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Miguel SoransEscribe:
Miguel Sorans
Dirigente de Izquierda Socialista y de la UIT-CI

La Corte y la “libertad sindical”

Un fallo tramposo

La semana pasada la Corte Suprema sacó un fallo que declaró inconstitucional el inciso A del artículo 41 de la ley 23.551 de Asociaciones Profesionales o Sindicales, que se refiere a la elección de delegados o miembro de una comisión interna. Basó su fallo en la “libertad sindical” de la OIT. Los dirigentes de la CGT pusieron el grito en el cielo. La CTA salió a apoyar y a pedir que la reconozcan como central. Los medios hablaron de “golpe a la cúpula de la CGT” y de “libertad sindical” para elegir delegados. Frente a ello, muchos trabajadores vieron con simpatía el fallo. ¿El fallo de la Corte es favorable para los trabajadores?

La democracia sindical es el mejor burocraticida

La democracia sindical es el mejor burocraticida

Es indudable que todo lo que pueda parecer que va contra la odiada burocracia sindical peronista, causa simpatía entre los trabajadores. Todo lo que aparente ayudar a terminar con los José Rodríguez, Pedraza, Lezcano, Cavalieri, Gerardo Martínez o Moyano va a cosechar expresiones de apoyo. Pero lamentamos tener que desilusionar a muchos trabajadores, ya que, desde nuestro punto de vista, el fallo de la Corte no sirve para derrotar a la burocracia sindical y encima abre el camino para la división, la atomización sindical en las empresas, avalando la existencia de dos o tres comisiones internas en cada empresa. Este es el transfondo del fallo.

El fallo abre el camino a la división en cada empresa

Algunos compañeros creen que el fallo va a permitir, legalmente, que la base convoque a elecciones de delegados y comisiones internas por su cuenta y contra el sindicato, destituyendo a los delegados patronales o vendidos. Nada de eso dice el fallo. Que nadie se ilusione o de un paso en falso.

El fallo de la Corte es tramposo. ¿Qué dice? Ante una apelación de ATE-CTA, anula el inciso mencionado que establecía que para ser delegado había que estar afiliado al sindicato con personería gremial y que éste era el que debía convocar a esas elecciones. El fallo no autoriza a cualquier trabajador a convocar a elecciones de delegados, sino que avala que lo haga otro sindicato inscripto, aunque no tenga personería gremial, en el caso concreto a ATE. Si un trabajador hoy, pensando que el fallo lo avala, convoca a elección de delegado o interna, por su cuenta o sin estar afiliado, está fuera de la ley y a merced de la cesantía patronal. No hay fallo ni Corte Suprema que lo proteja.

El fallo impulsa o abre las puertas para que haya varios sindicatos y varias comisiones internas y cuerpo de delegados en una empresa. O sea, es un fallo al servicio de preparar la atomización del movimiento obrero. Es de imaginar qué pasaría en una fábrica o una empresa, si tuviéramos dos o tres comisiones internas, de distintos sindicatos. Un ejemplo de división y sus perjuicios, lo vemos en docentes de Capital, en donde existen 17 sindicatos. La mayor parte de los sindicatos arreglaron con Macri y dejaron a los demás en la estacada. La división sindical no le sirve a los trabajadores para enfrentar a las patronales.

La Corte ratificó la actual ley sindical burocrática

El fallo, mientras anula un inciso (ni siquiera anula un artículo), deja intacta toda la ley 23.551, de Asociaciones Profesionales, que es la base legal de toda la estructura burocrática sindical peronista.

La Corte deja intacta la ley por la cual la burocracia garantiza sus poderosos, antidemocráticos y corruptos aparatos sindicales. En especial, el descuento por planilla, que debe hacer la patronal, de los aportes sindicales. Lo que le da millones de pesos para sus cajas sindicales, junto al curro de las obras sociales.

Además, la ley le da a la burocracia toda la estructura legal para sostener sus estatutos antidemocráticos.

El fallo de la Corte es una jugada política, para aparecer como “independiente del gobierno” y favorecer a la CTA y a su reclamo de legalización como otra central sindical.

Por eso, los trabajadores no pueden engañarse con este fallo tramposo. Hay que luchar por la anulación de toda la ley de Asociaciones Profesionales.

