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José Castillo

¿Salvar o expropiar a los capitalistas?

Se profundiza la caída de bancos y bolsas. Al gobierno yanqui le fracasó su primer intento de aprobar el megaplan de rescate en el Congreso. La “intervención” que se ofrece como alternativa es sólo salvataje para los ricos. No va más el sistema capitalista imperialista ¿Cuál es la salida?

Este lunes 29 de setiembre, todos los operadores de Bolsa del mundo se paralizaron y miraron a las pantallas que mostraban los resultados de la votación en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Increíblemente, el proyecto enviado por el Presidente Bush había sido rechazado. Y, lo que es peor, con una mayoría de votos en contra de su propio partido. Inmediatamente empezó la caída más espectacular que se haya visto de todos los mercados mundiales que, al momento de escribir esta nota, todavía continúa.

El voto negativo

132 diputados republicanos votaron en contra de los 700.000 millones de dólares del rescate a los bancos. Lo hicieron desde una defensa ultracerrada de la “no intervención del estado en los mercados”. Del otro lado, una mayoría de los diputados demócratas (141, aunque hubo también 90 que votaron en contra), más apenas 66 republicanos que logró alinear Bush, defendieron la “intervención del estado”, que se materializaba en otorgarle los 700.000 millones al Secretario del Tesoro, Henry Paulson, para que él procediera a “salvar” a los bancos en problemas. Este rescate no significaba en absoluto ninguna salida para los deudores hipotecarios que están perdiendo sus casas, ni para los trabajadores que están siendo despedidos. Salvaba las ganancias de los bancos, socializando las pérdidas, es decir, cargándole al estado el costo de los quebrantos. Ni siquiera se tuvo en cuenta el tibio reclamo de algunos acerca de que, por lo menos, el Estado obligara a los bancos a entregar acciones por la misma suma en que le pasaba deudas al fisco. Ni tampoco la elemental crítica ética de que no se le pagaran los millonarios “premios” en dólares que se autoadjudicaban los directivos de los propios bancos en crisis.

Ahora seguirá y se profundizará la crisis y vendrá la polémica y el “pase de facturas”. Se acusará a los que votaron en contra de haber impedido una intervención y regulación de los mercados que “hubiera permitido estabilizar la situación”. Mientras tanto, seguirán “volando” los centenares de miles de millones de dólares que maneja la Reserva Federal (y que, por lo tanto, no requiere de ningún “voto” del Congreso yanqui). Así se cargó al Estado las deudas incobrables de Bear Stearns en marzo pasado, y se nacionalizaron de hecho AIG y Fannie Mae y Freddie Mac hace quince días.

Pero no es sólo los Estados Unidos. En Europa, en medio del vendaval, fueron intervenidos el banco alemán Hypo Real Estate, el belga holandés Fortis, el franco- belga DExia, el británico Bradford & Bingley y el islandés Glitnir. En febrero pasado se había nacionalizado el británico Northern Rock.

La única salida es el socialismo

El capitalismo fue el responsable de que se amasaran fortunas en miles de instrumentos especulativos en las últimas décadas. No fue por “falta de regulación”. Desde mediados de la década del ´80 se viene creando una “regulación a medida” -bajo el nombre de la “desregulación”- que favorece a los bancos de inversión, a los fondos buitres, y a cuanto especulador poderoso ande dando vueltas por el planeta. Ahora, ante el estropicio y el crack, aparece la corriente de los “reguladores”, los que exigen “más intervención del Estado”. ¿Intervención para qué? ¿Hecha por quién?

La experiencia de los “intervencionistas” en el último año es clarísima. Un billón de dólares, mucho más que toda la ayuda mundial al desarrollo, infinitamente más que todos los fondos de los organismos que tratan de paliar el hambre extremo, colocados para salvar a los multimillonarios y sus maniobras. Mientras tanto, salvajemente, se deja en la calle a deudores hipotecarios y se hacen recortes de puestos de trabajo. Se les corta el crédito a los trabajadores norteamericanos y europeos, se les exige pagos en efectivo o se los ejecuta. Y, por supuesto, para ellos no hay “rescate ninguno”. Y, en lo que toca a nuestros países, se sigue reclamando el pago de las deudas externas, mientras se continúa con el saqueo de nuestros recursos naturales, sea petróleo, gas y minerales.

¿Puede asumir “la intervención del Estado” otras formas, más favorables a los trabajadores y pueblos del mundo? Muy difícilmente esto suceda mientras los que gobiernen sean los multimillonarios y sus agentes. Un ejemplo es el propio Secretario del Tesoro yanqui, Henry Paulson, quien era, antes de asumir su cargo, el máximo directivo de Goldman Sachs, uno de los pulpos más importantes de Wall Street.

