucionarios en el mundo.

Miguel Lamas


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