El Socialista

El Socialista es una publicación de Izquierda Socialista

Compartir esta nota en

La escritora Laura Restrepo militó en el PST bajo la dictadura

Una novela de amor y de lucha

Laura Restrepo, colombiana, autora de Delirio y muchos otros libros, acaba de publicar Demasiados héroes (Alfaguara). Vino a presentarlo a la Argentina.

Laura Restrepo

Laura Restrepo

En los años setenta fue militante trotskista, en la corriente que encabezaba Nahuel Moreno (1924-1987). Su militancia internacionalista la llevó desde Bogotá a España, y luego a la Argentina. Participó durante cuatro años de la actividad clandestina del PST (Partido Socialista de los Trabajadores), formó una pareja y tuvo un hijo que nació en Córdoba. Posteriormente se dedicó de lleno a la literatura, pero nunca abandonó sus convicciones políticas, su reivindicación del trotskismo y su optimismo revolucionario.

Laura denuncia sistemáticamente los crímenes del presidente Uribe y se solidariza con las luchas obreras y populares. El sábado 16 presentó en Buenos Aires su novela, donde relata aquella experiencia, a través de los diálogos entre una madre y su hijo, y que La Nación la calificó de “un trabajo literario atrapante”. Unos días después, en un bar de Palermo, una pequeña multitud de sus compañeros y compañeras de militancia en el PST, y también jóvenes que se sumaron, tuvimos la oportunidad de reunirnos con ella. Y además, le hicimos esta entrevista.

¿Qué hay de la propia Laura en la militancia de esa madre, Lorenza?

Lo mío en Lorenza es que yo reivindico esa militancia en la Argentina. Fui parte de una organización seria, disciplinada, que tuvo el acierto de apartarse de las vanguardias armadas, que valoró la militancia invisible y la resistencia desarmada, paciente y cívica de todos los días. Desde esa perspectiva tuve el privilegio de ser parte de esa resistencia que se oponía a la dictadura. No formé parte de ningún grupo mesiánico que creía que tenía que liberar a nadie. Para mí fue una experiencia atada a la tierra. Los trotskistas del PST éramos muy activos y muy organizados, en esas condiciones tan difíciles de clandestinidad y represión. Y aquella militancia me creó nexos que no se han roto y siguen siendo muy reales. En mis visitas a Buenos Aires me pude ir reencontrando con muchos de aquellos afectos, que siguen siendo muy fuertes.

Junto al conflicto de un hijo y su padre, ¿qué leemos en tu libro?

Yo quise contar lo que no se conoce, de aquellos militantes que cruzaban la ciudad para entregar un periódico del partido, doblado hasta el cansancio para meterlo en un atado de cigarrillos. El militante que valoraba en forma increíble haber conseguido uno o dos contactos entre las trabajadoras de Bagley. Cuando Lorenza y Mateo viajan a Buenos Aires, doce años después de la dictadura, ella le muestra los lugares donde se reunía con estibadores del puerto para hablar, choriceada mediante, de la situación política. Y Mateo le pregunta: “¿Y en qué molestaban ustedes a los dictadores comiendo chorizo y hablando mal de los dictadores?”. Ella le dice: “Era una forma de romper el silencio, de mencionar a los muertos, a los desaparecidos”. Honestamente, para bien o para mal, yo no sería la persona ni la escritora que soy sin aquella formación en el PST argentino. Por eso el libro tiene también cariño, añoranza. Recuerdo de militantes humildes, que hicieron lo que había que hacer. Una resistencia infinita, una resistencia de la gente del montón, que fue la que derrotó a la dictadura.

Ahora tenés cerca otra dictadura, distinta, pero también feroz…

El presidente colombiano Uribe tendría que terminar condenado por un tribunal internacional. Juzgarlo por sus asesinatos, los desplazados, las fosas comunes, los muchachos que ordena disfrazar de guerrilleros y fusilarlos. El día de la presentación del libro, en El Ateneo, dije que si la dictadura militar argentina pasó a la historia universal de la infamia por los 30.000 desaparecidos, en los dos períodos de Uribe esa cifra se ha triplicado.

Volviendo a tu trayectoria, ¿cómo empezaste a militar?

Bastante joven empecé a dar clases en la Universidad Nacional, en Bogotá, en una época de agitación estudiantil, del movimiento campesino, de las repercusiones del 68. Y llegó en 1976 un grupo de exiliados argentinos que eran los troskos de Nahuel Moreno e hicieron una pequeña colonia de exiliados de la dictadura. Nosotros, que éramos socialistas, entramos en contacto y a través de ellos conocimos el pensamiento de Trotsky –que yo no conocía– y un método de trabajo y de militancia como actividad sistemática, profesional. Ahí arranca una historia que después pasó por España –donde milité en un ala izquierda del PSOE en la época de apertura democrática, después de la muerte de Franco– y luego estuve vinculada al reclutamiento de médicos y enfermeras para la brigada Simón Bolívar, que fue a Nicaragua a pelear al lado de los sandinistas contra Somoza. Así fui a parar a la Argentina con esa tarea y luego me quedé.

En la presentación del libro quizá sorprendiste un poco al decir “Sí que soy trotskista, ¿qué otra cosa podría ser?”

Para mí es así, es una convicción. Trotsky tuvo la particularidad de pronunciarse y levantarse simultáneamente contra el imperialismo, el fascismo y el estalinismo, y eso le dio una posición de avanzada respecto de sus tiempos que hoy tiene plena vigencia. La izquierda que quedó ligada a Stalin después sufrió un descalabro tremendo con la burocratización y la perversión del socialismo en la URSS y en los países que siguieron esas políticas. Por eso no creo en eso que me dicen algunos de mi generación, de que “fracasamos”. Aunque el pecado capital de los trotskistas fue el exceso de sectarismo y de pureza, al mismo tiempo pienso que a través del pensamiento de Trotsky es posible mantener la utopía. Porque se siguen dando las luchas y cada generación va aportando su granito de arena, y se van dando procesos y se va avanzando. No se puede bajar la guardia, porque todavía falta mucho.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

Izquierda Socialista en Internet:
www.izquierdasocialista.org.ar - www.nahuelmoreno.org - www.uit-ci.org
El Socialista Registro de propiedad intelectual: Nº 596282.
Director: Juan Carlos Giordano. Hipólito Yrigoyen 1115 Capital Federal

- Tel.:(+54) 11-4381-4240