Existe una salida, sin duda. Y pasa por la intervención del Estado, pero de otro estado, uno gobernado por los trabajadores, que aplique no el salvataje patronal, sino la expropiación de los pulpos multinacionales que están llevando la humanidad al desastre. Pasa por nacionalizar todos los bancos, única forma de resguardar de verdad los ahorros de los trabajadores y, a la vez, aplicar planificadamente esos fondos a programas que resuelvan las necesidades populares. Exige prohibir las suspensiones, despidos y ejecuciones de vivienda, y garantizar a cada ciudadano el derecho a trabajo y sueldo digno, una vivienda, salud y educación. Todo esto se puede hacer, requiere incluso menos dinero que el que está circulando en la “bicicleta financiera” mundial por estos días. Y tiene un nombre: se llama socialismo.


El peso de las multinacionales: ¡A quiénes están salvando!

El capitalismo mundial, desde fines del siglo XIX, es cada vez más monopólico. Se entrelazan las relaciones entre las empresas industriales y los bancos, y crece el poder de las empresas multinacionales. Todas ellas tienen claramente su “nación de origen”, normalmente alguna potencia imperialista que la sostiene. Se expanden por el mundo, con su red de fábricas que buscan mano de obra barata y no sindicalizada, con su búsqueda de materias primas en los países subdesarrollados y con la colocación de sus productos en todos los mercados del mundo.

Así, 200 multinacionales dictan la política mundial. Sus negocios son el equivalente al 26,3% de la producción mundial. Más de un tercio son yanquis, seguido por Japón, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá e Italia, por lo que el Grupo de los Siete (el G-7) aglutina el 80% de las multinacionales.

Comparemos algunos de sus números con el de nuestras economías. Los principales bancos del mundo, sin contar sus últimas “adquisiciones”, tienen activos por valores superiores a la de las economías del Mercosur tomadas en su conjunto (1.546,2 miles de millones de dólares). Así, los activos del Citigroup ascienden a 1.884,332 miles de millones de dólares, los del Bank of America a 1.459,74, los del HSBC a 1.860,76 y los del Barclays a 1.949,17. Si comparamos solamente las ventas del 2007 del Citigroup y el Bank of America (146,56 miles de millones y 16,57, respectivamente) vemos que son más de 10 veces los PBIs de Bolivia (11,1 miles de millones de dólares) o Paraguay (16,2 miles de millones) o el doble del PBI uruguayo (66,3 miles de millones). Si salimos del mundo exclusivamente financiero, observamos que cualquiera de las dos más grandes petroleras mundiales (Exxon Mobil y Royal Dutch Shell) e incluso la cadena de supermercados Wall Mart, facturan por ventas más de 300.000 millones de dólares (el equivalente al PBI argentino).

Los “paquetes” de rescate por parte de los gobiernos norteamericanos y europeos, apuntan a licuarles sus deudas a los grandes pulpos de las finanzas mundiales. Cuando se les indica que estaban salvando a los especuladores, se defienden diciendo que detrás de ellos están las empresas de la “economía real”. En realidad, todos esas grandes multinacionales son “la realidad del capital” en el mundo de hoy. Son los gigantes que les chupan la sangre a los trabajadores y pueblos del mundo y hacen funcionar a los estados a su servicio. Llamamos a que la actual crisis la paguen ellos, en el camino de expropiarlos para implantar un nuevo sistema económico, socialista, con estas enormes riquezas.

J.C.


Se habla de “vacío de poder”

A McCain y Obama se les complicó la campaña electoral

A McCain y Obama se les complicó la campaña electoral

El rechazo parlamentario al “paquete de rescate” a bancos e instituciones financieras, agravó la crisis económica y mostró que ya hay una grave crisis política del imperialismo yanqui.

A las urgencias del desastre económico, se suma la derrota militar en Irak y Afganistán. Esto se evidenció en el debate de Obama y McCain. Mientras McCain quiere más de lo mismo, seguir con la invasión a Irak, Obama habló de retiro en 16 meses, pero, al mismo tiempo de “reforzar” en Afganistán, Georgia y otros lugares.

El descalabro económico los tiene como protagonistas directos, pues Bush los reunió. Un analista político del diario New York Times afirmó que “Fueron tres cuasi presidentes los que se sentaron a la mesa: el hombre que técnicamente tiene todavía el puesto, pero que no logra que nadie lo escuche, y otros dos que suscitan la atención de todos, pero que aún no tienen el cargo.

“La reunión entre George W. Bush, el senador John McCain y el senador Barack Obama pone de manifiesto el grado de fragmentación del poder que hay hoy en las altas esferas…“Hay un vacío de poder; nadie está al mando”, afirma Pat Caddell, quien fue consejero del presidente Jimmy Carter. “El país no está esperando que él los guíe,” dijo en referencia a Bush. “Y el Congreso no podría dirigir ni una búsqueda del tesoro.”

