El Socialista

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Mercedes Petit

28 de abril de 1945

El fusilamiento de Mussolini

El máximo jefe del fascismo italiano y socio incondicional de Hitler era Benito Mussolini, el Duce. Hace 64 años, cuando intentaba huir a Alemania, fue capturado y ajusticiado por partisanos (guerrilleros) de la Resistencia antifascista.

Abril 1945. Los cuerpos colgadosde Mussolini, su amante y otros fascistas, exhibidos en Milán en una estación de servicio.

Abril 1945. Los cuerpos colgadosde Mussolini, su amante y otros fascistas, exhibidos en Milán en una estación de servicio.

Mussolini (1883-1945) nació en un pueblito cerca de Boloña. Fue docente y militó en el socialismo. Solía realizar conferencias contra la religión. En las filas del PSI (Partido Socialista Italiano) llegó a la dirección de su periódico ¡Avanti!

En agosto de 1914 comenzó la guerra interimperialista. El PSI rechazó la posición mayoritaria de la Segunda Internacional a favor de la intervención en la guerra. Mussolini la apoyó y fue expulsado. En mayo de 1915 Italia entró en guerra y Mussolini fue incorporado al Regimiento 11 de los bersaglieri (infantería). Cuando se firmó el armisticio estaba herido en un hospital en Milán. El 23 de marzo de 1919 fundó los Fasci de Combattimento (grupos de combate). A fin de ese año fue candidato a diputado, pero no fue elegido.

Revolución obrera y triunfo del fascismo

Entre 1919 y 1920 el proletariado italiano protagonizó una revolución que sacudió el país. Era parte del ascenso provocado por la guerra, y que había logrado el triunfo de la revolución rusa en 1917. En Italia se tomaron las fábricas y se formaron consejos (soviets) obreros, fundamentalmente en el norte industrial, en Milán y Turín. Pero la traición de los reformistas del Partido Socialista y la juventud e inexperiencia del nuevo Partido Comunista llevaron esa revolución a una derrota.

Decía León Trotsky: «El fascismo en Italia es producto directo de la traición de los reformistas a la insurrección del proletariado. Desde el fin de la guerra, el movimiento revolucionario italiano iba en alza y en septiembre de 1920 los obreros habían llegado a la ocupación de empresas y fábricas. […] La socialdemocracia tuvo miedo y retrocedió. Después de firmes y heroicos esfuerzos, el proletariado se encontró ante un vacío. El aplastamiento del movimiento revolucionario fue la premisa más importante para el desarrollo del fascismo. En septiembre, se interrumpió la ofensiva revolucionaria del proletariado y en noviembre, tuvo lugar la primera manifestación importante de los fascistas (la toma de Boloña).»*

En noviembre de 1921 el movimiento fascista se transformó en partido y Mussolini fue elegido diputado en Milán. La socialdemocracia adormecía a los trabajadores, mientras la burguesía y el rey Víctor Manuel se inclinaban hacia el fascismo. Manipulando a la pequeña burguesía urbana y rural (mayoritaria en el país), el 28 de octubre de 1922 Mussolini encabezó la «marcha sobre Roma». El rey lo nombró presidente del consejo de ministros. El fascismo se había apoderado del poder. Mientras sus bandas actuaban con cachiporras, cuchillos y revólveres, se fue consolidando el régimen dictatorial. Para 1926 habían sido totalmente aplastadas las organizaciones obreras y de masas, y había miles y miles de exiliados y presos. El más célebre fue el dirigente comunista Antonio Gramsci.

La consolidación de la dictadura

Durante más de una década, el Duce gobernó con mano de hierro y bastante estabilidad. En la guerra, Italia había participado en el bando de Francia e Inglaterra contra Alemania. Pero las cosas fueron cambiando. Desde 1923 se comenzó a desarrollar el nazismo, encabezado por Hitler, quien tomó el poder en 1933. Mussolini fue aliado incondicional de Hitler hasta el fin.

También cambió su relación con la Iglesia. Contra su origen ateo y antirreligioso y dejando atrás los choques entre católicos y fascistas, en 1929 el Duce firmó un pacto con el cardenal Pietro Gasparri. El Vaticano y la Iglesia Católica obtuvieron enormes privilegios, superiores a los de cualquier otro país, que aún subsisten. Desde entonces, Mussolini contó con la bendición del papado para sus aventuras imperialistas y su represión. El Vaticano lo apoyó en la conquista de Abisinia (1935-36), en el envío de tropas, armas y aviones a Franco para aplastar la revolución obrera española, en las leyes contra los judíos de 1938. Cuando asumió el «Papa de Hitler», Pío XII, en 1939 (ver El Socialista Nº117), su afinidad personal con el nazismo y su antisemitismo fueron de gran ayuda al Duce.

