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Juan Carlos Giordano
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Juan Carlos Giordano

Por la unidad de la izquierda

El gobierno está jugado, billetera mediante, a que antes de este 28 de marzo se apruebe el adelantamiento de las elecciones. Si lo logra, quedarán treinta días para formalizar las alianzas. Muchos luchadores se preguntan “¿la izquierda se va a unir”? Nuestro partido llama al MST, el PO, el PTS y el MAS a conformar un frente electoral.

El adelantamiento de las elecciones es una maniobra electoralista para intentar canalizar por la vía de las urnas la enorme conflictividad política y social que existe en el país. Primero Macri, y luego los Kirchner, tomaron la decisión con el objetivo de intentar salvarse, antes de que millones saquen la conclusión de que son el gobierno y la oposición burguesa, más allá de sus disputas, los que quieren que la crisis la paguen los trabajadores y el pueblo.

Adelantan las elecciones para intentar frenar los reclamos, pero no lo van a lograr. Los trabajadores, luchadores y la izquierda debemos seguir unidos para apoyar la extraordinaria lucha de los docentes de casi todo el país; las que se dan contra los despidos y suspensiones, denunciando las agachadas de la CGT y la CTA, entre otros reclamos obreros y populares. Unidad que tenemos que llevar al terreno electoral.

Ni Kirchner, ni los otros

Un frente electoral de la izquierda sería de mucha utilidad para que digamos no al modelo político y económico de los Kirchner. Y también no al que proponen Reutemann, Carrió, Macri, Solá o Binner. Entre ellos se critican, pero en el fondo están de acuerdo en salvar de la crisis al imperialismo, las patronales y la oligarquía. Nadie está a favor de otorgar a los docentes el aumento que piden. Todos aspiran a un nuevo techo salarial menor que la inflación. Nadie propone frenar los despidos y suspensiones. Cristina se niega a tomar medidas contra los grandes del campo y la oposición quiere lisa y llanamente acabar con las retenciones. Ninguno está con los pequeños productores. Un frente de izquierda permitiría denunciar con más fuerza a todos ellos.

La salida viene por izquierda

En estas páginas mostramos las propuestas de nuestro partido para enfrentar la crisis. Llamando a que la paguen las patronales, los grandes capitalistas de la ciudad o el campo, la oligarquía, los banqueros, las multinacionales y el imperialismo. Esas propuestas, y otras, son compartidas por la mayoría de la izquierda. Hacer una campaña con esos ejes, en forma unitaria, podría permitirnos a todos llegar a más sectores de trabajadores, fábricas, universidades, barrios y provincias.

También sería una forma de desenmascarar a todas las variantes de centroizquierda que, ante la crisis, proponen medias tintas que no son una salida de fondo para resolver los urgentes problemas que sufren millones de trabajadores.

Demos pasos concretos

En estas elecciones, el gobierno, casi seguro, será el gran derrotado. Y probablemente se apele al “voto castigo”. Muchos, aunque con la nariz tapada, tal vez se inclinen a votar al candidato que le pueda ganar a las listas del oficialismo. Es probable que haya polarización como ocurrió en Catamarca. Y que muchos votos que podrían ir a la izquierda, al verla dividida, terminen en cualquier candidato patronal, variantes de centroizquierda o en la decepción. Un frente permitiría aprovechar el espacio electoral que siempre existe entre una franja de trabajadores que vota a la izquierda y evitaría la dispersión.

Desde nuestro partido creemos que es una necesidad la unidad electoral de la izquierda. ¿Cómo puede ser que en las movilizaciones protagonizadas en estos meses hayamos estado juntos y vayamos divididos a las elecciones? A pesar de las diferencias que existen, algunas de las cuales enunciamos en estas páginas, creemos que hay bases para lograr un frente priorizando los puntos en común y dejando las diferencias para seguir debatiendo de cara a los luchadores.

Izquierda Socialista va a hacer los máximos esfuerzos y pone toda su trayectoria unitaria que ha venido practicando en estos años para tal fin. El MST y el Partido Obrero, lamentablemente, se vienen negando. Llamamos a que cambien para poder avanzar.


PROPUESTAS de IZQUIERDA SOCIALISTA

¡Que la crisis la paguen los de arriba!

El gobierno de los Kirchner, al igual que la oposición patronal, intenta que la actual crisis de la economía mundial la paguemos los de abajo. Con lucha y organización los trabajadores y demás sectores populares debemos imponer otra salida.

