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José Castillo

Estatización AFJP

¿Fin del robo?

Se estatizaron las AFJP. Es un golpe a los banqueros, pero el gobierno quiere la plata para pagar la deuda. No hay que tener ninguna confianza en Cristina ni sus funcionarios: hay que luchar por la intangibilidad de los fondos y porque el Anses sea controlado por los trabajadores y jubilados

En 1994 nos metieron la jubilación privada, uno de los más grandes robos contra los trabajadores. Se mintió alevosamente diciendo que era algo así como una gran cuenta de ahorro, “custodiada por expertos” que iban a saber como invertir la plata, para hacerla rendir más y garantizar, al final de una vida de trabajo, muy buenas jubilaciones.

Pero lo que quedaba en la cuenta de cada trabajador era menos de lo que hubiera ahorrado poniendo el dinero en un plazo fijo. ¿Qué pasaba? Muy simple: entre el 30 y el 50% del aporte nunca se sumaba a la cuenta del afiliado, quedando en manos de la AFJP como “comisiones” o “seguros”. También se hicieron infinidad de negociados con los fondos: de 100.000 millones de dólares de aportes hoy sólo quedaron en las cuentas de los trabajadores afiliados 94.000 millones, pero de pesos (300% menos).

El negocio, a partir de 1994, fue redondo para las AFJP: ellas recaudaban los aportes jubilatorios, no tomaban ningún riesgo - si se “equivocaban” en alguna inversión lo que se achicaba era el monto capitalizado por el afiliado, no su ganancia, que seguía dependiendo de las comisiones-. Mientras tanto el Estado seguía pagando todas las jubilaciones.

La estafa se amplifica cuando miramos que pasó con los que efectivamente llegaron a jubilarse por alguna AFJP: son sólo 455.000. De ellos, 170.000 reciben complementos del estado, porque de lo contrario no llegarían a cobrar la mínima. Y, peor aún, hay 33.000 que, habiendo aportado a alguna AFJP, reciben toda su jubilación del estado, porque ya agotaron su cuenta de capitalización individual. En concreto, el estado está poniendo anualmente 4.500 millones de pesos para complementar las jubilaciones privadas.

La reforma jubilatoria del ’94 tuvo muchos otros elementos nefastos: mientras se hablaba de “libre opción”, a todo aquel que “no optaba” se lo metía de prepo en una AFJP, no pudiendo volver más al sistema de reparto. Las AFJP “arreglaban” con los gerentes de personal de las empresas, comisiones mediante, y afiliaban compulsivamente a todo su personal. También se aprovechó para aumentar la edad jubilatoria. Los ingresos de los jubilados, con las cajas estatales desfinanciadas, quedaron en niveles de miseria.

¿Por qué lo hace Cristina?

Repentinamente la presidenta decidió estatizar el sistema jubilatorio. No era la medida que el gobierno hubiera querido tomar. Si efectivamente estaban contra las AFJP, podían haberlas liquidado en el 2003, cuando todos hablaban del robo del sistema. O a principios de 2007, cuando realizaron una tímida reforma, permitiendo “el pase de vuelta al Estado”, ante el repudio que generaba la imposibilidad de hacerlo. O, más cerca, hace unas semanas, cuando discutieron una ley de movilidad jubilatoria trucha, en la que seguía existiendo la jubilación privada.

Pero al gobierno se le están quemando los papeles. La crisis mundial, y en particular los vencimientos de deuda externa del año que viene, lo hace buscar desesperadamente dinero de cualquier lado. Le falló tratar de apropiarse de la renta del campo, con la Resolución 125. Luego se jugó a que, con el pago al Club de París y la renegociación con los bonistas que quedaron fuera del canje del 2006, iba a obtener fondos para refinanciar los pagos que se vienen. Pero llegó la crisis mundial, y Cristina se da cuenta que, por esas vías, no iba a conseguir un peso.

La eliminación del sistema de jubilación privada tiene estos motivos. No es “para mejorar las jubilaciones”, como demagógicamente se sostiene. Pero, aún así, es una medida que va, objetivamente, contra el sistema financiero y sus ganancias. Por eso los bancos, los agentes de bolsa y todos los voceros del establishment financiero, local y extranjero, salieron violentamente a oponérse.

