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Juan Carlos Giordano
Escribe:
Juan Carlos Giordano

¡Aumento de salarios YA!

El gobierno a través del Consejo del Salario Mínimo lo llevó de 1.240 a miserables 1.500 pesos, encima en comodísimas cuotas, alcanzando ese monto recién en enero del año que viene. Mientras el 17% acordado por Camioneros, en tres cuotas, hace las veces de un nuevo techo salarial. Hace falta un aumento de emergencia para todos los trabajadores, en el camino de lograr salarios igual a la canasta familiar

Vista del acto de la UOM en Capital el pasado jueves 23

Vista del acto de la UOM en Capital el pasado jueves 23

¿Qué porcentaje de aumento hace falta para que los salarios no pierdan la carrera contra la inflación? Es la pregunta que se hacen millones de trabajadores, a quienes cada vez les alcanzan menos sus ingresos. El gobierno dice que una familia tipo (matrimonio con dos hijos), según los índices truchos del INDEC, deja de ser pobre si llega a los 1.000 pesos mensuales. ¡Que vivan ellos con esa miseria!

Por su parte, la Unión Industrial Argentina (UIA) dijo que el salario mínimo, vital y móvil, que estaba en $ 1.240, “es el más alto en dólares de toda Latinoamérica”, negándose a que lo subieran a los miserables 1.500 pesos, encima en cuotas. Sin embargo, si uno se mide por “el INDEC del supermercado”, como recomienda Hugo Moyano, vería que con menos de 4.000 pesos no se puede vivir. Valor al que asciende por hoy la canasta familiar. Cifra que, por supuesto, tanto el gobierno, como las patronales y la CGT encubren, para tirar las negociaciones a la baja.

UIA negrera

Para el secretario de la Unión Industrial, José Ignacio de Mendiguren, ni habría que haber aumentado el salario mínimo, planteando incluso que habría que discutirlo por sector, aún sabiendo que la suba a 1.500 sólo beneficiará a 300.000 trabajadores, ya que el resto cobra más que esa miseria. No se puede esperar otra cosa de un dirigente patronal textil como de Mendiguren, jefe de los empresarios negreros que explotan trabajo esclavo, como vemos con los talleres clandestinos en Capital.

Sobre las discusiones en las paritarias, hace tiempo que la central fabril señaló que es inconveniente que se hable de aumentos en épocas de crisis, aún reconociendo que solo el 27% de la clase obrera es alcanzada por las negociaciones de convenio (Clarín, 21-07).

El rol de la CGT y CTA

El 17% en tres cuotas logrado por los Camioneros está oficiando de un nuevo techo salarial. Moyano reclamó el 25% para su gremio, pero terminó acordando por mucho menos. Si encima le sumamos que ese aumento fue solventado con más subsidios estatales a las patronales del transporte, nos podemos preguntar qué les espera a los trabajadores de ramas menores.

Por su parte, la semana pasada paró la UOM reclamando el 22%. Quedan otros gremios en paritarias, además de los metalúrgicos, como los trabajadores del cuero, Sanidad, Televisión, entre otros.

El gobierno y las patronales quieren que esos porcentajes, junto al miserable aumento del mínimo a 1.500 pesos en cuotas, den por cerrado los reclamos salariales por lo que queda de 2009 hasta mediados del año que viene. Política que ya viene siendo avalada por la CGT y la mayoría de sus gremios, que para favorecer a Cristina, pactaron antes de las elecciones cuotas fijas pateando las paritarias para más adelante. No lo tenemos que permitir.

$1000 de emergencia para todos

Para enfrentar la emergencia haría falta un aumento de emergencia de 1.000 pesos para todos los trabajadores, estén en blanco o en negro.

Así como la UIA llama a discutir por sector, la CGT ha hecho lo mismo. Cada gremio pide por su cuenta, debilitando al movimiento obrero. Lo mismo hace la CTA, que se moviliza el próximo 7 de agosto sin llamar a un plan de lucha, ni particular, ni en conjunto con la CGT. De darse, seguramente se hubieran arrancado (o se podrían arrancar) aumentos superiores, frenar de una vez por todas los despidos y suspensiones, y terminar con el trabajo en negro y precarizado.

Desde cada lugar de trabajo hay que reclamar salarios dignos. Llamar a la CGT que rompa el pacto con el gobierno y las patronales. Y junto a la CTA dejen de confiar en el “diálogo”, en el Consejo del Salario o en el Consejo Económico y Social, y llamen a un plan de lucha nacional.


