El Socialista

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Mercedes Petit

3 de setiembre de 1938

León Trotsky fundó la Cuarta Internacional

El triunfo de la burocracia encabezada por Stalin en la URSS en la década del veinte fue un inmenso retroceso para los trabajadores soviéticos y de todo el mundo. Para combatirlo, hace 70 años se fundaba la Cuarta Internacional. La tarea de construirla sigue pendiente.

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La Tercera Internacional (ver recuadro) se fue transformando en una herramienta del estalinismo. La minoría revolucionaria había sido derrotada en la URSS. Su dirigente, León Trotsky, el gran compañero de Lenin en el triunfo de 1917 y los duros años de la guerra civil, fue consecuente, y entregó su vida a seguir peleando por la revolución socialista mundial. En 1940, un agente de Stalin finalmente logró asesinarlo.

La continuidad revolucionaria: el Programa de Transición

Trotsky no asistió a la reunión de fundación, realizada clandestinamente en las afueras de Paris. Exiliado en México, escribió sus bases fundacionales: el Programa de Transición.

En él no sólo se reivindican los aspectos centrales de la lucha de los revolucionarios por tomar el poder e impulsar una revolución socialista mundial para liberar a la humanidad de la barbarie capitalista. Uno de sus logros más importante es definir lo ocurrido a mediados de los años veinte en la Unión Soviética, donde se había encaramado en el gobierno del primer estado obrero una burocracia contrarrevolucionaria, degenerándolo. Lo prueban tanto la brutal dictadura sangrienta (comparable al nazismo) que encabezó Stalin, como las políticas totalmente equivocadas impuestas en los Partidos Comunistas de la Tercera Internacional, que llevaron a los trabajadores de derrota en derrota. Trotsky denunciaba la trampa suicida de los Frentes Populares, de conciliación con la burguesía y de renuncia a la lucha por la toma del poder. Esta es la situación que resume en su célebre frase: “la crisis de la humanidad es la crisis de su dirección revolucionaria”. Por eso plantea recuperar la democracia obrera de los primeros años del gobierno bolchevique, la lucha por una revolución política contra la burocracia y la construcción de los nuevos partidos revolucionarios.

Un camino mucho más largo… pero imprescindible

Actualmente, la Cuarta Internacional prácticamente no existe. Trotsky apostó a su triunfo relativamente rápido, cuando las masas derrotaran al nazismo. No se dio así. Fueron Stalin y los partidos comunistas los que capitalizaron ese triunfo. Los trabajadores y los pueblos oprimidos siguieron pagando los costos de la burocratización. Y un sector importante del propio trotskismo fue abandonando su programa revolucionario, cayendo en el oportunismo.

Se lograron conquistas, como extender la expropiación de la burguesía a un tercio de la humanidad y liberar muchos pueblos coloniales. Pero la ausencia de direcciones revolucionarias consecuentes siempre dio ventaja a la burguesía imperialista. Los propios burócratas abrieron paso al retorno al capitalismo en la URSS, China y otros países. La derrota de las dictaduras de la URSS y Europa del Este en 1989 fueron grandes triunfos, pero no alcanzaron para retomar el camino revolucionario e internacionalista abandonado más de 60 años atrás.

La necesidad imprescindible de una dirección revolucionaria que permita el triunfo de la revolución socialista mundial, como se lo había planteado la Tercera Internacional, sigue pendiente. Día a día se sufre la sobrevivencia del dominio capitalista en el mundo, con el avance del hambre y la pobreza de la mayoría de la población, mientras los ricos se enriquecen cada vez más. Se sufre el deterioro del nivel de vida de los sectores obreros y populares que más habían logrado conquistar con sus luchas.

La vigencia de la Cuarta Internacional se expresa en el texto de Trotsky de 1938: “Sin una revolución socialista, y además en el período histórico inmediato, toda la civilización humana está amenazada por una catástrofe”. La permanencia en todo el mundo de las movilizaciones de los trabajadores y los pueblos oprimidos abonan el camino para lograr la dirección internacional y consecuente que encabece ese triunfo. La UIT-CI suma su aporte a la gran tarea de construir la Cuarta Internacional.


Las distintas internacionales

Existen hasta ahora cuatro intentos de formar una dirección internacional que encabece al movimiento obrero en su lucha contra la burguesía y el capitalismo.

* En 1864, en Inglaterra se fundó la Primera Internacional. La formaban obreros inmigrantes de Europa continental, los sindicatos ingleses, y también dirigentes políticos, como Carlos Marx y Federico Engels. Luego de la terrible derrota de la Comuna de París, en 1871, su debilitamiento la llevó a disolverse.

* En 1889 se fundó la Segunda, en París, agrupando a los partidos obreros y socialistas que surgían y se masificaban en muchos países europeos y en otras partes del mundo. Este segundo intento se destruyó en 1914. La conducción de cada partido de la Internacional Socialista capituló a su respectiva burguesía, llevando a los obreros de cada país a matarse a tiros contra sus hermanos de clase en la guerra interimperialista. Desde entonces, esos partidos, que conservaron el nombre de socialistas, se integraron a las instituciones del poder burgués. Por ejemplo, son gobierno hoy en España, con Zapatero. En Argentina, el PS gobierna en Santa Fe, con Hermes Binner, y otros de sus sectores integran el gobierno de Cristina Kirchner.

* Desde 1914, una pequeña minoría internacionalista, encabezada por Lenin y Trotsky, mantuvo el programa revolucionario. En 1919, al calor del triunfo de la Revolución Rusa en 1917, fundaron en Moscú la Tercera Internacional, comunista. Ha sido hasta ahora el avance más importante en la construcción de una dirección revolucionaria internacional, de la primera experiencia de un gobierno revolucionario obrero y campesino y de la formación de partidos revolucionarios con peso de masas en numerosos países. Sus cuatro primeros congresos, entre 1919 y 1922, son una “escuela de estrategia revolucionaria”. Pero fue cayendo en manos de la burocracia contrarrevolucionaria que usurpó el poder en la URSS desde 1924, encabezada por Stalin. Sus políticas totalmente equivocadas, de conciliación con la burguesía (acompañada de períodos ultraizquierdistas), provocaron derrota tras derrota, incluyendo el ascenso de Hitler al poder en Alemania. León Trotsky, expulsado de la URSS y perseguido por los gobiernos europeos, impulsó la formación de la Cuarta Internacional, que se fundó en 1938. La Tercera, totalmente burocratizada, fue formalmente disuelta por Stalin en 1943, como parte de sus acuerdos con los gobiernos imperialistas de Estados Unidos y Europa.

Apuntes para una historia del trotskismo

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