Muchos trabajadores tienen desconfianza de la medida, y con razón. Es verdad que todos los gobiernos de turno, sean peronistas, radicales o militares, metieron mano en la plata de los jubilados. Más aún, actualmente el gobierno de Cristina utiliza el superávit del Anses para pagar deuda externa. Pero no nos tenemos que confundir: esto no quiere decir que en manos de los “privados” de las AFJP nuestro dinero estuviera mejor resguardado. Al contrario, fue robado como nunca.

Ahora, lo que quedó de los fondos de las AFJP volverán al Estado. Hay que exigir que ese dinero no pueda tocarse, y mucho menos para pagar deuda externa o subsidios a los grupos económicos. No podemos tener ninguna confianza en que este gobierno vaya a “cuidar” la plata de los jubilados. Muchos funcionarios son los mismos que, en 1994, votaron a dos manos la privatización del sistema. Ello sólo será posible si el Anses está efectivamente dirigido por los trabajadores y jubilados.

Sólo con propuestas como las que mostramos en estas páginas se podrá salvar definitivamente la plata de los jubilados.


AFJP: ¿Quiénes son?

De las 24 AFJP originales han quedado 10, fruto de un proceso de fuerte concentración monopólica. Sin tomar ningún riesgo, se quedaron con 10.600 millones de dólares de comisiones, además de “administrar” más de 100.000 millones de dólares desde 1994 a esta parte, que hoy se han transformado en sólo 94.000 millones de pesos en las cuentas de los afiliados.

Tres empresas, propiedad de pulpos financieros extranjeros, concentran el 47% del total de los aportantes. Ellas son:

Orígenes: 1.800.000 afiliados. Propiedad del Banco ING, recientemente rescatado por el estado holandés que le inyectó 10.000 millones de euros.

Met Life: 1.360.000 afiliados. Propiedad de la aseguradora yanqui Metropolitan Life.

Consolidar: 1.324.000 afiliados. Propiedad del Banco español BBVA (en la Argentina Banco Francés- BBVA).

Las otras medianamente importantes son:

Arauca Bit: 1.157.000 afiliados. Propiedad de la obra social privada OSDE.

Máxima: 1.017.000 afiliados. Propiedad del banco británico HSBC y de la aseguradora New York Life.

Nación AFJP: 930.000 afiliados. Propiedad del Banco Nación.

Las pequeñas:

Profesión + Auge: 654.000 afiliados. Propiedad del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires.

Unidos AFJP: 532.000. Sancor y otras empresas cooperativas de Santa Fe.

Futura AFJP: 397.000, propiedad del sindicato de Luz y Fuerza.

Previsol: 331.000 afiliados: Banco Credicoop.


Nuestras PROPUESTAS

Expropiar a las AFJP, sin indemnización. ¡Qué devuelvan las comisiones!

Después de haber robado durante 14 años, todavía pretenden que se les pague por “el valor de sus activos”. Lamentablemente el gobierno les cede, poniéndole el único recaudo que “lo hará con bonos”. ¡Pero así aumentará aún más nuestra deuda externa! Hay que exigirles que devuelvan los 10.600 millones de dólares (35.000 millones de pesos) que se quedaron en comisiones.

1000 pesos de emergencia para todos los jubilados y 82% móvil

La jubilación mínima de 690 pesos es una vergüenza. Hay que otorgar un aumento de emergencia a todas las jubilaciones y pensiones. Y exigir que se cumpla efectivamente el derecho constitucional al 82% móvil de lo que era su ingreso cuando estaba en actividad, cambiando la Ley de Movilidad Jubilatoria recientemente aprobada en el Congreso. Y se deben incrementar los ingresos con todos los aumentos que reciben los trabajadores activos de su sector, indexados periódicamente.

Intangibilidad de los fondos. Que no vayan a pagar la deuda externa ni ningún otro destino que no sea el pago de pensiones y jubilaciones.

Se debe garantizar por ley que los fondos del Anses, ahora incrementados por los ingresos de las AFJP, tengan un destino estricto, en una caja aparte. En el caso de que el Anses tenga superávit, este no podrá ser aplicado a “prestarle” al Tesoro Nacional, cosa que sucede actualmente para que el gobierno pague deuda externa o entregue subsidios a las privatizadas.

