El Socialista

El Socialista es una publicación de Izquierda Socialista

Compartir esta nota en

Escribe:
Mercedes Petit

Febrero 1979: la revolución derrocó al Sha

Irán se independizó de Estados Unidos

Una feroz dictadura proyanqui oprimía al pueblo de Irán (antigua Persia). La movilización de millones de iraníes acabó con ella. Surgió un nuevo régimen, bajo la dirección religiosa y nacionalista burguesa del ayatola Komeini. Desde entonces, no ha cesado el desafío iraní al dominio imperialista norteamericano.

Opción. Año 2, Nº 11, marzo 1979. Publicación del PST

Opción. Año 2, Nº 11, marzo 1979. Publicación del PST

Milicianos iraníes festejando la ocupación de la Savak. Febrero 1979

Milicianos iraníes festejando la ocupación de la Savak. Febrero 1979

En la década de los setenta Irán tenía dos récords: segundo productor mundial de petróleo y una de las peores dictaduras, simbolizada en la tenebrosa y odiada policía política, la Savak. El emperador Reza Pahlevi y la glamorosa emperatriz Soraya, junto a las “50 familias” oligárquicas, disponían de fortunas incalculables. Pahlevi era un aliado y servidor incondicional del imperialismo yanqui. Los verdaderos dueños del país eran el Chase Manhattan, Rockefeller, la Banca Morgan, el First National, y el Bank of America. Una importante clase obrera trabajaba para la General Motors y otras multinacionales. Campesinos empobrecidos deambulaban por las ciudades. El 63% de la población era analfabeta. El Partido Comunista -el Tudeh- y la URSS, dominada por la burocracia, apoyaban al Sha.

¡Abajo el Sha! ¡Fuera el imperialismo!

Desde enero de 1978 comenzó a crecer la movilización. En Tabriz se escuchó por primera vez “Muerte al Sha” y el ejército dio los primeros síntomas de resquebrajarse ante la movilización popular y estudiantil. Se fueron sumando los artesanos y la poderosa burguesía comercial del “bazar”, arruinada por las importaciones y los supermercados alentados por Pahlevi. Este sector estaba íntimamente ligado los musulmanes shiítas de los ayatolas, liderados por Komeini. Exiliado en Francia, el ayatola venía sosteniendo un enfrentamiento total con Pahlevi, exigiendo su salida del poder, sin acuerdos ni compromisos. Así crecía su prestigio entre las masas. Se extendieron las huelgas, las ocupaciones y el control obrero. Las fábricas se paralizaban. Millones tomaban las calles.

En 15 de enero de 1979 el Sha y Soraya salieron furtivamente de Irán, presionados por EE.UU. Luego de 15 años de exilio, regresó Komeini. Éste, la burguesía y los mandos militares comenzaron febriles negociaciones para estabilizar el gobierno del primer ministro Baktiar, designado por Pahlevi. Pero al día siguiente diez millones se movilizaron exigiendo una República Islámica. En Teherán los carteles decían “Adiós a las ganancias de los yanquis”.

Triunfo de la insurrección

Durante la noche del 9 de febrero, dos mil cadetes de la base aérea de Doshan Tapeh se insubordinaron contra el nuevo gobierno. A la madrugada, la Guardia Imperial, fiel al Sha, los atacó. La noticia corrió como un reguero de pólvora y el país estalló. El pueblo tomó las calles, armándose con fusiles, palos, cuchillos, bombas incendiarias o lo que consiguieran. El grito era “¡Muerte a Baktiar!”. De hecho había dos gobiernos (el de Baktiar y el de los ayatolas) y dos poderes. Por un lado, el poder autocrático-imperialista se debilitaba día a día. Enfrentándolo, crecía el poder de las masas movilizadas, con sus huelgas, los comités obreros, las organizaciones de autodefensa que se masificaban, y los primeros núcleos de soldados y aviadores que se incorporaban uniformados a las manifestaciones. Los comités se denominaron “shoras”.

Una insurrección multitudinaria, que duró tres días, acabó con el gobierno de Baktiar, derrotando al poderoso ejército de la dictadura y la Savak. Cada vez más soldados se unían al pueblo. Uno tras otro fueron cayendo comisarías, arsenales y cuarteles en todo el país. El pueblo iraní dejó una lección decisiva: fueron detenidos, y en muchos casos ajusticiados, los generales y torturadores de la Savak. Y la prensa occidental tuvo que informar que los excesos fueron mínimos.

Decía el periódico Opción (Nº 11, marzo de 1979), publicado desde la clandestinidad por el PST (antecesor de Izquierda Socialista): “Con la completa derrota de la autocracia -y de su socio mayor, el imperialismo-, culminó una primera fase de la revolución: la que apuntaba, centralmente, a sacudirse el dominio yanqui, democratizar la sociedad y eliminar los insoportables privilegios pagados por la miseria popular.”

Irán escapó del dominio yanqui

El ayatola Komeini designó a Bazargan como primer ministro. Desde las fábricas, los “shoras” se negaban a entregar las armas obtenidas durante la insurrección, y exigían la disolución total del sanguinario ejército, así como participar de las resoluciones importantes. Pero la conducción nacionalista burguesa se mantuvo firme en su objetivo de frenar y acabar con la movilización revolucionaria. Su respuesta fue el desmantelamiento de los “shoras” y el recorte creciente de los derechos democráticos del pueblo.

Pero el triunfo de la revolución abría una nueva etapa. Bazargán anunció la nacionalización de la banca, a través de la cual se recuperaba el control de la industria petrolera, y la reforma agraria, y anuló la deuda externa. La familia Pahlevi fue expropiada y tiempo después se logró repatriar sus bienes en el extranjero. El imperialismo yanqui ya no reinaba. Irán se convirtió en un país independiente.

Los choques y agresiones de EE.UU. no cesaron*. Incluso llegó a azuzar a su entonces amigo Sadam Hussein en Irak y lo llevó a la guerra contra su vecino. Pero no logró doblegarlo.

La conducción religiosa y nacionalista burguesa iraní, con sus distintos sectores más o menos conservadores o “fundamentalistas”, llevan 30 años de gobierno. Como lograron canalizar y frenar el proceso revolucionario, los trabajadores y el pueblo iraní vienen sufriendo un creciente deterioro en su nivel de vida, y aumenta la pobreza. Las tareas de fondo que no pudieron resolver (por la ausencia de una dirección revolucionaria consecuente) en 1979, siguen pendientes. De todos modos, sigue vivo el enfrentamiento con el imperialismo yanqui y su protegido gendarme en el Medio Oriente, el genocida Estado de Israel.

 

* Ver El Socialista Nº50 sobre la toma de la Embajada yanqui en Teherán.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

Izquierda Socialista en Internet:
www.izquierdasocialista.org.ar - www.nahuelmoreno.org - www.uit-ci.org
El Socialista Registro de propiedad intelectual: Nº 596282.
Director: Juan Carlos Giordano. Hipólito Yrigoyen 1115 Capital Federal

- Tel.:(+54) 11-4381-4240