No a la ingerencia del Estado, el parlamento o la Justicia en la forma de organización sindical

Rechazamos el fallo pero no hacemos causa común con la burocracia sindical traidora. Ellos atacan el fallo de la Corte para defender sus sillones y sus aparatos burocráticos. Nosotros luchamos por terminar con la burocracia sindical y reemplazarla por nuevos dirigentes.

Izquierda Socialista considera que debe haber una central única, sindicatos únicos por rama de trabajo y comisiones internas y cuerpos de delegados únicos por empresa. Pero rechazamos que sea el gobierno, el Parlamento o la Corte Suprema los que digan qué organización deben tener los trabajadores, sean sindicatos únicos o varios por rama. Son los trabajadores en asamblea los que deben resolver qué organización quieren.

Para nosotros, debe existir una ley que tenga sólo uno o dos artículos que autorice a los trabajadores a organizarse como quieran y que tengan garantías y estabilidad plena para hacerlo. Nada más.

La Corte Suprema, el máximo organismo de la justicia patronal, sustenta su fallo en la plena “libertad sindical” que pregona la OIT (Organización Internacional del Trabajo), integrada en forma tripartita por todos los gobiernos patronales, empezando por EE.UU., las patronales y las centrales sindicales del mundo. El imperialismo y las multinacionales, vía la OIT, impulsan la “libertad sindical” para dividir al movimiento obrero, pregonando que haya varias centrales sindicales y varios sindicatos por industria o rama de trabajo. Esa “libertad sindical” es la que luego, quieren aplicar para romper las huelgas, avalando que las “minorías “que quieran trabajar “tengan libertad” para hacerlo.

El fallo de la Corte ha abierto un fuerte debate sobre lo que representa para los trabajadores. Es necesario profundizarlo y ver que el mismo no le sirve al movimiento obrero, ya que prepara el camino para legalizar una atomización del movimiento sindical al servicio de las patronales y los gobiernos de turno.

La cuestión de tener organizaciones sindicales para la lucha no pasa, hoy, por una cuestión legal ni por fallos de la Corte, sino por barrer a los dirigentes burocráticos y vendidos de los sindicatos y de los cuerpos de delegados. Esta es la gran tarea.


Nuestro modelo sindical: Por un nuevo sindicalismo combativo

Ante las continuas agachadas de la CGT y CTA, se está gestando un nuevo sindicalismo combativo, democrático y de lucha. Es el que se está forjando entre los trabajadores de subterráneos, los ferroviarios de TBA, las Seccionales combativas de los SUTEBA de provincia de Buenos Aires y muchos cuerpos de delegados y comisiones internas que practican la democracia sindical y luchan por salario y demás reivindicaciones.

Ante el fallo de la Corte muchos compañeros nos preguntan. ¿Cuál es el modelo sindical que ustedes proponen? Aquí planteamos las medidas fundamentales para lograrlo.

* ¡Fuera la burocracia sindical! Moyano, los “Gordos”, Yasky o Barrionuevo pactan con el gobierno de turno y las patronales, y no apoyan las luchas en curso.

Los sindicatos son una gran conquista de la clase obrera. Pero la burocracia que se fue enquistando en su seno, se ha transformado en un gran cáncer que hay que erradicar. Hay que dar paso a los nuevos dirigentes honestos y combativos.

Ellos deben dirigir con inmunidad para que no sean despedidos o perseguidos, y sean elegidos democráticamente en la proporción que los trabajadores decidan, sin distinción entre efectivos y contratados.

* Que ganen lo mismo que un trabajador y vuelvan a trabajar. Hay que terminar con los burócratas atornillados a sus sillones y sus privilegios. La base de la burocracia son las prebendas. Hay que luchar para que todo dirigente sindical gane el mismo salario que tenía en su trabajo. Y que su mandato dure dos años, luego del cual debe volver a trabajar a la fábrica u oficina, mandato que además debe ser revocable.

La cuota sindical no debe ser descontada por planilla, porque así, aunque traicionen, éstos dirigentes cobran igual. ¿Qué pasaría si Cavalieri, José Rodríguez, Yasky, Moyano o Lezcano tuvieran que ir a cobrar la cuota a los lugares de trabajo después de sus agachadas? ¿Quién le pagaría? ¿Cuánto durarían? Este sería el mejor burocraticida.

* ¡Plena democracia sindical!. Que todo se resuelva en asamblea, qué reclamar y con qué medidas de lucha. Obligando a que los dirigentes no firmen nada a espalda de los trabajadores. Que los paritarios se elijan en la base y que todo dirigente que traicione los mandatos de base pueda ser destituido.