¡Qué el Anses lo controlen los trabajadores y los jubilados! ¡Fuera la UIA, la Bolsa de Comercio, los banqueros, o los diputados y senadores del PJ o la UCR!

La plata del Anses es dinero de los trabajadores, que aportamos durante años, mes a mes. Con ella garantizamos las actuales jubilaciones y con el aporte de los futuros trabajadores, nos pagarán la nuestra. Por eso somos los únicos que tenemos derecho a controlarla. Todos los demás quieren echar mano a la caja del Anses para ver “donde se puede invertir tanta plata”, o bien usarla para sus campañas electorales. Ninguno es garantía salvo los propios trabajadores y jubilados.

¡Que vuelvan los aportes patronales! ¡Terminar con el trabajo en negro!

Durante décadas, las cajas jubilatorias se financiaron con las retenciones que se les hacen a los trabajadores más un aporte proporcional a cada sueldo que hacían los patrones. Martínez de Hoz primero, y Cavallo después, los fueron reduciendo, y en muchos casos eliminando. Así se desfinanciaron las cajas. También es fundamental, para que aumente la recaudación, que se termine con el trabajo en negro, blanqueando urgentemente a todos los trabajadores, para así incrementar los fondos que ingresan al Anses. Y, por supuesto, más empleo también significará más aportantes, por lo que terminar con la desocupación es otro elemento que ayudaría a mejorar la recaudación jubilatoria.

Nacionalización de la banca

Las AFJP están fuertemente relacionadas con los bancos que operan en la Argentina. En algunos casos, pertenecen a ellos. Pero en todos, invierten en ellos y los financian. Por eso el sistema financiero en su conjunto salió a defenderlas, provocando corridas contra el peso y bajas de la bolsa. Hay que terminar con este chantaje nacionalizando la banca.

Sólo así se evitará la fuga de capitales, que ya en estos últimos meses ascendió a 23.000 millones de dólares, y hacen un stock en el exterior similar a la deuda externa (150.000 millones).


Jubilación privada

Nuestro partido hizo una gran campaña en contra

Portada de nuestro periódico condenando la jubilación privada en 1994

Portada de nuestro periódico condenando la jubilación privada en 1994

Desde que en 1993 Menem y Cavallo comenzaron a hablar de privatizar las jubilaciones, nuestro partido inició una gran campaña contra esta estafa, denunciando la complicidad del gobierno, los bancos y la burocracia sindical, que salió a apretar a los trabajadores para que se anoten en la jubilación privada. Decíamos: “Si hay devaluación, usted pierde. Si quiebran los bancos, usted pierde. Si cae el plan económico, usted pierde. O sea, ante cualquier imprevisto, el único que pierde es usted” (Semanario Socialista, 15/06/1994). Nuestros militantes iban con megáfonos y volantes a las fábricas y lugares de trabajo llamando a anotarse a la estatal y a impulsar asambleas y reuniones para repudiar la jubilación privada.

Fuimos impulsores de la campaña por un millón de firmas reclamando “una consulta popular para que el pueblo decida sobre su jubilación”, al tiempo que exigíamos al MTA de Moyano de entonces, y a la CTA, un plan de lucha contra este robo. Alertábamos sobre el modelo de Pinochet en Chile, tomado como “modelo”, donde la jubilación mínima equivalía a 80 dólares, y la mitad de los jubilados percibían menos del 40% del salario medio.

Proponíamos como salida de fondo que, primero se cobre hasta el último centavo de los aportes patronales que se evaden, bajo pena de embargo, y que ese dinero se les restituya a las cajas. Erradicar el trabajo en negro. Implementar un sistema solidario, estatal y único, financiado por el Estado y controlado por los trabajadores activos y jubilados. “Los aportes de los trabajadores no deben ir a los bolsillos de los que nos roban, sino para asegurar el retiro de quienes no pueden seguir trabajando” (Semanario Socialista, 07/07/1994).