La guerra y el triunfo antifascista

Hace 70 años Hitler comenzaba su invasión europea, que dio lugar a la segunda guerra mundial. Italia fue su gran aliada. Invadió Grecia y sumó tropas a la invasión a la Unión Soviética, entre otras «hazañas» que fueron sucesivos fracasos. Las complicaciones de Hitler para dominar el mundo tuvieron una expresión temprana en Italia. Para 1942, la inminencia de una invasión aliada en Sicilia, las penurias de las tropas y las malas condiciones de vida en el país, alimentaban un creciente malestar popular. El año culminó con el inicio de las actividades de las organizaciones de izquierda, de los partidos y los sindicatos obreros, que estaban en la clandestinidad. Las grandes huelgas de las fábricas Fiat en Turín comenzaron a extenderse a otras ciudades. Para los primeros meses de 1943, el movimiento huelguístico contra la guerra y las dificultades materiales dominaban el norte industrial, en demanda de reivindicaciones económicas y pacifistas, que desafiaban al régimen fascista. La victoria soviética sobre los ejércitos nazis en Stalingrado, en febrero, fortaleció la resistencia.

Con el desembarco aliado en Sicilia, gran parte de la burguesía y el monarca Víctor Manuel, encabezados por el «héroe» de Abisinia, general Badoglio, dan por cumplido el ciclo del Duce. El 25 de julio de 1943 lo arrestaron y lo recluyeron en una villa del Gran Sasso. Pero su jefe Hitler no lo abandonó. Utilizando planeadores para evitar el ruido y actuar por sorpresa, el 12 de septiembre un grupo de asalto alemán lo liberó y lo trasladó a Alemania. Poco después, Mussolini anunció la constitución de la «República de Saló», en Italia septentrional, ocupada por los alemanes. En enero de 1944 fueron condenados a muerte los jefes de la conspiración que lo destituyó. Murió entre otros su yerno, el conde Ciano.

En 1945, en medio del derrumbe de los ejércitos nazis, Mussolini viajó a Milán, en un intento de negociar una rendición con los aliados. Se le exigió una rendición inmediata e incondicional. No la aceptó y junto a su amante Clara Petacci se sumó a una columna motorizada alemana, que se retiraba hacia el norte. Vestía un capote y casco alemanes. Cerca de la localidad de Dongo (Lombardía), el contingente fue detenido por los partisanos que ya controlaban la zona. Al ser revisado, Mussolini fue identificado. Al día siguiente, el 28 de abril, en un acto de justicia sumaria, fue fusilado junto a Petacci por los guerrilleros. Sus cuerpos sin vida fueron exhibidos en Milán. A fines del mes siguiente Adolf Hilter alcanzó a suicidarse en su bunker de Berlín, para evitar un destino parecido.

 

* La lucha contra el fascismo en Alemania. Pluma, 1973


Nahuel Moreno: Las victorias antifascistas en Italia y Francia

En 1945, el desmoronamiento del nazismo desde el oriente se produjo por el avance del Ejército Rojo, que liberó Berlín en mayo. En Francia e Italia, la acción de los ejércitos aliados se combinó con una resistencia masiva cuya avanzada eran los guerrilleros armados, en gran medida dirigidos por los partidos comunistas. Esas direcciones impidieron el triunfo de una revolución obrera y socialista. Así lo resumió Nahuel Moreno:

«Como consecuencia de la guerra de los aliados contra los nazis, combinada con una guerrilla popular, se logró destrozar a los regímenes fascistas o semifascistas de Italia y Francia y barrer al ocupante nazi. Pero estas dos guerras se combinaron y fueron rebasadas por la entrada en escena del movimiento obrero a través de sus organizaciones tradicionales. El estado burgués es destruido por los tres factores que hemos mencionado. Surge un poder dual. El estalinismo (los partidos comunistas) se une a la derecha burguesa, De Gaulle en Francia y Badoglio-De Gasperi en Italia, para reconstruir el estado burgués. Pasará a la historia de las máximas traiciones del estalinismo la consigna del secretario general del PCF (Partido Comunista Francés), Maurice Thorez, «un sólo ejército y una sóla policía » llamando a que las masas entreguen las armas al ejército burgués en reconstrucción. Rápidamente, debido a esta política del estalinismo, se reconstruye el ejército y el estado burgués.»*

En Italia esta colosal traición la encabezó el PCI, que dirigía la mayoría de los obreros en las fábricas y sindicatos y tenía las armas. Palmiro Togliatti pactó con la Democracia Cristiana de Pietro de Gasperi la reconstrucción del capitalismo imperialista en Italia.

 

* Las revoluciones del Siglo XX. Antídoto, 1986. Véase también en www.nahuelmoreno.org


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