Nos pronunciamos por terminar con las listas únicas de los Pedraza y Zanola e impulsar listas amplias y unitarias para barrer a los burócratas de turno. Y por un Congreso de base de todos los trabajadores del país que elija a los dirigentes de la CGT.


Escribe:
Nelso Bigo

El PTS considera al fallo favorable a los trabajadores

Es lógico que haya trabajadores que, llevados por el odio legítimo a la burocracia, se confundan y no vean la trampa propatronal del fallo. Por su parte, quien cayó por completo en esa trampa, es el PTS. Han dedicado un largo artículo a explicar que el fallo puede ser aprovechado por el movimiento obrero (Mariano Pedrero, abogado del Sindicato Ceramista de Neuquén y dirigente del PTS, en LVO Nº 303). Ni se detienen a pensar por qué las fuerzas políticas más de derecha, como la UCR, Carrió y Patricia Bullrich, o el matutino La Nación, lo han aplaudido.

Esta ceguera está presentada en el estilo centrista y ambiguo propio de la academia universitaria que tiene la conducción del PTS. Pero no deja dudas que lo definen como una eventual “herramienta útil”. Su grave equivocación es fácilmente explicable: el fallo les cabe como anillo al dedo para su práctica y concepción divisionista. Festejan que la Suprema Corte los pueda proteger para seguir por la senda de dividir, donde pueden, las listas antiburocráticas, las organizaciones de lucha o incluso los sindicatos. Deliran y sueñan con “delegados” y “comisiones internas” rojas, puras. Sistemáticamente atacan la unidad de trabajadores de distintos colores, pero dispuestos a luchar juntos y a echar a los burócratas de la CGT.

Esto explica que lleguen al colmo de reivindicar a la OIT, el máximo organismo mundial de la patronal imperialista. Este fallo o “herramienta útil”, habría surgido “desde abajo” por el odio a la burocracia de la CGT (y al cual sería sensible la Suprema Corte…), y “desde arriba” por “los sucesivos cuestionamientos que la OIT planteó al Estado argentino”. Es que, como explicamos en el artículo central, hay una coincidencia profunda entre la OIT y el PTS: dividir a los sindicatos y sus organismos de base. Tan profunda es la coincidencia, que no dicen una palabra de condena o por lo menos de crítica a los fundamentos del fallo tomados de la OIT. Tampoco dicen una palabra respecto de la práctica divisionista de la CTA, que desde su fundación ha venido dividiendo todos los sindicatos que pudo.

Una vez más les decimos, compañeros del PTS, que abandonen el divisionismo. Si así lo hicieran, verían con otros ojos este fallo tramposo.


Escribe:
Ricardo Cubeiros

El modelo sindical que defiende la CGT

Hugo Moyano (CGT) abrazando a Hugo Yasky (CTA)

Hugo Moyano (CGT) abrazando a Hugo Yasky (CTA)

Hugo Moyano salió a criticar el fallo de la Corte Suprema en nombre de la unidad sindical. Pero lo que menos le preocupa a Moyano es la unidad de los trabajadores para defenderse de los atropellos patronales y estatales, y para luchar por el salario y sus reivindicaciones. Moyano y los dirigentes de la CGT sólo quieren defender la unidad “monolítica” de los “cuerpos orgánicos” del aparato sindical, con ellos atornillados al sillón, para poder seguir con sus privilegios.

Por eso, su modelo es el de la Ley de Asociaciones Profesionales que les garantiza esos privilegios, comenzando por el descuento compulsivo de la cuota sindical a todos los trabajadores, por el control de las obras sociales sindicales y por la vigencia de estatutos sindicales (que la ley no cuestiona) que los atornillan a los sillones, ya que hacen imposible en muchos casos siquiera, pensar en que se presenten listas de oposición que reflejen a la base obrera. En algunos casos los sindicatos se transmiten como herencia a los hijos (por ejemplo Camioneros con Moyano e hijo), parientes o amigos.

Hay estatutos como los de SMATA o los de la AOT (textiles), que para presentar una lista nacional por ejemplo, hay que ser dirigente de una seccional o varias seccionales, con lo cual es imposible que un movimiento de base, que cuestione a la burocracia, presente lista. A esto hay que agregarle el fraude liso y llano al que acostumbran.