Burocracia sindical: Cómplice del robo

Hugo Moyano dice que el sistema de capitalización es un robo. Pero cuando se instauró, los sindicatos actuaron como partícipes directos en algunos casos, o cómplices en otros, de aquel robo que ahora denuncian. No escatimaron recursos para convencer a los trabajadores de que se adhirieran al sistema privado. Hasta hicieron asambleas a las que llevaban a los promotores de las AFJP, para que hicieran propaganda. Y hubo casos de AFJPs entre cuyos socios se encontraban varios sindicatos, como “Claridad” (donde estaba la UOCRA junto a Cenit Seguros), “Futura” (Luz y Fuerza) y “Activa” (Banco Mercantil, Mariva de Macri y la UOM).


La UCR contribuyó a la estafa

Durante el debate del proyecto en el Congreso, Baglini, presidente del bloque de diputados radicales, salió en ayuda de Menem y Cavallo proponiendo “debatir y obtener un consenso rápido sobre un mínimo de puntos que hagan viable el nuevo sistema provisional”. Esos “puntos” incluían que la jubilación privada no fuera obligatoria, que se elevara la edad jubilatoria como planteaba el menemismo, se derogara el 82% móvil y se desestimara los $450 de mínimo que reclamaban los jubilados.


Los Kirchner y las AFJP

Los privatizadores de ayer ¿vuelven “al 45”?

Néstor Kirchner, Menem y Manzano. 1992

Néstor Kirchner, Menem y Manzano. 1992

Hace medio siglo, en 1944, el fundador del movimiento, Juan Domingo Perón, por primera vez creó la Caja de Jubilaciones. El “sistema de reparto” en poco tiempo favoreció a dos millones de trabajadores. En 1994, cincuenta años después, profundizando su curso proimperialista y privatizador, el peronismo destruyó esa conquista. Era gobierno el PJ, con Menem en la presidencia, Domingo Cavallo en el ministerio de Economía, y muchos de los actuales kirchneristas, como Alberto Ballestrini, ex presidente de la Cámara de Diputados, el sanjuanino Gioja, Eduardo Fellner de Jujuy, entre otros. El vocero de la creación de las AFJP en diputados fue Oscar Parrilli, actual secretario de la Presidencia con Cristina Kirchner. Desde Santa Cruz, el matrimonio acompañó la medida en silencio. Los burócratas sindicales acompañaron también la estafa, y unos cuantos “se prendieron” en el negocio.

Ahora, con su sorpresiva medida de suprimir las AFJP, ¿será que los Kirchner inician un camino nuevo, abandonando a ese actual peronismo privatizador y proimperialista, para “volver al 45”? No, no hay nada de eso. Más allá de las habituales frases de su doble discurso, han pegado un manotazo para no ahogarse ante el avance de la crisis económica mundial. En la década del 40, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, Perón impulsó una serie de medidas que significaron mejoras notables: rebajas a los alquileres, los Tribunales de Trabajo (que aseguraron estabilidad laboral para el trabajador y el representante sindical), prórroga de los arrendamientos rurales y Estatuto del Peón de campo, y la “garantía horaria” en el gremio de la carne, que benefició a 50.000 obreros. En 1945 creó el aguinaldo. Luego, bajo la presidencia de Perón, los trabajadores de la ciudad y el campo siguieron mejorando notablemente en su nivel de vida. Con el actual gobierno peronista, y más aún ahora con la crisis mundial, crecen los despidos y suspensiones, no alcanza el salario, sigue la destrucción de la educación y la salud públicas y el saqueo de las privatizaciones.

El gobierno de Cristina Kirchner no está cambiando de rumbo. Sigue pagando la deuda externa fraudulenta (y para eso necesita la plata de las AFJP). Mantiene la entrega del petróleo para beneficio de la empresa española Repsol (que se quedó con YPF por chaucha y palitos, mientras el gobierno peronista decía que así estarían bien los jubilados…). Sigue gobernando para la multinacional Techint, para las grandes cerealeras y exportadoras, para la gran patronal.

El peronismo no va más. No van más los discursos falsos de Cristina, ni el cinismo de sus acompañantes, como Oscar Parrilli, que luego de 14 años de AFJP, de repente, de la noche a la mañana, dice que aquello “fue un error”… Los trabajadores necesitan una nueva alternativa política, una nueva dirección. Izquierda Socialista llama a sumar fuerzas para avanzar en ese sentido.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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