“El problema para Bush es que tiene todas las armas de la Casa Blanca, pero no toda la autoridad…La rebelión contra su plan de salvataje en el seno del bloque republicano de la Cámara de Representantes… pone en evidencia las dificultades que tiene el presidente para encolumnar y disciplinar a la tropa de su propio partido.

“Tal como señaló con crudeza pero con claridad Ed Rollins, el jefe político de la Casa Blanca durante el gobierno de Ronald Reagan: “Este no es un gobierno de pato rengo. Es un gobierno de pato muerto” (Peter Baker, The New York Times).

Tanto el republicano McCain como el demócrata Barack Obama, quienes en el debate no se pronunciaron sobre el “plan de rescate”, salieron este lunes a apoyarlo abiertamente. Obama dijo:

“Cuando se le pide al contribuyente que adopte medidas extraordinarias por culpa de la irresponsabilidad de algunos, no hay motivo para felicitarse. Pero estas medidas son necesarias”. Y McCain afirmó: “Esto es algo que todos tendremos que digerir, con dificultado, y seguir adelante… La opción de no hacer nada es simplemente inaceptable”.

Sin embargo, pese al acuerdo del trío Bush-Obama-McCain, el Congreso votó en contra, aumentando exponencialmente el pánico económico.

En medio de la crisis, lo que surge con nitidez es que la gran mayoría de la población norteamericana se opone al “rescate”, se da cuenta o sospecha que es en beneficio de unos pocos, de los multimillonarios.


¡Que la crisis la paguen los de arriba!

Protestas en Estados Unidos • Algunas de los carteles dicen: “Salvar a la gente y no a los bancos“ y “Basta de dinero para Wall Street y la guerra”

Los dos candidatos del sistema fueron beneficiaros directos de las enormes sumas que se llevaron los banqueros en los últimos años. “La banca inversora donó 9,9 millones de dólares a la campaña de Obama y 6,9 millones a la de McCain. Lehman Brothers, Golsdman Sachs y otros quebrados, son los que más contribuyeron” (Juan Gelman, Página 12). “En total, los legisladores recibieron 300 millones de dólares de los bancos en quiebra ”(Gustavo Sierra, Clarín).

El secretario del Tesoro (ministro de hacienda) Henry Paulson, quién llevó el plan al Congreso, “se alzó con acciones por más de 750 millones de dólares como gerente general de Goldman Sachs”, dijo la analista Sarah Anderson.

Noticias como éstas, que hubiesen pasado desapercibidas para la gran mayoría, hoy son comentadas con indignación en las calles de Estados Unidos. La activista Maude Hurd señaló que “hay una revuelta popular palpable en pueblos y ciudades de todo el país”. Hurd pertenece a Acorn, una enorme asociación civil comunitaria integrada por 400.00 familias. Agrega: “Si el pueblo no obtiene una ayuda real, buscará una salida a su enojo” (Inter Press Service, 26/9).

En una manifestación, el líder comunitario y candidato a diputado por el Partido Verde, Omar López, llamó al Congreso estadounidense “a no apoyar el plan de ayuda dirigida a quienes han creado la crisis financiera actual”. López, fue uno de los iniciadores de las marchas masivas de inmigrantes en Chicago. Exigió “ayuda federal para el perdón de las deudas de préstamos estudiantiles, hipotecarios y de pequeñas empresas agobiadas por la crisis”. Los manifestantes permanecieron frente a la Fed-Chicago durante una hora, portando pancartas alusivas a su inconformidad por la decisión del gobierno de ayudar a los bancos a sortear la crisis, antes que a la clase trabajadora (Información de Notimex/MVC).

La crisis ya pega directo en Europa y ya se anunciaron despidos masivos. La Renault francesa anunció la supresión de 2.000 puestos de trabajo en 19 países europeos, incluidos 900 en Francia. A ella se sumó el gigante informático Hewlett Packard, que proyecta terminar con 9.330 empleos en Europa, incluidos en un plan más amplio que abarca la supresión de 24.600 puestos. El plan de Renault se suma a la eliminación de 4.000 empleos anunciados el pasado 9 de septiembre.

Los trabajadores comenzaron a movilizarse contra los despidos. En Renault, en la fábrica de Sandouville, marcharon y bloquearon la zona industrial de Le Havre. Los empleados de Cleon, Flins, Douai y Le Mans se sumaron a la protesta. En Berlín, Alemania, hubo una manifestación de 70.000 médicos y enfermeras contra los recortes en el presupuesto de salud.

Se pone a la orden del día la lucha obrera y popular, que debe adquirir dimensiones internacionales, para que la crisis la paguen los ricos, no aceptando ni un despido, ni una ejecución hipotecaria de una vivienda popular, llamando a luchar para estatizar con control obrero empresas, bancos y financieras que cierren, expropiando las millonarias cuentas personales de los capitalistas para pagar salarios y defender el nivel de vida del pueblo.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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