Escribe:
Juan Rivera

CGT

Ni Moyano, ni los “Gordos”

Oscar Lescano (Sec. Gral Luz y Fuerza) y Hugo Moyano (Titular de la CGT)

Oscar Lescano (Sec. Gral Luz y Fuerza) y Hugo Moyano (Titular de la CGT)

En las últimas semanas, aprovechando el descalabro electoral del gobierno y de Hugo Moyano como su cara sindical, la oposición en el interior de la CGT, encabezada por los “Gordos”, salió a cuestionar el liderazgo del dirigente camionero, intentando hacerle pagar el costo de su alineamiento con los Kirchner.

Esta feroz disputa encarnada entre los moyanistas, los “Gordos” y los “Independientes” -los cuales han venido terciando entre ambos sectores-, poco tiene que ver con los intereses de los trabajadores. Los opositores a Moyano no lo cuestionan por su obsecuencia frente al gobierno, ni por actuar como un agente de la patronal. En realidad, envalentonados por el traspié de Moyano, pretenden ser parte activa del control de la millonaria caja de las obras sociales - controlada por Moyano y su gente-, a la vez que intentan reacomodarse para postularse como pata sindical de un posible recambio hacia el interior del PJ. La pelea es por ver quien será el “portavoz de los trabajadores”, para mejor pactar frente a las patronales y el gobierno en el Consejo Económico y Social.

“La sangre no llegó al río”, pero la CGT quedó “atada con alambre”

Luego de una semana de entrecruzar bravuconadas de un lado y del otro, y de amenazar con la posibilidad de irse por parte de los “Gordos”, el sector encabezado por Moyano -que los había acusado de “traidores” e incluso sabiendo de lo desprolijo de los Lezcano, Cavalieri o Pedraza- debió recular ante la presión del gobierno, el cual intervino para evitar el estallido de la central. Moyano salió a pedir disculpas, y los “Gordos” también cedieron ante la promesa del gobierno de que intervendría para recortarle los privilegios a Moyano y poner frente al mando de la Administración de Programas Especiales - que controla los fondos de las obras sociales- a un hombre que no responda al dirigente camionero. Desde el gobierno celebraron la “reunificación”, dado que necesitan de una burocracia unida que les permita contener al movimiento obrero para lograr que pasen sus planes de ajuste, sobre todo ahora, con un gobierno mucho más débil que en cualquiera de sus seis años de gestión. Sin embargo, como dijeron los “Gordos”, la CGT quedó “atada con alambre” y, pese a que se evitó la ruptura, las pujas internas continúan. Por eso es que el gobierno, en manos del ministro de Planificación Julio De Vido, prepara una cumbre para intentar acordar con todos los sectores en pugna.

Los trabajadores necesitamos nuevos dirigentes.

Moyano argumentó durante el enfrentamiento que lo que había en disputa eran dos bandos diametralmente opuestos: el de los “Gordos”, que “entregaron toda la vida a los trabajadores”, “que convocaron a la Plaza del Sí” (en apoyo a Ménem), frente al suyo. Sin embargo, el líder camionero, que se jacta de haber enfrentado al menemismo, hace ya seis años que está metido en la “Plaza del Sí” del kirchnerismo. Por eso es que no ha llamado a una huelga general en todo este tiempo y, en cambio, sí ha movilizado a todo el aparato sindical para apoyar explícitamente al gobierno. Incluso tiene el descaro de decir que “si en el país se llega a implementar el ajuste, (...) volveremos a la Plaza de Mayo a protestar” (Página 12, 26/7), como si el ajuste aún no existiese. Moyano, los “Gordos”, los “Independientes”, o incluso el sector de Barrionuevo que dirige la CGT disidente “Azul y Blanca”, no son ninguna alternativa para los trabajadores. Son burócratas que viven como millonarios -muchos de ellos son patrones-, atados desde hace décadas a sus sillones. Todos pactan con las patronales a espaldas de los trabajadores, actuando como dique de contención de los conflictos, a cambio de importantes prebendas.

Es necesario apoyar todos los conflictos en curso por aumentos de salario y contra los planes de ajuste del gobierno y la patronal, apostando al surgimiento de nuevas direcciones sindicales combativas y democráticas, en el camino de barrer con la vieja burocracia sindical, sea del color que sea.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

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