Aumento de salarios y jubilaciones

La mayoría de los salarios son de pobreza. La inflación se los come día a día. Hace falta un aumento de salarios y jubilaciones de emergencia de $ 1.000, en el marco que todo trabajador debe ganar el valor de la canasta familiar, que ya supera los 4.000 pesos. ¡82% móvil para los jubilados! Eliminación del IVA de la canasta familiar.

Prohibir despidos y suspensiones

Las patronales están usando a los trabajadores como variable de ajuste mientras en estos años hicieron fabulosas ganancias con producciones récord. Son ellas las que tienen que hacerse cargo ahora del empleo.

Hay que prohibir por ley despidos y suspensiones como lo propone el proyecto de nuestra diputada, Liliana Olivero. Repartir las horas de trabajo con igual salario. Y estatizar sin indemnización a toda empresa que cierre o despida para que continúe funcionando bajo control de sus trabajadores.

Contra los tarifazos. Reestatización de las privatizadas

Aumentaron la luz, el gas, el agua y el transporte. El gobierno dice que es para “ahorrar” en subsidios, cuando lo cierto es que lo hace para salvarles sus grandes ganancias. Hay que anular el tarifazo, acabar con los subsidios millonarios a las privatizadas y reestatizarlas. El Estado debe recuperar el petróleo, los ferrocarriles, los teléfonos, empresas de agua, luz y gas, para ponerlas a funcionar bajo control de sus trabajadores y usuarios.

Ni un peso al pago de la deuda externa

Ante los reclamos salariales de docentes y estatales, Cristina y los gobernadores dicen que no hay plata, mientras pagan la deuda externa.

No puede ser que “ahorre” dinero del pueblo para salvar a los usureros, en vez de que vaya a salarios, salud y educación. Llamamos a impedir esos pagos y obligar a que se destinen a saldar la deuda interna con el pueblo. ¡Por un frente de países latinoamericanos para no pagar!

Impuestos progresivos a los de arriba

Las multinacionales, exportadoras, bancos y grandes patronales de la ciudad y el campo pagan pocos impuestos, evaden o están exentos como las operaciones de la Bolsa. ¡Hay que imponerles impuestos especiales y progresivos! Dinero que, junto a las reservas, el superávit y lo previsto para la deuda, debe ir a financiar un plan de obras públicas para dar trabajo genuino y, de esa forma, enfrentar el desempleo que pueda provocar la crisis capitalista.

Nacionalización de la banca, del comercio exterior y reforma agraria

Hay que nacionalizar el comercio exterior garantizando primero el abastecimiento del mercado interno. Y como hay peligro de fraudes financieros y en estos meses se produjo una fuga de capitales de más de 20.000 millones de dólares (hay otros 150.000 millones en el exterior), hay que nacionalizar la banca.

En el campo hay que implementar la reforma agraria. Expropiar a la oligarquía terrateniente, a los nuevos capitalistas del campo y los pools de siembra para permitir el acceso popular a la tierra, garantizando al pequeño productor condiciones dignas de vida y trabajo.


Las diferencias no deben impedir la unidad

No somos ciegos ni practicamos ningún doble discurso. Estamos por la unidad, aunque sabemos que existan importantes diferencias entre los partidos de izquierda.

En relación al MST de Vilma Ripoll, podemos mencionar la que nos separó en el conflicto agrario del año pasado y el actual. El MST dio y da apoyo total a la política de la Mesa de Enlace, sin alertar que allí está la Sociedad Rural y otras entidades que representan a las grandes patronales del campo, y que levantan un programa que nada tiene que ver con las urgentes necesidades de los pequeños productores (ver página 3). Por eso nunca criticó la política de los dirigentes de la Federación Agraria. También discrepamos con su actual llamado a una alternativa electoral de centroizquierda, a un “proyecto común y a una alternativa política amplia” con el sector de Claudio Lozano de la CTA (Buenos Aires para Todos), los ex ARI que formaron Solidaridad e Igualdad encabezados por Eduardo Macaluse, y Proyecto Sur de Pino Solanas. Todos ellos, con distintos enfoques, ya le han dicho que no quieren confluir ni con el MST ni con la del resto de la izquierda. Sin embargo el MST insiste en esa convocatoria, mientras no tiene la misma vocación por la unidad de la izquierda. Su electoralismo ha llevado a postular la candidatura de Ripoll desde el año pasado sin poner la misma en pos de ninguna unidad de la izquierda. Además, ha lavado su programa con claros tintes centroizquierdistas, inspirado en el “socialismo del siglo XXI” de apoyo al gobierno de Chávez de Venezuela (Alternativa Socialista 494, 11/3/09).Por su parte, el Partido Obrero, ante el conflicto agrario del año pasado, puso un signo igual entre el gobierno y las “entidades patronales”. No apoyaron la lucha de los pequeños productores a quienes querían reventar con la 125 y llamaron a “una salida obrera y socialista”, negando que esa movilización estaba protagonizada por centenares de miles de pequeños productores y sectores populares y de clase media de los pueblos del interior. El PO cayó en un abstencionismo sectario que en los hechos fue una capitulación al gobierno. Igual postura tuvieron el PTS y el MAS. Incluso, PO y el PTS, por las distintas posturas con Izquierda Socialista ante el conflicto agrario, rompieron la agrupación OKTUBRE en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, lo que los llevó a perder el centro.