Este modelo se mantuvo con pocos cambios desde la década del cuarenta, con el peronismo. Lo renovó Frondizi en 1958 y luego todos los gobiernos concedieron estos privilegios a la burocracia, con sillón y cuotas garantizadas por el Estado, para tener dirigentes burócratas que impidan la lucha obrera. Así tenemos casos monstruosos como José Rodríguez que se mantiene desde la década del 70, cuando fue cómplice del genocidio denunciando comisiones internas clasistas a los asesinos de la Triple A. O casos como los dirigentes de UTA que son terratenientes, y que pretenden echar con un “Congreso” a los delegados del subte. Es evidente que si los delegados del subte y otros dirigentes clasistas de muchas líneas de colectivo pudieran presentar una lista, y hubiera elecciones democráticas, derrotarían por paliza a Palacios, Fernández y demás burócratas.

Algo parecido ocurre en ferroviarios, donde los delegados representativos de las seccionales más importantes, como el “Pollo” Sobrero y sus compañeros de la lista Bordó, no pueden presentar una lista nacional porque para eso precisarían avales de seccionales casi inexistentes, en las que hace años no pasan trenes.

Esta asociación de la burocracia sindical con el Estado y la patronal los llevó a frenar las luchas, claudicar en la defensa de derechos elementales de los trabajadores, a aceptar la flexibilización laboral, a ser cómplices de estafas gigantescas como la jubilación privada y las privatizaciones menemistas. Y ahora, a ser cómplices de la política del gobierno de los Kirchner contra el salario y el apoyo a las privatizaciones.

El fallo de la Corte no cuestiona lo esencial de estos privilegios. Refleja la presión de un sector patronal como la UCR y Carrió que pretenden “su” propia porción de sindicalismo, y en ese sentido romper el monopolio peronista. Pero no les importa en lo más mínimo la defensa de los trabajadores, sino tener burócratas adictos para sus maniobras políticas. Por eso no cuestionan la esencia de la Ley de Asociaciones Profesionales, del modelo actual, es decir la cuota sindical descontada compulsivamente para mantener burócratas que estén contra la lucha obrera independiente.

Lo que hace falta es romper este modelo y luchar por sindicatos realmente democráticos, con dirigentes que respondan a la base y puedan ser reemplazados por las asambleas en cualquier momento.


¿La CTA es alternativa?

Ante el desprestigio de la CGT, muchos compañeros, especialmente quienes no son docentes, ni empleados estatales y no la conocen de cerca, piensan que la CTA es una opción de alternativa real a la CGT.

Lamentablemente no es así. Hugo Yasky y demás dirigentes de la CTA, manejan la central y sus sindicatos en forma bastante parecida a los burócratas de la CGT. En Ctera, ATE o en el sindicato del Neumático, casi siempre dejan solos a los que luchan y tienen que producirse rebeliones generalizadas de la base, como sucedió en las huelgas docentes de Provincia de Buenos Aires (Suteba), para que convoquen a medidas de fuerza por el salario.

La CTA desde hace años se fundó en forma paralela a la CGT, reclamando “libertad sindical”, pero nunca dejó de ser una mera pelea por espacios de poder sindical entre sectores burocráticos. En estos años demostró que no es un proyecto sindical realmente combativo y democrático, sino que está atado a otro proyecto político patronal al PJ, más afin al radicalismo o variantes de centroizquierda. Por eso, aunque pregonan ser una central sindical “independiente”, apoyaron abiertamente a fuerzas como el Frepaso, luego al gobierno de la Alianza de De la Rúa y, en esta etapa, al kirchnerismo, con la esperanza que los reconocerán como central. Custer, ex dirigente de ATE y fundador de la CTA, fue embajador en el Vaticano del gobierno de Néstor Kirchner.

El gobierno, por su pacto con Moyano y la CGT, vino incumpliendo con la promesa de reconocer a la CTA. Por eso, la CTA salió a respaldar el fallo de la Corte porque favorece su reclamo de reconocimiento como central sindical.

La Constituyente Social de Jujuy, que impulsaron recientemente, terminó sin ninguna propuesta de lucha nacional contra los despidos y por el salario, no denunció al gobierno, ni tampoco levantó una alternativa política de los trabajadores. Su gran preocupación es ser reconocidos como central. Por eso en los gremios donde dominan, como docentes, ATE o Neumáticos, es también necesario lograr nuevos dirigentes.


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