En relación a las elecciones, el Partido Obrero está reiterando su divisionismo. Ya está anunciando el perfil de su propia campaña, ausente por completo de una propuesta unitaria.

Mostramos estas diferencias -sólo algunas-, porque existen y son conocidas entre la vanguardia luchadora y los miles y miles que quieren una alternativa de izquierda común. Pero ello no impide que, mientras las seguimos debatiendo, demos pasos unitarios. Lo contrario llevaría a que nunca podría haber unidad. No es así. Porque para lograr la unidad hay que priorizar los puntos comunes, que son los fundamentales. Muchas veces, aun existiendo diferencias, hemos logrado pasos unitarios (ver Izquierda Socialista y la unidad). No renunciamos, por ende, a que puedan lograrse esta vez.

Si el MST y el PO llamaran a la unidad sería mucho más fácil avanzar. Existen de sobra puntos comunes para darle consistencia programática a esa unidad electoral. Ninguna diferencia ha impedido las movilizaciones comunes del 20 de diciembre por el Argentinazo, contra el genocidio del Estado israelí y en apoyo a Palestina, o en este nuevo 24 de marzo. En todas estas acciones la izquierda se unió bajo un programa común que comprendió a todos. Además, al calor de la crisis capitalista mundial, coincidimos en levantar la consigna unificadora “que la crisis la paguen los de arriba”. Es por ello que, aunque con diferencias y sin ocultarlas, es necesario privilegiar esos acuerdos para brindarle un polo alternativo a quienes lo demandan.


Izquierda Socialista y la unidad

Nuestro partido, Izquierda Socialista, reivindica su larga trayectoria unitaria. Sin hacer demasiada historia, recordemos Izquierda Unida, un frente electoral con el Partido Comunista que duró muchos años (1997 a 2005), que permitió conquistar diputados nacionales y legisladores provinciales y se ganó un amplio respecto entre los luchadores obreros y populares. Las diferencias muy grandes entre el PC y nuestra organización no impidieron aquel frente, porque se privilegió la unidad alrededor de un programa común.

En 2005 hicimos todos los esfuerzos para que el PC no abandonara IU para hacer una alianza de centroizquierda, que lo fue llevando a apoyar hoy descaradamente al gobierno. La figura de Patricia Walsh, luchadora por los derechos humanos, adquirió fuerza como candidata presidencial de IU. Lamentablemente, Patricia Walsh no mantuvo aquel camino y confluyó con el MSTNueva Izquierda, dejando de lado la política unitaria.

Desde su formación en noviembre de 2006, Izquierda Socialista siguió sistemáticamente llamando a la unidad. Para las elecciones porteñas de junio de 2007 se formó el único frente de izquierda con la LSR, la UST y el FOS.

En relación a las presidenciales de ese año, Izquierda Socialista propuso encararlas con una fórmula única de la izquierda (Altamira-Walsh o Walsh- Altamira), que no prosperó. En junio de 2007, en Córdoba se formó el FIT, integrado por Izquierda Socialista y el PO, que logró la reelección de Liliana Olivero como diputada provincial. Luego, desgraciadamente, el PO rechazó el frente a nivel nacional para las presidenciales. Mostró que lo de Córdoba había sido una mera especulación para tratar de lograr una banca. Poco después, la campaña por el frente de izquierda dio sus frutos con la confluencia de Izquierda Socialista con el PTS y el MAS en las presidenciales de octubre de ese año.

Este repaso de algunas experiencias tiene el objetivo de reafirmar una trayectoria. Y más que nada pretende mostrar que, a pesar de las diferencias y las dificultades, se han dado muchas veces pasos positivos. La unidad es una necesidad, y nadie puede renunciar a asumir la responsabilidad de responder a ella.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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